Leandro - Una historia de autosuperación - Prólogo

¿Cómo puedes salir del pozo emocional en que te metiste si eres el mismo problema a resolver? Esa es la pregunta que Leandro deberá de responderse a lo largo de su vida.

Prólogo

¿Cómo puedes salir del pozo emocional en que te metiste si eres el mismo problema a resolver? Esa es la pregunta que Leandro deberá de responderse a lo largo de su vida.

Está historia trata de como una persona que cayó a lo más bajo que puede caer emocionalmente, por culpa de alguien sin escrúpulos, logra con el tiempo superar todos sus problemas. El tema a responder es... ¿Resolverá todos sus problemas... O alguno le provocará una caída peor?

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“- Pero, Leandro… ¡Es en serio lo que te digo! Necesito que me prestes algo de lana para tratarme el cáncer uterino que me aqueja.”

“- Conchatumare, Marianela! ¡Te dije en más de mil maneras que no me mientas mas, gaitera hija de tu puta madre! ¡Los dos sabemos que eso es mentira! ¡Ya no tienes útero, malnacida! ¡Y todo por culpa de tu vida de puta! ¿¡O acaso no te hiciste un aborto que salió mal!? Asíque hazte un favor… y házmelo a mi también… ¡Y DESAPARECE DE UNA PUTA VEZ!”

“-Pero, Leandrito… Yo…”

“- ¡Leandrito la que te voy a dar si te veo nuevamente! ¡Déjame en paz, Marianela! ¡Ya suficiente daño me hiciste desde nuestra época universitaria, puta ninfómana mal parida!”

Esa fue la última conversación que tuve por teléfono con la que fue mi peor pesadilla durante varios años. La próxima vez que la volvería a ver, sería para nuestro divorcio.

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Capítulo 0

Mí nombre es Leandro Quispe Hernández, soy de Lima, Perú, bb y desde que estuve en secundaria he tenido problemas de autoestima, siempre baja, e incluso yo mismo me decía cosas horribles en un afán por no creerme nada especial ya que lo consideraba vanidad. Para colmo, sumenle que me enamoré por primera vez de una chica en mi salón, y yo me vivía diciendo que nunca me iba a hacer caso… y eso me hacía sentír mal.

Pasaba días enteros imaginando lo que sería estar con ella, pero nunca daba ningún paso al frente por mi propia timidez… así estuve por 2 años y medio siempre viéndola, y no ayudó para nada que se llegase a enterar y encima yo no sabía como actuar ante eso… ¿y por qué?Por qué tan solo tenía 12 años, y me avergonzaba mucho.

Pasó el tiempo y a mi no se me iba ésta obsesión que sentía por ella. Quería que se me fuera lo que sentía, asique empecé a auto-flagelarme constantemente. Tampoco ayudaba mi estado físico que nunca pude arreglar… no era gordo, pero tampoco flaco, y así llegó el año 2000 y hasta la mitad de ese año me seguía gustando. Pero por las cosas de la vida tuve que irme a visitar a mi padre a Florida, y ahí, en dos semanas… terminé olvidándome completamente de ella. Al fin me sentía libre de ese peso, pero mis problemas de autoestima no se arreglaron ahí, para eso faltaría mucho tiempo. Ésta chica me gustó desde el ’98 hasta la mitad del 2000… en el ’99 me entere que estaba saliendo con un chico de un grado menor, el tipo tenía cara de idiota y medio pendejo… ya saben… Un astuto de mala manera.

La verdad me preguntó… ¿Qué mierdas le había visto?

Bueno, después de que me curé de esa obsesión en el 2000, estuve más tranquilo conmigo mismo, aparentemente la depresión solo me afectaba más cuando me gustaba alguien… la cosa es que no me gustó nadie hasta entrado el verano del 2002, en mi último año del colegio. La cosa es que esta vez había probado algo nuevo, hacer que me gustara alguien, como tratando de controlar mis sentimientos, y así fue que me gustó una chica con la que siempre me llevaba mal o más o menos bien… a veces… pero ese año, también ocurrió otra cosa, me empezó a gustar una chica de un grado menor también. Era rubia y bastante simpática, nunca me había pasado. Un amigo hizo que le hablará de la manera más vergonzosa posible, solo me jalo en medio del recreo, y me presento con ella.

