Lefas

Un adolescente pajero espía a su recién llegada vecina, una madura cuarentona que es azafata, ella le tiende una trampa para poder manipularle y prostituirle

En el colegio nacional de Bachillerato Santo Tomas de Aquino, suena la sirena que marca el fin de la jornada.

Senén Castro se apresura a salir el primero, tiene demasiada prisa, y corre hacia la escalera sin atender la llamada de Alexander, su único amigo.

-          ¡Senén!  - ¿No te quedas a echar un partido?  - Pero… Sen     - Alexander grita con su característica voz aguda e infantil. Otra voz que procede del lado contrario también le grita: ¡¡¡LEFASSS!!! NO TE PIRES QUE VAMOS A JUGAR CONTRA LOS ZOMBIS. Es Rey Temblas, el matón del cole. Pone motes a todo el mundo, a Senén le llama Lefas (porque a veces trae manchitas de semen seco alrededor de la bragueta, huellas y señales de algún alivio rápido) - Y Senén contesta, mientras su voz se evapora al ir tomando distancia:

-          ¡No!  - ¡Tengo cosas importantes que hacer!   -  ¡Que os den por culo a todos! – Lo dice tajante, evitando cualquier tipo de insistencia por parte de Alexander o de cualquier otro de los compañeros de juego. Y Rey Temblas vocifera: ¡¡¡VAS A MORIR LEFASSSS!!!

Sigue a toda pastilla. Sortea como puede a los grupillos de chavales que van saliendo de las aulas en tropel, hasta que llega a la puerta de hierro que da a la calle y sale atravesando la acera, cruzando   la carretera por todo el medio, sin mirar, esquivando los coches que le salen a derecha e izquierda que hacen sonar el claxon como enloquecidos.

Aunque la respiración se le acelera, solo quiere llegar cuanto antes a su destino.

Ahora enfila por el Paseo de Las Acacias, y a unos doscientos metros ve el tumulto de salida que se produce en el colegio femenino de Las Anunciatas. Entre los corrillos que se forman y pese a que todas van uniformadas, consigue distinguir a la chica de sus sueños, Alicia de la Peña,  y al llegar a su altura aminora la carrera, las “compis” del corrillo la avisan a codazos con gestos  y entre risas de complicidad.

Ella saluda sonriente y  sin llegar a levantar el brazo completamente, la mano se desvanece al paso de Senén, que  continua  con su carrera en solitario, tan solo dice adiós sacudiendo la cabeza, pero le sale un gesto que roza el ridículo, lo que le hace sentir como un idiota, y piensa: - menudo corte….¡tierra trágame!  Y se esfuma acelerando a toda velocidad.

Según prosigue con su carrera enloquecida, ahora piensa en Alicia, la cara que se le ha quedado. Sin duda  esperaba que hubiese  parado para hablar con ella como siempre que se encuentran. Como explicarle…que explicarle. Nadie tiene tanta prisa  a no ser que se trate de una cuestión de vida o muerte o simplemente se le haya ido la chaveta. ¿Estará enfadada? ¿Se sentirá tan avergonzada como yo? ¿Qué le habrán dicho su grupo de cotorras místicas?

Pero Senén pasa de capitulo rápidamente, ahora está en otra cosa. Y se concentra en seguir avanzando.

Ya está cerca de casa, tan solo a un par de manzanas más.

Para ganar tiempo, decide atajar atravesando el solar del “campo de las ratas”.  Da un brinco y se agarra a lo alto de la tapia que cierra el solar y trepa ayudándose de las puntas de los pies y las rodillas.

Recuerda que en el solar a veces hay un perro, el León, un enorme dogo que guarda la obra colindante al solar. Senén tiene terror hasta de los caniches, pero no se lo piensa y salta, cae sobre unas tablas haciendo un estruendo que le deja paralizado durante un par de segundos y, a la vez que contiene el aliento, piensa que tenía que haber saltado un metro a su derecha para evitar esos ruidosos tablones y se maldice para sus adentros – imbécil – imbécil – imbécil -  mientras espera que su quietud le devuelva el silencio.

Un ladrido rompe sus deseos. Es “León” desde su puesto de guardia. Esta lejos, probablemente atado, pues todavía se ve movimiento en la obra y sabe que mientras trabajan los obreros,  lo mantienen cautivo. Se lanza a toda velocidad para atravesar el solar. Un grupo de ratas sale en desbandada. Una, algo despistada se le cuela entre los pies y Senén la intenta esquivar cambiando el paso bruscamente, pero se tuerce un tobillo y cae encima de unos escombros de yeso y azulejos rotos.

