Laztana... padre e hija
Unas vacaciones muy interesantes
Por fin he terminado mis exámenes. Ha sido un trimestre duro, hemos trabajado juntos y mis impresiones parecen optimistas. Eres consciente de que este finde será para mis amigos pero serás paciente... Los días vuelan y casi sin darnos cuenta nos plantamos de nuevo en el viernes. Te despiertas temprano y con mucho esfuerzo, te separas de mi lado para levantarte. Preparas mi desayuno, dejándolo casi listo y me dejas una nota en la mesa: " Hoy te espera una sorpresa " Te ríes por dentro. Has dudado entre si dejarme la nota o no. Por una parte, me estas avisando de la sorpresa, pero por otra... no sabré de que se trata y eso me mantendrá en suspense. Conduciendo hacia el trabajo vas pensando en mí “en lo perfecta que eres” en todo lo que compartimos y en lo muchísimo que me apetece volver a estar de nuevo a mi lado.
¿Te he dicho que es difícil despertar y no tenerte a mi lado? Último día de clases por este período ¡al fin! Me tienes malcriada. Mmmm esos desayunos me encantan, la nota ¿que estará planeando mi liante? sinceramente me causa demasiada curiosidad, pero si sigo pensando se me hará muy tarde. A la ducha... Dejo el agua caer sobre mi cuerpo “si voy bien de tiempo” aprovecho para depilarme por completo, sé que te gusta esa ausencia de pelo. Salgo de la ducha a ver esto lo compre hace unos días todavía no lo he estrenado, un conjunto de ropa interior color blanco con dibujos de helados de esos que te vuelven loco cuando tienen ese toque infantil. Una falda blanca con pequeños puntos naranja, una franelilla color mostaza la chaqueta negra, unas zapatillas y listo. Mañana complicada, pero no hay problema que no puedas resolver y más desde que te acompaña mi inspiración. De todas formas, has estado currando toda la semana para dejarlo todo listo ahí. Pasas una hora más avanzando cosillas y a las 11 sales disparado. Llegas a casa... “mmm dios mío. Huele a ti...” cierras los ojos disfrutando el momento. Haces todos los preparativos y sales disparado a la escuela con tiempo de sobra para esperarme allí.
En la garita de seguridad, los guardas ya te conocen a causa de tus frecuentes visitas, te saludan y charlan un rato. Entras en el edificio y recuerdas mi horario, ahora estaré en... calculo diferencial, aula 32. Caminas despacio entre los pasillos bajo la mirada de algunos alumnos que de seguro te tomaran por un profe. Mi clase está a punto de terminar y no puedes evitar estar algo nervioso ante la inminencia de volver a verme, sobre todo porque de nuevo, no te espero allí. Te conozco tanto como tú a mí desde ese día… las visitas frecuentes aumentaron, hoy no dan tema los alumnos consultando algunas derivadas e integrales con el profesor es un buen momento para saltarse lo que queda de la clase. Es sencillo salir la cantidad de chicos tratando de salvar la materia es abrumante, otros cuantos no vinieron. En realidad solo vine a pasar el rato hoy. Salgo rápido es temprano, voy por un café. Y me siento en las escaleras esperando a ver cuándo aparecerás lo harás lo sé... No pasarán más de 10min me gusta observarte todavía te pones nervioso e impaciente cuanto te tomará darte cuenta de que no estoy en el aula.
¡¡Por fin!! Terminaron las clases ¡empieza la marea de alumnos! Pasan todos a tu lado, distraídos. Cada vez salen menos... no tardare. Ves pasar a alguno de mis amigos, que te saludan con la mano. No tardaré... Sale el profesor el Señor Calvo. El apellido le va al pelo. Ahora solo faltas yo... No sales. Nervios. Te acercas a la puerta del aula y está vacía. “¿Me abre equivocado de clase? Noop. Estaban tus amigos ¡Tus amigos!” Sales disparado al pasillo para ver si les das caza, pero han desaparecido por los pasillos. ¡Tú móvil! Sacas el móvil, nervioso, y miras Telegram por si me ha surgido algo... ¡Nada! Te diriges buscando mi número hacia la cafetería, para buscarme allí... Me entretengo viéndote desde la escalera, todavía no me has pillado, sacas el móvil buscando algún mensaje... Pero nada no puedo evitar reírme. Hacerme la del misterio, provocarte. Tengo una idea, saco mi móvil del bolso, entre la marea de cuadernos y hojas con apuntes. Unos cuantos lápices de colores... Donde lo abre metido, rebusco un poco más ¡listo! Me gusta la pinta tiene un forro de Deadpool, me lo regalaste luego de que leyéramos los comics. "Donde la magia se hizo realidad, los aromas se sintieron, esa visita especial en aquella solitaria aula... Puede que me encuentres" Antes de que me pilles salgo corriendo y a lo lejos escucho tu tono del móvil
