Le doy por el culo a mi vecina para ayudarla (2)
Segunda parte de la hitoria, en la que descubro que mi Vecina Susana es una autentica zorra y que se ha convertido en una adicta del sexo anal.
Antes de leer el siguiente relato es recomendable leer la primera parte de la historia:
Le doy por el culo a mi vecina para ayudarla
Ahí me encontraba yo, recuperándome de la corrida en el culo de Susana, a la misma que vez que pensaba que la escena que acababa de vivir era digna de la mejor película porno, pero esta vez había sido real, vaya que si había sido real.
Todavía congratulándome de mi buena suerte, pensé que tenía que hablar con Susana de esto, por lo que me dirigí hasta su piso y toque el timbre.
Parecía como si no hubiera nadie, pero seguro que ella estaba allí, ya que no había pasado más de media hora desde nuestro encuentro.
Toque en varias ocasiones al timbre llamándola desde fuera, pero nada, parecía que no quería saber nada de mí en esos momentos, así que desistí y volví de nuevo a mi piso.
Ella seguro que necesitaba pensar en lo que acababa de pasar y para eso lo mejor es estar sola. Yo por mi parte me di una buena ducha cayendo después rendido en la cama.
Al día siguiente me dirigí al trabajo con la esperanza de encontrármela en el rellano o en el ascensor, pero tampoco hubo suerte. Todo el día estuve pensando en ella, bueno en ella y en su espectacular trasero. Al llegar por la tarde de nuevo al piso tampoco logré cruzarme con ella, por lo que decidí matar mi excitación con una soberana paja en su honor acostado en mi cama.
Al acabar me propuse que mañana tenía que verla como fuera, haría todo lo posible para ello, aunque tuviera que hacer guardia en la escalera.
Llego el sábado y como me había propuesto el día anterior, me senté en un silla al lado de la puerta con un buen libro, de hoy no pasaba que hablará con ella. A eso de media mañana oí cerrarse la puerta de ella, como un resorte me asome a la mirilla y bingo, apareció ante mí Susana muy arreglada para la hora de la mañana que era.
Sin pensarlo abrí la puerta y salí corriendo hasta el ascensor, el cual pude alcanzar ya casi cuando se cerraba, agarre la puerta con la mano y empuje para poder entrar apareciendo ante mí ansiada vecina.
La cara de ella al verme cambio de expresión, pasó de estar risueña a una cara de cabreo que daba miedo. Al poco aparto la mirada de mí y fingió que yo no había entrado en el ascensor.
Estaba cortadísimo, no esperaba que fuera a tener esa reacción al verme. Empecé a hablarle tímidamente, pero ella ni caso, estábamos llegando a la planta baja y no conseguía ni que me mirase.
Cuando el ascensor se paro y las puertas se abrieron la cogí del brazo cuando se disponía a salir recibiendo un bofetón de ella que me dejo helado, hasta el punto que me quede en el ascensor viendo como mi vecina se alejaba meneando su estupendo culo por todo el pasillo hasta que las puertas del ascensor volvieron a cerrarse.
Estuve un par de minutos sin reaccionar, tras los cuales decidí seguir a Susana, quería saber a donde se dirigía, ya que necesitaba explicarle lo sucedido hace dos días e incluso pedirle perdón por lo ocurrido, si es que tenía perdón lo que hice.
Al salir a la calle, ella iba ya por el final de la misma, apunto de volver la esquina. Llevaba un caminar cadencioso moviendo sus caderas de un lado a otro de manera muy marcada.
La verdad es que estaba guapísima con el vestido que llevaba puesto, el cual le quedaba por encima de la rodilla dejando a la vista la mitad de sus apetecibles muslos.
Yo a una distancia prudencial la fui siguiendo sin dejar de pensar a donde iría vestida así de provocativa. Al poco rato ella llegó hasta una pequeña plaza en la que había unos jubilados sentados en un banco viendo pasar la mañana. Al ver pasar a Susana inmediatamente posaron su vista en su joven cuerpo intentando desnudarla con la mirada.
Ella se dio cuenta al momento y cambio el sentido de su marcha dirigiéndose hacia la pequeña fuente que estaba al lado del banco de los jubilados.
Yo medio escondido detrás de un coche observaba atónito como se desarrollaba la escena, y es que ella cuando llegó a la altura de lo vejetes los saludo amablemente y se acerco hasta la fuente, luego separando más de lo normal las piernas arqueo su espalda hacia adelante para poder alcanzar con sus labios el agua para beber.
Con esta maniobra y al tener separadas las piernas su falda se subió más de lo normal ofreciendo a aquellos viejos un espectáculo fenomenal, ya que no solo mostraba la totalidad de sus muslos, sino que también parte de los cachetes de su magnífico culazo.