Obviamente que con la otra chica tenía que hacer algo, sentía que debía decirle la verdad, como para quitarme un peso de encima. Es por eso que termine diciendole a mi mejor amigo. Se lo debía por qué el siempre estuvo enamorado de ella, e incluso me pidió que no le dijera nada… pero le terminé diciendo que no se preocupara, que no iba a pasar nada. Ella no quería salir conmigo así que le dije mis sentimientos a esa chica, y concluí diciéndole que no se preocupara por nada ya que yo sabía que ella no gustaba de mí, que solo quería decirselo para sentirme bien, y que salga todo finalmente. Ella, como era de esperarse, se quedó fría ahí parada y yo me fui como si nada. Luego le conté a mi amigo, y le dije que no hubo problema, estuvo tranquilo y yo me sentía mejor… Ella por su lado como que fue más amigable hacía mi, desde ese momento, pero yo ya le estaba quitando importancia… De todas formas nos hicimos más amigos, lo cual fue agradable sabiendo el historial de peleas que teníamos, bueno… discusiones.

Aunque siempre tuve una duda, si el cambio de actitud se debía a que empezaba a sentir cosas por mí, por la gran revelación.

Muchos años después le preguntaría por el cambio de trato… a todo esto, no recuerdo que me respondió… probablemente algo sin importancia. Con haberle dicho, se me fue el peso de que me gustara y con el tiempo se me fue ese sentimiento.

Pero ahora… Ahora quedaba la otra chica.

Con ella si quería estar, el sentimiento salió solo y en esa época de verdad pensaba que podía tener oportunidad con Elizabeth, así que buscaba la manera de encontrarmela.

A veces pasar por su casa antes de ir al colegio incluso mi mejor amiga, Rosa María, se dio cuenta porque vivía cerca de la casa de Elizabeth.

Hablaba bastante con ella pero nunca me atreví a nada, la verdad que no, y a veces nuestras conversaciones eran aburridas o muchos silencios, ahora que lo pienso más detenidamente… era una relación que estaba condenado al fracaso. Yo acabé el colegio y seguía visitandola.

Por momentos me decía que ya era muy tarde y que ya no debería insistir, incluso me contaron que ella se besaba con otros chicos… solo como un juego. Y eso me destruyó aún más… pero seguía ahí atrás de Elizabeth… como un cojudo… hasta que me cansé y finalmente tomé coraje y le dije que quería hablar con ella. Me acuerdo que estaba demasiado nervioso, y le dije que me gustaba, en el peor de los momentos. Elizabeth no quería estar ahí y las palabras se me trabaron todas, pero salió cómo salió y la verdad no recuerdo si se río… Lloró… O las dos cosas.

La cosa es que ahí se acabó esa historia y me fui, para no volverla a ver nunca más en mí vida.

Pero… como me hablaba con gente de su salón, un par de chicas más… me entere de otras cosas.

Para ese momento yo estaba peor… de nuevo había caído en depresión.

Al enterarse Elizabeth se hizo más grande el problema. Me llamaba para levantarme el animo.

La cosa es que pasaron un par de años, y me enteré que Elizabeth había contraído cáncer cerebral.

Lo que pasaba es que aparentemente ella no era muy buena persona, para ese entonces, con otros compañeros de salón, y la veian bastante mal.

Pero cuando se enteraron de eso… como que la gente fue a verla y a conversar con ella, e increíblemente… había cambiado.

Mis amigos me pidieron que fuera a verla, después que tuvo su operación y dije que no, que no quería y que yo no tenía nada que hacer ahí, ahora.

Lo dije varias veces, y cuando finalmente decidí que si iría a verla… me dijeron que había muerto.

Muchos años después vi al Papá de ella en la misma casa. Me dio pena porque no me imagino lo que debió de haber sentido como padre.

Pero nunca me dio pena, ni remordimiento, por no ir a verla en sus últimos días… simplemente no sentía nada, y aún, en la actualidad, sigo pensando igual.

No eramos amigos realmente. Yo quería algo con ella y nada más. Nunca hubo amistad verdadera.

