Le seguimos poniendo los cuernos a mi Papá 2

Ya cerca de las 9 de la noche, mi papá se despide de nosotros diciendo que se iba a jugar con su hermano y que no lo esperáramos despiertos

Le seguimos poniendo los cuernos a mi Papá 2

Ya cerca de las 9 de la noche,  mi papá se despide de nosotros diciendo que se iba a jugar con su hermano y que no lo esperáramos despiertos, tomo  las llaves del auto y salió no sin antes darle un beso a mi madre y con su mano le acariciaba las nalgas, yo estaba sentado viendo la televisión e hice como si no lo viera. Por aquí oí que el auto salía a la calle me paré a ver por la ventana que efectivamente ya se había ido. Al comprobarlo, me giré y camine hacia mi madre que estaba parada cerca de la puerta y empecé a abrazarla y a besarle su cuello y los hombros, ella sin más, me detuvo y con voz suave me dijo

Espera un poco, ve y prepara dos bebidas bien cargadas de lo que gustes y te espero en la recamara.

Emocionado corrí a la cantina y comencé a preparar lo que a mí me gustaba viendo que mi madre se dirigía a su recamara, estaba entre nervioso y excitado, tanto que me costó mucho trabajo abrir los refrescos y sacar lo hielos de refrigerador. Mi madre había cerrado la puerta de la recamara y escuche  una música muy romántica que salía del cuarto. Al terminar las bebidas las tome y me dirigí a la habitación

Madre ¿ya puedo entrar, estas lista ?- le pregunte

Si hijo, entra- contestó

Abrí la puerta y al entrar lo primero que vi fue que el cuarto estaba a media luz, y mi madre estaba parada junto a la cama vestida con una minifalda que casi no le cubría nada, una blusa delgada muy pegada y lo que más me impresionó fue un hermoso juego de medias y liguero que se le veía asomar por debajo de la minifalda, se veía muy sexi, voluptuosa, daba la impresión de ser una de esas mujeres que vimos en el cabaret, una prostituta muy fina. Eso me éxito aún más de lo que estaba. La forma en que estaba parada invitaba a disfrutar de esa vista tan erótica. No me imaginaba que podría tener debajo de la falda pero ya habría oportunidad de saberlo.

Puse los vasos de la bebida en la mesita de noche y me acerqué a mi madre y con mucho cuidado empecé a besarla por todo el cuerpo, acaricié sus piernas y sentí una agradable sensación del material de sus media, seguí subiendo hasta alcanzar sus nalgas y su panocha, las nalgas estaban desnudas mas no así la panocha que tenía un pequeño trozo de tela que le cubría el pubis, el cual sentí que estaba completamente depilado, no había asomo de un pelo. Eso me calentó aún más.

Estas muy rica, mamá, que cuerpazo tienes -le dije, sin dejar de acariciarla y besarla

Qué bueno que te guste, sigue descubriéndome y no pares tus besos y caricias –contestó

Me hinque de frente a ella y levantándole un poco la falda le bese entre las piernas llegando a morderle un poco el pubis y apretándole por atrás sus nalgas, ella empezó a gemir y a empujar y subir su cadera para que pudiera alcanzar más esas zonas tan deliciosas.

Que rico, que excitado estas mi niño, sigue que pronto podrás cogerte a tu madre – me dijo

Sí, quiero cogerme a mi madre, quiero seguir haciendo incesto contigo y ponerle más cuernos a mi padre – dije con desesperación.

Seguía lamiendo y besando hasta que hice un lado la pequeña tela, que para entonces ya estaba muy húmeda tanto por mi saliva como por los jugos de mi madre. Encontré el precioso botón de su panocha y empecé a chuparlo y succionarlo suavemente, mi madre se retorcía de placer. Mi madre no pudo seguir parada y se acostó de un solo golpe en la cama y abrió sus piernas para que yo continuara mi trabajo. La vista que tenía era preciosa, una gran mujer rendida al placer vestida como una puta fina con un precioso liguero que en conjunto invitaba a dejarlo en su lugar. Y así lo hice, solo moví la tela nuevamente y seguí chupando.

Amor, hijo, voltéate y dame tu verga para que nos mamemos mutuamente, pero pronto – me dijo.

Yo sin dejar de mamarle la panocha me moví y me puse de forma que mi madre alcanzó mi verga con su boca y empezó a mamar primero suavemente y después fue incrementando su ritmo a medida que yo hacía lo mismo con su rico agujero. De pronto sentí como uno de sus dedos buscaba desesperadamente el agujero de mi ano y al encontrarlo lo fue metiendo suavemente hasta tenerlo todo adentro, eso fue como una descarga eléctrica y me hizo acelerar mis chupadas. Mi madre, al sentir que eso me éxito, saco el dedo y metió otro más hasta el fondo, yo ya tenía dos dedos en mi ano. Fue tan fuerte la sensación que empecé a descargar mi leche en la boca de mi madre y ella al sentir la descarga empezó a venirse con tanta intensidad que descargo un chorro de orines que me bañaron toda la cara, mojando las sabanas. Yo no deje de chuparla y ella saco la verga de su boca y me suplico que ya no siguiera, no hice mucho caso y el resultado fue una segunda descarga de orines.

Ya no hijo, ya no puedo más, es suficiente por ahorita, descansemos un momento y si hay fuerzas la seguimos – me dijo

Yo me incorporé y me acosté junto a ella y ella acomodó su cabeza en mi pecho.