Se ha hecho daño, pero a lo lejos escucha el chirriar de la cancela metálica  que conecta con la obra. Están abriendo para que León se desfogue corriendo tras las ratas.

León vuelve a ladrar, seguramente por el ruido tan aparatoso de los trozos de azulejos que suenan como cristales rotos.

Senén desde el suelo puede ver venir al perro asesino a toda velocidad.  Esta a unos pasos de la segunda tapia, así que se incorpora y corre, escucha al perro jadear cerca y vuela de un salto hasta alcanzar el borde de la tapia con las manos. Pero León ya está a medio metro y salta a su vez consiguiendo arrebatarle un zapato.

Senén, aunque sin un pie, ya está al otro lado y vuelve a trepar por la tapia, sabe que el perro no puede alcanzarle a esa altura, tiene que ver la forma de recuperar el zapato para poder seguir su camino.

Desde lo alto, ve a León. Esta tumbado y parece tranquilo. Entre sus patas tiene el zapato que desmembra a mordiscos ante sus ojos. Intenta disuadirle gritando que se marche y moviendo la mano de forma amenazante, pero León no parece escucharte, nada puede separarle de su presa y en unos segundos el zapato parece  un cartón mojado y deshecho.  Ahora León ya sin nada entre las fauces, mira para arriba. Es una mirada fría y seria. Desafiante.

A Senén se le hiela la sangre y se caga por las patas abajo. Nunca lo vio tan de cerca. Es aterrador y toma conciencia del peligro que ha pasado tontamente. Despacio y sin quitarle ojo al can se vuelve a bajar deslizándose sobre  las puntas de los pies hasta perderle de vista y  tocar suelo,  entonces resopla y al distenderse se  le suelta lo poco que le queda entre las tripas.

Ahora, apenas puede correr, entre el zapato perdido y la gran cagada más bien parece sacado de una película de Cantinflas.

Senén entra en casa. Ha abierto con su llave y escucha a sus padres en la cocina. Tienen la puerta cerrada y no le oyen llegar así que aprovecha para entrar rápido y cambiarse, lavarse el culo en el bidet y ponerse otros zapatos.

Al terminar aparece para saludar.

-          Hola hijo. - ¿ya has llegado?  Dice su madre.

-           ¿como es que no te has quedado a jugar a futbol?

Su padre, sin decir nada, sale de la cocina. Últimamente no tiene nada de qué hablar con él  y andan a la gresca. Hace algún tiempo que no se entienden  y se evitan.

-          Tengo que estudiar y preparar un trabajo, así que me voy a la habitación, y no me molestéis, díselo también a papa ¿vale?

-          Muy bien hijo.

Senén se encierra en su habitación, echa un pequeño pestillo y le entra una emoción que a la vez le genera un cierto estado de ansiedad.

Ahora nada puede interrumpir el momento más esperado y ansiado de la semana.  A continuación mira a través de la ventana como esperando algo que tiene que ocurrir, gira la cabeza para ver la hora que da el reloj de la pared, son las cinco y cuarto y a partir de ese momento el segundero con su - tac- tac- incesante se hace un hueco  en  su cabeza y resuena en ella todo el tiempo.

Está de pie y se queda observando  con atención las ventanas que tiene  en frente. Son tres: la primera es la cocina, tiene vidrios translucidos y una de las hojas esta ligeramente corrida. La segunda es una pequeña ventana estrecha y alargada que da al baño y la tercera es la ventana del dormitorio que tiene la persiana bajada hasta la mitad y unas cortinas internas casi cerradas del todo, aunque se puede ver perfectamente medio cabecero de la cama y el espejo del tocador.

Senén saca un cuaderno y el libro de lengua nervioso y sin quitar ojo a la ventana de enfrente, lo planta encima de la mesa y se sienta, inclinado hacia adelante tocando la nariz casi con el cristal, mientras se acaricia de forma casi inconsciente con las yemas de los dedos el prepucio por encima del pantalón que se hincha y se abre como un capullo desplegando sus pétalos.

Vuelve a mirar la hora. Esta nervioso. Se ve una sombra a través del cristal translucido del baño de enfrente.

Acaba de llegar. La silueta es inconfundible, es ella. Puntual  como todos los viernes.

Se le acelera el pulso y le da un sofoco, siente sus mejillas enrojecer  y mucho  calor repentino. Corre las cortinas dejando un pequeño espacio por el que ver sin ser visto pero la sombra  se  desdibuja  hasta que desaparece.

