Leccion de historia (la rosa de Stalingrado)
Dejad de pajearos que necesitais cultura
Rusia 31/05/1943
Cuando llega el avion, preparo mis herramientas, el Yak 1b está en un estado lamentable, ¿Cómo no lo va estar con una mision suicida?
Todos los pilotos se reunen en torno al avion esperando a que salga la piloto.
Cuando sale, es vitoreada.
Ella se llama Lidiya Litviak, una leyenda viva.
Se habia lanzado en solitario en una misión suicida, enfrentarse a un globo de observacion rodeado de artilleria antiaerea, ese globo conseguia coordinar la artilleria alemana dandonos muy duro, pero ella se prestó voluntaria y consiguió destruirlo en el segundo intento.
Mierda, era un milagro que escapase al primero, muchos fueron a ese globo y murieron.
-excelente trabajo Lily – le digo con una sonrisa.
-gracias Inna – me dice con una timida sonrisa.
Me llamo Inna Pasportnikova, soy mecanica del ejercito ruso, me encargo de arreglar y modificar aviones, miro la flor blanca que pintó Lidiya, de ahí su apodo, la rosa blanca de Stalingrado.
Un apodo que los alemanes temian, incluso los ases.
Durante la comida Lidiya me pidió que fuera a su habitacion a hablar con ella.
Eso me extrañaba, pero tal vez quiera comentar su victoria.
Cuando entré en su habitacion, ella estaba en ropa interior, rosa, siempre fue muy coqueta, cuando estaba con las brujas blancas ella recortó la parte superior de sus botas para hacerse un fular, su comandante Marina Raskova le preguntó cuando lo hizo.
Ella respondió por la noche, por que queria vestir a su manera.
Su comandante no le gustó ese detalle y le ordenó que en vez de dormir cosiera los trozos en su sitio.
Me dio mala impresión esa chica ¿alguien asi seria piloto de combate?
Me miró con esa cara de niña de pelo rubio corto, no podia evitar que se me despierte el instinto maternal.
-¿crees que he cambiado?
Sabia a lo que se referia, ella estaba enamorada de un piloto que murió en un accidente de instrucción, ella lo vió todo, desde entonces combatia con ferocidad casi suicida, como si quisiera terminar con su vida.
-todos cambiamos con la guerra mi niña – le dije poniendole la mano en el hombro – lo bueno de las guerras es que pasan, ya veras como a los que salgan de tu vientre les contaras historias como… no se, los bramidos de tu comandante.
Eso hizo que Lidiya estallara en carcajadas, era lo que queria, que no cayera en una depresion.
-vaya si gritaba,pero es que me encanta volar, me encanta hacer piruetas después de cada victoria ¿Qué me decia exactamente?
Me puse de pie y intenté imitar la autoritaria pose del comandante.
-¡LA VOY A DESTROZAR! ¡LE VOY A DAR UNA LECCION! ¡ESTRELLARÉ SU CARA DE NIÑITA EN LOS HIELOS DE SIBERIA!
Lidiya no paraba de reir ante mi actuacion.
-y cuando bajaba siempre preguntaba ¿me ha gritado mucho papa?
-si, y te gritaba tanto que era lo unico que se oia en toda la region, después no podia hablar en una semana de lo afonico que se quedaba – le dije riendo.
-lo mejor es cuando me presentaron a ese aleman, al que derribé, menuda cara tenia ¿querian que viera como eran los pilotos enemigos?
-no, el prisionero pidió conocer al piloto que le derribó ¿Quién iba a pensar que era una canija rubia con cara de niña mona?
-no soy tan niña – protestó Lily
-deberias mirarte al espejo, eres tan virginal – le dije acariciandole la cara.
Ella bajó los ojos y me preguntó timidamente.
-¿podrias decirme algun hombre que… tenga buen armamento?
-no he compartido lecho con nadie de esta base, demasiado ocupada bañandome en aceite de motor.
-pero si me dijeron que siempre estás con las piernas al cielo – me respondió.
-eso es por tu culpa, no eres la unica que usas estos aparatos, después de que bajases del avion, un piloto tenia que manejarlo para una misión y el problema es que eres muy chiquita, tengo que modificar los pedales del timon de la cabina y cuando te toca salir, tengo que modificarlos otra vez por que no llegas.
Lidiya me puso morritos, pero luego me preguntó en que posición quedaba.
