Laztana... padre e hija 2
La aventura continua... El deseo se multiplica...
Los primeros rayos del sol invaden la cabaña pero de una manera muy tenue el fuego de la noche anterior solo quedan las cenizas todavía humeantes, sin embargo el calor residual sigue en nuestro pequeño pedazo de cielo. No quiero despertarte, una de tus manos aun entrelazada sobre la mía sujetándose mutuamente. Tu respiración aun dormida y tu erección mañanera, trato de no moverme el día que espera es largo y no quiero avivar tus ánimos de la parte baja a tan tempranas horas Empiezas a desperezarte. Lo primero que sientes es mi olor, mi fragancia, invadiendo tus sentidos. Después sientes la tibieza de mi cuerpo pegado aun al tuyo y nuestras entrelazadas manos. Estoy muy quieta y mi respiración es suave, supones que estoy dormidita. Te aprietas contra mí y al hacerlo notas tu erección presionando contra mi cuerpo y maldices por lo bajo esperando no haberme despertado y te quedas quieto, con tu cara pegada a mí, respirando mi aroma. Cuando sientes mis movimientos girándome hacia mí, con mis “preciosos ojitos abiertos” una sonrisa bobalicona aparece en tu cara. No puedes evitarla cada vez que me ves. “Eres tan bonita...”
Pasamos unos minutos mirándonos sin decir nada. Acariciándonos con suavidad, disfrutando del edén, dándonos pequeños besitos en la boca, hasta que el campanario de la iglesia del pueblo nos trae de vuelta a la tierra indicándonos la hora. Adoras estar así conmigo pero tenemos que bajar a disfrutar de un delicioso desayuno. Nos vestimos y bajamos a las cocinas. La comida es cacera y la dan en la misma cocina de la casa principal y como es temporada baja, creo que estamos solitos en el complejo. Entramos en la cocina, que huele deliciosamente a café. La señora que nos recibe es muy amable y cariñosa, y no sabe qué hacer por nosotros. El desayuno es espléndido repleto de productos de la zona. Una sonrisa sale cuando me ves devorar un chorizo a la sidra, queso de tetilla y un huevo frito. También ataco a las tostadas de pan y la señora te mete una colleja diciéndote que tienes que cuidarte más, al tiempo río con ganas. Mi risa es evidente en cuanto la señora termina la frase "es cierto papi, menos mal que practicamos muchooo ejercicio" respondo de manera jocosa, la señora sin entender mucho se retira. Mi mirada se clava en la tuya, acerco un poco mi silla a la tuya, como siempre como demasiado rápido y cuando apenas vas por la mitad yo ya he degustado todo lo que nos han servido, mi cabeza se apoya en tu hombro, me encanta esa colonia es la que te regale, cuando se mezcla con tu olor corporal invade mis sentidos.
Te encanta cuando apoyo mi cabeza en tu hombro, lo adoras. Besas mi cabello cuando terminamos, subimos de nuevo a la casa a coger algunas cosillas y nos vamos de aventura. Vemos el precioso pueblo de Cangas de Onis y pateamos sus calles y también nos adentramos por unas suaves pistas de montaña. Visitamos los pueblos cercanos donde en uno de ellos has reservado un paquete de aventura. Tirolina, escalada suave, y lo habitual es hacer un descenso en piragua, pero como eso ya lo hicimos unas semanas atrás y el agua no es de mi total agrado te quedas con la ruta en buggy "Un buggy de dos plazas para mi hija y para mí, por favor" Es lo que le sueltas al dependiente sin quitar tu mano de mi trasero y darme un juguetón piquito en la boca. La ruta es impresionante. Entre barro, piedras, árboles y tortuosos caminos. La excursión incluye comida en medio del bosque y a pesar de haber desayunado bien lo devoramos todo. Durante el retorno me dejas manejar, descubriendo que me defiendo muy bien. Cuando llegamos a la base, la noche cae ya sobre nosotros al estar aun en enero.