“¡¡Demonios!!” No aciertas con el “puto” móvil ¿dónde? La vibración y el tono te asustan y se te cae al suelo ¡Dita sea! Lo recoges y lees mi mensaje... Tres cosas suceden a la vez. Tranquilidad por tener noticias mías "enfado juguetón" te la he vuelto a liar y una nueva erección al recordar aquella mágica vez. Con fingida calma... guardas el móvil en la chaqueta... y sales disparado hacia las escaleras buscando la mágica aula 53 con renovadas ganas de besarme, abrazarme y darme un azotito en el culito... Me apresuro al piso del aula 53 pero no estoy en ella... Llegas al aula 53 pero está cerrada. Sigo jugando contigo me apetece verte algo desesperado me escondo por uno de los pasillos viendo como llegas disparado jaja me encantas así perdiendo la cabeza por mi "no no no, creo que mejor se me apetece un café" “¡¡¡Demonios!!!” Miras al fondo del pasillo, miras dentro del armario de mantenimiento, nada. “¿Dónde coño estas?” Vas lentamente por el pasillo, mirando cada puerta, buscando entre cada grupo de estudiantes. Estoy jugando a las escondidas... y te encanta. Te sientes como un predador al acecho de su presa. Ya me has visto intentando camuflarme entre un grupo de estudiantes... “Estas realmente preciosa con esa falda, con ese conjunto Te cuelas dentro de los baños ya que te dirijo hacia allí, disimulando... Salgo con calma pero creo que me has pillado porque cuando estoy pasando por los baños me coges por detrás y me das un besito en el cuello, pegándome a la pared y un azote un mí nalga derecha es mi castigo por hacerte esperar
"Avanza, avanza, corderita..." Cuando me tienes pegando me rodeas con tus brazos separándome del grupo y besas mi cuello por detrás apartando mi cabello. Me aprisionas contra la pared. Quieres comerme allí mismo... No puedes evitar darme un pequeño azote en mi culito que provoca un sonoro eco en el pasillo y varias miradas se desvían hacia nosotros. Te pones rojo como un tomate y yo rio a carcajadas. Me volteas, abrazándome, y nos fundimos en un beso. Poco después, bajamos hasta la cafetería de la escuela a tomar un café, intento sonsacarme cual es la sorpresa y me dices que es esa tu visita a la escuela, pero crees que no me has convencido. Paseamos hacia el coche cogidos de la mano, lanzándonos miraditas y riendo, como dos enamorados. Comienzas a conducir camino a casa. Tomas la autopista mientras suena Led Zeppelin en el coche. Cuando llegamos a nuestra salida, continúas avanzando sin tomarla, y me miras de reojo. Adoras esa sonrisa...
Miro como pasan los coches, la música suena no puedo evitarlo, llevo los dedos al reproductor y comienzo a pasar las canciones hasta llegar a Metalingus, el tema de entrada de Edge era de mis favoritos en el ring. Me miras travieso, sigues de largo y no puedo evitar preguntar hacia dónde vamos pero guardas el silencio de los justos, así que me conformo con tararear la canción al paso del camino Te encanta mi espontaneidad. Cuando suena la canción elegida la reconoces al instante. Sigues en silencio unos segundos más y comienzas a tamborilear el volante siguiendo el ritmo y tu mano derecha se apoya en mi pierna cuando empiezas a tararear la canción mientras me lanzas miradas fugaces. No puedo evitarlo y rompo a reír a carcajadas. Entre risas, te acuso de ser el culpable de las últimas lluvias, entre risas, te inclinas a besarme.
Comenzamos a charlar de la WWE con ese temazo de fondo. De las viejas glorias, Andres el Gigante, Hulk Hogan... y tambien de las nuevas, JeriKO el grupo del momento, Kevin Owens... Hablamos de Futbol, de las últimas novedades de F1 (Bottas a Mercedes, ¿en serio? ) de moto GP, de películas de cine y sus novedades, Series de TV, de la universidad... Los temas de conversación jamás han sido un problema entre nosotros y sin darnos cuenta, han pasado algo más de dos horas. Sales de la autopista y tomas un pequeño camino secundario hasta llegar a una casita de piedra, que en realidad es un restaurante donde ponen una carne excelente. Es hora de hacer una paradita para comer. El restaurante está lleno pero habías reservado días atrás y disfrutamos de una excelente comida. Estamos cerca de nuestro destino así que tras comer, me propones dar un paseo por una preciosa playa cercana y visitar el pueblo para bajar la comida. El pueblo es precioso “pero yo no puedo dejar de mirar lo más bonito que hay en el... TU.” Sentir la arena ya entrando la tarde todavía algo caliente por los rayos del Sol. Me ves y acaricias mi rostro, ya es hora de volver piensas aunque es un lugar tan agradable que cualquiera quisiera pasar días y horas eternas, las deliciosas comidas los detalles de un maravilloso día hacen que me des un suave beso en los labios
El paseo ha sido mágico, como todos los paseos junto a ti pero, empieza a hacerse tarde. Me comentas con tristeza en la mirada que tenemos que volver... Tomas mi mano y caminamos así hasta el auto con cierta nostalgia. Cuando empezamos la marcha, una lobuna sonrisa aparece en tus labios y una mirada interrogativa en mis ojos cuando noto que no tomas el camino de regreso. Continúas por una vieja carretera entre pueblos, cuando la noche va tomando el mando. Llegamos por un camino adoquinado a una esplanada con un par de coches aparcados y una pequeña casa rustica bien iluminada. Me pides que me cojas el bolso del maletero mientras te acercas a la recepción. Mi sonría se ensancha. Sales disparado hacia la puerta. Hablas con el recepcionista dándole tu nombre para confirmar la reserva. Tras validar todo, te entrega las llaves de nuestra habitación. Solo falta el DNI, cuando entro por la puerta... Bajo algo ansiosa buscando la maleta, no puedo evitar curiosear para ver que hay dentro de ella, es nuestra ropa entre mezclada mi parte obsesiva sale y la organizo un poco, en el fondo encuentro tu DNI eres un caso ¿cómo piensas registrarte sin ella? cojo el bolso con nuestras pertenencias y me aseguro de que el coche este perfectamente cerrado. Al entrar escucho tu conversación, no puedo evitarlo mi mirada se ilumina con esas palabras ¡que pícaro eres! ni yo me esperaba esa jugada mi liante...
