Lazos 6
El final de la historia.
Lazos 6
HABITACIÓN DE HOTEL DE MIRIAM Y ERIKA
Que bien me ha venido ese adiestramiento que tuvimos que soportar Marco y yo con distintos venenos, anestésicos y tranquilizantes. Mientras Miriam había caído k.o., yo he podido mantenerme despierta. Me siento sumamente mareada y tengo algo de vértigo, pero seré capaz de sacar a Miriam de aquí.
He cogido el móvil y le he mandado un mensaje a Marco con unas coordenadas, solo nosotros conocemos ese lugar. Es el lugar donde nos salvamos la vida mutuamente, ese día tendríamos que haber muerto, pero las ganas de volver a ver a nuestras hermanas nos dieron la fuerza para salir con vida.
Ahora lo que me da fuerzas es sacar de este maldito hotel a Miriam, la he cargado pasando su brazo sobre mis hombros y al abrir la puerta me he fijado que en el pasillo no había nadie, de formación profesional me aprendo la distribución de todos los edificios en los que entro, otra manía que nos inculcaron a Marco y a mí. Cuanto odie ese adiestramiento y cuanto lo estoy valorando hoy en día.
Al final del pasillo, se encuentran las escaleras, me muevo lo más rápido posible, escucho voces y corro con más brío, el mareo es profundo y no me queda más remedio que apoyarme en la pared para no caerme. Consigo llegar a la puerta que pone salida y meto el cuerpo de Miriam y el mío, cerrando la puerta detrás de nosotras.
Nuestra única salida es llegar al garaje y robar un coche, cada vez me siento más mareada, por suerte en el bolso siempre llevo pastillas de cafeína. Me tomo unas cuantas, espero que me espabilen lo suficiente como para ponernos a salvo.
Por suerte en el aparcamiento había un Renault de los antiguos aparcado, esos coches eran fáciles de robar, cuando conseguí abrir el coche, metí a Miriam y le puse el cinturón de seguridad, después soltando los cables debajo del salpicadero hice un puente y pude arrancarlo. Puse una gorra a Miriam y yo me pude otra, las pastillas estaban haciendo efecto. Aunque todavía me sentía mareada podía conducir.
Salí del garaje de ese hotel y me dirigí a las coordenadas que le manda a Marco, tenía la esperanza de que hubiera recibido el mensaje, tardamos una hora y media en llegar, pero allí estaba el coche de Marco. Cuando nos vio salió corriendo, me abrazo llorando y después abrazo y beso en la mejilla a su hermana. Esta pareció empezar a despertarse.
Nos dirigimos al local en donde Marco guardaba las armas, nadie más que él sabía su paradero, allí tenía un par de camas, un sofá, una tele y un portátil. Me dijo que durmiéramos las dos, él iría a buscar algo de comida. La verdad es que nos quedamos dormidas al instante, es increíble lo mucho que relaja saberte a salvo.
MARCO
He salido a comprar comida, las dos se han quedado dormidas, ese local no lo conoce nadie, así que estarán a salvo, tenía que tomar una decisión, decepcionar o no la memoria de Luna. Si decidía decepcionar a Luna que se prepararan, no pensaba dejar títere con cabeza, recibí una llamada de Sergey, me decía que habían llegado al hotel donde se habían hospedado, pero que no había rastro de ellas, me dijo que seguirían buscando. No le dije que las chicas estaban a salvo, mi instinto me decía que solo podía fiarme de tres personas, Y Sergey e Irina no eran ninguna de las otras dos.
Erika era muy grande, era mi heroína, siempre lo había sido, nunca se lo dije, pero la admiraba profundamente, hoy había salvado a mi hermana y estaría en deuda con ella toda mi vida.
Cuando volví al local dentro de él, se encontraba una mujer joven, no me lo pensé ni dos segundos, saque un kunai y de un movimiento rápido le coloque el filo del kunai en el cuello.
• Tienes un segundo para decirme quien eres, como conoces este sitio y que haces aquí.
• Luna tenía razón, eres toda una bestia.
• ¿De qué conocías tú a Luna?
