Lento, Lento, Rápido Rápido, Lento
Uno de mis primeros relatos, hoy necesitaba de esa chica...y que mejor manera que las letras para entrar en su cuerpo...
Lento, Lento, Rápido Rápido, Lento.
Un dulce olor llega a mi nariz, me desveló e intento descubrir de donde viene. Tras unos segundos oliendo en la habitación, descubro de donde viene… las sabanas. En la parte izquierda de la cama hay un olor dulce, suave, cálido, excitante… huele a mujer.
Me apetece olerlo todo el tiempo, hoy voy a dormir en ese lado de la cama, ese olor me ha enganchado.
Quedo quieta, oliendo una y otra vez y en mi cabeza se produce un reflejo de ese olor. Es una mujer provocadora, con unas curvas para perderse en ellas, y unos senos deliciosos.
De repente me siento muy excitada, mis pezones se han puesto duros, y me apetece acariciarlos envuelta en ese olor. Tengo ganas de tocarme, pero quiero que me toque ella, esa mujer de apetitosos labios.
Mis ojos se cierran, comienzo a imaginar.
Ha sido una noche muy loca, hemos salido de fiesta, hemos bebido mucho alcohol, y las feromonas están a flor de piel.
Dormimos juntas, cada una en una esquina, pero no podemos conciliar el sueño, y tampoco hablamos nada. Nuestros pies se tropiezan debajo de las sabanas varias veces pero no decimos nada.
Cierro los ojos y me de repente me duermo. Minutos después me despierto alterada, pero me encuentro con que mi mano está apoyada sobre su teta, solo nos separa la fina tela de la camiseta. Ella está dormida también, asique aprovecho y la acaricio un poco y veo como su pequeño pezón se pone erecto, y me dan ganas de morderlo, pero tengo que parar no sea que se despierte.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, quiero seguir, quiero comerme a ese mujer de rubio cabello, quiero oler su sexo, saborearlo, jugar con el. Siento impotencia, me la quiero follar.
Ella se gira, y se choca contra mí, abre los ojos y me mira. Hay un silencio entre esa mirada, cuando sus boca se abre y me dice en voz baja… ¿por qué no sigues acariciándome los pechos? No digo palabra alguna, sinceramente me muero por hacerlo, y no lo dudo ni un segundo, mis manos van directamente a sus senos y comienzo a acariciarlos. Sus pezones se ponen muy erectos y los pellizco, su cara está cambiando, su expresión es sensual, se muerde el labio y me mira sin decir nada. Mis manos empiezan a jugar con ella. Mientras le acaricio también bajo mi mano por el costado, la barriga, le acaricio la cara, le paso mis dedos por sus labios, y me arrimo más y más a ella.
La respiración empieza a tomar un ritmo… lento. La miro y le empiezo a quitar la ropa. La camiseta cae al suelo, y mi lengua se cruza con sus pezones y comienzo a lamerlos, mordisquearlos, chuparlos y de su boca empiezan a salir un pequeños gemidos…lentos.
Ya ha comenzado el juego y no se puede parar. Pero yo tengo muchas ganas de jugar con esa chica. He descubierto que tiene un piercing en el ombligo… empiezo a bajar desde sus senos lamiendo su cuerpo…llego al ombligo y me paro…la miro… y le meto mi mano por dentro de la braguita.
Está totalmente mojada y caliente. Mis dedos se resbalan fácilmente y quieren jugar…rápido.
Comienza así un vaivén de movimientos, y de su boca comienzan a salir gemidos más…rápido.
Esta chica ya es mía, está disfrutando, ella no dice nada pero su cara y su cuerpo me lo gritan. Se mueve desenfrenada, sus caderas bailan, sus senos están más duros que nunca, y sus manos agarran la almohada. Lo que ella aún no sabe que lo mejor viene ahora.
Paro en seco, la miro y le arranco las braguitas húmedas. Las huelo y la miro. Le abro sus piernas para que me enseñe su coñito caliente. Me acerco poco a poco, mmi respiración le roza y ella mueve la pelvis para que mi boca vaya a ella, pero no es el momento aun. Con un dedo empiezo a acariciarla muy muy….lento. Ella no puede aguantar más, y de su boca sale una palabra: cómeme. Ha dicho la palabra mágica.
Mi boca se acerca, y empiezo a pasar mi lengua por el interior de sus muslos, y por el camino me encuentro con su sexo totalmente mojado pidiéndome a gritos que lo lama, y así comienzo muy…lento. Su sabor es dulce, y me gusta. No quiero parar de saborear ese manjar, por lo que sigo muy… lento, haciéndola sentir cada movimiento de mi lengua dentro de ella.
Rápido, así es como me la como ahora, mientras mi lengua juega con su clítoris mi mano también entra al juego, y la penetro con mis dedos. Para que sienta doble placer, para que sienta como me la estoy comiendo y a la vez me la estoy follando…rápido.
Sus gritos son una canción para mis oídos. Grita y grita y pide más y más, no quiere que pare. Que siga, que la haga perder el conocimiento, que la haga sentir como nadie lo había hecho anteriormente. Y poco a poco su cuerpo empieza a agitarse, a moverse, dislocarse, su respiración es entrecortada, sus gemidos son profundos, y… lento…muy lento bebo de ella todo.
Un rayo de sol entra por la ventana, despierto y me encuentro enrollada en la sabana. Con ese olor de aquella chica…