Leo y Kilian, vacaciones y más placer (10)

[Capítulo 10: "Vacaciones: la seducción de Adrián" El mejor amigo de Kilian, intenta seducir a Leo, ¿lo conseguirá? Leo y Kilian terminan las vacaciones aquel lugar paradisíaco e una manera más que placentera...

En el capítulo anterior… [- ¡DIOS LEO! Me encanta, me encantas… que rico, te quiero solo para mí y para siempre…

Una red de pasión y deseo que nunca llegue a imaginar que podría acostarme con alguien tan morboso como mi Kilian… mi dulce Kilian…]

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"Vacaciones: Adrián se lanza y lujuria en la playa"

Son las 9:00 y Kilian, mi poseso del sexo, esta estirado, dormido con una fina sabana que cubre sus muslos, dejando entrever su marcada ingle y con la boca entreabierta. Huele a alcohol pero está tan sexy que me quedo unos minutos observándolo, hasta que me vuelve a la cabeza esa sensación de amargura por ese inesperado beso de Adrían, el amigo de Kilian, quise pensar lo mejor… y que solamente haya sido el alcohol y que lo más probable es que siquiera se acuerde de nada.

- ¡Buenos días mi amor! - Me dice Kilian mientras pestañea y sonríe con esa boca tan perfecta.

-      ¡Buenos días mi belleza!, ¿tienes resaca? - Digo lo primero que se me viene a la cabeza, para disimular, como si Kilian pudiese leer mi mente-

- Te noto pensativo, ¿estás bien? – Dice sin rodeos

- Si, lo estoy, me duele un poco la cabeza, solo eso –Miento

- Bueno mi pollón, vamos a desayunar antes de que te folle de nuevo y acabes rendido, nos queda un largo día - me dice agarrando mi paquete.

Salimos del cuarto y nos dirigimos por el blanco pasillo y luminoso hasta el salón, allí está Lore Y Patri preparando el desayuno con la música puesta,  cantando con el tenedor como micrófono, Toni en el sofá, doblando las toallas que había recogido de la terraza.

Kilian se une y canta con ellas al unísono.  Sinceramente no creo que Kilian se dedique nunca a la música – rio en voz alta.

Cuando caigo en la cuenta, no veo a Adrián por ninguna parte y mientras las chicas, Kilian y Toni hablan en la cocina preparando las tortitas, voy a buscarlo.

Atravieso el largo pasillo, y al lado de la sala de estudio, en búsqueda de Adrián, entro en la habitación que compartía con Toni, la puerta estaba media abierta y allí estaba él, acostado, sin manta, sin sabanas, solo en boxer y con los brazos abiertos. Duerme plácidamente, y por un momento, me entra un calor entre las piernas, mi subconsciente me dice que me abalance sobre él y bese todo su cuerpo, algo que nunca se me había pasado por la cabeza y menos desde que estoy mi Dios del Olimpo “Kilian”.

Cierro la puerta despacio y mi cuerpo comienza a arder, no sé qué me pasa, quizás el beso de esa noche me había descolocado…

Me acerco a los pies de la cama y toco su pie rápida y fugazmente. Digo su nombre:

- ¡Adrián, despierta, ahora mismo está el desayuno!

Entreabre los ojos, y queda patidifuso, se sorprende pero no se oculta de mí lo más mínimo sabiendo que estaba en paños menores…

Está claro que no le desagrada que observe aquel esculpido y maravilloso cuerpo, de tez blanca con algunas pecas en su pecho, y muy poco bello, aquel cabello castaño con reflejos rubios que le caían por la cara, y esos ojos verdes…

(¡PARA! ¡QUE ESTÁS PENSANDO!) Me dice mi otro yo, con un poco de lógica, me para los pies y esfuma aquellos pensamientos, que pondrían mi relación con Kilian por los suelos.

- ¡Vale Leo, espérame si quieres, voy a vestirme, ¡no tardo!