• Era mi maestra, me quede huérfana muy joven y me enseño su oficio, después lo complete con unas cosas por aquí y por allí.
• Detente Marco es de fiar – dijo Erika.
• Tienes que empezar a entrar en los sitios como las personas normales Julia – dijo Erika.
• Lo sé Erika, es la costumbre.
• ¡Bien explícate, que haces aquí!
Dos lagrimones empezaron a brotar de sus ojos.
• Os aseguro que abría dado cualquier cosa por no estar aquí, eso significaría que Luna seguiría con vida.
No sé por qué, pero me salió desde dentro, abrace a esa chica que parecía querer al amor de mi vida como si fuera su madre, ella correspondió al abrazo mientras lloraba amargamente.
• Tú eres Marco, el hombre que Luna amaba, ¡prométeme que vas a hacer justicia!
• Ya lo estoy haciendo.
• ¡Eso crees!
Julia encendió su portátil y abrió varias carpetas, en ella había videos, en ellos Dedrick y Pierre nunca llegaron a la prisión purgatorio, dos furgonetas interceptaron los camiones que los llevaban y los soltaron, las personas que lo hacían tenían el rostro oculto tras una capucha.
Aunque todos llevaran capucha me fije bien en el tatuaje que uno llevaba en su mano derecha, era una viuda negra y ese era el mismo tatuaje que llevaba Sergey.
• ¿Estás seguro Marco? – pregunto Miriam.
• Sí.
• Joder teníamos el enemigo en casa ostias – dijo Erika.
• ¿Ahora que vamos a hacer? – pregunto Erika.
• No sabemos si Irina también esta implicada, tal vez también sea una víctima, de momento actuaremos como si no pasara nada.
Irina nos llamó, y según le contó a mi hermana tenían que viajar a Suecia, allí tenían que operar a una niña pequeña. Miriam no estaba de humor, pero le dije que ese era su sueño y lo que le daba fuerzas para levantarse todas las mañanas, me miro con una sonrisa y miro a Erika.
Tire unas llaves a Erika y le dije sírvete, eran las llaves del almacén donde guardaba todas mis armas, pedí a Luna que nos hiciera papeles a Erika y a mí para poder llevar armas de forma legal, esta vez no quería que fueran desarmadas. También le regalé una ninjato que hice fabricar expresamente para ella.
Cuando Erika tuvo el ninjato, en sus manos le brillaron los ojos, para esa arma también tenía un permiso que le valdría para cualquier país. Miriam y Erika saldrían en un vuelo privado por la noche y serian acompañados por Irina y Sergey, le dije que de momento guardar la compostura, ella me sonrió y me dijo que no me preocupara.
Cada vez que alguna vez en el pasado me había comentado algo similar me la había liado, me quede bastante intranquilo. Erika jamás dejaría que le hicieran daño a Miriam, ya lo había demostrado con creces, las dos se fueron a prepararse y yo me quede con julia.
• Bien, ahora que estamos solos, me puedes enseñar eso que te has guardado antes.
• ¿Estás seguro?
• Sí.
Julia abrió una carpeta donde aparecía Irina hablando con el francotirador que mato a Luna, en ese video no había audio, pero se veía nítidamente como le entregaba un maletín lleno de dinero. En cuanto vi el tatuaje de Sergey me imagine que Irina estaría implicada en el asunto, lo que no pensé es que sería la inductora de la muerte de Luna.
Entonces Lucia abrió un audio.
“Marco si estás escuchando esto es que estoy muerta, no tienes que fiarte de Irina. Esa calidez que desprende es un papel que ejecuta a la perfección, pude descubrir que llego al punto de amputarse una pierna para traer a tu hermana y engañar a su propio padre, pude descubrir que ella es la líder del entramado y Sergey su brazo ejecutor, protege a mi hermana y Miriam, te querré siempre en este mundo o en el otro”
• ¿Qué piensas hacer? – pregunto Julia.
• Lo primero dar con Dedric y Pierre.
• Que tengas suerte.
• No la necesito, tengo esto que me indica donde están exactamente.
• ¿Por qué no las usaste hasta ahora? – pregunto Julia.