Solo puedo decir una cosa… Y eso es… Que era una pobre chica y no merecía morir tan joven.

Y ahí queda mi vida romántica durante la época del colegio, lo que viene después es la universitaria y ahí no cambia la cosa… Al menos, no mucho más.

Y mi depresión siguió por muchos años más. Pero… durante mi época universitaria es dónde conocí a mi enamorada actual, con la que vivo mi paraíso en este planeta Tierra.

Una vez que cambie el colegio secundario por la universidad, pasaba mucho tiempo en los cybercafes. Demasiado tiempo. Y pequé… pequé de burlarme de la gente que se enamoraba por internet. ¿Y por qué lo digo? Por qué con el correr del tiempo me pasaría a mi, como huevon.

La cosa es que todo empezó con Latinchat y así, en grupos sobre los Caballeros del Zodiaco también. Una completa cojudez, lo sé. La cosa… es que dentro de todo esto pasó algo… conocí gente de mi ciudad por chat, y haciamos juegos de rol de diferentes cosas… ya saben todo por chat. Juegos de rol sobre Shaman King y otras cosas más incluso Yu Gi Oh.

Y en eso conocí a una chica, que me gustó desde el primer momento, era mayor que yo por dos años… no recuerdo como se llamaba, pero la foto de su perfil de Messenger era bonita. No tengo muchos recuerdos de esta etapa, pero así, conversando un día, yo sabía que me gustaba… y ya algunas veces conversábamos de cosas más allá del anime… y pasó algo increíble… un día empezamos a estar como enamorados, si es que se puede decir. Todo por chat. Yo bien ilusionado en esa época. Cojudo diría ahora, ya que si me pongo a pensar… era la primera vez que tenía “enamorada” entre comillas.

La cosa es que había algo raro ahí; incluso sus hermanas que también estaban metidas en ese juego, parecían algo extrañas como ocultando algo de la chica. La cosa es que… después de que dijimos que estábamos juntos, no supe de ella en algunos días, de repente, un día como cualquier otro se conectó y hablamos de lo más normal. Y llegó un día… al cual no pude ir al cyber, porque un familiar de mi primo había fallecido. Cuando el domingo me conecté me dijeron que ella quería hablar conmigo pero que nunca me encontró.

Desde ahí no supe más de ella, incluso el otro chico… con el que estábamos en el mismo grupo, me dijo eso… y que lo tomará con calma. Incluso lo vi un par de veces, el tipo era un completo idiota… ahora que me pongo a pensar. Pero en esa época no lo vi así.

Después de un par de semanas acepté que todo había sido una farza y me senti tan mal… que fui a la casa de mi mejor amiga, y le conté todo. Me puse a llorar horrible. Era de noche y muy tarde. Ella solo me apaciguó, y me acompaño como la buena amiga que era. Si, lo sé, llorar por una mierda así. Ahora lo cuento y me avergüenzo.

Después de esa experiencia, segui en el cybercafe, conociendo chicas de otros lados, y ahí tuve otra cyber novia…de México está vez. Ya ni me acuerdo su nombre. Ella no quería al principio… Pero al final acepto, incluso me compre el disco de su banda favorita. Pasé más de un año así con el tema del cyber, pero algo en mi estaba cambiando… mi depresión seguía así… siempre andaba mal y me lo dijeron en la universidad. Fue muy vergonzoso. Pero de ahí, empecé a salir más con mis amigos… y me ponía a beber… y algunos amigos de mi colegio me llevaban de lado a lado… a todo tipo de fiestas… para conocer chicas; fue tanto, que mi autoestima se estaba recuperando poco a poco. Eso sí, aunque iba a cuánta fiesta había, no tenía nada con nadie. Fue ahí que decidí dejar de ir al cyber y le dije a esa chica de México que teníamos que terminar… porque no era justo para ella… debido a las cosas que estaba haciendo en ese momento. No lo tomo para nada bien. Me acuerdo que me mandó a la chingada con boleto de ida y sin posibilidad de regreso alguno.

Con el tiempo, empece a mejorar, y cuando creí que mi vida no podía ser mejor… La conocí a ella. Marianela.

El peor ser humano de la Tierra.

Continuará...