No articulo palabra, solo espero…

Mi polla despierta de repente y late como mi lo haría mi propio corazón bombeando…

Me giro hacia el ventanal por la que se divisa una bonita colina llena de palmeras, para que no se dé cuenta de mi abultado pantalón corto, pero ahora soy yo el que lo diviso a él tras el espejo de pared que se encuentra en la esquina de la habitación junto al ventanal…

Se quita el boxer de espaldas a la cama, y se agacha. No quiero mirar pero mis ojos, enfocan de tal manera que observo todo en alta resolución, sus huevos colgaban abultados, mientras buscaba una camisa del pequeño maletín de debajo del armario, aquel culo respingón y aquellos huevos habían hecho aumentar mi temperatura, ¡estaba ardiendo! Despistado, Adrián se percata de que lo observo, no sé de qué se asombra si estamos en la misma habitación, se pone otro boxer negro muy ajustado y se acerca lentamente disimulando con dos camisetas en las manos.

- ¿Cuál te gusta más? ¿La amarilla o la negra?

- La…la…la…la amarilla, - Tartamudeo sin poder evitarlo, y trago saliva.

Adrián sonríe con aquellos dientes, no tan perfectos como Kilian pero igual de relucientes, que me cautivan por un solo segundo.

Se pone la camiseta, y se le queda atrapada en la cabeza, en un acto reflejo lo ayudo agarrando sus suaves brazos, tirando hacia abajo, y cuando sale su cabeza, sale con los pelos alborotados, y digo:

- ¡Ay, los pelos! me tapo la boca con la otra mano para poder aguantar la risa, mientras intento moldear su suave cabello.

Solo hace mirarme los labios y los ojos, y sin esperarlo me agarra las manos y las recorre desde sus hombros hasta su pecho.

- Dime la verdad ¿quién está más duro Kilian o yo? –Dice levantando las cejas con tono seductor…

- No sé… - digo rojo como un tomate, (solo pude decir esa estupidez).

Se le forma una sonrisa en la boca en plan picarón, y pega un salto hasta la puerta y pasa la llave.

-      ¿Ahora podrás comprobarlo mejor, no crees?

-      ¿Qué haces Adri?

-      ¡Calla anda!

Me coge de la cintura tan rápido que cuando me doy cuenta estoy tumbado boca abajo y atrapado bajo su no tan grande pero hermoso y esculpido cuerpo.

- ¡Adri para!, ¿estás loco o qué? - Digo con la voz entrecortada, estaba más asustado que otra cosa, pero tenía un punto de morbo que me encantaría que fuera con Kilian, ¡con su mejor amigo! (Pienso despavorido)

- No puedo evitarlo Leo , - susurra mientras intento pararlo sin alzar la voz, besando mi cuello…

Siento su erección contra mi muslo, y hace que me ponga cachondo en medio segundo, la notaba muy pero que muy dura, solo de imaginármelo completamente desnudo, me ponía cada vez más y más cachondo, comienzo a jadear, y a dejarme llevar y dejo por un instante de forcejear con aquel guaperas, pero tocan en la puerta…

- ¡¡Adri!! ¡El desayuno! ¿Está Leo contigo?

(Es Kilian, ¡oh no! ¿Que estoy haciendo?) - Me pregunto aterrorizado.

Esto no me puede estar pasando, no a mí, no en este momento en el que había encontrado al hombre de mis sueños, me pasan por la mente todos los buenos momentos que he vivido con Kilian, desde aquel día en la playa, en la guagua, en la casa de campo de mis tíos, en la fiesta de cumpleaños de Marta…

Adrián me dice en voz baja que escapara por el balcón que se une con la terraza, saltamos de la cama, como si yo también fuera cómplice, y me siento lo peor del mundo.

Abro la cristalera despacio y salgo casi agachas, temiéndome lo peor, llego hasta la habitación de estudio y entro por la ventana que hay media abierta ágilmente, por suerte espero que no se haya dado cuenta nadie…

Me llevo las manos a la cabeza y respiro hondo, siento el corazón a mil…

Kilian abre la puerta y dice:

- Leo te estaba buscando, ¿no ibas a buscar a Adri? ¿O te perdiste entre los libros? jajaja – me dice soltando una carcajada que me deja más tranquilo. Por detrás asoma Adrián, mordiéndose el labio en plan: “casi nos pillan”

¡NOOO! no quería, que me tratase ahora como su cómplice, como si fuese yo el que quería que aquello ocurriera.

Sin ponerle más preocupación fuimos a desayunar Adrián y yo.