“Oh, aquí está mi hija con mi DNI, soy un caso. De no ser por ella..."
“Disculpe Señor, su... ¿su hija?"
"¡Si! ¿Por qué lo pregunta? "
"Es solo que... Ud. me pidió una casa para dos y...”
“Bueno, somos dos..."
"Vera Señor, tiene una sola habitación... y una cama. Pero podemos añadir una supletoria si lo desea... "
"¡No! Es perfecto así. Muchas gracias...”
Y mientras nos alejamos en dirección al coche a coger las maletas que habías preparado pones tu mano en mi hombro y sabiéndote vigilado la deslizas suavemente por mi espalda hasta mi culito, donde le das un suave apretón y mantienes allí la mano ante la atónita mirada del dueño... Noto tu mano traviesa bajando, tocando mi culito, no puedo evitar sonrojarme al notar la mirada del recepcionista. Apresuro un poco la marcha pero me sujetas de la cadera para Seguir nuestro rumbo sin prisas. Llegamos a la habitación, muy romántica para un padre y su hija ¿no? ¡Que travieso eres mi liante! Cuando entramos a la casa, te parece vivir un sueño. Es perfecta. Un gran salón comedor equipado con una chimenea y una pequeña cocina. Todo perfectamente decorado. Una habitación grande con una enorme cama que tiene pinta de ser muy cómoda y unos cuantos espejos por toda la habitación, en las 4 paredes. Algo muy habitual en este tipo de casas para intentar contrarrestar la pequeña cantidad de luz que entra por sus diminutas ventanas, pero por tu cabeza pasan otro tipo de ideas con tanto espejo y se te escapa un gruñidito que capto al momento. El baño también es muy grande, con una gran bañera de hidromasaje perfecta para dos. Sigues bien aferrado a mi cuando el recepcionista toca la puerta abierta para preguntar si todo es de nuestro gusto y para traernos una pequeña bandeja con productos típicos de la zona como obsequio. También nos pregunta si optaremos por la opción de desayuno
"¿Tu que dices Hija? Creo que los desayunos de aquí son estupendos” Le contestas de forma afirmativa dándole las gracias por todo, y justo segundos antes de que nuestro amigo cierre la puerta ya me tienes rodeada con tus brazos frente a ti, acariciando mi carita y acercando tu cara a la mía para fundirnos en un beso. Cuando escuchamos el ruido de la puerta, los dos empezamos a reír a carcajadas "¿Te apetece seguir el juego todo el fin de semana, hijita?” Son tus últimas palabras antes de tirarme sobre la cómoda cama y empezar a devorarme a besos. "Claro que me apetece ¿has visto la cara que ha puesto el tío?" No puedo evitar partirme de risa, aquel hombre presenciando ese "acto incestuoso" ese beso pícaro que me enamora más. Levantas mí falda para notar la braguita blanca con dibujos de helados que me estoy estrenando. Tomo algo de la bandeja uhmm que delicioso manjar, mi corazón se acelera cuando tus manos se pasan por mis piernas "¿qué haces papi? no puedes tocarme por allí" te digo en sonrisa traviesa
"oh, vamos hijita, que no se lo diremos a nadie. ¿No quieres que tu papi te acaricie y te de mimitos?“ Tus manos van subiendo por mis piernas mientras ya notas una erección en los pantalones. Tus dedos palpan mi monte de venus por encima de mis preciosas braguitas que te gustaría saber dónde me las compro porque siempre acierto. Con tu otra mano acaricias mi cara, tocando mi naricita, mi barbilla, y abriendo mis labios suavemente con tu dedo. Tu otra mano ya presiona mi almejita por encima de mis braguitas que ya deseas arrancarme. Suelto un leve jadeo. Agradezco donde crecí, debido a lo peligroso del entorno eso hizo de mis sentidos muy agudos, no lo escuchas pero yo sí, unos pasos bastante lentos para no llamar la atención de una persona promedio, pero como sabes siempre me salgo de la regla. Sonrío de manera traviesa y me levanto acercándome a la puerta, puedo apreciar la sombra. Te hago una señal de que hagas silencio. De seguro es el recepcionista curioso, por mi mente pasa una idea bastante traviesa "papi que travieso eres, pero sabes que no debes tocar a tu nena en sus partes íntimas ya hemos hablado de eso. Esta mal" digo en tono sensual guiñándote el ojo
