Le ninfomanie (4): Retales del pasado.

El origen de todo

Le ninfomanie (4): Retales del pasado.

Solamente tenía dieciséis años, los dulces e inocentes dieciséis años que todos hemos tenido sin ninguna duda, esa edad en la que no le ves una mayor importancia a las cosas, esa edad en la que la vida te parece propicia en todos los aspectos y sobre todo a mí. Yo era un buen estudiante, no brillante, pero sin duda muy bueno, el arte y el dibujo eran mi pasión, me acuerdo esas tardes en las que intentando rescatar algún cuaderno de un cajón de mi escritorio comenzaban a brotar cientos de bocetos, algunos con, otros sin sentido, fue maravilloso.

Todo ocurrió un verano en el que pasaba las vacaciones en un pueblo cerca de la playa, yo, junto con mis mejores amigos y mis padres, habíamos ido a pasar una semana de relax en un hotel muy barato, Mis amigos eran dos chicos altos, uno rubio y el otro moreno, ambos con ojos marrones, y bastante musculosos para su edad, o eso me parecía, debido a que yo siempre he sido bajito y algo más delgado que el resto, se llamaban Juan y Miguel. En cuanto nos alojamos en el hotel, cogimos dos habitaciones una doble para mis padres y una con tres camas individuales para nosotros, cosa que me perturbó un poco dado que yo estaba secretamente enamorado de Miguel, el moreno, reconozco que siempre me había quedado mirando sus fuertes piernas mientras montaba a caballo en el club de hípica al que íbamos a montar cada fin de semana. Le comente a mi madre la posibilidad de cambiarme yo de habitación por mi padre pero ella, obviamente, se negó en rotundo. Así que allí estaba yo en una habitación de hotel enana con mis dos mejores amigos y sacos de hormonas en plena pubertad.

La primera noche todo ocurrió con normalidad, cenamos pronto debido al viaje y nos acostamos temprano, bueno corrijo yo me acosté temprano, Juan y Miguel se quedaron viendo porno y masturbándose, cosa que no me extrañaba nada que hicieran, es más todos los trabajos de historia se los había hecho yo desde que entramos en la secundaria, porque yo cultivaba la mente y ellos se dedicaban a meneársela desde que les conozco, y creedme ya hace mucho. Sin embargo la segundo noche todo cambio, coincidió que los mejores amigos de mis padres se alojaban en un hotel cercano al nuestro y esa mañana se encontraron y decidieron irse por la noche a cenar al pueblo más cercano a la playa que estaría a más de veinte kilómetros, como no pintábamos nada allí pues mis padres decidieron que podríamos quedarnos solos aunque fuera por una noche, craso error, sin haberme yo percatado, Miguel había metido entre su equipaje una bolsa de marihuana, y consecuentemente nuestra habitación se vio enviciada por el humo de los porros en menos de una hora, y eso que yo en esa época no fumaba nada de hierba, cosa que ahora no puedo decir.

Decidí salir a respirar algo de aire limpio al pasillo de las habitaciones en el que se encontraba la nuestra, y tras unos diez minutos, cuando se me pasó el mareo, volví a entrar. Al abrir la puerta, sentí un dolor tremendo en el lado izquierdo de la cara, como una presión difícilmente descriptible, que me hizo caer al suelo, Miguel, el hombre al que yo había idolatrado en secreto me acababa de propinar un puñetazo en la sien izquierda. ¿Porqué? Me pregunte para mis adentras mientras el gritaba sin cesar, marión de mierda, ¿Qué crees? ¿Que no me iba a enterar?, en cuanto salieron esas palabras de su boca mire a Juan decepcionado, y él con un gesto entre disculpa y asco se limito a decirme que se lo había contado Marta mi mejor amiga en el instituto. Antes de poder articular palabra Miguel me embistió una patada en el vientre con tal fuerza que creí que me había estallado algo por dentro, en cuanto vio esto Juan se abalanzó hacia él y le arrojó en la cama pidiéndole por favor que parase de una vez, que cuando llegaran mis padres se lo contarían y pedirían el cambio de habitación. Pero esto no le bastó a Miguel él quería vengarse, quería hacerme entender que jamás podría pensar en él, y lo hizo causándome dolor, me arranco toda la ropa de un tirón y a continuación le ordeno a Juan que se quitase la ropa mientras se reía y le decía, vamos a darle una lección a la mariquita esta, yo no podía si no llorar en el suelo  con toda la ropa rasgada, Miguel me agarró del cuello y me colocó de rodillas enfrente suyo, yo no quería, así no, se bajó los pantalones y los calzoncillos y sin previo aviso metió su juvenil polla en mi boca, yo no pude hacer nada, empujaba mi cabeza para que no pudiera zafarme de aquella monstruosidad, incluso hubo un momento en el que note que su polla se metí por mi tráquea y no me dejaba respirar, cuando él se cansó le dijo a Juan que hiciera lo mismo, sin ninguna contemplación ya que yo tenía que aprender que aquello no era posible, que el sexo entre hombre era una abominación, y la letra con sangre entra, aunque no como ellos esperaban, cuando termine de chupársela a Juan, cosa que había hecho con más tranquilidad, ya que él me apreciaba más y no tenía nada en contra mía, Miguel me tendió en la cama agarrándome fuertemente del brazo y metió su polla en mi culo, al principio sentí un dolor punzante que más tarde se fue transformando en placer, un placer muy prehistórico y animal. Miguel se corrió dentro de mí, Juan no pudo ni acercarse después de eso, es mas no volvió a dirigirle a Miguel la palabra nunca más.