Ahora que está bien camuflado pasan los segundos, son eternos y resuenan en su cabeza a través del viejo reloj de pared y piensa que al cerrar las cortinas se ha distraído y probablemente se habrá perdido algún detalle importante. Le surge la duda de si Waleria habrá visto el movimiento de cortina y eso la ha puesto en alerta (la próxima vez deberá preparar antes el puesto de guardia) piensa.

Otra vez vuelve la sombra a través del vidrio, lo cual le tranquiliza. Significa que Waleria no le ha visto. Ahora vuelve el movimiento, es una mancha en la que tan solo se diferencia el pelo amarillo pajizo, de su uniforme azul celeste  y el resto queda a la libre imaginación.

Waleria es azafata de aviación tiene unos 40 años pero muy bien llevados, tan solo lleva tres semanas en el piso, vive sola y alguien comento que es Polaca.

Ahora Senén tira de bragueta y se saca el pene. Se dispone a entregarse al onanismo mientras observa el espectáculo.

Sabe lo que va a ocurrir, lo ha visto en otras ocasiones ocasiones mas, y su imaginación se adelanta a la escena.  Se la menea con movimientos lentos para no perder ripio.

No debe de perder detalle ni concentración, así que lentamente se desabrocha el botón del pantalón y tira de el hacia abajo sin ni si quiera parpadear. No lleva calzoncillo, el cagao lo tiro por la ventana del patio de luces para no dar explicaciones, así que continua el movimiento mientras con la otra mano se acaricia los huevos en círculos con la yema de los dedos.

Waleria pasa a la cocina, y a través de la pequeña abertura de la hoja izquierda puede ver parte de su cuerpo y cara con total nitidez. Se ha desabrochado el uniforme y se le ven parte de sus grandes senos que aunque algo caídos son las tetas que todo hombre quisiera tener entre las manos para jugar a hacer formas como si fueran de  plastilina.

Grandes y pesadas. De piel fina y elástica. Llenas y con movimiento natural, con preciosas aureolas lisas, limpias y brillantes. – Senén no puede parar de meneársela, tiene los ojos como platos, la cara rígida y la boca abierta en  “o” de donde descuelga un hilo largo de baba que le hace parecer idiota.

Ahora Waleria pasa al cuarto de baño, y se planta desnuda encuadrada entre los marcos de la ventana. Parece una Venus.

Seguramente no es consciente de la baja opacidad del vidrio y que se la ve con casi total nitidez, o quizá es una provocadora exhibicionista y sabe que la están viendo.

A Senén eso le da igual, solo quiere su buena paja, larga, cálida y distendida.

El espectáculo es brutal… Ella es brutal…

Se pasa la esponja bajo los pechos que se proyectan como misiles apunto de lanzamiento. El culo también se lo jabona haciendo posturas casi obscenas que remarcan sus formas y anchas caderas e incitan, si se diera el caso, a una follada salvaje e irrespetuosa.

Y finalmente se lava la cabeza. Se frota el pelo. Tiene las manos detrás de la nuca y esta de lado, recuerda a las actrices porno cuando se disponen a recibir una corrida en pleno rostro.

Senén ya está a punto, ya no puede pensar, tan solo quiere correrse, explotar imaginariamente en su precioso rostro y en su boca entreabierta… cuando de pronto algo interrumpe su concentración.

-          ¡Anda que vaya espectáculo!  Escucha a mama hablar en alto  por el patio desde la ventana de la cocina. Y al momento escucha pasos por el pasillo, se ve que va en busca de papa para contárselo indignadísima.

Senén  intenta seguir con su tarea, no es momento de interrupciones inoportunas. Solo espera que mama se calle un poquito la boca y deje las cosas estar. Pero ahora oye discutir a mama y papa:

-           Así que estabas cansado y venias a echar una cabezada y te encuentro espiando a la puta esa.  - ¡Se te tenía que caer la cara de vergüenza! - ¡Con migo ya no quieras nada!   -  ¡Te vas con esa zorra pero a mí ni me tocas más!

-          Pero que yo no estaba mirando…  - pero que dices… - tu estás loca… - A quien?

Y escucha los pasos de mama que vuelve a la cocina tras dar un portazo.

Menuda pillada mama a papa. Que cabron. Y a la chita callando. – Se queda pensando -

Senén se  guarda la polla y se aleja de la ventana por si le da a mama por comprobar si  también está viendo la “película”.