Tienes que ponerte un cojín en la boca para no reír a carcajadas tras mi maniobra pero respiras profundo y te calmas. "venga hija, si ya he tocado tu culito. Sé que te gusta cuando acaricio tus piernas en casa, imagina como será el resto. Además esas braguitas de heladitos se ven tas ricas... ¿Por qué no vienes y te sientas encima de las piernas de papi como hacías antes? ¿Por qué no te acercas y dejas que papi le eche un vistazo más de cerca a esas braguitas tan bonitas?" Te acercas a mí con suavidad, sin hacer ruido pero con una enorme sonrisa en los labios y tocas de nuevo mi culito por debajo de tu falda colando un dedo por debajo de tu braguita. "Pero papi no se... Me gusta cuando me tocas de esa manera cuando nos quedamos solitos pero me siento rara, no creo que sea correcto pero sabes que no puedo evitar mojar mi rajita cuando la rozas con tus dedos y deseo sentir más, muchas veces me he preguntado cómo será... como será tu miembro" Dichas estas palabras al igual que tu trato de contenerme evitando soltar una carcajada cubriendo mi boca con mi mano, puedo notar que la sombra está más cerca, de seguro tiene la cabeza pegada a la puerta. Siento tus dedos adentrándose y suspiro sensualmente "Es normal que te mojes un poquito cuando... te toco así. Ya tienes 16 añitos y tu cuerpo reacciona a mis caricias. Deja que papi lo compruebe... y si después sigues queriendo ver mi pene... podeos arreglarlo"
Te debates entre la excitación y la sonora carcajada. Sacas tu dedo de su escondite y me volteas poniéndome frente a ti. Levantas mi faldita y metes tu cara entre mis piernas besando mi rajita por encima de esas braguitas tan lindas y compruebas que no miento. Ya estoy mojadita. Tengo que controlar mi risa, si bien ya tengo la mayoría de edad mi cara aparenta la de una adolescente de 15-16 la verdad lo cómico de la situación me encanta, me excita el toque de lo prohibido. Mi boca emite un leve gemido "mmm papi" son parte de las palabras que escapan. No me interesa ya si nos sigue espiando el recepcionista, este juego prohibido me excita... Sabes cómo excitarme y eso me pone a mil. "Tienes razón papi me calientas mucho y deseo probarte" Sientes mis manos en tu cabeza y esperas ese apretón contra mi coñito que te pone a mil, pero en lugar de eso, te retiro para mirarte a los ojos. Confiesas que llevabas planeando el viaje y el juego durante toda la semana. Te olvidas por completo de todo lo demás, y adoptamos los roles en esa mirada de complicidad. Tras escuchar mis palabras tu excitación se hace palpable. "Tú también me excitas hija, desde hace tiempo y hoy por fin vamos a poder disfrutar sin límites. Ahora, acércate y deja que te quite esas bonitas braguitas para verte sin ellas" Me bajas las braguitas, pero se queda mi falda, que me levantas con coquetería. "¡Woow hija! ¡¡Estas enterita depilada!! Me encanta que estés así ¿Desde cuándo te lo haces?"
Mientras me haces las preguntas tus manos acarician mis piernas, subiendo poco a poco hacia mí depilada rajita, con cierto temor a que me eche para atrás. Avanzan con suavidad hasta que acarician mi monte de venus, suave y calentito. "hija mía, lo tienes muy suave... vamos a darle unos cuantos besitos..." "Mmm papi desde que me comenzaron a salir me los quite, no me gustan" Ambos estamos de lleno en el papel, como si de verdad fuéramos un padre y una hija a punto de su primera vez, pero no puedo evitarlo conoces mis fetiches y pienso llevar el rol al máximo nivel, llevamos muchos días sin hacerlo, debido a tu trabajo y los exámenes finales. "Eso está muy bien hija. Sin pelitos está más rico, más suave y tiernito. Como el de una bebita. Así papi puede besar y jugar a esconder su lengua dentro de él" Nuestras miradas lo dicen todo. La transformación padre hija es total, y casi te mareas cuando elevo el nivel de excitación con mis palabras. "Papi yo nunca he estado con algún chico" digo agregándole picante a esa situación. Afuera se escucha un tropiezo creo del recepcionista...
"¿Es serio hija? Pues no te preocupes nadie mejor que tu papi para guiarte en esta primera vez, nadie te lo hará con más cariño, ni con más mimo que yo, ahora solo deja que papi te de gustito en tu almejita. Ya verás cómo te gusta." En ese mismo instante tu lengua empieza a deslizarse por encima de mi rajita sin llegar a penetrarla, llenando con tu saliva todo mi monte de venus. Tu deseo es zambullirte de lleno dentro de mí, comerme enterita lanzarme sobre la cama, arrancarme la ropa y follarme con lujuria... pero soy tu “virginal hijita” y tienes que ir con cuidado. Ambos en el papel, la excitación de lo prohibido. De mi boca esos primeros gemidos con un toque desesperado pidiéndote más pero por mi mente surge el recuerdo de que somos "padre e hija" lo cual me llena de más morbo, tu lengua roza suavemente mi almejita la lames solo con la punta aumentando mis ganas de sentirte a cada instante. Me haces esperar tu boca besa mis piernas y regresas a lamer mi intimidad.
