Le hice garganta profunda a mi tío – Primera Parte

Me la sacó de la boca, y me pegó con su miembro en mi cara, muy fuerte, me dolió bastante, lo volvió a hacer, esta vez mas fuerte aún,

Desde ese día que le hice el primer oral a mi tío, fue su obsesión metérmela toda hasta mi garganta.

Al día siguiente de la primera vez que tuve su pene en mi boca, fue a buscarme a mi cuarto.

Era por la tarde, mi hermano no estaba en casa, pero mamá si. Ella entró a bañarse, sus baños eran largos por suerte, recuerdo que tenía un radio grabador con cd, y ponía compilados de música y se encerraba en el baño, por un largo rato, era como su momento para aislarse de su familia, y tener su momento sin que nadie la moleste.

Mi tío ya conocía su rutina, por lo que vino a buscarme.

Yo estaba en mi cama leyendo boca abajo un libro del colegio.

Entró a lo bruto, me asusté, no lo esperaba.

Cerró la puerta y la trabó con llave.

Sin decirme nada, me sacó el pantalón pijama que tenía, era blanco con rayas negras a lo ancho y me llegaba hasta los tobillos. Me lo sacó completamente, no tenía tanga, desde ese día había dejado de usarlas en casa, porque era mas fácil, estar siempre lista para mi tío, si teníamos pocos minutos, solo me bajaba el pantalón y estaba lista.

Me quedé de la cintura para abajo sin ropa, desnuda, mi tío se escupió la mano y salivo su cabeza, y se recostó sobre mi cuerpo, la metió entre mis nalgas y empezó a hundirla contra mi ano, que no entraba fácil, pero dejaba mi colita lo mas relajada posible, para permitir que me penetre lo más rápido posible,, hundió su pene varias veces contra mi ano, hasta que terminó cediendo y pudo meterme su cabeza y un poco mas, volvío a hundirla, y esta vez sentí su pene por la mitad ya dentro de mi cola, se acomodó mejor, y dejó caer todo su cuerpo contra  el mio, y logró penetrarme hasta el fondo, yo estaba mordiendo las sábanas para ahogar mis gritos, que eran una mezcla de dolor y placer.

Sin sacármela del todo, la sacó casi toda, solo me dejó su cabeza dentro de mi cola, y me la volvió a hundir, hasta el fondo, hasta que sus huevos reventaron contra mi cuerpo, y lo hizo una y otra vez, con mucha velocidad, mientras mi conchita se iba mojando. Me encantaba sentir ese golpe en seco que hacía su cuerpo contra mi cola, y se repetía una y otra vez.

Después de varias embestidas contra mi cola, me la sacó, cosa que no esperaba, estaba segura que iba a acabarme dentro de mi cuerpo, mas precisamente mi cola.

Se paró al lado de la cama, miré hacia la puerta por las dudas, si había parado porque alguien entró, pero la puerta seguía cerrada. Me encantaba coger con mi tío en secreto con mi hermano y mamá cerca, esa sensación de ser descubiertos, lo hacía mas intenso el sexo, pero no dejaba de preocuparme que un día finalmente nos descubran, había pensado mucho tiempo que decir, si nos descubrían, pero nunca se me ocurrió que diría.

Mi tío me tomó de los cabellos, me tiró a la fuerza y me sacó de la cama, me empujó nuevamente contra la cama y me dejó sentada, acercó su miembro contra mi boca e instintivamente, la abrí bien grande, para tragarme el pene de mi tío, y hacer un buen trabajo, realmente deseaba, ser una buena mamadora, pero no me fue fácil.

Me la metió de una, creo que pude tragarme la mitad de su miembro o por ahí, sentí que la tenía en la entrada de mi garganta, me tomó de la nuca con su mano, sacó su pene y volvió a meterlo, me producía arcadas, que traté de aguantarlas, me la metió una vez mas, pude aguantarme, vino otra, pude con ella, pensaba que la estaba dominando, pero mi tío la hundió demasiado, mas de lo que podía soportar, me dio una arcada muy fuerte, mezclada con ahogamiento de mi propia saliva que salía sin parar de mi boca, bajaba por mi cuello, pecho y terminaba en mi vagina. Y sin querer se la mordí con mis dientes.