En esta posición estuvo casi cerca de un minuto, tras lo cual se incorporo recolocándose la falda de nuevo en su sitio a la misma vez que pasaba la lengua por sus húmedos labios. Luego reinició su marcha no sin antes guiñar un ojo de forma juguetona a aquellos sesentones.
Salí de detrás del coche ya bastante alucinado por lo que acababa de ver, que coño es lo que estaba pasando, se había exhibido delante unos vejestorios sin el menor recato y a plena luz del día. Mi curiosidad ahora era mayor por saber lo que Susana se proponía hacer, por lo que me puse de nuevo a seguirla.
Mi vecina iba unos 100 metros delante de mí, seguía con sus andares sensuales y mirando a un lado y a otro queriendo observar la reacción de todo hombre que se cruzaba en su camino. Estaba claro que había salido a la calle con el fin de provocar al personal, no se si quedaría la cosa solo en eso.
Como a los diez minutos llegó hasta una calle donde había una autoescuela haciendo esquina, en la puerta se encontraban un grupo de muchachos riéndose y fumando unos cigarros. Seguro que estaban en un descanso de las clases teóricas, por su aspecto tenían que tener los 18 años recién cumplidos.
Susana al verlos se encamino hacia ellos y se puso a hablarles no se de que, ya que no domino el arte de leer los labios. Lo que si sé es que los jóvenes estaban flipando con que mi vecina se hubiera parado a hablar con ellos.
Ella se mostraba encantadora con ellos e incluso pasaba su mano por los hombros y brazos de algunos de los jóvenes, estaba claro que quería calentarlos. Susana tomando la iniciativa se acerco al oído de unos de los muchachos y le susurro algo, tras lo cual, el joven acompañado de mi vecina se separaron del grupo y empezaron a caminar calle abajo.
Acto seguido otro de los muchachos también se separo del grupo y empezó a caminar detrás de ellos. Yo por mi parte estaba desconcertado y no sabía muy bien que es lo que pasaría a continuación, pero no quería perdérmelo y continué siguiéndolos con discreción.
Al rato de ir detrás de ellos, Susana y el muchacho desaparecieron tras las vallas de un edificio en obras que se encontraba tres calles más debajo de la autoescuela, acto seguido el otro joven que iba detrás se metió también.
Esto se ponía pero que muy interesante, sin perder tiempo aceleré el paso y cuando llegué al edificio en obras me introduje en su interior con mucho cuidado. Dentro no entraba mucha luz y estaba todo patas arriba, a lo lejos se oían las risas de Susana que parecía pasárselo en grande con la situación.
Eché un vistazo más a mi alrededor, comprobando que ese día no había nadie trabajando allí, y me decidí a acercarme hacia las risas de mi vecina. Tras andar por varios pasillos y habitaciones llegué al lugar donde estaban. Desde mi posición podía observarlos sin ser visto, y lo que me encontré fue un espectáculo de lo más caliente.
Allí estaba Susana inclinada en una mesa de trabajo y meneando sus caderas de un lado a otro, cuando uno de los chicos se acerco a ella por detrás y empezó a subir lentamente su falda apareciendo su hermoso culo ya que no llevaba bragas. El chaval pasó un dedo por toda la raja del culo, de arriba abajo, luego se agacho y beso uno de los cachetes de su culo, después el otro y finalmente con ambas manos separo ambos cachetes apareciendo su coñito y su ano. El chaval sin pesarlo hundió su cara en el culo de mi vecina y empezó a lamerla.
Por su parte Susana tenía los ojos cerrados y emitía pequeños gemidos, lo que aprovecho el otro chaval para subirse a la mesa, sacarse su polla y meterla en la boca de ella. Mi vecina al notar la polla en la boca comenzó a chuparla muy suavemente, sacándola y metiéndola en su boquita.
Era fantástico, el chaval que se empleaba en los bajos de Susana tenía bien separados los cachetes de su culo y le pasaba todo la lengua por su orificio anal ensalivándolo bien. De pronto el chaval se incorporó, se quito el pantalón y los bóxer, agarro su polla ya tiesa y se la clavo en el culo a mi vecina.
Susana ligeramente inclinada y con una rodilla apoyada en la mesa era taladrada sin piedad desde atrás por aquel muchacho, sus gemidos eran ahogados ya que tenía la polla del otro chaval en la boca y no dejaba de lamerla y chuparla.
El que estaba perforando su culo se lo estaba pasando pipa, ya que con sus dos manos agarraba los cachetes de su culazo, los palpaba, los agitaba y los golpeaba como no creyendo el trasero que tenía delante. De vez en cuando sacaba su polla, escupía en el ano de Susana, frotaba su polla en él y volvía a introducírsela de golpe.
