Lección a picha corta
Rosa vuelve a las andadas, esta vez le toca a Roberto. Acabará humillado y sin algo valioso para cualquier hombre.
El joven despertó de manera lenta, se encontraba amarrado a un pilar y amordazado sin poder mediar palabra. Delante suya, su preciosa prima con otra mujer. No sabía quien era. Trató de zafarse de manera inútil puesta la cuerda estaba bien sujeta. Estaban delante de la piscina de su chalet.
-Hola Roberto-saludó ella con una sonrisa pícara.
Tenía un hermoso cuerpo, unas tetas bien firmes y el modelito apenas dejaba algo a la imaginación. El pelo le llegaba hasta las caderas, y su rostro era el de una mujer bella, preciosa, de esas que enamoran a primera vista.
-Esta joven me ha dicho que te metes mucho con ella-señalo a su prima que estaba llorando.
-Mmmmph-no podía decir nada.
-Mi nombre es Rosa y voy a enseñarte una preciosa lección-se acercó y acarició su virilidad por encima del bañador-oh, ya esta dura...un momento-dijo mirando abajo.
El chico meneó sus caderas de un lado a otro, no quería que lo viera. Le bajo de un tirón el bañador y con ello cayó algo, un relleno, como el que utilizaban las mujeres en sus sujetadores. En su entrepierna había una rídicula polla de apenas unos pocos centímetros, en cambio, sus huevos tenían un tamaño mayor. Su prima se echo a reír al ver aquella cosa, se acerco e incluso le hizo fotos ante Roberto que estaba completamente rojo.
-Vaya mierda de pene, ¿ves querída Raquel?, muy hombre hasta que le dejas con la polla, perdón, cosita al aire.
Roberto ahora lloraba de verguenza, aquello era una pesadilla, lo peor es que notó como su hombría comenzó a ponerse algo dura, aún así, seguía siendo pequeña. Ellas le daban pequeños toquecitos, mientras sus risas penetraban en los oídos de este.
-¡Chicas!-saludo ella.
Había invitado a dos amigas, al ver aquello no dudaron en unirse mientras se burlaban de manera constante de él, una de ellas, Vero, le hizo una paja con dos dedos. ¡Se corrió a los pocos segundos!.
Ellas asqueadas se limpiaron las gotas de semen, había disparado varios chorros, Rosa al verlo se molestó mucho.
-¡Maldito cerdo!-le agarro de los huevos y empezó a estirar provocando que el cuerpo de este se sacudiera con violencia.
Mientras sufría, veía a su prima darse algún beso con Vero y meterse los dedos en su vagina. Cuando ceso, sintió que sus piernas no daban mucho de si, de hecho, sino llega a estar sujeto por la cuerda, estaría en el suelo. La entrepierna le dolía a horrores. Fue desatado y no opuso resistencia, no tenía fuerzas para resistirse. Ellas lo colocaron a cuatro patas.
-Veamos este culo-Vero se ajusto el dildo con la ayuda de las chicas mientras Rosa lo tomaba de los huevos para evitar que se escapase.
El dolor anal fue terrible al principio, dio un alarido que fue tapado por la mordaza. Así comenzó el vaivén, la joven se sentía poderosa, estaba enculando a un picha corta. Ellas le recordaban lo pequeña que la tenía, él solo quería que acabase todo. Luego fue el turno de la otra amiga que estaba ya chorreando y finalmente su prima, quien uso un dildo el doble de grande mientras daba nagalgadas.
Cuando terminaron de darle por culo, sacaron el dildo y se lo desabrocharon.
-Bueno, vamos a acabar con el castigo. Dadle una patada muy fuerte en los huevos-Roberto abrió los ojos de par en par, si lo hacian, iba a tener una tortilla.
-Voy yo-era la voz de su prima.
Tomó carrerilla lista para reventar sus huevos, Rosa los soltó para que su mano no recibiera el impacto, momento que Roberto quiso cerrar las piernas, lo logró. Pero al hacerlo paso algo, sus huevos estaban tan grandes que al cerrar las piernas quedaron fuera de ellas. El puntapíe fue tan contundente que el cuerpo del joven se arqueó mientras algo de espuma se escaba de su mordaza. Cayó inconsciente al acto.
-Creo que han sobrevivido-Rosa examinó el morado escroto.
-Mirad que pellejo tan asqueroso-comentó Vero.
-Tengo una idea, traedme mi bolso-dijo Rosa.
Cuando Roberto despertó sintió una punzada en su entrepierna, recordaba todo, pero ya no tenía la mordaza. Las mujeres jugaban en la piscina alegres. Él se fue arrastrando y tras unos minutos logró ponerse en pie.
-Lo primero sera mirar como están-se dijo a sí mismo.
Notó que estaban allí, ambos huevos. Soltó un suspiro de alivio, tenía ganas de mear así que ya que estaba aprovecharía. Entonces vio como había algo raro, se examinó mejor y su cara fue de terror.
-No...-se dijo. Las chicas habían echado pegamento super glue al interior de su polla y pegado el pellejo a la punta. De hecho, le comenzó a arder, el dolor de huevos había ocupado el ardor.
Se fue hasta la piscina y les comenzó a insultar, no contó con que Rosa estaba detrás suya. Le dio un abrazo, le tapo con una mano la boca y él sintió algo en su pequeña pilila. Era algo frío.
-Shhh, no grites, esto va a doler.
Se escuchó como un corte a la vez que las chicas dejaban escapar un sonido de horror al verlo, parecía que se le hubieran hecho a ellas.
-Agradece que aún conserves las pelotas-dijo sensualmente. El joven se desmayo.
Al recuperar la consciencia estaba en cama, con un vendaje en su entrepierna y rodeado de las chicas salvo Rosa.
-Hola primo, ¿qué tal esta nuestro chiquitín?-pregunto riéndose.
El joven apenas podía articular palabra.
-Ah, dice Rosa que si te portas mal...bueno...no quieras saberlo. Nosotras nos vamos con Tamara y Marta, dicen que tienen una sorpresa con su primo Carlos.
-¿Ese es el que la tiene enorme?-pregunto Vero.
-Si, es ese, seguro que follamos. Él es un hombre y tu primo...en fin-comento la otra amiga.
-Adiós Roberto, portate bien-le dio un beso en la frente y se marcharon.
El joven ese quedo llorando al recordar lo sucedido con su hombría, todo por meterse con su prima.
Relato dedicado a un seguidor ;). Ahora toca pensar que nuevo hombrecillo será severamente castigado y donde. Protejan sus pelotas, de lo contrario ya saben como acabaran...