Le di las nalgas a mi hijo - parte 3

Mis vivencias con mi hijo siguen y hay dos situaciones que me hicieron disfrutar del mejor sexo con mi amado hijo

Después de que Jorge llenará de semen mis dos orificios y mi boca descansamos un poco y luego nos duchamos para evitar que el sudor generara una infección en los recientes tatuajes.

Gerardo, había dejado de ser problema pues apesar de que nunca le di esperanzas seguía insistiendo y yo opte por la solución más lógica y fácil, ir a su casa a platicar con su mamá.

  • Señora me da mucha pena venir a molestarla y más por el tema del que quiero hablar con usted.

  • Dígame, Karen ¿en qué le puedo ayudar?

  • Desde hace más de dos meses Gerardo me confeso que le gustó, incluso robó una prenda íntima cuando le di la confianza de permitir que esperara a Jorge en la sala, desde entonces me ha estado atosigando con que quiere ser mi "amante", pero... por respeto a usted, a mi hijo y a mi misma le he rechazado una y otra vez, pero el no entiende.

  • No puede ser, usted a de estar mal interpretando las cosas, mi hijo no es asi.

  • Sabía que usted iba a pensar así, por eso lo grabé para que usted misma escuché sus palabras.

Después de que la señora vio a su hijo acozandome prometió hablar con él, al final Gerardo se había hecho novio de una chica con la cuál al día de hoy se ha casado.

Jorge y yo logramos conllevar nuestra vida, por el día era mi hijo y yo su madre, aún que nuestros besos eran en la boca, escepto cuando había mucha gente, con pocos espectadores eran en los labios, después de todo éramos lo únicos madre e hijo que lo hacían sabiendo que hay famosos que tienen esa costumbre. Durante la noche o sabiendo que estábamos en nuestra privacidad me volvía su amante, su puta su perra, zorra, lo que él quisiera o a mí se me antojará, pero me entregaba a él en cuerpo y alma.

Esto se turbo cuando una tarde sonó el timbre de la entrada, me dirigi a ver quién era...

Era mi exesposo quien apenas verme no pudo más que recorrer mi cuerpo con la mirada, en ese momento vestía un legguing deportivo de aquellos que se meten entre las nalgas con si fuera tanga, también vestía un top deportivo, en la parte superior era transparente permitiendo que se mirara un tatuaje de una rama que empieza en una raíz que dice "tetas para mí hijo", crece en una rama con hojas sobre el contorno de mi pecho derecho, la raíz era oculta aún que no tuviera brasier por el tamaño de mis pechos.

Este tatuaje me lo hice apenas sano los de mis nalgas y pubis.

  • ¿Que hace aquí? - dije en tono molesto.

  • ¿Puedo pasar? Quiero hablar contigo y nuestro hijo.

Estaba indecisa no sabía que de bueno podría traer que él estuviera en nuestra puerta.

  • Papá - dijo Jorge desde las escaleras.

  • Pasa - conteste.

Nos sentamos en la sala expectantes a lo que pudiera decir.

  • ¿Como han estado?

  • Como crees que estamos.

Agachó la cabeza y en tono bajo dijo - Supongo que...

  • Hemos estado muy bien, gracias.

  • Me alegro por ustedes.

  • ¿Y tú, como has estado? - le pregunto Jorge.

  • La verdad que muy mal, perdí mi trabajo, y... bueno ahora estoy solo.

  • Si, se nota que te ha ido mal.

No era hombre que me había dejado ahora tenía la barba dejada, se miraba con pansa de más.

  • Pues si, justamente de eso quería hablar con ustedes, no tengo a donde ir y quisiera que me permitieran quedarme unos días aquel en lo que me resuelven un trabajo en otro estado. Prometo no incomodarlos.

Volteé a mirar a Jorge y el a mí.

  • No lo se, tendríamos que pensarlo - conteste - ¿que dices tu cariño? - le pregunté a Jorge.

El se mostró molesto, supuse que tenía lo mismo en mente que yo, iba a ser una verdadera molestia para nuestra vida sexual y a mis gemidos un tanto descontrolados.

  • Pues tu decide má.

  • Está bien ¿por cuantos días?

  • Tres días solamente.

Aún que no me hacía muy feliz, la mitad de la casa le pertenecía legalmente.

Después de platicar un rato, más Jorge con su padre que yo con él. Me fui a preparar la comida mientras ellos continuaban charlando intermitentemente de uno u otro tema que casualmente a mi ex esposo le dio por interesarse de Jorge.

En la tarde noche hacía calor y eso medio una idea. Me puse una micro tanga la cuál era puro hilo y un pequeño triángulo blanco que me cubría menos de la mitad de mi vulva, encima un minishort de malla que cubría desde el nacimiento de mis nalgas hasta el termino de estás, más un top de escote en "V" fruncido crop el cual básicamente solo me cubría los pechos y parte media a superior de la espalda.

