Le ninfomanie (2)

Mi gran experiencia en la cabina de un lavabo, y como siempre solo una vez.

Mi relato comienza en mi casa, donde tantos hombres han entrado con un solo propósito, follar conmigo.

Me encontraba en la bañera, llena de espuma, con una copa de vino blanco sobre el retrete, y un CD de música zen que hacia poco me habian traído unos amigos desde Tailandia. Sentía a mi cuerpo pedir batalla y pensé en consolarme a mi mismo por el momento, así lo hice. Mi polla se endurecía mas y mas al contacto con el agua caliente que me producía una sensación parecida a que me la estuvieran chupando, aunque no tan buena, esta claro. Comencé a masturbarme mientras los mojes tailandeses cantaban sus salmos y oraciones, la sensación la doy por indescriptible, el agua chorreando fuera de la bañera y mi cuerpo entrelazándose con la espuma de mi gel de lavanda hasta formar un solo cuerpo de placer. Gemía y me retorcía pensando en alguna de mis muchas conquistas hasta el momento, pero cuando llego el momento de ese clímax tan ansiado por mi, de tener en la bañera mi propia leche y sentirme como un rey al que bañan en suntuosos perfumes pare, pare porque mi cuerpo no pedía que me masturbara como tantas veces lo había hecho, el reclamaba sexo desenfrenado, y si era con alguien desconocido mejor.

Me dispuse a salid de la bañera de inmediato todavía con la erección, conociéndome tarde relativamente poco en vestirme y arreglarme, clara señal de que necesitaba a un hombre en mi cama o en cualquier sitio de inmediato, con la condición de que me follara como nunca me habian follado.

Salí apresuradamente a la calle y me interne en un bar de habiente de los muchos que ahí por los alrededores, la idea de tener sexo en un cuarto oscuro no me hacia demasiada ilusión, aunque claro esta, mas de una vez me había follado en ellos uno, dos, y hasta cinco hombres. Por aquella noche decidí algo mas clásico, acompañado de mi inseparable vodka me dirigí hacia un tío que no paraba de mirar como mis labios bebían lascivamente de mi copa. ¿Cómo lo note? Muy sencillo a parte de el prominente bulto que sobresalía de su pantalón, se la toco varias veces y mientras lo hacia me miraba con cara de querer decir "ven y cómetela toda", a lo que claro esta respondí sin dudar.

Me habría gustado jugar en mi terreno pero mi calentón y el suyo por lo que deduje no me dejaron, me acerqué y colocando una mano en su hombre ese hombro tan fuerte le mire a sus profundos ojos azulados y le susurre al oído la palabra mas clara que pude pronuncia esa noche "baño". Yo me alejaba sin girarme para no darle esa satisfacción, sabia que me miraba el culo al andar, lo notaba y se que el lo deseaba, deseaba penetrarlo con su gran miembro, con su polla tan dura como una barra de acero noble. Me adentre en el baño, dos de las cabinas de los retretes ya estaban ocupadas por parejas que follaban a grandes gemidos, me hubiese gustado unirme a ellos no lo dudo, pero esa noche tenia planes mas importantes. Me coloque en la última cabina, a los dos minutos escasos oí la puerta del baño me asome por una leve rendija y ahí estaba el, con su inmenso aparato, no se como, lo sentía latir, sentía la sangre que fluía dentro de el, hasta en el mínimo rincón de su dura polla, y también sentía toda su lefa gritando y revolviéndose en sus huevos, me decía que la sacara toda sin el menor reparo. Saque mi mano y con un simple gesto le indique que se acercara.

Abrió su boca como queriendo preguntar mi nombre, a lo que yo, acalle enseguida bajándole la bragueta y pajeando su pene que como sospechaba era enorme, el respondió enseguida con sus profundas respiraciones, no pude soportarlo mas, me arrodille delante de el, e introduje su polla en mi boca hasta que me choco violentamente con la garganta, me aparte el pelo de la cara para que el pudiera ver lo que yo estaba disfrutando de aquel momento, era una polla enorme llena de venas y con solo un poco de vello, el que se concentraba en la zona de los testículos los cuales me excitaba y me excita mucho chupar y comer, tengan o no vello, mientras el gemía debido a mi mamada yo me pajeaba con firmeza, el miro lo que estaba haciendo, me saco su polla de la boca, me elevo en sus musculosos brazos, y me apoyó en la pared con las piernas sobre esos hombros que me volvían loco, comenzó a chupármela con fuerza, era una escena entre curiosa y excitante, porque aparte de lo que se estaba gozando en esa cabina, el chico era lo suficientemente alto como para que en esa postura mi cabeza asomara por el hueco superior de la misma, intente encogerme, pero el placer no me lo permitía, el me bajo y recostándome sobre el retrete se empapo la mano en saliva que seguidamente restregó por mi agujero del culo, y sin mas dilación introdujo toda su polla en mi interior, que sensación tan placentera el sentir una polla como esa ahí dentro, en seguida me tapo la boca con la mano para que no pudiera gritar, mientras el daba impetuosas envestidas contra mi culo, no me pude resistir a chuparle varios dedos.

Esa escena tan violenta como excitante se prolongo al menos quince minutos, un gemido y un grito de mi acompañante y acto seguido yo tenía toda mi espalda desnuda cubierta del más dulce semen, fue una corrida impresionante de las que no se olvidan, yo me corrí mientras el me masturbaba delante de su cara, lo que la dejo obviamente toda perdida con la leche que había reservado durante mi hora del baño. El, me lamió toda su lefa y cuando me asee sin tiempo a dar reacción alguna, desaparecí de aquel lavabo con una extraña sonrisa. Salí del bar con la sensación de haber reventado por dentro literalmente, pero aun así me sentí aliviado pensando en otra maravillosa anécdota y sin más me deshice entre las sombras de la noche.