Todo está en calma y parece que mama no ha reparado en el todavía tiene tiempo muerto  a su favor así que vuelve   a su puesto.

Waleria sigue en el baño, por suerte no ha escuchado nada, esta secándose el pelo y las tetas.

Senén saca de nuevo la verga nervioso. Quizá solo le quede una última escena para terminar. Debe apresurarse, prefiere una buena paja realista que no imaginaria.

Waleria sale del cuarto y pasa al dormitorio, está de espaldas a él y puede verle el culazo entre el hueco de las cortinas. Ahora se agacha, mueve los muslos estira los brazos y se pone un pequeño tanga de hilo que estira como una goma y luego asienta sobre la piel  remarcando más las redondeces de sus glúteos.

¡QUE PASADA SEÑOR!   ¡ESTA COMO UN TREN!  - musita ente dientes.

Por suerte su mama desde la cocina no tiene Angulo suficiente para verla y eso parece mantenerla en calma. Pero…  si papa está viendo lo que yo,  se la debe de estar pelando oculto  como un cobarde, aunque un padre nunca hace eso, piensa Senén.

Ahora Waleria se pone crema corporal en las piernas y en los cachetes del culo, se la extiende de forma rítmica y se aplasta las nalgas con las palmas abiertas. Al bajar hacia los tobillos se queda totalmente ofrecida unos segundos, haciendo un pequeño bailecito, hasta que se incorpora y se mira al espejo. Por delante, por detrás, de lado y cuando ya se ha visto bien, termina sentándose en la cama. Se agacha, parece que se está poniendo unos zapatos. Se vuelve a incorporar y ha ganado altura, se ha subido en unos altísimos zapatos de tacón, y se pasea por la habitación moviendo las caderas, totalmente desnuda, tan solo con su minúsculo tanga. La crema le ha dado mayor intensidad de color a su piel ligeramente bronceada con un tono anaranjado brillante y luminoso.

Con los tacones puestos y el tanguita de hilo se sienta en la cama y se prende un cigarrillo al que da una bocanada profunda mientras hace una llamada de teléfono.

Senén puede ver su cara envuelta en una media melena que cae en forma de ola sobre su rostro, y mientras habla, sonríe y gesticula con coquetería.

Ahora cuelga el teléfono y al levantarse se vuelve a mostrar ante Senén que se apura la verga y se tira de la piel del escroto como si se lo fuera a arrancar hasta que comienza el viaje sin retorno, largando con fuerza chorros de semen que siguen distintas trayectorias terminando por embadurnar las cortinas, la pared y el suelo mientras Senén contiene la respiración jadeante.

Waleria se ha puesto un chándal y se ha estado cepillando el pelo frente al espejo y a continuación desaparece.

Senén cierra la cortina y se seca el prepucio con un calcetín que hace desaparecer arrojándolo bajo su cama.

Ahora trata de centrarse en el trabajo de lengua que tiene que presentar, aunque sigue excitado, quizás la carga erótica no la haya podido mitigar con una sola zurrada y aunque la intención de estudiar fuera realmente encomiable, la excitación es más fuerte que su predisposición y su mano vuelve a la fase uno. Toqueteo con las yemas de los dedos del prepucio por encima del pantalón. Tirada de bragueta y extracción de la verga  terminando en meneo compulsivo esta vez tirando de memoria de visión real y reciente.

Suena el timbre.

-          ¡Han llamado a la Puerta!  - Grita la mama.

Y tras unos segundos se oyen los pasos de Teodoro. El papa de Senén.

Senén se queda paralizado. Tiene el rabo medio guardado, esperando saber quien llama y si será algún asunto que tenga que ver con él para saber si prosigue o no.

Escucha una voz femenina y planta la oreja en la puerta. Es la vecina de enfrente, ¡Waleria!:

-          Hola, buenas tardes. Mira me llamo Waleria, soy tu vecina de aquí.

-          Encantado Waleria, mi nombre es Teo. ¿en qué puedo ayudarte?

Mama sale de la cocina como una exhalación al escuchar a Waleria y saluda con un solemne buenas tardes, marcando su terreno, e incomodando la situación mientras permanece en silencio.

-          Hola yo soy Waleria. Ahora se dirige a Julia, para ganarse su confianza, pues entiende por como la mira que es el hueso difícil de roer, y extiende su mano para saludar formalmente.

-          A…Hola, yo soy Julia.  - Mama no se esperaba la reacción de Waleria.

