Le falta chele a tu cola

Una noche de trío termina en que un doctor le receta mucho semen a mi novia... WTF!?

Con mi sexy novia queríamos hacer un trío, ella primero quería disfrutar de un HMH, pero a mí eso no me importaba, lo que de verdad quería es cumplir el sueño de todo tío: estar con dos buenas mujeres todas para mí solito, ya tenía a una, me faltaba la otra.

Ya decididos, fuimos a una discoteca a encontrarnos con un candidato, un tío que mi novia conocía y no tendría problemas en aceptar. Tras verlo en el local al colega, rubio de ojos verdes, nos prometió discreción y diversión para la dama. Estaba un poco emocionado, no por el trío en sí, sino por ver a mi sensual novia haciendo el zorrón con los dos, calentando pollas. Lucía coqueta y deseosa esa noche, nos hablaba con un tono meloso y se la notaba muy excitada.

Fuimos a un lindo motel, ella se subió a la cama ya sin prendas inferiores y nos exhibe su espectacular cola, llamándonos con sus provocadores movimientos, frenéticos por momentos. Me estaba poniendo a tiro para ella pero el colega se me adelantó, se subió a la cama y comenzó a acariciar nalgas y chucha.

—¡Mmm, bombona, qué hermosa cola que tenés! —le dice el colega.

—Ay si, viste bebé —le responde empinando más las pompas.

—Hay que mantener esto así, bombón. No hay que descuidarlo.

El examinaba las nalgas de mi novia como si estuviera jugando a ser un profesional o algo.

—¿Ah sí?

—Ajam, si. Esta cola necesita de nutrientes que mantengan la piel tersa y reluciente… Necesita de mucha leche.

—Pero mi novio me la da.

—No es suficiente, necesita de mucha más y de distintos hombres.

—Uy, ¿de verdad, doctor?

—Sí bebota, por hoy te la voy a dar yo. Mañana me llamás y vengo con un colega a darte la dosis necesaria.

—Bueno doctor, gracias.

El colega flipado procede a penetrarla con su dura polla en el mojadito coño de ella.

—Ay doctor, ¿qué hace? —”protesta” ella—, ¿no era que me tenía que dar leche?

—Si, yo te la doy, pero tenés que prepararla vos. Así, mira… —Le introduce su pedazo venoso de carne.

—Mmm… Bueno —gime.

Se dan allí, de perrito, y un festival de gemidos estalla por ambas partes, acumulación de la tensión sexual que se fue acrecentando hasta la erupción. Eran como jadeos de alivio y satisfacción de, por fin, poder estar dándose caña. Se veía tan hermosa y vivaz con esa cara completamente sumida en el placer. El colega alucinaba con esas turgentes nalgas explotando en su pelvis, no se las perdía de vista ni por un segundo.

El colega saca su polla y pega su hinchado glande en la nalga derecha. Al instante surgen borbotones de lefa que se deslizan por esas suaves curvas de piel, luego redirecciona hacia la nalga izquierda y le deja los últimos lefazos. Veía a mi novia jadeante, moviendo lentamente su trasero con las gotas de semen escurriéndose, esa hermosa cola de fina tez, con la marca del tanga pos bronceado que hacía de mis delicias.

Esa noche lo cambió todo, porque mi novia me dijo para dejar de ser pareja y continuar como follamigos, o plantear la posibilidad de abrir la relación. Estaba confundido, por qué quería terminar conmigo. Ella me explica que quiere seguir con el consejo del “doctor” y quiere aplicarse más leche de otros tipos, no sólo de la mía.

Ya no era el hombre de su vida, no siempre estaba conmigo como antes, cuando le preguntaba que iba a hacer para poder estar juntos ella me respondía que ya tenía planes para la noche. Yo por morbo le pedía más detalles y me contestaba que había quedado con un chico y que “iba a ver” si le daba suficiente leche. Cuando por fin podía quedar conmigo, ella me sentaba en la cama y me exhibía su hermoso culo, pavoneándose de lo bien que lucía. Yo miraba esa cola revoloteando por mi cara y me excitaba inmensamente, pero era extraño porque era inevitable pensar en cuanta leche le habría caído antes de venir conmigo. Ya hasta medio me arrepiento de lo del trío…

FIN