  • Hija de puta………… gritó.

Me la sacó de la boca, y me pegó con su miembro en mi cara, muy fuerte, me dolió bastante, lo volvió a hacer, esta vez mas fuerte aún, me castigaba por no ser una buena petera, y me volvió a pegar con su pene por un tercera vez y última.

Con su mano izquierda, me tomó de mis cabellos a la altura de mi nuca, me inclinó la cabeza hacia atrás y me puso sus huevos contra mis labios.

Los besé, pensé que quería eso, pero mi tío pensaba otra cosa.

  • Metetelo en la boca, me gritó.

Lo hice, abrí mi boca, y me tragué su huevo izquierdo, y el derecho lo apretó contra mi cara.

Empezó a gemir de placer. Mientras no dejaba de refregar su huevo derecho contra mi mentón.

Se lo succionaba y acariciaba con mi lengua, era una sensación rara sentir su huevo en mi boca, pero era mas tolerable, que tragarme su pene hasta el fondo.

  • Metete los dos, dijo.

No sabía si iba a poder, pero abrí la boca mas grande y mi tío se encargó de meterme el otro huevo en mi boca.

No parecía posible, no me imaginaba como sus dos huevos entrarían en mi boca, pero lo hundió, sentía que se lo estaba lastimando, me dolía la mandíbula, pero finalmente pude tragarlo y ya tenía sus dos huevos en mi boca, la tenía  bien llena, no entraba ni un alfiler, se sentía asfixiante, me concentré para respirar por mi nariz.

El pene de mi tío estaba sobre mi cara, y sus huevos dentro de mi boca.

Se la agarró y empezó a masturbarse, con su mano golpeaba mi cara mientras se la jalaba, me quedé quieta, ni quiera podía acariciar sus huevos con mi lengua, la sentía aplastada, contra la base de mi boca, y no había un milímetro disponible, para poder moverla.

  • Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Mi tío gemía, le gustaba bastante.

No duró mucho jalándosela.

Me sacó de golpe sus huevos de mi boca, pude respirar mucho mejor aunque unos segundos mas tarde, sentí un líquido estrellarse contra mi frente, su semen espeso fue eyaculado en gran cantidad contra mi frente mayormente, aunque sentí que me manchó el cabello y su semen empezó a bajar en mi cara, un chorro me lastimó mi ojo derecho, que lo irritó inmediatamente, no podía tenerlo abierto del ardor, y otros chorro, fueron bajando por mi nariz, y mejillas, recorriendo mis labios y mentón y terminando en mi cuello y pechos.

Aún no podía abrir mi ojo derecho, lo sentía muy irritado, y no dejaba de llorarme.

Mi tío apoyó la cabeza de su miembro contra mi frente, y sujetándonosla con su mano derecha, empezó a refregármela en la frente, esparciendo aún mas su semen, lo pasó por mi nariz, mis mejillas, por mi labio superior, lo refregó entre mis labios.

Me sentí muy sucia, pero me gustó, aún no disfrutaba el sabor del semen pero me encantó sentirlo en mi cara, sentirla bien sucia, pegoteada con la leche de mi tío.

  • Me dejaste bien vacio perrita. Me dijo.

Le sonreí, aun con mi ojo derecho cerrado.

Se subió el pantalón y se fue.

Me puse el pantalón. Estuve a punto de limpiarme la cara, pero no lo hice.

Dejé secar el semen en mi cara, me excitaba mucho sentirme la cara pegoteada con su leche.

Ese día no me limpié la cara estuve todo el día con mi cara sucia.

Me miré a un espejo y no se notaba el semen de mi tío, pero en mi cara se sentía como si me hubiese puesto una máscara facial, como si tuviese una película invisible sobre mi rostro.

Recién al día siguiente me limpié la cara cuando me duché por la mañana.

Continua……………..