Esa noche Miguel pidió el cambio de habitación en cuanto mis padres llegaron y le pagaron una para él solo ya que Juan había decidido quedarse conmigo esa noche, no dormimos, yo lloraba en mi cama y él me miraba desde la suya. La habitación estaba casi en tinieblas, solo la luna redonda y blanca iluminaba la escena, nada, de lo que había en la habitación ya, revelaba lo que había pasado en ella horas antes, Juan se sentó junto a mí en la cama, ¿Cómo estás? Me preguntó, yo no podía responderle, le odiaba, le odiaba profundamente por lo que había hecho, el se excusó diciendo que había sido efecto de la maría, que él nunca se habría comportado así en condiciones normales, cosa que por otra parte yo sabía, pero no quería aceptar debido al tremendo daño, no solo físico si no también psicológico que sentía en ese mismo instante. Juan cayó pero permaneció conmigo durante quince minutos, disculpándose y rogando mi perdón, cuando vio que no le dirigía la palabra decidió irse a su cama e intentar conciliar el sueño, cuando él llevaba ya en su cama cinco minutos me acerque sin hacer ruido, levante su brazo y lo coloqué sobre mi hombro, al tumbarme a su lado, él me sintió, y sin dejar de abrazarme me besó en la frente, yo solo pensé en subir la cabeza y besarle en los labios y así lo hice, después de aquello hicimos el amor, de una forma tan sutil y tan bella que sería un insulto intentar describirlo con palabras mundanas.

El resto de mis vacaciones tuve una extraña sensación entre amor, amor por Juan que ahora estaba a mi lado, y miedo cada vez que Miguel me dirigía una punzante mirada, al final todos volvimos a nuestras casas, yo con Juan como pareja y Miguel con sus padres, a los cuales había llamado, había contado la situación, y habían corrido a por su hijo para librarlo de unas influencias tan nefastas como las nuestras.

Juan y yo salimos durante un mes, que ¿Qué pasó?, Os lo contaré, Juan había estado muy feliz conmigo durante las tres semanas siguientes a nuestro viaje, luego las cosas se fueron degenerando, y una noche mientras revisaba mi correo electrónico leí el siguiente mensaje:

“No puedo aguantarlo más, mis padres lo han averiguado, y planean mandarme muy lejos, lejos de todo, lejos de ti. Es imposible que pueda ser de otra manera, he tomado una decisión y pienso llevarla hasta el final, lo siento. No te diré que te quiero porque sería una gran mentira.”

A la mañana siguiente, los padres de Juan, que habían salido esa noche, encontraron a su hijo en el suelo de su habitación pistola en mano, con un disparo en la sien derecha.

En ese mismo instante, con mis dieciséis años, mis dulces e inocentes dieciséis años decidí no volverme a enamorar de nadie, decidí no volver a sentir el dolor que me había causado la pérdida de dos buenos amigos y de dos amores, distintos sí, pero grandiosos amores.

Este es tan solo uno de los fragmentos del pasado, de el personaje principal de Le Ninfomanie, espero poder seguir escribiendo y poder contaros todos y cada uno de los retazos que forman la personalidad de este personaje. Muchisimas gracias por leerlo, y espero sin duda vuestros comentarios.