(Creo que muchos podrían llamarlo un acto de una mujer tóxica, yo lo llamaría, estar cómoda en mi casa, je, je.)

Nos sentamos a la mesa, mi exesposo no dejaba de mírame.

  • ¿Eso es un tatuaje?

  • Eso parece ¿No?

  • ¿Cómo es que te has hecho ese tatuaje? - cuestionó en tono molesto.

  • Por que quise. Y mientras mi hijo me lo permita aré lo que me venga en gana si darle explicaciones a nadie.

Poco a poco se calmó y empezamos a comer. Después de haber terminado nos dirigimos a nuestras habitaciones, en mi caso mostrándome molesta por la entromicion de mi ex esposo.

Tenia poco que entre a la habitación, cuando él entro.

  • ¿Aun sigues durmiendo del lado derecho?

  • ¿Si, por qué?

  • Pensé que podríamos compartir cama.

Sarcásticamente deje escapar una carcajada.

  • No estás hablando enserio ¿verdad? Estás... Loco si crees que volvería a dormir contigo.

Abrí el cajón donde guardo mis tangas, brasieres y en general mi lencería, tome todo con los brazos y me dirigi hacía la habitación de mi hijo.

  • ¿Que pasó? - preguntó Jorge.

  • Pues que tú... "papá" se alojó en mi habitación y aquí me tienes, me voy a traer mis cosas empezando por mis tanguitas por qué más seguro las agarra en la noche.

  • Pues es que le das a antojar.

  • ¿Crees?

Me quedo mirando incrédulo y luego reímos.

Abrió el cajón de sus boxer y ahí eche mis prendas.

Regrese con mi hijo y nos ayudamos a sacar todo de mi clóset, incluyendo mi consolador.

Nos desvestimos y entramos a la cama, no sin antes poner una película llamada "Vlad Tepes".

Al principio mi intención era solo esa, ver la película y abstenernos mientras el padre de mi hijo estaba en casa y conformarnos con sentir el roce de la piel de mi hombre, pero en la película salió una escena un poco erótica y eso nos vasto para encenderme, además la adrenalina de saber que estaba ahí el padre de mi hijo, me sentía su amante.

Comencé besando su boca de manera apasionada, su rostro, su cuello y pecho, fui bajando milímetro a milímetro hasta llegar a su verga la cuál ya estaba parada, me permití llegar hasta sus huevos donde residen mi elixir, su semen.

Le estuve lengueteando durante varios minutos, acariciando sus bolas con mi lengua, metiéndolas a mi boca, mamando uno a uno.

A mi solo me vasto oler el aroma peculiar de sus huevos, (las mujeres me entenderán a qué aroma me refiero), para emputecerme.

Fui por su dura verga acariciado su glande con mis labios, Jorge me tomo del pelo e hizo que me metiera su verga a la boca, aún que no me hacía tragarmela toda, para evitar hacer sonidos que su padre pudiera escuchar y delatarnos, aún así me encantaba lo que mi hijo me hacía.

Sus manos en mi nuca, dirigiendo cada embestida me hacía sentir poseída, dominada por él.

Finalmente despues de minutos mamándosela se corrió en mi garganta haciéndome toser sin poder evitarlo.

Jorge no me dio tiempo a nada, salió de debajo de mi y después de darse vuelta metió su cabeza por entre mis piernas para empezar a mamarme la conchita, que delicioso me succionaba los jugos de mi vagina, pero para Jorge no era suficiente me agarró de las nalgas jalandome hacia él, sentía como aquella lengua entraba en medio de ambos labios vaginales.

Sentía delicioso, como el aire entraba entre mis nalgas abiertas por las manos de mi hijo. mientras que sus dedos cada vez más se acercaban a mi hoyito trasero para finalmente introducirse.

Entre la buena mamada que me hacía Jorge y la estimulación anal me hicieron explotar en una cadena de orgasmos que mi hijo tuvo que callar con besos.

Encuantó terminó el último orgasmo libere a Jorge, el se levantó y fue hacia su clóset y tomo mi consolador.

  • Ponte en cuatro - me ordenó.

Separo mis nalgas, lo ayude con mis manos y puso el consolador en mi entrada trasera empujo suavemente y lo introdujo en mí, luego se metió debajo de mí nuevamente coloco su verga en mi conchita y me la metió de está manera comenzó a embestir, claro que yo le ayudaba dándome sentones.

Mientras que su mano derecha me agarraba una nalga, la izquierda me sujetaba la espalda y su boca me mamaba las tetas.