Cansados, nos acercamos a una taberna del pueblo a cenar algo donde me recomiendo un par de tapas y me previenes de uno de los quesos que quiero pedir por su fuerte sabor, todo acompañado con una rica . Tras la cena entramos en un local a tomar una copa y el camarero me solicita el DNI cuando pido las bebidas "perdone joven, yo respondo por mi hija" El camarero se aleja tras encogerse de hombros y yo lanzo una carcajada. Estamos sentados en la mesa, hablando, mirándonos, perdidos el uno en el otro. Tu mano descansa sobre mis piernas avanzando por mis rodillas hacia el peligro, con la otra acaricias mi carita abriendo mi boca con suavidad y juntamos nuestros labios en un apasionado beso, intenso, largo que se ve cortado por el carraspeo de un azorado camarero que deposita las bebidas en la mesa y se marcha presuroso. Reímos a carcajadas. Tomamos un poco entrando en calor, entre besos traviesos rememorando el día bastante agotador, probando lo que ordenaste como unos adolescentes riéndonos de cualquier cosa. Disfrutando de nuestra compañía plenamente enamorados, sintiendo de todo. No puedo evitarlo, me levanto y me siento en tus piernas así aprovecho para darte un mordisquito en el cuello
Tenerme sentada sobre tus piernas te encanta, sobre todo cuando me abrazo a ti, rodeándote por completo y puedo sentirme, embriagarte de tu fragancia. No dejamos de reír, no dejamos de mirarnos, no dejamos de comportarnos como lo que en realidad somos, dos adolescentes enamorados. El camarero ha debido pasar el rumor, porque has notado alguna que otra mirada reprobatoria, pero te da lo mismo, estas junto a ti y deseas que ese fin de semana no termine nunca. En un intermedio en que me dirijo al servicio puedes ver como varios hombres siguen mi figura con la mirada con ojos de deseo. Tras un par de copas, nos retiramos del bar, caminando. En las mejillas de ambos se notan los coloretes provocados por el alcohol, pero nos hemos retirado a tiempo. En el paseo hacia la casa, sujetos por la cintura, nuestra juerga continua, al igual que las risas y los besos, cada ratito uno de los dos se para para darle al otro un apasionado beso.
Cuando llegamos a la casa, el dueño está en la recepción y nos pregunta
"¿querrían el señor y su hija algo de cenar, o quizá alguna otra cosilla?"
"No gracias, mi hija y yo estamos perfectamente. Tu quieres algo, laztana?"
"No papi estoy perfectamente, además hay algo que comeré que me gusta mucho" Desinhibida por el alcohol hago ese comentario jocoso mientras muerdo mi labio y miro tu miembro. Suelto una leve risa y te adelanto caminando a la puerta, tus ojos me siguen no dejas de mirar mi culito perfectamente parado y llamándote para que me sigas. La mirada del recepcionista al borde de un infarto supongo, pero no me interesa en realidad, solo quiero tenerte. "Vamos papi, que se te enfría el cuerpo y eso es malo"
Cuando escuchas mis palabras tienes que morder tus labios y un gruñido que disimulas con una tos asoma por tu boca. Tan solo escucharme y tu verga pega un respingo. Cuando te adelanto y ves el hipnótico movimiento de mi culito ya estas totalmente parado. El recepcionista y tú tienen el mismo gesto de asombro en la cara y musita una disculpa al retirarse. Abro la puerta y me detengo en la entrada, mirándote con picardía "hija mía, esta noche, la pasaremos en el olimpo" me dices al tiempo que me rodeas con tus brazos y me transportas dentro de la casa en volandas, y con tu mano, estratégicamente colocada debajo de tu culito. Mi boca se hace dueña de la tuya, no sé si es el alcohol pero ha avivado la llama, y aumentado considerablemente mi fuego interno. No te doy tiempo de reaccionar, entre besos damos vueltas en la cama y quedo encima de ti. Te beso con pasión, con amor, con deseo y necesidad. Mis labios se van colando por tu cuello y mis dedos hábilmente desabotonan tu camisa, sigo mi camino recorriéndolo. Beso tu pecho y pícaramente muerdo una de tus tetillas, me rio algo y continuo mi labor, sigo bajando hasta encontrarme con tu pantalón. Más rápido de lo que tus ojos pueden darse cuenta ya estoy bajando esa tela estorbosa. Te miro como una hembra en celo, y lamo tu miembro por sobre el bóxer. Vuelvo a subir y como tu boca con un beso lleno de pasión intensa "Al Olimpo papi"