Que rica cogida, nunca me había venido tanto, siempre es diferente y eso me gusta, tú te descargaste tanto que casi me ahogo con tu leche que está muy rica, pero ahora creo que tenemos que quitar las sabanas y voltear el colchón si esta mojado – me dijo

Nos paramos y quitamos las sabanas pero por fortuna el colchón no se había mojado. Mi madre saco nuevas colchas y las coloco en la cama. Al terminar, mi madre se acostó y me invito a que hiciera lo mismo, quedando de la misma forma que antes de levantarnos. Con tanta acción, se nos habían olvidado las bebidas, por lo que las alcance y le di una a mi madre, bebimos un buen tanto y empezamos a platicar.

Me estoy volviendo viciosa de ti, quiero que me estés cogiendo todo el tiempo, ni te imaginas lo que siento cuando tu padre quiere cogerme, pero no me queda otro remedio, esto se está poniendo muy peligros, si no nos cuidamos un día nos cacha tu papá o yo quedo embarazada – me dijo viéndome a los ojos.

Sería bueno tener un hijo, pero que cara pondría papá al enterarse –dije riéndome

Ni lo digas, eso sería lo de menos, pero que nos encuentre cogiendo si es muy peligroso, de seguro nos corre a los dos. – dijo sonriendo, pero a lo mejor es bueno ya que  no estaríamos tan preocupados, ¿no crees? – terminó.

Cambiando de tema, mañana llega tu tía con tu prima, necesitamos planear que hacemos para atenderlas y seguir con lo nuestro, creo que sería mejor que tú te quedes en la recamara con tu padre y yo,  y ellas en tu cuarto, ¿no te parece?, así cuando tu padre este dormido o borracho podemos coger un poco – me dijo.

Aprovechando que este aquí mi tía, ¿podemos platicar con ella y que nos cuente como estuvo lo de mi abuelo y ella?, creo que tú puedes convencerla a que lo haga, total, ya pasó mucho tiempo y además ella te tiene mucha confianza –remarque ese punto.

Ah, no sé, sí me tiene confianza pero al enterarse de que tú ya lo sabes a lo mejor se enoja y hasta nos peleamos, deja que este aquí y ya veremos, te prometo que si se puede lo hago – diciendo eso se subió en mí y me empezó a besar el pecho y con su mano  me agarro la flácida verga.

En eso estábamos cuando oímos que un vehículo se había estacionado cerca de la casa y se oían unas voces y carcajadas, mi madre como un resorte se incorporó y se acercó lentamente a la ventana y con horror me hizo señas que había llegado mi padre con su hermano y estaba a punto de entrar a la casa, con rapidez salí del cuarto y me metí a mi recamara, mi madre se acostó y se cubrió con las sabanas haciéndose la dormida. Ya no supe más de lo que pasó después de eso.

La llegada de mi tía y mi prima fue algo muy esperado y al mismo tiempo molesto, esperado ya que me permitiría conocer de viva voz el primer incesto en la familia y molesto porque se haría difícil cogerme a mi madre, sin embargo, sucedió lo inesperado y por lo que tanto nos habíamos cuidado.

Esa misma tarde, ya que mi tía se había acomodado en mi recamara, le comento a mi madre que tenía que salir con mi prima a ver si podía adelantar algunos trámites y que regresaría algo tarde. Mi madre tuvo a bien entregarle una copia de la llave de la casa para que no se preocupara. Se despidieron de nosotros y salieron en un taxi que habían pedido. Mi padre como de costumbre estaba, según él, trabajando y también llegaría tarde. Vimos como mi tía y sobrina  subieron a taxi y partieron rumbo al centro.  Mi madre y yo hicimos un poco de limpieza y arreglos pero de pronto tome a mi madre de la mano y la conduje hasta su recamara, que era nuestra por esos días, y empecé a desnudarla y besarla, la acosté en la cama y sin más le levante las piernas y empecé a chuparle sus dos hermosos hoyos, su ano empezaba a dilatarse  y por su panocha salía un delicioso jugo que tanto me gustaba. Una vez que sentí que ya estaba suficientemente caliente, le metí mi verga en su culo sin pedirle permiso, ella al sentir mi fierro ya dentro de su ano, se movió de arriba abajo. Mi verga salía y entraba con un poco de dificultad pero rítmicamente, en un momento saque la verga de su ano y se la metí por su vagina y de forma alternada me la fui cogiendo. Ella gemía y yo más empujaba, le saque la verga y me puse de espalda a la cama y le pedí que se subiera encima de mí pero que se ensartara mi verga en su culo, se subió y sin mucha dificultad se metió en su culo mi verga y empezó a cabalgar, yo cerré mis ojos y me concentre para que no me viniera pronto, ya que su culo me producía tanto placer que me hacía acabar rápido.

Hermana ¿Qué haces con tu hijo? –fue la voz de mi tía la que me hizo abrir los ojos, mi madre se quedó quieta pero con la verga adentro de su culo.

Volteé la cara y vi en el marco de la puerta a mi tía observándonos incrédula pero al mismo tiempo calmada, la escena que dábamos mi madre y yo.

Quise levantarme pero el peso de mi madre lo impedía, y mi madre no podía hacer nada.

Terminen par de calientes, yo solo vine por unos papeles que olvidé, ya después hablaremos –dijo mi tía y volviéndose salió de la habitación y de la casa.