En un momento Jorge estiró la mano derecha para tomar mi tanguita que me acababa de quitar, su idea era callar mis tímidos gemidos, metiendo la tanga en mi boca, pero está era demasiado pequeña así que la volvió a sacar después metió sus dedos y yo me dedique a chuparlos, hasta que ambos acabamos en un delicioso orgasmo.

Baje hasta la verga de mi hijo para limpiarla con mi lengua, aproveche para volver a chuparle los huevos y por qué no decirlo, para olerselos.

De está manera noche a noche hice el amor con Jorge a escondidas, como dos amante a escondidas de mi exesposo hasta que el se fue de casa.

Pasó el tiempo nuestra vida era para lo que nosotros ya era normal hasta el dia que después de regresar de la escuela me muestra la pantalla de su celular, "mi violador, mi amante", se leía como título en una publicación de Facebook, era el primer relato erótico que leíamos, esto nos dio curiosidad, quizá alguien ahí afuera vivía lo mismo que nosotros y así fue, encontramos está página con relatos de otras mamás, otros hijos que relataban como habían empezado una relación incestuosa, unas reales otras ficción.

Lo que cambiaría mi perspectiva es una historia que relata como un hijo ayuda a su mamá a acudir a lugares determinados por tipos de Tinder para que se la cojan.

Es evidente que yo no soy de esas mujeres, en mi vagina no entra un cualquiera y mi hijo los tiene lo suficientemente grandes como para dejar que cualquiera me monte y mucho menos permitiría que alguien lo humillara, pero lo que a mí particularmente me gustó fueron las escenas de sexo... así que.

Durante tres días al salir del trabajo buscaba el lugar propicio para realizar mi plan.

El lugar donde trabajo está sobre una de las avenidas principales de la ciudad, un kilómetro atrás del edificio empieza la zona industrial la cuál está construida sobre terrenos que anteriormente fueron haciendas y ranchos, ahora como podría ser evidente hay muchas fábricas, mayormente del ramo automotriz, pero también hay bodegas, unas en uso y otras abandonadas.

El día sábado me deje influenciar por mis amigas las cuales me llevaron al bar a tomar junto con compañeros del trabajo, es evidente ¿no? yo llame a Jorge para que me acompañará y mis compañeros no quisieran sobrepasarse conmigo, aún que yo tenía más planes.

Empezamos a tomar y platicar, todo normal, baile conmigo hijo lo poco que se pudo, hasta ya muy entrada la noche, de ahí cada uno tomo su taxi hacia su casa, excepto Jorge y yo quienes nos regresamos hacia el parque industrial hacia una de las bodegas abandonadas.

Al llegar allí Jorge reviso cada rincón para no ser sorprendidos y no llevarnos un susto.

Nos fuimos a un rincon aún que a mí, Jorge me tuvo que ayudar pues ya estaba mareada por lo que tome en el bar.

  • A ver mami, desnúdate para mí.

Son reí, primero fue el saco.

  • Pero desnúdate bailando para mí.

Hice caso a la petición de Jorge, solo me detuvo un momento para quitarme las botas altas de tacón que llevaba, me desabotone el pantalón de mezclilla, lo baje con dificultad por lo ajustado que estaba, me lo saque y lo deje caer al piso, luego me quite el brasier abentandolo hacía Jorge quien lo atrapó.

Me disponía a quitarme la tanguita, la cuál era una micro hilo que apenas me cubría centímetro y medio quizá poquito más, pero mi hijo se acerco y me lo bajo el mismo besando mi monte de venus.

  • Mámamela putita - me ordenó.

Me tomo del cabello y me hizo incar frente a él, abrí la boca y metió su ya dura verga.

Jorge marco desde el principio el ritmo.

  • Que rico la chupas putita.

Me dió varias bofetadas suaves.

  • Damelas más duro mi amor - le pedí con tono seductor.

Estás se volvieron más sonoras yo no sentía dolor, por el contrario me ponía más cachonda.

  • ¿Quien es tu macho?

  • Tu mi amor, tu eres mi macho - le contesté.

Jorge metió completamente su verga en mí, sentí como entraba hasta mi garganta, la primera embestida la dejo ahí dentro por varios segundo, después la saco se pasó tras de mí y me hizo para la cabeza, rápidamente se quitó los zapatos, el pantalón y el boxer también la playera, se acerco de nuevo y comenzó a cogerme la boca y garganta, sus huevos chocaban con mis fosas nazales dejándome sin aire en el momento que metía la verga.

Era todo una locura. Estaba tan cachonda que sentía mis jugos vaginales escurrirse por mis piernas.

Jorge finalmente termino con una muy buena corrida que me impregno la cara de su rica leche. Con la lengua latte de limpiarme los labios y finalmente trague.