Mis movimientos te han pillado por sorpresa no esperabas una reacción tan enérgica que nos lleva hasta la cama. Mis rápidos movimientos te dejan sin defensas y en segundos sientes mis dientes en tu pecho y escuchas mi adorable y juguetona risa. (¿Y mis pantalones?) Es lo único que aciertas a pensar cuando sientes mi cálida lengua sobre tus bóxer ya duro como una roca y dispuesto a todo. Tras el beso y mis palabras los titanes toman el olimpo. Me sujetas y nos giramos, quedando sobre mí. Es tu turno de desnudarte. Mi jersey vuela, al igual que tus pantalones, quedando con esa ropita interior que tan excitado te pone. Te lanzas a besar mi cuello mientras tus manos se aferran a mis senos y tu verga intenta taladrarme desafiando las telas que nos separan. Mis dedos se cuelan entre tu ropa interior, la bajo un poco y deja asomar tu miembro, el pre seminal ya suelta algunas gotitas por tu excitación el alcohol ayuda y mucho. Tu boca se encuentra nuevamente con la mía. Nos besamos con suma pasión dejándonos llevar, bajo un poco mi braguita para que notes mi lunar ese que tanto te encanta y te pone
Sé muy bien como excitarte. Mientras nuestras lenguas se enfrentan entre ellas para ver cuál de las dos es capaz de doblegar a la otra, sientes mis manos en tu verga dura, palpitante, deseando colarse en mi interior una vez más. Cuando bajo levemente mis braguitas hasta mostrar ese exquisito lunar estratégicamente colocado para disparar el deseo, tus manos siguen a las mías y presionan mi rajita por encima de mis preciosas braguitas que ya muestran señales de humedad. Me besas con fuerza, con pasión, con deseo, mientras comienzas el descenso por mi cuello e intentas desesperado soltar mi precioso sostén para poder disfrutar de mis firmes y jugosas tetitas. Vuelvo a dar la vuelta quedando sobre ti, lanzo por los aires mi sostén. Y me acerco nuevamente a tu boca para devorarla con más intensidad, con un beso cargado de todo. Muerdo suavemente tu labio y te devuelvo el ataca a mi cuello. Me detengo un segundo y acaricio tu rostro con mucho amor, te doy un beso que cambia de intensidad pues es un beso dulce mientras sigo acariciándote, mi rajita sobre tu miembro. Sientes el calor y la humedad de mi rajita sobre tu verga. Algo que te enloquece. Esperas unos segundos para ver mis movimientos, pero lo deseas. Me volteas de nuevo y besas mi nariz, desafiante. Bajas con velocidad por mi cuello y atacas mis tetitas. Las soplas con suavidad, las acaricias con tu lengua y las succionas. Tu verga se roza contra mi almejita. Bajas por mi canalillo, besándolo y te entretienes en mi ombligo y besas mi precioso lunar.
Creo que te gusta más ese lunar que yo jaja. Lo besas y muerdes un poquillo a lo que protesto dándote una palmada en tu cabeza. Vuelves a subir a mis labios besándome mientras tu mano juega con mis senos. Regresas por el camino, con tu boca bajas mi braguita tus manos siguen en mis senos mientras tu boca busca colarse en mi húmeda rajita. Al poco mi respiración comienza a agitarse de sobremanera Te encanta el camino que sigues hasta mi “mágica cuevita” Bajando por mi cuerpo, mi tripita, mi ombligo y mi delicioso monte de venus. Sabes que me enloquecen tus rodeos, por lo que atacas la cara interna de mis piernas justo en la zona donde se unen al cuerpo. Nunca me lo has dicho pero tus oídos desean oír esas palabras… Cuando acoplas tu boca a mi almejita una amalgama de sabores te invade. Te encanta mi sabor, adoras mis jugos. Tu boca se mueve con decisión al igual que tu lengua, que roza, lame y chupa mi botoncito y se cuela en la profundidad de mi cueva arrancando mis gemidos. "Mmmm, hijita, hoy estas especialmente mojadita. Tienes una rajita muy rica. Podría comerla durante horas" Y tras tus palabras, abres suavemente mis nalguitas y tu lengua presiona mi anito y recorre lamiendo todo el camino que la conduce de nuevo hasta mi cueva.