Me puse cabeza abajo sosteniendome por el borde de la cama y a traición me agarró las piernas y simulaba que me penetraba.
-ah si ¿te gusta mi obus? Nena ¿te gusta?
La aprisioné con mis piernas y la derribé era más fuerte que ella, la puse boca arriba en el suelo y la inmovilicé, ella reia pero algo en mi despertaba.
Lidiya poco a poco dejó de reir y vió mis ojos, ella al principió me miró extrañada, luego, cerró los ojos y me ofreció sus labios.
Unos labios que besé mientras acariciaba ese hermoso rostro de piel nacarada.
¿Qué estaba haciendo?
Me aparté y me disculpé, pero ella me agarró la mano y me invitó a que me duchara.
Con ella.
Habia que ahorrar recursos y uno de ellos era el agua.
Me habia enfrentado a problemas muy gordos en las reparaciones, uno de ellos era una bomba de un bombardero que de alguna forma se activó sola.
Pero desvestirme, delante de ella, cielos, ni siquiera se como lo he hecho.
Ella desnuda parecia tan, puber… tan inocente, le costaba enseñar sus pechos y cerraba las piernas con mucha presion.
Pero poco a poco sus brazos abandonaban sus senos, unos senos jovenes, coronados por unos pezones rosados.
Mi cuerpo es más musculoso comparado con la esbelta figura de Lidiya, mi cuerpo apestaba a motores de avion, ella iba siempre tan limpia.
Mis pechos eran generosos, con aureolas rojas y mi vello pubico era abundante y rizado, cuando entramos en la ducha vi que Lidiya no tenia apenas vello, se lo afeitaba, ahora entiendo el robo de cuchillas de afeitar.
El agua caia y nosotras nos mirabamos, la verdad es que nunca lo hice con una mujer y Lidiya parecia pasarle lo mismo, durante largos minutos nos mirabamos.
-joder ¿Qué coño? – dije antes de atacar los labios de la piloto con los mios, mis brazos la aprisionaron y mis manos recorrieron su espalda agarrando su trasero respingon, un trasero pequeño que podia agarrar con una mano.
Ella me agarraba los pechos y me los chupeteaba, la verdad es que lo hacia bien, cogió la pastilla de jabon y frotó sobre su pecho y sus piernas hasta generar espuma, luego, frotó sus pechos y sus piernas en mi cuerpo, moviendose de una manera tan sexy.
Deseaba hacerla mia.
La agarré con fuerza y caimos en el suelo, ella quedó adolorida y me disculpé, pero ella me miró con una cara de niña temerosa y me dijo.
-tomame, alza mis piernas al cielo.
La cogí de sus caderas y miré su concha afeitada, cerrada, como una niña, se la abrí lentamente, estaba rosadita.
Mi lengua empezó a saborearla.
Sabia bien y Lidiya parecia disfrutar.
Su expresion adolescente disfrutando me calentaba puse mi cabeza frente a la suya mientras la miraba a los ojos y empezé a penetrarla con los dedos, miraba esos ojos extasiados unos ojos que parecian los de una adolescente experimentando su primera vez.
Dejé los dedos y empezé a frotar mi concha con la suya, nuestros clitoris se rozaban mutuamente.
Ambas tocamos el cielo y caí sobre ella agotada, ella tambien respiraba de forma acelerada.
Su pecho, subiendo y bajando.
No pude evitarlo, le devoré dulcemente esos pechos tan hermosos, suaves mordizquitos y succiones.
Ella contenia sus gemidos como podia, no podia permitirse que la vieran, mejor, no nos lo podiamos permitirnos los dos.
Pero al final dejó escapar un grito de placer.
Nos quedamos abrazadas durante largo tiempo, acariciandonos con dulzura, mirandonos a los ojos.
No nos dijimos nada, las palabras sobraban.
Después de un largo beso, dejé su habitacion
En 1 de agosto de 1943, fue a una mision de la que nunca regresó, lloré ese dia, todos lo hicimos.
Pero yo… no se por que, después de la guerra, busqué su cuerpo, busqué durante 36 años un cuerpo sin vida ¿Por qué? Ni yo misma lo se, cuando lo encontré y los forenses lo confirmaron, me sentí bien y le dieron su reconocimiento.
La medalla de heroína de la union sovietica
Descansa en paz.
Nota: este encuentro no es real, es ficticio, como la historia de Mary read y Anne Boom, pero espero que hayais disfrutado del texto.