Le confesé mi deseo de ser su cornudo lamepies

Entonces ella insistía en que le contara mis fantasías, me acariciaba la polla, llenaba sus dedos de saliva y me los pasaba por mi nabo, mientras me animaba a que le contara mis fantasías.

Ella me había dicho que su fantasía era estar con dos tíos fornidos, fuertes y bien dotados que la trataran como una verdadera hembra en celo, que la poseyeran y la rindieran como una hembra que claudica ante el poderío de dos machos, rindiéndose y ofreciéndose a ellos para ser follada por los dos, en canal.

Yo sonreía y callaba al oír estas fantasías porque en realidad se parecían mucho a las mías. Entonces ella insistía en que le contara mis fantasías, me acariciaba la polla, llenaba sus dedos de saliva y me los pasaba por mi nabo, mientras me animaba a que le contara mis fantasías. Y yo me erizaba con sus caricias pero callaba. No quería perderla, que me despreciara, que al saber mis deseos más secretos me dejara. Pero ella insistía todas las noches, seguía acariciándome y acariciándome, hasta que una noche por lo visto se cansó, descapullo mi dura polla, se mojo los dedos con su saliva me agarro con fuerza mi capullo y empezó a moverla despacio de arriba hacia abajo, y me obligo a que cantara:

  • ¿Quizás tu fantasía sea verme chupar la polla de OTRO ? -me decía mientras me lo cogía y apretaba.

  • Sí, sí –le decía yo apurado por la apretura.

Pero ella insistía en que había algo más, que no se lo había dicho todo, que le ocultaba algo más y que ella lo quería saber todo.

  • ¿Quizás verme mientras se la chupo…… y a la vez sentirte cornudo? –volvió a preguntarme.

Pero en esta ocasión no esperó a que le respondiera porque no necesito oírme decir nada. Mi polla dura, muy dura en ese preciso momento, hablaba por mí, lo contaba todo, confesaba de plano. Y ella sonrío y se levantó.

  • Con una sonrisa de niña mala me miro a los ojos y me dijo: " tu lo que quieres es ser un cornudo sumiso, eso era lo que no te atrevías a decirme……… que cabronazo!, que te gustaría verme disfrutar de otra, o mejor dicho, de otras pollas con tu consentimiento, ¡Madre mía! No te preocupes que te voy a hacer muy feliz, el hombre más feliz del mundo, el cornudo más satisfecho, porque sé que si no te lo hago te irás con otra que si te lo haga y por ahí si que no paso. No quiero perderte. Así pues que dices cornudo mío?

  • Que consiento.

  • ¿Qué consientes?.

  • Que se la chupes a otro y que me pongas los cuernos.

  • ¿Quieres ser cornudo?

  • Sí, quiero.

  • ¿Qué quieres?.

  • Quiero que me pongas los cuernos

  • Por qué

  • Porque así te amaré más.

  • Pero ya sabes, cornudo mío, que pese a que yo haga algo con otro tu no puedes tener relaciones con otra mujer, ni placer, y mucho menos tocarte sin mi permiso. Y pese a ello aceptas ser mi cornudo sumiso.

  • Sí, por favor, acepto.

  • ¿Qué aceptas?

  • Ser tu cornudo sumiso.

  • ¿Te gustaría que mientras tu novia te pone los cuernos con otro, tiene placer con otro, tú tengas que verlo todo y no puedas ni acariciarte sin mi permiso?.

  • Sí, me gustaría y me excita mucho.

  • Por qué?

  • Porque soy tu cornudo sumiso lamepies.

  • Ah………. asique lamepies, eh? Eso si que te gusta, ser un perro para lamer mis pies. Tu lo que quieres es que otros disfruten de mi cuerpo y que a ti te use solo para humedecer mis pies con tu lengua……… eso me gusta no te voy a decir que no. A que chica no le gustaría poder follarse y disfrutar de cualquier tío sin importarte lo que diga tu novio y encima tenerlo locamente enamorado de ti y a sus pies, no esta mal. Pero esto no va a ser nada fácil para ti, va a ser muy duro y luego no quiero reproches, lo sabes?

  • Si mi ama.

  • A ver, para que me vaya aclarando, tu lo que quieres es que te haga sufrir?

  • Sí, mi ama, me excitaría que me hagas sufrir, que me hicieras lamer tu coño para que te excites y así te resulte más fácil elegir una polla, mientras tú apenas tocas la mía. Que me dejes ver como te deleitas chupando y lamiendo un gran rabo. Que no te importe que yo este a tu lado si te ves muy caliente y te apetece follarte al dueño de la polla que estas mamando, que pienses que al hacerme cornudo te voy a amar mucho mas. Que no me pueda correr hasta que tu no te hayas dado por satisfecha y que esa manera de correrme sea solamente lamiendo una parte de tu cuerpo, las plantas de tus pies.

  • Pues si eso te excita me alegro mucho por que……………. vas a sufrir de lindo te lo aseguro, no me voy a conformar con chupar una polla, chupare las que me de la gana y eso no va a ser todo, sabes que tu has sido mi único novio y el único chico que me ha penetrado y esto va a cambiar espero encontrar buenos machos que me follen, por que llevo tiempo deseándolo, que no paren de empujar hasta que me corra y tu la verdad es que nunca has dado la talla, ahora te lo puedo decir, así que realmente tu lugar debería de ser a mis pies.

  • Sus palabras retumbaban en mi cabeza y ella mientras no soltaba mi duro miembro asegurándose que mi erección me delataba confirmando que yo deseaba todo lo que ella relataba, un nudo se me ponía en el estomago, ¿seria verdad lo que me estaba diciendo, así se sentía y nunca se había atrevido a contármelo, no sabia si alegrarme o asustarme, pero parece que ella tenia las cosas bastante mas claras yo y a partir de aquí seria ella la que mandara.

  • cuanto más cornudo te haga me querrás más, verdad?

  • Sí, mi ama, cuanto más cornudo me hagas, más goces tú y más me hagas sufrir y me impidas a mi gozar, más te amaré.

  • Entonces tendré que hacerte muy cornudo amor mío, y por supuesto que te voy a impedir gozar y sufrirás porque quiero que me ames con toda tu alma. Para empezar desde este momento tus eyaculaciones serán siempre de alguna forma humillante y casi siempre adorando mis pies a no ser que yo te de otra orden. Después de haberme proporcionado placer oral o como yo te indique, solamente si yo te doy permiso y de forma humillante para ti, ya que ahora tu polla me pertenece y yo decido si te corres o no. Que sea humillante para ti es muy importante porque no quiero que se te olvide tu condición de cornudo sumiso. Claro que tu tendrás formas de ganarte mi favor, es decir, si a mi no se me ocurre nada especial para el momento podrás suplicarme, y si en tu suplica encuentro un contenido excitante, morboso y que te haga sufrir, quizás te deje correrte.

Ni se te ocurra tocarte cuando yo no este delante, y menos sin mi permiso desde ahora quiero ser muy estricta en esto, se acabaron las pajas, lo sabes, de ahora en adelante quiero que estés listo con tus huevos llenos de leche solamente para vaciarte bajo mis ordenes.