• Porque me fie de las personas equivocadas, no volverá a pasar.
Tenía dos semanas para secuestrar a esos dos y poner mi plan en marcha, cuando les torture les hice tragar unos nano robots trazadores, pensé que seguramente no me harían falta, pero al final resulto que me vendrían bien.
El primero se encontraba en la selva negra en Alemania, llame a un contacto que tenía en Alemania y me debía unos cuantos favores. Me dijo que sin problema que en una semana lo tenía con un lacito donde le indicara.
Pierre se encontraba en Francia, el muy imbécil seguía con sus fiestas, esta vez hablé con una agente secreta francesa que era amiga de Luna y Erika, me pidió perdón por no haber podido asistir al funeral. Le dije que estaría tranquila que con esto quedaba más que en paz.
Irina, quería montar un laboratorio en nuestra ciudad, le había echado el ojo a una empresa de mi familia que llevaba tiempo en desuso. Cuando nos hizo una oferta nos negamos porque la intención de Miriam era que montáramos allí nuestra propia clínica. Sabía que lo que iba a hacer cabrearía mucho a Miriam, pero era necesario, tenía dos semanas para poner en marcha mi plan.
Este consistía en forrar las paredes de termita, una sustancia química que ardía a más de tres mil grados, la deflagración incineraría todo a su paso, cambiaria todas las puertas por unas de doble blindaje que se cerrarían herméticamente encerrándonos a todos allí dentro. Quería mirarles a los ojos cuando apretara al botón que iniciaría el infierno que se desataría en ese edificio.
Mi hermana y Erika no tendrían que volver a mirar a sus espaldas, solo esperaba que algún día fueran capaces de perdonarme, sobre todo Miriam. Lo primero que hice es ir a la empresa y empezar a revisar las padeces, tenían que ser los suficientes fuertes y gruesas como para contener la deflagración.
La verdad que quitando un par de puntos débiles las padeces eran de un grueso y buen hormigón, repare las partes débiles y calcule que partes serian las idóneas para poner la termita, haciendo agujeros y metiendo los bidones dentro. Esto había que hacerlo con sumo cuidado, un movimiento brusco y me convertiría en polvo antes de tiempo.
Fue un trabajo arduo, en la planta de arriba crearía una estructura capaz de aguantar esa temperatura durante un periodo corto de tiempo, para poder ver como se incineraban esas personas que tanto daño nos habían hecho, después seria yo el que terminara hecho cenizas, pero con mi deber cumplido.
El primero en llegar fue Dedric, cuando le quitaron el capuchón y me vio se meó encima, creo que todavía se acordaba de las descargas eléctricas, lo tenía amordazado, no quería escuchar sus lamentos y sus súplicas. Mi amigo germano seria quien le daría de comer.
El segundo en llegar fue Pierre, venía con Colette que lo traía agarrado del cuello, por la cara que traía Colette pensé que le falto poco para matarlo ella misma.
• Gracias a los dos por ayudar.
• Las gracias no son necesarias, todos hemos sangrado en el mismo barro - dijo Claus.
• Si, lo que ocurrió con Luna en vuestra boda fue imperdonable – dijo Colette.
• ¿Estarán seguros con vosotros aquí?, no sé quién de los dos tiene más ganas de matarlos.
• Una promesa es una promesa – contestaron los dos.
De Angus y su Hijastro me encargue yo mismo, estos estaban en la ruina y vivían de las migajas que les deba Irina, no fue difícil descubrir que vivían en un piso que era pagado por la empresa de Irina. Me hice pasar por técnico del gas, el ex socio de mi padre me abrió la puerta sin mirarme a la cara, es lo que tiene los años en los que los currelas éramos escoria para él.
Para cuando se dio cuenta quien era, no le dio tiempo de decir ni mu. De un rápido golpe le di un puñetazo en la boca del estómago que le dejo sin respiración. Después le cogí del cuello con el antebrazo hasta dejarle sin sentido, a su padre que asomaba por el salón le metí una patada en el pecho que le crujió todo el esternón.