Este juego te esta excitando tanto como pensabas incluso más, porque estamos de lleno metidos en el papel. Besas mis piernas con suavidad y de nuevo pasas la punta de mi lengua por de forma superficial por encima de mi rajita un par de veces. Mi faldita puesta te está enloqueciendo. Tus manos acarician mis piernas y suben por ellas hasta acariciar mis nalgas y aferrarse a ellas "Hija mía, tienes un culito delicioso, firme y prieto. Está pidiendo un mordisquito a gritos, y tu cuquita... se ve muy rica. ¿Te gusta lo que te está haciendo tu papá? ¿Te gusta que tu papi te de besitos aquí, que meta sus deditos, que lama tu cosita?" Acompañas tus palabras con movimientos, besando mi rajita, pasando tus deditos por encima y metiendo la lengua esta vez, un poco más dentro, sintiendo ya mi sabor. Tu lengua penetra en mi interior, lamiendo mi sexo desde donde empieza mi anito hasta mi clítoris, enterrándose por completo dentro de mí, al tiempo que tus dedos acarician con suavidad mis nalgas, abriéndolas levemente. "Si papi... me encanta..." Me cuesta mantener la cordura pues el placer, la excitación, el momento todo está dado para dejarnos llevar. Necesito sentir tus labios sobre los míos, aparto tu cabeza de mi intimidad me he quitado la braguita pero todavía conservo el resto de mi ropa. Me pongo a tu altura y comienzo a besarte de manera desesperada, ansiosa de ti con ganas de poder saborearte. Abro mis piernas y entiendes perfectamente el mensaje, tus dedos se cuelan en mi interior. Mi mano se dirige a tu paquete el cual está muy duro lo sobo por encima de pantalón. Hemos caído en el piso sobre la alfombra jadeo en tu oído y mis dedos con desesperación buscan sentirte aún más
Tu excitación va en aumento y tras caer al suelo, con tus dedos dentro de mi rajita y mi mano buscando tu dura verga no puedes evitar dar un gruñido de excitación. Mis suaves gemidos en tus oídos erizan tu piel. Nuestras bocas se buscan desesperadas. Rodamos sobre el suelo y te pones sobre mí, inmovilizándome y mirándome fijamente a los ojos. Fuera aún se puede escuchar movimiento, y le das un poquito más de leña... "Dios mío, no puedo creer que esté a punto de comerme el coñito de mi hija de 16 añitos... Mmmm. Tu solo estate quieta hija, y déjate hacer." Tus manos me quitan la ropa con celeridad, todo excepto mi preciosa faldita y te lanzas de nuevo a besarme con la firme intención de recorrer todo mi cuerpo... "Está bien papi por fa se sutil sabes que no tengo experiencia..." lo puedo notar el brillo en tu mirada promete ser un encuentro muy especial, ambos lo deseamos de esa manera el ruido afuera se escucha momentáneamente creo es el recepcionista tratando de escuchar mejor. Quizás ya son varios intrigados o solo el... Aunque eso no me importa. No me das tiempo de réplica quedando solo en esa corta falda, presionas suavemente mi clítoris un pequeño gruñidito y tus dientes se clavan perfectamente en mi cuello "Auch papi... más suave" digo completamente dentro del papel, olvidando todo lo demás
Cada palabra que sale de mi boca es una invitación al deseo. Cada vez que te llamo “papi” te metes más en el juego y las ganas de mí se multiplican. Además, mis aniñadas braguitas ahora en tu mano y esa preciosa y corta faldita lo hacen más fácil todavía. Las ganas de comerme son desmesuradas y tras besar mis labios, bajas por mi “precioso” cuello y no puedes evitar darle un mordisquito. Cuando escuchas mi quejidito, solo puedes replicar "lo siento hija, solo es una suave marca, pero no volverá a pasar. “Tienes las tetitas más bonitas, firmes y perfectas que he visto nunca. Las deseo desde hace mucho." Sigues bajando por mi cuello, garganta y pecho y mientras que con una mano acaricias una de mis tetitas, la otra ya se desplaza suavemente por mis piernas buscando tu más codiciado bultito. Tu boca succiona mis pezones, tu lengua los acaricia y estimula hasta que parecen dos puntas de diamante. La dureza de mis pezones es casi dolorosa por los firmes que están, cierro mis ojos y me dejo hacer tus dedos se cuelan entre mi falda aprovechas de la desnudez de mi rajita para apretar mi botoncito y me haces soltar un alarido de placer, esos con una voz aniñada que tanto te encantan. Mi respiración se acelera, mis manos a cada lado de mi cuerpo estoy expectante de ver tu siguiente movimiento, no puedes evitar subir nuevamente a mi cuello y modelo en ese acto siento lo duro de tu miembro pegarse a mi intimidad, lo notas retiras tus dedos un segundo y te frotas llenando tu pantalón de mis jugos.