-          Mira Julia soy vuestra vecina y no se a quien podría dejar un juego de llaves de casa. Yo soy azafata de vuelo y tengo que estar fuera el fin de semana y resulta que mi marido llega el domingo y no tiene llaves para entrar. Necesitaría poder dejárselas en algún sitio donde pudiese recogerlas.

Julia ahora se siente cómoda, Waleria parece una mujer formal y educada, además desde que ella entro en escena a Teo le ha dejado en un segundo plano y esos detalles, entre mujeres  son my valorados.

-          Bueno a mi no me importa guardarlas aquí y dárselas a tu marido. No hay problema. Dice Julia.

-          Pues muchas gracias  Julia! Toma te las dejo. Mi marido se llama Romualdo, bueno, Rom. Pasara el domingo por la mañana. Muchas gracias y encantada de conoceros. Si necesitáis cualquier cosa ya sabéis donde estoy. ¡buenas tardes! ¡chao!

Senén se queda en silencio. Quiere saber si papa y mama comentan alguna cosa, cuando escucha pasos y Teodoro golpea su puerta con los nudillos diciendo:

-          ¡Tú!   ¿Qué haces?   ¿no te estarás zurrando la sardina eh?

Estas son las cosas que no soporta Senén de su padre. Son arrebatos que no vienen a cuento. Mas cuando el único pillado en plena gayola ha sido él. Siempre que se enfada con Julia lo paga con él.

Senén grita enfadado: -  ¡Estoy estudiando, me quieres dejar en paz!

Y al otro lado, silencio e indiferencia. Teodoro sigue su camino, solo quería poner en evidencia a su hijo ante Julia. En realidad es una forma de atacarla a ella.

Ya por la noche Senén escucha ruidos en la habitación de sus padres. Es el somier que se mueve rítmicamente a golpe de riñones de Teodoro que se está empotrando violentamente a Julia.

-          Puta… me encanta follarte como a una zorra.

-          Aaah..sigue… soy tu guarra…sigue.

-          No no…por culo no, sabes que no me gusta y además me duele

-          ¿No estarás pensando en la zorra de enfrente?

-          No mi amor, solo pienso en ti

-          Yo puedo ser muy cerda, pero el culo no, no me gusta y lo sabes

-          Eres una cerda así que chúpamela

-          Siii la mas cerda

-          Aaah que bien me la comes

-          Córrete quiero tragármelo

-          Ya…ya…ya uuuh ooooh peeerraaaaa

Parecen reconciliados por lo que mañana sábado saldrán como de costumbre a bailar y Senén se quedara toda la tarde solo.

Al día siguiente…

Son las 7 de la tarde, Julia y Teo se disponen a salir, y en voz alta, ya desde la puerta, se despiden de su hijo:

  • Senén pórtate bien y estudia, llegaremos a las 11. Y no abras la puerta a nadie

  • ¡Adiós ¡Dice Senén desde su habitación haciendo que está concentrado en estudiar.   Y a continuación escucha cerrarse la puerta. ¡Bloomm!

Senén cruza el pasillo de puntillas y mira por la mirilla para asegurarse que se han ido, hasta que se apaga la luz de la escalera.

Espera un rato antes de coger la llave de Waleria que ha guardado su mama en una caja encima del buró de la entrada.

Senén entra en casa Waleria

Al entrar abre despacio y  se adentra apoyando los pies como a cámara lenta.

Pasa habitación por habitación, sabe que no hay nadie, pero necesita cerciorarse bien, es un terreno desconocido que le genera inseguridad.

Una vez hecha la revisión se acerca al dormitorio de Waleria, esta sofocado y en estado de ansiedad. Abre los cajones de la cómoda y ve sus braguitas ordenadas por colores que va cogiendo de una en una y poniéndolas ante sus ojos desorbitados.

Son tangas de todos los tipos, pero hay uno que le llama la atención, es diminuto y tiene una ranura en la parte del coño; lo huele; huele a limpio;  sigue abriendo el resto  y encuentra más prendas intimas;  corpiños, medias y ligueros;  los huele;  huelen a Waleria,  su perfume es inconfundible; y se mezcla con su aroma corporal, algunas prendas desprenden olor a hembra, se toca el pene y traga, esta excitado y segrega saliva como un animal rastreando el celo de una hembra.