Teniéndolos a los dos sin conocimiento, metí la furgoneta hasta el garaje y después de atarles y amordazarlos los metí en la furgoneta, por suerte Vivían en una casa en la que no había vecinos molestos. También me di cuenta de que Irina y Sergey no pasaban por allí nunca. Me daba que los estaban cebando para sacrificarlos en el futuro.
Me dirigí hacia la empresa, Dedric y Pierre estaban sentados en sendas sillas de metal, con las piernas y brazos atados, pronto Angus y su hijastro les harían compañía. Ya tenía a cuatro de los culpables y me faltaban los dos más grandes, llame a Irina para hablar con ella.
Mi intención era hablar con ella a solas, pero apareció con Miriam y eso trastoco un poco mis planes, le comuniqué que estaba dispuesto a venderle el local que tanto quería. La cara de Miriam era un poema, Irina fue a llamar a Sergey para decírselo loca de contenta mientras Miriam me miraba llena de ira.
• Que haces hermanito, ¡ese local era de los dos!, ¿qué te da derecho a venderlo sin consultármelo?
• Ahora no Miriam, más tarde te lo explico.
• ¡Más tarde no!, ¡ahora!
Decidí que esa discusión no beneficiaba en nada a mis planes, después le explicaría cuál era mi plan, pero esperaba que el plan no se fuera a la mierda, si todo salía a la luz sería una guerra abierta y eso no nos beneficiaba en nada.
Cuando Irina volvió, vio la discusión entre Miriam y yo y decidió que lo mejor era dejarnos hablar tranquilamente a los dos. Miriam estaba hecha una furia, me dejo con la palabra en la boca y se marchó directa a casa dejándome allí, tenía toda la razón del mundo para enfadarse, pero esperaba que por lo menos me diera la oportunidad de explicarme.
Deambule por la ciudad durante unas cuantas horas, quería que cuando llegara a casa la cosa estuviera lo suficientemente calmada para que me dejara explicarme. Bueno pues cuando llegue a casa, no solo estaba enfadada Miriam, Erika estaba hecha también una auténtica furia.
• ¡Ya te estás explicando antes de que te rompa la cara! – menudo genio se gastaba Erika.
Entonces les pedí que se sentaran y me dejaran explicarles mi plan sin que me detuvieran cada dos por tres, les explique como había modificado la empresa y había puesto termita en puntos estratégicos, como había modificado las puertas para que estas se cerraran herméticamente y una vez cerradas nadie pudiera salir. Como había modificado la sala del piso de arriba para poder accionar el botón que pondría en marcha el infierno que se desataría dentro de ese edifico y me permitiría ver como se incineraban antes de incinerarme yo.
Las dos se quedaron sin habla, entonces Miriam se levantó y me soltó un tortazo que hizo que acabara sentado en el suelo y con un terrible pitido en el oído.
• Piensas abandonarme hermanito, si tú te vas yo también me iré contigo.
• De eso nada, tú tienes tu vida al lado de Erika.
• Marco, ¿tienes ganas de ver a mi hermana verdad?
• Sí.
• Bien pues yo también tengo ganas de volver a verla, lo aremos los tres, además necesitaras mi ayuda, Irina no es de fiar.
• Joder Julia se ha ido de la lengua.
• Que esperabas, somos como los mosqueteros todos a una.
Yo no estaba conforme, pero mi hermana me hizo comprender lo desolada que se quedaría al perderme, yo les pregunte si estaban seguras, que no había marcha atrás. Ellas con una sonrisa me dijeron que sin dudarlo, se irían conmigo hasta el mismísimo infierno.
Las cartas ya estaban echadas, deje la empresa de tal forma que parecería que había sido reformada como para poder enseñársela a un posible comprador, a la mañana siguiente habíamos quedado con Irina y Sergey. Como dijo Erika, Irina y Sergey trajeron un pequeño ejército como guardaespaldas.
Entramos dentro y les empecé a enseñar las instalaciones, Irina hacía como que le estaban gustando, pero su mirada era como de estar esperándose alguna cosa. Miriam y Erika se llevaron a Sergey y a los guardaespaldas a ver las instalaciones, dentro estaban Claus y Colette, ellos con la ayuda de Erika fueron deshaciéndose de los guardaespaldas.