Pasamos la mañana, tras haber recogido nuestras maletas, en una pequeña playa en la que apenas hay bañistas, con palmeras muy agradable, era silenciosa, con apenas diez personas, y dos barquitas…

Hacía un calorcito agradable, mientras Patri y Toni se pasan la pelota en el agua, los demás estamos tumbados en la arena jugando a las cartas bajo una palmera, era como estar en el paraíso, la brisa soplaba y Kilian estaba radiante, estábamos todos bronceados excepto Adrián, que estaba la mayoría del tiempo en la sombra. Éste, no hacía más que mirar hacia mí, me estaba haciendo ojitos.

- ¡Venga, vamos al agua!, ¡Que me estoy achicharrando! –dice Adrián sin más dilación…

Me agarra del brazo y me tira  un puñado de arena para que corriera delante de él hasta la orilla…

- ¡Chacho para ! -Digo yo riendo

- Venga venga, camina que estoy que quemo, y como te toque te quemas tú también . –Dice Adrián

- Tranquilo, que yo también estoy que quemo . – digo sin doble sentido.

- Eso lo noté desde esta mañana… - me dice Adri con cara desafiante soltándome una pulla y esperando que Kilian no haya oído nada.

Nos adentramos en el agua, que estaba algo fría, pero muy agradable, son las 14:05  y la playa había triplicado los bañistas, hay bastante gente en el agua, de nuestro grupo estábamos él y yo, solos nadando tranquilamente y los demás jugando en círculo a lo lejos en aquella rubia y brillante arena.

- Venga, ¡a ver quién aguanta más bajo el agua ! - dice Adrián riendo.

-      Vale, tú primero…

- De acuerdo, cuenta…3…2…1, y se sumerge tapando su la nariz con dos dedos.

- 1…2…3…4…5…6…7…8…21…30…40…50… y sale del agua.

- Venga ahora tú…

Sumerjo la cabeza, y solo escuchaba el chapoteo de otras personas bajo el mar, abro los ojos y sin taparme la nariz, miro el paquete de Adrián bajo aquella agua cristalina, tenía un bañador corto color cielo muy ajustado, estaba tan cerca de mi cara… tenía ganas de abalanzarme sobre él, los segundos me parecían mili segundos, no quería que aquella visión terminara nunca….

Estoy a punto de salir, cuando Adrían se sumerge conmigo, y bajo el agua me da un beso en la boca, salimos los dos a la vez, y abro los ojos como lupas:

- ¡Adrián que te pasa!, ¡que nos pueden ver! - digo mirando aquella boca que me comería enterita…

- Es verdad, perdón ya lo haremos otro día… - dice sin remordimiento-

- Vamos a dejar las cosas claras, eres un tío guapo, “hetero” que yo sepa, no sé si me estas poniendo a prueba o qué, pero yo estoy muy bien con Kilian y no quiero que lo estropees por un capricho…

- ¿Crees que eres un capricho para mí, Leo? Eres más que eso, me pones mucho, me atraes mil veces más que cualquier una piva con la que haya estado, nunca me había pasado esto con un hombre, pero paso de estar ocultándote lo que siento, además eres una persona genial, si no es por Kilian ya te hubiera follado ese culito tan perfecto que tienes… - Insinúa Adrián, pasando su mano por la parte trasera de mis bañadores…

Me aparto hacia atrás y quiero desaparecer de esa playa, solo quiero estar con Kilian y por mucho que me puede atraer físicamente este chico, no podía dejar llevarme por la lujuria y el calentón del momento.

No sé qué decir ni qué hacer, me doy la vuelta y me marcho a la toalla… mi cara en aquel momento en un cuadro, no sabía ni como ponerme…

Kilian se acerca a mi cara, y me da un beso, mientras los otros están a lo suyo, o leyendo, o escuchando música…

- ¿Está muy fría el agua?

- No, está buena, pero prefiero estar aquí contigo

- Sí, esta buena el agua Kili… - dice Adrían como si no hubiera pasado nada…

Adrián se tumba a la izquierda de Kilian, y yo a su derecha, me acerco a él y cojo su brazo para que me abrace bajo los suaves rayos del sol, que calentaba pero no quemaba… solo quería estar junto a mi “Zeus”, no podía dejar que el amigo cachas lo fastidiara todo…

Son las 16:37 de la tarde, y Kilian me despierta de mi ligero sueño, me coge de la mano y me levanta, dice:

- Me acompañas al baño, ¡no recuerdo donde estaban! - Dice mintiendo

- Vale, vamos… - le sigo el juego.