Mientras su verga descansaba de la reciente eyaculación, sus labios despegaron a mis pechos, mordía lo suficientemente fuerte para producirme placer y lo suficientemente delicado para no lastimarme, lamia y succionaba de manera tan deliciosa que sentía del placer emanaria leche de mis grandes tetas.

No cabía duda de que mi hijo quería hacer honor del letrero que había ahí. Se sabía dueño de mis tetas.

Dónde otros hombres habían intentado rozarlas con los codos, hombros u otra extremidad, Jorge las toma descaradamente con las manos bien abiertas, envolvía furiozamente mis pezones, chupaba, lengueteaba, las hacia suyas.

Me recordaba a mis amigas diciendo que todos los hombres se querían colgar de mis grandes y perfectas tetas, no se imaginaban que el único que se colgaba de ellas era mi hijo.

Encuantó se bio satisfecho me tomo del brazo y señalando mi pantalón ordenó.

  • acuéstate perrita.

Sin pensar nada obedecí.

Jorge se paró frente a mi, se agacho llegando su verga semi erecta a mis pechos, entendiendo la aprisione con mis tetas para que él empezará a cogerme.

Que delicia era saberme con las tetas grandes, perfectas para hacerle una señora rusa.

Lleve mi barbilla al pecho, mis labios solo esperaban a qué embistiera para poder besar esa hermosa verga.

La respiración de Jorge se empezó a alterar y así decidió que ya era suficiente.

Me puse de pié, vi a Jorge ir por dos de las botellas que habíamos comprado cuando mis amigas, una de cerveza de 350 mililitros y una de tequila de 900 mililitros.

La botella de tequila fue destapada apenas llegó junto a mí, me la empinó sin darme tiempo a nada, el líquido bajo tan fácil que daba grandes tragos, el calor de la bebida me impedia poder respira, al fin Jorge separo la botella de mi boca.

El también tomo a grandes tragos.

  • ¡Empinate zorrita! - me volvió a ordenar.

Mi corazón latía muy aceleradamente, venía lo que yo esperaba.

Jorge con su llavero destapó la cerveza, el sonido se amplifico por el eco de la bodega.

El frío de la boca de la botella tocó la rugosidad de mi culito y de un zampaso se metió metió dentro de mí.

Sentí que mi alma salía de mí cuerpo, el frío en mi recto era una sensación deliciosa aún que todo aumentaba al pensar que esas experiencias las estaba viviendo junto al amor y hombre de mi vida, mi hijo.

El líquido se terminó de vertir en mis indestinos y era claro que Jorge no pensaba desperdiciar lo que escurría, así que se metió entre mis nalgas y empezó a lamer, succionar y mamarme el culito.

Estaba en un estado de entrega total, no hubiera importado que me pidiera, yo lo hubiera hecho.

No sé si lo pueda explicar era como estar en la montaña rusa, en donde todo era placer en aumento, cada cosa me hacía gozar como nunca antes había sentido y mi único acompañante en aquel viaje era mi hijo y yo no estaba dispuesta a compartir aquel momento con nadie que no fuera él, nadie merecía tenerme así, nadie merecía disfrutar del placer que mi cuerpo le pudiera brindar como él lo estaba disfrutando ¿y por qué?

Por qué a él le había dado la vida yo, él nunca me dejaría por ir tras de otro culo, por qué él estaba ahí en ese momento de placer y también estaría si fuera un momento de dolor.

Jorge termino de mamarme el culo y ahora dirigía su verga a mi vagina y empezaba a embestir apenas llevaba un par de estocadas cuando de mi vulva emano un río de fluidos vaginales y de mi culo un tanto de la cerveza que anteriormente se había vertido.

Mientras mi hijo me seguía cogiendo los flujos chocaban contra el piso haciendo un gran charco, minutos después dentro de mi vagina se formaba otro con el semen de mi hijo.

Jorge no me permitió descansar me tomo del pelo y me hizo volver a mamarsela, en esta ocasión antes de mi amado elixir mi premio fue otro, una alucinante y atípica lluvia dorada, (Jorge y yo ya lo habíamos platicado y el no había tomado más que agua en semanas, escepto por los tragos de tequila que acababa de tomar, claro).

Después de la última eyaculación de mi hijo en mi boca descansamos lo que tardo en limpiarme la cara, o lo que se podía limpiar, por la embriagues ya no supe mucho solo sentí cuando subimos al taxi, Jorge al día siguiente me dijo que el taxista pregunto su había posibilidad de que yo vomitara a lo que él le respondió que no se preocupara.

A lo largo del último año me ha venido a la mente un pensamiento, quiero que mi hijo me embarace o por lo menos criar un hijo con él, sería un embarazo asistido.

pero el fin sería ese, tener un bebé a su lado.