Ahora se acerca a la cama, la abre y también huele las sabanas, acaricia la almohada,  es lo más parecido a intimar con Waleria.  Senén se desnuda  dejando caer su ropa al suelo. Y en  un raro impulso se pone el diminuto tanga de Waleria y también las medias.  Abre el armario y encuentra un “tesoro”-  una bata negra de tul transparente ribeteada con plumas cortas. Se la pone. Y también unos tacones altísimos de charol rojo que encuentra en una caja al fondo de la repisa. Ahora Senén, más parece una puta que otra cosa.

Al mirarse al espejo imagina el deseo que causa Waleria  cuando se viste así.  Se siente una réplica de ella y se contonea.  Recuerda a Waleria Hablando por teléfono, tan femenina y tan coqueta.  Ahora se mira al espejo y se abre la bata, el bulto  y los huevos saliéndose por los lados del tanga no le agradan así que se lo recoge todo y se lo coloca hacia atrás y cierra fuertemente los muslos, la polla ha desaparecido y cruza las piernas marcando bien el triangulo pélvico. Aparentemente es un precioso coño. Así se debe de sentir Waleria: poderosa, atractiva e irresistible con ese precioso coño.

Sigue registrando el tocador y saca la caja de maquillaje, selecciona un pintalabios rojo, rímel y colorete, que se aplica muy concentrado, se lo ha visto hacer cientos de veces a su madre e imita su toque personal como si lo tuviese dominado de siempre.

Su cara juvenil y algo aniñada junto con el maquillaje le da una apariencia muy femenina y aunque Senén no es gay, se siente tan sexy como ella y eso le excita.

Ahora Senén abre los cajones de la mesilla, y encuentra una caja negra y misteriosa. La saca y la pone encima de la mesilla, y al abrirla, sorpresón:

Es un pequeño arsenal de bondage; pinzas, látigo, palmeta, bola tapabocas, esposas, plug, una máscara negra, una enorme polla de goma,  y un botecito de popper que Senén observa como si fuese un marciano, pero lo abre y lo huele.

Al ver el arsenal erótico de Waleria se le dispara la imaginación y piensa en ella  sometida a su antojo, follandola con las esposas y la bola roja en la boca a cuatro patas y dándole por el culo como si no hubiese un mañana.

Senén esto lo ha visto en las películas porno, se da cuenta que Waleria es una masoca sumisa, seguro que su marido la folla esposada con la bola en la boca y el plug metido en el ano, piensa.

A Senén la sensación del popper junto con todo lo que acaba de ver le da un subidón de excitación salvaje y se tira de espaldas a la cama. Imagina que es Waleria y que la están forzando. “Es un tipo rudo, lleva una camiseta de tirantes y esta tatuado”. Coge la polla de goma y se la coloca en la entrada del ano  simulando que es la polla del canalla imaginario. Trata de zafarse – imaginariamente – pero el rudo violador está demasiado excitado para detenerse, y Senén se da un bofetón a sí mismo y se estrangula con su propia mano,  y cuando está a punto de correrse escucha la puerta de la entrada. Alguien acaba de llegar y trata de recolocar las cosas y sin casi darle tiempo se oculta bajo la cama en un ataque de pánico.

Es Waleria, ha regresado de forma imprevista.

Entra en  la habitación, y  Senén puede ver sus zapatos de tacón, da un par de pasos  y al ver el revoltijo se vuelve hacia el pasillo y llama a Rom.

Senén extrañado y tembloroso contiene la respiración Y Waleria desde el otro lado de la casa sigue llamando a Rom,

Senén aprovecha, se quita la bata, las medias y el tanga y se pone la máscara negra que hay en la caja, quiere salir corriendo y evitar que Waleria le identifique, pero Waleria entra de nuevo en la habitación.

Senén se queda petrificado al verla, pero con la máscara puesta parece  más un ladrón amenazante y seguro  acostumbrado a la situación, que un niñato asustado y pajero, y Waleria muerta de miedo eleva las manos y se echa a llorar mientras le pide que por favor no le haga daño invitándole a coger lo que quiera.

Senén sin hablar le hace un gesto con la mano indicándola que se aparte de la puerta y ella obedece sin rechistar. Ahora Senén al ver la reacción de Waleria tan sumisa y obediente se atreve a acercarse y la obliga a mirar contra la pared.

Waleria sigue asustada y suplica que no le haga daño.

Senén ante la inesperada reacción de Waleria improvisa un plan, lo mejor es inmovilizarla para que no pueda verle marchar ni seguirle.

Entonces sin mediar palabra le pone las esposas sin que ella ofrezca resistencia.