La situación empieza a ser incontrolable. La dureza de mis pezones, la humedad de mi rajita y una de las mayores causas de tu excitación mis aniñados grititos. De seguro nuestros oyentes si continúan fuera estarán escandalizados. Subes de nuevo por mi pecho con la intención de dar una pequeña vuelta de tuerca más a mi excitación besando y dando suaves mordisquitos a mi cuello y al hacerlo tu aprisionada verga se frota contra mi accesible sexo intentando colarse dentro pero el pantalón se lo impide. Besas mi boca, mi barbilla, mis orejitas y de nuevo comienzas un lento descenso que me enloquece. Tus labios no se despegan de mi piel cuando pasan por mis pechos y continúan su descenso. Sigues el descenso por mi abdomen y sientes como se eriza mi piel al contacto con tus labios. Tus manos también se deslizan por mi cuerpo, acariciando mis tetitas, mis caderas, mis piernas. Tus labios se deslizan por mi abdomen y rodean mi perfecto ombliguito. "Hija mía, pero que piel tan suave y sedosa tienes. Es delicioso poder besarla." Abandonas el ombligo y mi respiración me delata, quiero que me ataques... ya. Pero eres un poco malo y sigues tentando tu suerte buscando mi reacción. Besas mi monte de venus y pasas rápidamente por mi rajita tu lengua sin profundizar y atacas la cara interna de mis piernas en ese sitio perfecto donde me dan tantas cosquillas. Ya notas mis manos en tu cabeza... "Hijita, ahora, papi te va a hacer algo muy rico. Abrí bien tus piernitas, y deja que la boca de tu padre te de gustito"
Mis manos presionan tu cara contra mi rajita necesito sentirla bien adentro, entre cada gemido suelto la palabra "papi" para darle más morbo a la situación estoy demasiado caliente y al poco de sentir el contacto de tu lengua con mi rajita esos chorros de mis flujos salen disparados a tu boca hoy parecen no tener fin, son intensos en gran cantidad. Mis gemidos aumentan pero siguen siendo en ese tono aniñado, suspiro agotada pero no dejas de devorarme, por un instante te separas y buscas mis labios quieres que sienta mi sabor en tu boca. Te sorprende la celeridad con que baño tu boca con mis ricos fluidos que parecen no cesar y siempre son bien recibidos. Te encanta mi sabor es delicioso y adoras compartirlo conmigo con besos apasionados. "Papi... No puedo resistirlo más necesito que me hagas tuya, mi cuerpo lo está pidiendo a gritos" te digo sinceramente observando a tus ojos Cuando escuchas mis palabras con ese tono meloso y aniñado, acompañado por una mirada picarona y llena de deseo, te falta tiempo para despojarte de la ropa que te queda a excepción de los bóxer, que los dejas para mí. "Ayúdale a papi a terminar de desnudarse...”
Cuando te los bajo, tu verga ya dura como un misil roza mi cuerpo, amenazante. Me tomas en brazos y me llevas hasta la cama. "Ahora hija mía, voy a hacértelo despacito y con cariño. No tengas miedo" Al tiempo que dices eso, vas colocándome en posición y abriendo mis piernas con suavidad, acariciándolas. Pones tu verga sobre mi rajita, frotándola sobre ella sin penetrarme. La deslizas desde el culete hasta mi botoncito abriendo mis labios vaginales pero sin penetrarme y presionando mi clítoris con tu verga y tus dedos, acercándome al delirio. Mis gemidos te excitan, pero soy tu pequeña hijita y no puedes perder el control...aun. Pero no puedes resistirlo más y me penetras hasta el fondo. Tu verga se desliza rápida, lubricada por tu propia saliva y por mis abundantes flujos, hasta que tus huevos chocan contra mi pubis arrancando un gritito de sorpresa. Mi pequeña cuevita está muy caliente ardiendo, y hoy aprieta tu verga de una forma especial. Empiezas a moverte muy lento de retirada, siempre mirándome a “esos ojitos que tan loco me vuelven...” Lo siento así, mi cuerpo me lo pide a gritos de manera desesperada, mi nivel de excitación es grande no lo puedo evitar me enfada cuando en vez de penetrarme te dedicas a sobarte pues te necesito adentro más que nunca pero pronto atiendes a mis suplicas. La velocidad con la que entras me toma con un gritito de sorpresa ¿es idea mía? pero hoy te siento más duro que de costumbre. "Mmm papi..." es de lo poco que puedo articular, elevo mis caderas y comienzo a moverme frenéticamente antes de darte tiempo de reaccionar te estoy usando para saciar mis deseos.