Lo llevo casi arrastras a paso ligero, hasta los baños de madera, que había tras el aparcamiento de tierra al final de la playa, tras unas palmeras algo más pequeñas que el resto. Eran grandes, muchos retretes tras puertas marrones rodeaban la zona de chicos. En uno de ellos sale abrochándose la cremallera un muchacho pelirrojo que estaba como un tren. Se lava las manos y sale rápidamente…

Kilian me coge ahora por el codo con fuerza y nos mete en uno de los últimos retretes, donde casi no deba la luz… me empuja contra los azulejos y me besa apasionadamente.

- Te follaba aquí y ahora muy, pero que muy duro, - me dice mientras me besa cortando cada palabra con un buen morreo.

- ¿Y a qué esperas?… - le digo con los labios llenos de sus ricos besos…

Me agarra por las nalgas y desliza sus manos por todo mi cuerpo, estoy excitado al máximo, siento como late mi polla, tanto que noto cómo se sale de mis cortos bañadores. Me coge por la cintura, y enredo mis piernas sobre las suyas, colgado y cruzando mis brazos sobre su nuca, mientras me besa, chocamos varias veces contra las paredes de madera, mientras acaricio el pelo corto del final de su cabeza, y su olor a crema corporal… entran dos chicos más y orinan en los retretes de pared.

Kilian me tapa la boca, y me dice muy cerca de mi cara, “ como me pone que nos oigan… ” siento que mi polla va a reventar…

Se sienta en el retrete y me baja el bañador aun algo mojado por el agua, se saca el hermoso y moreno rabo que lucía más lubricado que nunca, me penetra y suelto un quejido, (esos chicos siguen ahí… y cada vez me ponía más cachondo…)

Con una mano me masturba, dándome un placer inimaginable y con la otra me garra de la cintura, siguiendo mis movimientos vibrantes contra su vil nabo…

Tras varios minutos, los chicos salen, creo que se habían quedado para escuchar, así que en ese momento me dejé llevar y no retuve mis emociones.

Jadeando y gozando como el que más, me baja de sus muslos sudados y calientes, giro si culo, y ahora me tocaba a mí, de pie y con sus brazos apoyados contra la pared de madera, lo penetro sin compasión, una y otra vez, mientras apretó su cara masajeándola hasta su cuello. Mis huevos chocan contra sus chispeante y fogosas nalgas, estoy a punto de correrme… saco mi incesante polla y me corro en su espalda sin poder evitarlo…

Ahora masturbo a Kilian y luego meto su gran miembro en mi boca, casi no me entra pero hago todo lo posible para que así sea, una y otra vez hago que choque con mi garganta, sintiendo su líquido pre-seminal lubricando mi boca sedienta de placer.

- ¡Estoy a punto de correrme !, me avisa con la voz ahogada, mi Adán del paraíso…

Masturbo sin cesar y se comienza a correr en mi ardiente y marcado pecho, sin apenas poder respirar… hacía mucho calor y se notaba en el ambiente… Kilian me levanta y chocamos nuestros cuerpos bajo un beso caliente y excitante, a la vez que lo hacen nuestras jugosas pollas, y nuestros cuerpos llenos de aceite solar (…)

Salimos del baño y nos metemos en la ducha que hay justo al lado de la salida, con un chorro rápido eliminarnos todo rastro de nuestro semen y sudor, sabiendo que teníamos la pinta de haber salido de una película porno (…)

Son las 17:30 y los chicos estaban recogiendo pues a las siete ya regresaríamos rumbo a la capital…

Estábamos todos bastante agotados, y tras aquellos días tan movidos, teníamos ganas en parte de regresar a nuestras casas. Cogemos nuestras pertenencias y nos dirigimos a la villa, cada uno nos preparamos e intentamos recoger, con música, lo que quedaba…

¿Qué pasará con Adrián una vez llegaríamos a nuestras casas tras aquellas muestras de deseo que mostraba hacía mí?, ¿Se lo contará a Kilian?...