Lo sé, lo deseas, lo que anhelas que te digas parece mentira pero con el tiempo es como si leyera tu mente es que somos un solo ser, somos tu y yo ante todo un solo ser, este juego morboso sé que es tu idea para complacerme porque es algo que me da mucho morbo y sé que también te gusta, te miro con deseo, pasión y ternura "Papi... mmm por fa comete mi rajita... mucho" logro a decir antes de empujarte con mis manos contra ella Mis palabras avivan tu fuego. Tu lengua se mueve frenética dentro de mí, arrancándome gemidos y grititos de placer. Presiona mi anito con fuerza, intentando colarse dentro, se mueve de forma circular en torno a él y regresa a mi rajita sin despegarse de mi cuerpo. Mi sabor es delicioso, tanto el de mi rico culito como el de mí ya empapada rajita. Tu lengua pasa por encima de forma superficial, y eso desata la lujuria aprieto más tu cabeza contra mí intimidad. Acoplas tu boca succionando mi botoncito, apretándolo con tus labios, primero de forma suave y después algo más fuerte, realizado una pequeña tracción. Te mueves en círculos, rodeándolo. Tu lengua se desliza desde mi rajita hasta mi botoncito, presionándolo, estimulándolo, provocando un mar de mis jugos que dejas se acumulen en mi cueva. Repites los movimientos, una, dos, tres veces, provocándome, hasta que por fin tu lengua se pierde en la profundidad saboreando la rica recompensa, captando cada gota de mi esencia mientras mis uñas se clavan en tu cabeza.
Mi explosión en tu boca siempre es bien recibida. Adoras beberte mis jugos, te encanta su sabor, te encanta su olor, te excita, te enloquece. No lo puedo evitar la intensidad del orgasmo hace que te lastime un poco, quedo exhausta pero con ganas de más... Te miro como una felina hambrienta de deseo. Te atraigo a mis labios pero doy la vuelta quedando encima de ti, es mi turno... Ahora soy yo la pantera en celo. Te volteo con rapidez y marco tu cuello. Muerdo tu cuello no lo puedo evitar, necesito que todas sepan que tienes dueña, que eres mío... Duele un poquito, pero te ríes imaginando la cara de tus compañeros, sonriendo amistosos y las miradas de desaprobación de tus compañeras. Bajo con besos hasta llegar a tu miembro, la suave tela que lo cubre termina de desaparecer. Lo beso desde tus huevos hasta la cabeza, muy despacio sé que eso te enloquece pero de todas formas sigo mi camino, lamo igual de lento solo con la punta de mi lengua para que sientas al máximo tanto como yo Mi boquita sobre tu verga te transporta al cielo, te colma de placer. La excitación anega tus sentidos y te ves a ti mismo, sujetando mi cabeza y clavándome tu polla hasta la garganta, pero te contienes por el momento y me dejas hacer. Yo solita te hago alcanzar cotas de placer nunca alcanzadas.
Mi lengua se deleita jugando con tu miembro, es mi paleta de helado favorita... "¿Te gusta cómo te la come tu hijita papi?" Digo en tono jocoso, antes de tener tu respuesta ya tengo la mitad dentro de mi boca, succionando con ganas. Alterno lamiendo tus huevos y con mi lengua jugueteando por toda tu envergadura. Me relamo probándola, escuchando como sueltas uno que otro alarido de placer que me hace entrar en calor y aumentar mis ganas de saborearte, no me detendré hasta tener toda tu leche "Hijita, me encanta... lo haces muy bien, comete la verga de papa" Es todo un esfuerzo para ti pronunciar esas palabras debido al enorme placer que te estoy dando. Mi boquita es tu perdición. YO lo soy. Conmigo has alcanzado cotas de placer desconocidas y ahora mismo estas experimentando una de ellas. Tus ojos se cierran por el placer, con fuerza pero te obligas a abrirlos para no perderte el espectáculo. Mi preciosa carita, mi lasciva mirada, los movimientos de mi lengua, todo multiplica tu excitación. Tus más oscuros deseos nublan tu juicio, pero los doblegas, de momento.