La agarra por el pelo y tira de ella hasta el borde de la cama donde la obliga a ponerse de rodillas y de un empujón la hace caer de boca hasta apoyar sus pechos y cara contra el colchón.

Ver a Waleria ofrecida y tan inofensiva produce una reacción de excitación  generándole un impulso sexual incontrolado.

Con el culo en pompa, esposada y con el uniforme de azafata representa la fantasía con la que todo hombre sueña.

Senén desliza la falda hasta desnudar su culo, que en esa posición resulta impresionante. Grande y carnoso con una finísima tira del tanga negro que resalta sobre su piel canela y brillante.

Aunque parece un tópico, la muy puta lleva medias y liguero, seguramente para ella será mas cómodo para el trabajo…¿o será porque es la típica putita de la tripulación que folla con el piloto?…piensa Senén.

Waleria suplica en voz baja: -por favor coja lo que quiera y márchese que no diré nada.

Senén está muy excitado, no tiene ni putas ganas de salir corriendo. Ahora está decidido a hacer reales sus deseos, atravesar la línea roja, otra oportunidad así no se le presentara jamás, es consciente de ello.

Saca su verga, la tiene al rojo vivo, aparta la tira del tanga y la pone en la entrada del coño. Waleria se sacude y le pide por favor que lo haga por el culo, no quiere quedarse embarazada y si es así tendría que dar muchas explicaciones a su marido, le dice con la voz ahogada entre las sabanas.

Senén se queda un poco contrariado, parece que a ella no le preocupa que un cerdo delincuente este apunto de violarla, es más, lo asume siempre y cuando use su ano para la descarga. La situación le excita mas y las palabras de Waleria le incitan a perderla el respeto, y piensa dentro de su inmadura moral, que si la quiere por el culo es porque es una cerda viciosa y debe estar muy acostumbrada a que la den por  ahí sin preguntar.

Extiende la mano hasta tocar su coño, esta empapado, parece que a la guarra le excita la situación, y entonces Senén la embadurna la entrada del ano con sus jugos, tal y como ha visto en las pelis porno cuando se pajea, agarra el culo undiendo los dedos en sus carnes y sin ni siquiera sujetar la polla para apuntarla, se la mete de un certero golpe de pelvis. Waleria grita y Senén se lanza sobre su espalda como una alimaña inmovilizando a su presa, haciéndola caer, mientras sigue sodomizándola culeando descontrolado, y le tapa la boca para que no pueda gritar.

Waleria le muerde la mano, y entonces la agarra por el pelo enloquecido y le propina varios bofetones clavándole la polla profundamente y también le escupe en la boca, sale de su culo y la mete el puño en el coño, también lo ha visto en las pelis. Entra bien, parece un coño acostumbrado a grandes rabos, Waleria se retuerce de excitación, la muy zorra se está corriendo y se da la vuelta hasta quedarse de espaldas al colchón mientras jadea y tiembla por el clímax.

Senén continua follando con su puño mientras con la otra mano  se la menea descontrolado hasta que se viene y se la planta en la cara.

No lo puede creer pero Waleria abre la boca, quiere tragar su lefa, no parece muy enfadada. Se corre, algunos chorros entran directos y otros la embadurnan toda la cara.

Senén se incorpora con intención de salir despavorido, le acaba de entrar un tremendo bajón. Se da cuenta de lo que ha hecho y no se siente muy bien, cuando de pronto le sorprende Waleria que habla para él:

-          ¿Que vecino, estas contento?

Senén se queda petrificado mientras ella prosigue:

-          Para que entiedas la situación…

-          La casa está llena de micro cámaras que lo han grabado todo y puedo denunciarte a la policía o decírselo a tus papas. - ¿No te da vergüenza lo marrano que eres?

-          ¡Ahora quítame las esposas porque estas un poco jodido!

Senén se quita la máscara y pide perdón llorando como un idiota. Le quita las esposas a Waleria y se arrodilla juntando las palmas de las manos como si estuviese rezando.

Tranquilo hijo, le dice Waleria, se que eres un pajero mirón pero no me pareces malo,  todo esto puede quedar entre nosotros, a mi me gusta la carne fresca ¿sabes?

-          No entiendo…

-          Pues es muy fácil Senencito, a partir de ahora tendrás que hacer algunas cosas que yo te  pida. – Fácil…

-          ¿y su marido Romualdo?

-          Jajajajajajajajajajaja ¡que cosa! jajajajajajajajajaja

-          Pero mañana viene ¿no?.

-          Simplemente no existe

-          Es usted una puta pervertida.

