Lentamente 2

Ella se acerca cada vez más a mí, pero esta vez a diferencia de todas las veces anteriores no retrocedo ni tampoco dejo de verla a los ojos...

Chica:

Gracias.

–Finalmente se sale con la suya esta chica, entra y se dirige hacia mí--

¿Y tú quién eres? Bueno eso no me importa, estás en mi lugar, muévete.

Aby:

¿Quee?

–Lo que me falta--

Chica:

Y aparte sorda, que te quites.

–Me levanto y me doy cuenta que quedo a la misma altura que ella, aunque ella trae tacones, y la miro fijamente a los ojos.

.

Aby:--Por lo menos tiene lindos ojos, son color miel, grandes y expresivos. Creo que la he intimidado, porque decide pasar de largo—

Se termina la primera clase y vienen dos más antes de un pequeño receso, logro poner atención, no lo suficiente, pues ese pequeño incidente con esa chica de la cual

aún desconozco su nombre me ha puesto un poco inquieta. Sumándole a ello que soy “la nueva” y con ello vienen las típicas presentaciones, algo que siempre he detestado, pues no les es suficiente con saber mi nombre, sino que además tengo que decir qué me gusta, qué no me gusta, por qué elegí ésta carrera, de dónde vengo, por qué estoy aquí y bla, bla, bla, toda una autobiografía, bueno quizás exagero un poco, pero a mí así me parece y esto ha logrado ponerme un poco de mal humor.

Durante éstas tres horas he sentido la mirada pesada de alguien, probablemente se trate de ése chico, de ese tal mmm Román, pues no pierde oportunidad de acercarse a mí con cualquier pretexto tonto, como sea, decido restarle importancia y enfocarme a poner atención, pues si estoy aquí es por haberme ganado una beca y no quiero perderla, tampoco es que sea una matada, simplemente tengo la suerte de que con sólo poner atención logro entender perfectamente los temas, y cuando no sucede así solo repaso y pregunto.

Si fuesen otras las circunstancias disfrutaría de todos éstos cambios y estaría realmente feliz, pues fue algo que siempre desee, el tener la oportunidad de poder salir de mi lugar de origen, estar en otra ciudad, estudiar en una universidad de prestigio, conocer gente nueva, divertirme, contagiarme de las locuras de Paula, cometer errores y aprender de ellos, etc.

Pero no, mi vida cambió totalmente desde aquel horrible día que mi padre tuvo ese fatídico accidente, dejé de ser la chica positiva y alegre, para convertirme en lo que ahora soy; una persona aparentemente sin sentimientos y emociones, con el corazón roto y con una fuerza que no poseo, pero que deseo transmitirle a mi madre.

El bullicio de mis compañeros logra sacarme de mi trance mental, para darme cuenta que la clase ha terminado y todos comienzan a salir, sigo sintiendo esa mirada pesada, decido finalmente voltear y encarar a mi compañero con complejo de galán.

Aby:

¿Se puede saber qué tanto me ves? –

*Oh sorpresa, no se trata de mi “queridísimo” Román, me encuentro nuevamente co

n la chica de ojos miel acompañada de sus amigas, quien me ve con una risa burlona -*

  • ¿Ahora tú eres la sorda?, te hice una pregunta.

Chica:

Y a mí no me da la gana contestarte.

– Sin más sale del salón acompañada de sus amigas y dejándome sorprendida.

Me pongo mis audífonos y me dirijo hacia la cafetería, busco el lugar más apartado y tranquilo, comienzo a ordenar mis apuntes, termino mi desayuno y comienzo solo a observar, a lo lejos veo a la chica, está muy sonriente y sus acompañantes parecen disfrutar de su compañía. Tal vez yo exageré con mi actitud y me porté mal con ella, será mejor que vaya a disculparme, después de todo compartiremos aula por el último año que nos queda de universidad, y si bien no vine a hacer amigos tampoco enemigos.

: A ti te andaba buscando, ¿a dónde vas hermosa?

Aby:

Me asustaste.

Paula:

Para variar, así tendrás la conciencia amor.

Aby:

Ja-ja .

Paula:

Bueno, bueno, o buena, buena?

– lo dice mientras me toma de la mano para darme una vuelta --.

Aby:

Paula!!!

Paula:

¿Qué?!, no me grites mujer que aquí estoy y además yo soy muy sensible, jajaja. ¿En qué estaba? Así, el punto es que no me has dicho a dónde ibas con tanta prisa.

*– Me lo dice levantando ambas cejas, como cuando mi madre me

sorprende ocultándole algo. Inconscientemente volteo a ver a la chica y aún sigue ahí con la misma sonrisa de antes --*

Aby:

Al baño, a dónde más iba a ir con tanta prisa.

– Paula ladea ligeramente su cabeza, voltea a ver a la chica y luego vuelve a verme a mí, oh no, me ha descubierto --.

Paula:

Abigail Ortiz no me digas que ibas a hablarle a esa tipa.

Aby:

No, ¿de dónde sacas eso?, ya te dije que iba al baño.

Paula:

Abigail los baños están en dirección contraria hacia donde ibas, me sorprendes, ¿qué tienes tú que hablar con ella?

– Que tonta soy, efectivamente los baños están en dirección contraria. Pero por qué se molesta tanto? Si es ella la que siempre me está diciendo que cambie de actitud, que haga amigos, que vuelva a ser la de antes –

Aby:

Ok, y si así fuera, ¿cuál es el problema?

Paula:

El problema es que esa chica, es una creída, caprichosa e insoportable.

Aby:

Uuuyy alguien está ardida porque no le hicieron caso jajaja.

Paula:

Yoo, intentar andar con ella? Jamás, aunque está re bien la condenada, pero no ni así.

Aby:

Ok, ¿te hizo algo en particular?

Paula:

Fernanda Rangel a mí me respeta y el día que se atreva a meterse conmigo vivirá eternamente arrepentida.

– Fernanda, así se llama –

Con el tiempo y cuando la conozcas mejor, te darás cuenta por qué te lo digo. Además no te conviene, es 100% hetero y ha andado con todos los chicos de ésta escuela.

Aby: Mi muy querida y experimentada amiga, NINGUNA mujer es 100% hetero.

Paula: Pues Fernanda si. Oye, como que estás mostrando mucho interés por ella, ¿a qué viene eso?

Aby:

Que, acaso estás celosa?

– Me acerco juguetonamente a Paula, esta vez seré yo quien juegue con ella, para que vea que se siente --

Paula:

Para nada, sé muy bien que mueres de amor por mí y que sólo tienes ojos para mí, pero lo sabes disimular muy bien.

Aby:

¿Así?

*– Paula asiente con su cabeza, mientras se acerca cada vez más a mí, pero esta vez a diferencia de todas las veces anteriores no retrocedo ni tampoco

dejo de verla a los ojos --*

¿Y qué más?

Paula:

También se que mueres de ganas porque te bese en este preciso momento

– Trato de mantenerme seria y no reírme ante su comentario –

Aby:

No me digas.

Paula:

No, ya sé que quieres más acción y menos palabras.

– Se acerca más todavía quedando a milímetros de mi rostro, ve mis labios para luego regresar su vista a mis ojos. Oh por Dios me va a besar!

Hola muchas gracias a todos por sus valoraciones y comentarios, tanto constructivos como de apoyo,

espero les haya gustado ésta segunda parte.

Saludos!