Al rato el chaval que estaba recibiendo la tremenda mamada, le pidió a su amigo un cambio, por lo que cogieron a Susana, la recostaron boca arriba con los dos codos apoyados en la mesa y bien abierta de piernas. El chaval coloco su polla a la entrada del ano de ella y empezó a metérsela con furia.
El que antes taladraba el ano de Susana, se coloco a la altura de la cabeza de mi vecina y le puso la polla cerca de sus labios, ella sin el menor recato se la introdujo en la boca sin importarle que antes hubiera estado metida en su culo. La agarraba y se daba pequeños golpes con ella en la boca, para luego volver chuparla con verdadera gula.
Susana estaba resultando ser una guarra de mucho cuidado ya que se estaba merendando a los chavales de una forma salvaje. Yo desde mi posición me estaba poniendo como una moto por lo que saque mi polla y empecé a meneármela disfrutando del espectáculo.
El chaval que se la estaba follando la tenía cogida de las dos piernas y le perforaba el ano sin piedad en cada embestida, el otro muchacho mientras disfrutaba de la mamada dejo los pechos de Susana al aire empezando estos a balancearse con cada penetración.
Al rato de estar así cambiaron de postura, Susana se bajo de la mesa torpemente ya que empezaban a flojearle las piernas, se hinco de rodillas en el suelo y se agacho buscando la polla de unos de los muchachos dejando su culo completamente en pompa. El otro al ver el culo de mi vecina completamente expuesto, apunto su polla hacia su ano y comenzó una frenética penetración.
La violencia de la penetración hizo que ella tuviera que sacar la polla de su boca en varias ocasiones para poder gemir como una verdadera puta, ya que estaba disfrutando como una loca. Esto envalentono al que la estaba follando empezando a sacar la polla completamente de su culo para luego hincársela con más fuerza hasta el fondo, haciendo que la verga del otro muchacho desapareciera completamente en la boca de Susana en cada empujón.
Luego al que le estaban chupando la polla, se tumbo en el suelo, con su verga tiesa apuntando al techo, mi vecina sin llegar a levantarse fue gateando hasta montarse sobre aquella polla, la cual clavo en su culito. El muchacho rodeando con sus brazos la cintura de ella comenzó a metérsela hasta dentro. El otro se puso de pie al lado para que ella se la mamase a conciencia.
Estaba resultando una follada brutal, por lo que decidí grabarlo con el móvil, seguro que en el futuro le sacaba provecho a dicho video. Con una mano me pajeaba y con la otra apuntaba el móvil hacia la escena de sexo que estaba presenciando.
Tras varios minutos fue el otro muchacho quien se tumbo en el suelo, mi vecina de nuevo gateando, ya que no le quedaban fuerzas para más, se monto de nuevo sobre la polla de joven, esta vez dándole la espalda y empezó ella misma a cabalgarlo haciendo que la polla desapareciera por completo dentro de su culo. Susana sacando fuerzas de donde no tenía siguió un rato más follando al muchacho, mientras el otro de pie y en frente de ellos se la machacaba sin piedad, hasta que llegó al punto de no retorno y descargo toda su leche en la cara y las tetas de Susana.
La escena era para verla, Susana con semen en la cara que resbalaba para venir a caer a sus pechos, gritaba y gemía como una perra en celo, pidiéndole al que se la estaba follando que le llenará el culo se semen, que lo necesitaba para poder correrse de gusto.
Mi vecina estaba al borde del éxtasis por lo que acelero su cabalgada en un último esfuerzo, no quedándole más remedio al muchacho que inundar los intestinos de ella con su semen. En ese momento Susana alcanzo un fortísimo orgasmo que la hizo que cayera hacia un lado quedando tirada en el suelo.
Así tirada en el suelo en posición fetal, alargo una de sus manos hasta su ano introdujo dos dedos en él, penetrándose ella misma mientras todavía salía semen de su culo. Tras un minuto de estar metiéndose los dedos en su culo, recibió un segundo orgasmo más flojo que el anterior pero que le provoco unas pequeñas convulsiones por todo el cuerpo.
Los muchachos observando la escena atónitos comenzaron a vestirse para salir disparados de allí, yo deje de grabar con el móvil dándome cuenta que me había corrido también.
Como pude me subí los pantalones y salí de la obra disparado dejando a Susana y a los muchachos allí, mi principal preocupación ahora era el video que había grabado, el cual seguro me proporcionaría momentos muy placenteros con mi vecina Susana.
Pero eso os lo contaré en sucesivos relatos.
Un Saludo.