-          Usted dejo la llave adrede, lo ha preparado todo y yo he caído como un idiota.

-          ¡TÚ ME HAS VIOLADO COMO UN SALVAJE!  - Y AHORA TENDRAS QUE PAGAR LAS CONSECUENCIAS. Le dice ladeando la cara y frunciendo el ceño.

-          ¿Como pagar las consecuencias?

-          Si, tan solo te impondré una multa, una vez que me la pagues te entrego la única copia que hay de la violación y hacemos otra en la que se nos vea follando de mutuo acuerdo para  garantizar que ya no podre denunciarte. –  - Así de fácil.

Waleria habla con mucha seguridad en sí misma,parece que tiene la jugada ensayada y pese a su engaño a Senén le sigue poniendo a mil. Sus labios, su mirada seductora, su perfume…todo

Yyy, de cuanto estamos hablando?    Dice con la voz temblorosa.

-          Solo serán 10.000€ ( Lo dijo como si nada, con su femenina sonrisa de puta)

-          ¡Estas loca maldita zorra!  - ¡Yo solo tengo 14€ y una paga semanal de 40€!

-          No te preocupes Lefas, yo te ayudare, te iré presentando algunas amiguitas que estarán dispuestas a pagar por tus servicios.

-          ¿Lefas?   - ¿Qué sabes tú de mi?

-          Todo cariño…Lo sé todo.  (Otra vez esa carita de putita condescendiente)

Senén se da cuenta de que esta en sus manos, tanto si acude a la policía o si envía el video a su círculo personal estaría acabado, y mas con el motecito que tiene, ¿Quién le creería a él?

Ahora Waleria le enseña la pantalla de su móvil. Es la grabación. Se ve como la abofetea la cara, la escupe mientras la sodomiza salvajemente.

-          ¿Está bien….que tengo que hacer? – Waleria se le queda mirando sonriente mientras se muerde la comisura del labio.

-          Mañana vienes a las seis, procura que no te vea entrar nadie aquí y traer el calzoncillo limpio. Te estará esperando Doña Patro, la sapo para los amigos. – Tiene 73 años y está un poco llenita, pero no te dará mucho trabajo, solo quiere que la comas el coño una horita. Y si se anima, lo mismo te hace una mamada y entonces entenderás lo del mote…

-          Cada servicio te reportara 200€, ¿no está mal eeh? Así que solo tendrás que follarte 50 viejas así que ¡Animo chaval!

Senén sonríe, por momentos le cambia la cara hasta que estalla en una carcajada violenta e interminable, ahora waleria se empieza a inquietar.

-          ¡Basta de reír niñato estúpido, eres mi puto, compórtate y no seas tan mamarracho porque estas en la mierda querido!

Senén para de reír, ahora la mira serio, y la sujete por las orejas mientras la besa en la boca con glotoneria, Waleria intenta apartarse pero Senén es un chaval muy fuerte para su edad. La empuja y cae de espaldas en la cama, mientras ella le dice que si está loco medio paralizada y con cara de sorpresa, Senén se pone violentamente entre sus piernas, le arranca el tanga y la mete el falo por el coño,.

-¿Sabes Waleria? – a mí también me gusta grabar, lo tengo todo, tu confesión ya está en la nube, marrana. - Estas muy jodida.  - Prostitución de menores, abuso (según lo dice mete los riñones como si quisiera partirla en dos) perversión y no sé cuantas cosas más. - Me ha encantado tu modelo de negocio perra, así que te lo voy a copiar. Mañana vendrán algunos de mis amígueles, pero estos solo pagan 20€, así que tendrán que darte por el culo solo 500 veces y la multa quedara saldada, - ¿te parece?

Senén sigue con la follada y Waleria se queda sin habla, parece más concentrada en su orgasmo que en el “negocio” que propone Senén.

Se corren a la vez, a ella le cae una lluvia de bofetadas escupitajos,insultos y tirones de pelo, pero parece satisfecha.

Waleria se queda medio aturdida en la cama y Senén mientas recoge sus cosas le dice:

Mañana te envío a Rey Temblas, un compañero muy varonil, quiero que te resistas y te viole, grábale bien y con detalle porque las violaciones las pago a 5.000€, luego te mando a mi padre, con un poco de suerte en dos folladas podrás saldar la multa.

Ya hablaremos de los rendimientos que nos tienen que dar este par.

De momento la sapo es para Rey, seguro que le hará una gran faena a la vieja puta.

Fin.