Al final solo quedaron Irina y Sergey, Erika me pidió que la dejara encargarse de Irina, yo le dije que vale, Sergey era mío, Claus y Colette se quedaron protegiendo a Miriam. Sergey estaba confiado por su mayor envergadura, yo confiaba más en mi velocidad y golpes certeros.
Sergey tenía demasiado músculo, eso me avisaba cada vez que me iba a atacar, eso me permitía adelantarme y golpear un punto vital. Cuando fue a darme un puñetazo me adelante y golpee su antebrazo con mi codo, de ese modo deje inservible su brazo derecho, después lo intento con la pierna. Se la detuve con mi brazo izquierdo y le golpeé la rodilla con el codo derecho rompiéndole la rotula. Con un brazo y una pierna inservible era presa fácil, en su último intento, le clavé una aguja de acupuntura en un punto donde lo dejaría en un estado en el que no podría moverse, pero sentiría todo incluso el dolor.
A Irina no le fue mucho mejor con Erika, Irina le apunto con su arma a una distancia muy corta. Erika le enseño porque las armas de fuego no son efectivas a esa distancia, le cogió la corredera de su pistola y al separarla del arma se la clavo en la clavícula. Irina acusó el golpe y se arrodilló por el dolor.
Erika le clavo una aguja de acupuntura al igual que había hecho yo con Sergey, con la ayuda de Claus y Colette. Los bajamos al sótano donde les esperaban los demás invitados a la fiesta, los sentamos y salimos del sótano hacia el piso de arriba. Les dijimos a Claus y Colette que ya podían salir y que gracias por su ayuda, se abrazaron a nosotros llorando y salieron del edificio.
Ya en el piso de arriba les dije que estaban a tiempo de irse, ellas apretaron el botón que sello las puertas del edificio herméticamente y se cogieron cada una de mi mano, nos miramos y nos abrazamos los tres. Levante el accionador y poniendo los tres dedos sobre el botón, apretamos el botón que abrió la caja de Pandora.
El infierno que se desató fue impresionante, Dedric, Pierre, Angus, su hijastro, Sergey e Irina se convulsionaban y gritaban del intenso dolor que les causaban las llamas. Hasta que se convirtieron en unas bolas de fuego, ahora era nuestro turno, yo no quería que sufrieran.
Les clavé una aguja a cada una en el punto donde te quedarían dormidas y por último lo hice conmigo, las llamas nos consumieron, pero no sentimos ningún dolor, todo se volvió negro. Al fondo de esa negrura había una luz y en ella nos esperaba alguien era Luna estaba sonriente y guapísima con un vestido blanco.
No solo estaba ella, detrás de ella nos esperaban nuestros padres que nos miraban con lágrimas en los ojos.
Bese a Luna con toda mi pasión mientras Miriam besaba a Erika, mis padres miraban también abrazados.
• ¿Tanto me echabais de menos? – dijo Luna.
• Muchísimo – contestamos los tres.
Mis padres me abrazaron y me dijeron lo orgullosos que estaban del trabajo que habíamos realizado los dos y me dijeron lo orgullosos que estaban de los cuatro, todos miramos hacia delante, estábamos en un mundo nuevo y no sabíamos que nos depararía el futuro, pero tendríamos toda la eternidad para descubrirlo.
EPILOGO
Cuando cruzamos la luz nos encontramos otra vez en nuestro barrio, el cielo le dio la oportunidad a nuestros cerebros de elegir el lugar donde habíamos sido más felices y todos elegimos el mismo sitio, ahora tendríamos una segunda oportunidad de tener esa vida que nos habían arrebatado.
En cuanto a Dedric, Pierre, Angus, su hijastro, Sergey e Irina, ellos les toco revivir para toda la eternidad ese momento de cuando se estaban quemando vivos, ese sería su castigo por todo el daño que habían hecho y seria para toda la eternidad.
Volver a sentir el cuerpo de Luna me devolvió la vida, estaba feliz porque a partir de ahora nuestros besos serian eternos.
FIN.