La excitación de ambos es enorme, te cuesta recordar otra similar “(Si esto va a ser siempre así, el lunes solicito tu adopción)” Al mover mis caderas facilito la penetración que se hace más profunda. "hijita... dios, que rica estas, que apretadito lo tienes. Me encanta tu coñito" Te mueves lento, firme, rítmico y un poquito fuerte en la penetración. Tu boca busca la mía para silenciar mis grititos. Besas mis labios, chupas mi lengua. Bajas por mi cuello, muestras tus manos se deleitan con mis tetitas. Cada golpe de cadera arranca nuestros gemidos. "no puedo creer que este pasando, me estoy follando a mi hija...mmm " Con cada clavada, tus huevos se aprietan contra mi pubis de forma deliciosa. Tus manos se deslizan por mis caderas, acarician mis piernas, se agarran a mis nalgas y las abren suavemente. Tu dedito busca el agujerito de mi culito, presionando su entrada. Mis gemidos te vuelven loco, suaves, infantiles " Mmmm hija, hijita, me encanta follarte y ¿a ti? ¿Te gusta lo que papi te hace?" Suelto un gemido demasiado fuerte cuando tu dedo busca mi segundo agujerito, creo que se pudo escuchar sonoramente, es como un grito de placer "si papi me encanta como me haces tuya, no sabes cuánto tiempo he deseado esto" gimo descaradamente "papi follame en cuatro por fa" digo con una voz sumamente aniñada pidiendo que me complazcas, no lo dudas ni un segundo, pero no la sacas de mi interior me das la vuelta con tu miembro todavía taladrando mi estrecha rajita. Quedo en cuatro y me penetras con furia tus manos amasan mis senos y me montas como todo un animal, mis caderas se mueven aún más de lo normal aumentando nuestro placer como nunca
La lujuria nos ha invadido a los dos. Cuando te pido que me lo haga en cuatro con mi aniñada voz, casi te corres en ese instante. Sin sacar tu verga de mi interior me elevas con tus brazos y nos giramos. Ahora la penetración será más profunda, más excitante. Empiezas el movimiento, rápido, fuerte, acompasadas con mis caderas que siguen un ritmo frenético buscando la más profunda de las penetraciones. Te aferras a mis senos, besas mi cuello, y sujetas mi cabello con una mano dando un suave tironcito. "hija mía, que estrechito lo tienes" consigo decir entre jadeos. Deslizas tu otra mano por mi costado, apretando con suavidad hasta mis caderas y vuelve a subir hasta mi cuello sin perder el ritmo de la penetración. Ahora deslizas las dos siguiendo tu contorno hasta las nalgas de mi culito, donde no puedes evitar darme una sonora nalgada. "Ah papi mmm" Logro responder cuando siento tu palma sobre mi nalga, vuelves a ver la acción, metes tu verga al interior de mi rajita y la dejas ahí. Mi deseo es tanto que muevo mis caderas para adelante y hacia atrás follandome solita. Vez con orgullo que estoy completamente entregada al placer. Una que otra nalgada mientras empapas tus dedos con mi flujo y los llevas a mi culito, eso solo produce que aumenten el ritmo de mis caderas.
"hija mía lo estás haciendo muy bien, no pares. Tienes un coñito muy apretado, muy mojado. No sabía que te mojaras tanto..." Son las palabras que logras articular para potenciar mi lujuria y la tuya. Tus dedos empapados con mis jugos juegan con mi anito, presionando con suavidad. Mientras continúo con mis frenéticos movimientos, chupas tus dedos y metes la puntita de uno de ellos en mi culito y vuelves a chuparlo descubriendo mi sabor "hijita, tu culito también es delicioso, pero sigue, sigue así. Continúa y papa te dará una buena cantidad de lechita. Uuuuf. ¿Dónde la quieres hijita? ¿Dónde quieres que papi te de TU primera lechita?" Te miro de reojo, tu cara de placer... Nunca te había visto tan excitado, mi respiración se entrecorta con cada embestida que yo misma me provoco "En mi boquita" digo acompañado de gemidos, apoyo mi cara contra la cama para mover mejor mis caderas así se siente más profundo, aprovecho para apretar mi rajita, tus dedos se pierden en mi culito haciendo movimientos giratorios los cuales me encantan cierro mis ojos para dejarme llevar por el placer que ambos experimentamos
Mis palabras entran en tu cabeza y avivan el fuego llevándolo a la incandescencia. Tu excitación es máxima. Mi dulce voz, mis aniñados gemidos, la erótica faldita que aún tengo puesta. Sin darte cuenta aumentas el ritmo y la fuerza de tus ataques. Sientes el fuego de mi coñito, su humedad, sientes como lo aprieto multiplicando nuestro placer. Sin darnos cuenta, nuestros gemidos y jadeos aumentan de volumen, y los pequeños grititos de "hija mía y papi" se entremezclan. Tus manos, acarician mis pechos, mis pezones duros como puntas de diamante, y cuando deslizas tus manos por mi cuerpo y presionas mi botoncito, cierro los ojos arqueo mi espalda y lanzo un sonoro grito que anuncia mi orgasmo. Permanezco con los ojitos cerrados y los abro clavándolos en los tuyos. Saco levemente la lengua, mojando mis labios en un gesto que te vuelve loco y sientes que explotas "hijita, papi está a punto de soltar su lechita, abre tu boquita mi niña..." logras articular entre jadeos, al tiempo que sacas tu verga de mi interior y te sitúas buscando mis labios con tu glande. En cuanto tu verga siente la tibieza de mis labios aferrándose a ella la explosión no se hace esperar. La eyaculación es gigantesca debido a la excitación. Los pálpitos tardan en cesar y la cantidad de esperma que depositas en mi boca es enorme. No recuerdas otra igual.