Me encanta ver cuando pones esa mirada, la cara desencajada por el placer es todo un triunfo para mí, me entretengo mucho devorando tu miembro con maestría, aspiro suavemente su aroma, eso me enloquece de deseo más aún. Lamo despacio para saborear, luego aumento un poco el ritmo, me gusta ver tu verga brillosa por mi obra. Lamo la cabeza en círculos pasando la lengua por ella lentamente me encanta hacerlo así y sé que eso te descontrola. Te estoy matando de placer, la sensación es indescriptible. Nunca habías sentido nada parecido. Muerdes tu labio con fuerza para contrarrestar los efectos, aprietas los puños agarrando las sabanas con más fuerza. Las sensaciones se multiplican. Por un lado, el placer físico. Mi lengua y boca haciendo diabluras en tu verga inundándote de placer. Goce visual, disfrutando con tus ojos de cómo me muevo, de mi lasciva mirada y de cómo tu polla desaparece dentro de mi boca. Placer sensorial al tener en tu boca el delicioso sabor de mis jugos y el olor a sexo en la habitación que te hace `perder el control. Y un placer más allá de toda lógica, el estar metido de lleno en el rol de que tu preciosa hija es artífice de todo. "Hijita, como sigas así, papi no podrá resistirlo más y llenara tu boquita de leche"
"Eso es lo que quiero papi, soy una niña buena y las niñas buenas tomamos nuestra lechita antes de irnos a dormir" Una pícara sonrisa, sabes que no me detendré hasta ver cumplido mi objetivo que es exprimir hasta la última gota de leche con mis labios, no sé si tenga luego fuerzas para más pero es algo que deseo intensamente. Mis labios toman tu miembro y lo desaparecen por completo, dentro muevo mi lengua para que sientas placer al máximo y en esa posición te regalo una mirada directo a los ojos, mueves mi cabello para apreciarme mejor y eso me estimula en la succión Escuchar mis palabras, percibir mi sabor, sentir mi boca. Todo ello te lanza hacia el éxtasis. Es imposible sentir más placer, imposible estar más excitado cuando todos tus sentidos experimentan un regocijo sin límites. Miras como me muevo, como mi lengua hace tus delicias al acariciar toda la piel de tu verga, como juega con tus huevos de deleito con la visión y el placer que te da mi boca succionando y haciendo desaparecer por completo tu polla. Mis preciosos ojos, mi lasciva, mis perfectos movimientos dignos de la mejor película XXX de toda la red y tú sin hacer nada. Tendrás que compensarme después "hijita, se acerca el momento, papi te va a llenar la boquita de leche. No dejes escapar nada"
La succión de mi boca, mi lengua son las causantes de tu delirio. Tu verga palpita de placer con cada succión y cuando mis manos acarician tus huevos, deseosos de expulsar su carga apenas puedo contenerte. Mi picara mirada hace el resto y sientes la inminente explosión. Muerdes tus labios y tiras de tu escasa fuerza de voluntad para no empujar mi cabeza y meter tu verga hasta el fondo de mi boca como te pide a gritos tu lujuria en el segundo anterior al éxtasis. Succiono, lamo, siento como crece a cada paso tu excitación como palpitan tus venas, como se acerca el momento. Acaricio tus huevos muy despacio otra cosa que te enloquece mientras sigo en mi labor placentera, te veo a los ojos no puedes aguantar más, tu mano sobre mi cabeza empuja un poco hacia abajo pero no mucho y siento los chorros de tu leche caliente entrando disparada en mi boca. Con cada disparo de esperma, crees perder la conciencia por el placer cada chorro de lechita es recogido por mi golosa boca sin dejar escapar ni una sola gota y eso que la presión de salida ha sido inmensa. Mis ojos que siguen clavados en los tuyos y mi boca empieza a retirarse de forma lenta y sutil, continuando con una suave presión que te encanta. La tomo toda sin dejar escapar una sola gotita. Me incorporo acercándome a ti, tumbada a tu lado, casi encima de ti, mis labios buscan los tuyos, mi cuerpo se acurruca al tuyo abrazándote y algo dormitada Me colocas junto a ti sobre ti y nuestros labios se unen con pasión. Cuando me acurruco a tu lado en esa posición que tanto te gusta, una oleada de ternura te invade y no puedes hacer otra cosa que abrazarme fuerte, y apretarme contra ti para que nada pueda separarnos.
Cierro los ojos calmando mi respiración, me acomodo mejor, mi cabeza sobre tu pecho con mi brazo agarrándote para sentirte al máximo, paso mi pierna encima de ti. Así perfecto, perfectamente unidos, simplemente nosotros besas mi frente. Me gusta sentirte de esa manera complementarnos, palparnos. Busco tus labios nuevamente, te beso despacio y me acomodo nuevamente cerrando mis ojos aferrándome mucho Las endorfinas hacen su efecto mis abrazos también. Tumbados muy juntos, totalmente unidos. Sientes mi respiración pausada y la tuya se acopla a ella de forma inmediata. Sientes los latidos de mi corazón, fuertes, pero cada vez más relajados. Cuando exhalo mi aire, te hace cosquillitas de forma adorable. Nos besamos de nuevo suavemente. "hijita, eres increíble. Sabes que te quiero ¿verdad mi niña?" Apretamos nuestros abrazos de nuevo. Me besas en la frente. "Descansa princesa, que mañana será otro gran día" Crees que no he oído tus palabras, pues mi respiración ya se ha tornado profunda. Te encanta sentirme entre tus brazos. Apenas logro asentir a tus palabras, el sueño me vence.