Mi boca hace un magnífico trabajo, tomando hasta la última gota de tu leche succiono con fuerza mientras tus alaridos de placer tu verga se hunde entre mis labios hasta descargarse por completo. Luego de tomar todo de ti me acerco a tus labios para besarte, sentirte y así puedas saborear tu leche en mi boca. La eyaculación es tan potente que casi te ocasiona un desmayo. Con suavidad mi boca se retira lentamente de tu verga, dejándola brillante de saliva. En mi boca entreabierta puedes ver la gran cantidad de leche que has soltado. Mi picarona mirada te da una idea de mis intenciones mientras mi acercas a ti. El beso no se hace esperar y nuestras lenguas se enroscan bañadas por tu propio semen en un beso excitante, fogoso y rebosante de lujuria que se prolonga durante mucho tiempo después de haber saboreado y bebido mi lechita. Nunca me lo dirás pero ese beso te excita muchísimo. Los minutos vuelan mientras seguimos besándonos, acariciándonos, disfrutando el uno del otro. Desconoces si alguien sigue a la escucha, o se ha desmayado por la impresión, pero te da igual. Con mucho trabajo y odiándote por ello separas tus labios de los míos y me miras a los ojos. "hija mía, ha sido espectacular. ¿Te ha gustado?"
Nuestras caras reflejan felicidad. Antes de que el frio nos tome por sorpresa, me cubres con una mantita y me ayudas a ponerme un jersey. Presuroso tú también te pones algo por encima y enciendes la madera de la chimenea que pronto arde con fuerza. Mientras yo descanso en el sofá, tú ordenas nuestro equipaje un poquito y preparas una cenita que tenías prevista, unos burritos de carne con torta de maíz y una buena botella de vino. "hija sé que aun eres muy joven pero como tarde o temprano lo harás fuera, quero que pruebes este gran vino con tu padre" Noto tu mirada, pretendes seguir con el juego con lo que resta del fin de semana, te sonrió y lanzo un beso. "Claro que me encanta compartir de todo con vos este vino es simplemente exquisito papi" le doy un trago y saboreo pruebo la comida y sabe exquisita, en verdad que de los dos eres el que mejor cocinas. "¿Qué tal si vamos a dar un paseo? quiero conocer el lugar" Me acerco a ti y sentándome en tus piernas te doy un dulce beso muy suave.
“Tus besos saben a gloria” Aunque es tarde y la noche ya ha caído accedes a salir a conocer el pueblo que es precioso. Hechas bien de leña al fuego para que siga allí cuando regresemos y salimos de la casa abrazados. Evitamos la recepción ya veremos su cara por la mañana en el desayuno. Avanzamos en la oscuridad, y tu mano desciende juguetona por mi espalda y se agarra a mi culito. El pueblo es precioso incluso de noche. Cruzamos un viejo puente romano que atraviesa el rio y nos sacamos un montón de fotos, aunque casi siempre tú me las sacas a mí. Paseamos un largo rato hasta que el frio nos hace entrar en un tentador café "¿Tu qué quieres hija?" me preguntas segundos antes de besarme y solicitarle al atónito camarero un par de capuchinos. Volvemos a la casita bajo la promesa de disfrutar durante el día de los espectaculares paisajes y actividades de la zona que piensas redescubrir conmigo. Hace frio en la calle, pero dentro de la casita el calor es confortable gracias a la chimenea. Nos quitamos los abrigos y nos sentamos en los butacones juntos, disfrutando del crepitar del fuego y de nuestra mutua compañía. No puedes evitar acariciar mi “preciosa” cara retirando hacia atrás un mechón de mi cabello y besarme con todo tu amor.
"Te gusta tentar a nuestra suerte papi" hago énfasis en la palabra, nos estamos arriesgando con ese jueguito, pero tu beso me hace olvidar cualquier cosa, un beso dulce tierno, lleno de amor esa sonrisa tonta que se me escapa y no puedo evitar que surja cada que te veo fijamente a los ojos. Busco tu calor, al pie de la chimenea me cuelo entre tus piernas y mis brazos se apoyan en tu pecho, mi respiración es lenta acaricias mi cabello y mi rostro se hunde en tu aroma, en ti, quisiera estar así siempre antes de darme cuenta me quedo dormida Te quedas mirando el fuego y su hipnótica danza al tiempo que apoyo mis brazos y mi cabeza sobre tu pecho. Con un brazo me aprietas contra ti, mientras que con el otro acaricias mi suave cabello. Acaricias mi carita muy suavemente con la yema de tus dedos, deslizándolos por mis mejillas con suavidad. Poco después, mi respiración delata que me he quedado dormida. Continúas acariciando mi cabello, inspirando mi aroma mirando mi “preciosa carita de ángel” embelesado.
Las lágrimas acuden a tus ojos, lágrimas de felicidad, lagrimas que desean detener el tiempo y permanecer así para siempre, abrazados, entrelazados, sin que exista nada más que tú y yo y dejas pasar largos minutos hasta que decides levantarme entre tus brazos y llevarme con sumo cuidado hasta la cama. Me colocas despacito sobre la cama de lado como me gusta y me cubres con la manta, después te metes perfectamente acoplado detrás de mí y me abrazas con suavidad. Mis manos atrapan las tuyas y las llevan a mi pecho. Cierras los ojos respirando mi aroma y el sueño no tarda en atraparte en sus redes.