Lauri vuelve a ayudar
Lauri se presenta en la cabaña de Juan para otra sesión de ayuda, sólo que no será como la vez pasada, Chico está invitado, Lauri descubre que es feliz ayudando a sus semejantes.
El lunes por la tarde Lauri salió con su padre al centro de la ciudad así que Mariana no perdió tiempo y corrió a la habitación de su hija para ver si había una nueva entrada en su diario, lo encontró en un cajón del secreter de la muchacha, ahí mismo estaba la llave del pequeño candado con el que Lauri protegía sus anotaciones, Mariana abrió el candado y buscó las anotaciones del día Domingo, leyó con avidez.
"Querido diario, hoy por la mañana fui a visitar a Don Juan para ponerme a sus ordenes por si necesitaba de mi compañía como el jueves pasado, Juan estaba solo, me ofreció un vaso de limonada y me comentó que se había sentido muy bien por lo del otro día, y también dijo que su nieto Chico se sentía muy triste por no tener a su abuelita y que si estaría yo dispuesta a ayudarlo a aliviar esa tristeza, le dije que por supuesto que podían contar conmigo, esto le dio mucho gusto a Juan quien dijo que no habláramos más del asunto y pasáramos a su habitación, Chico llegaría más tarde, hacía mucho que yo no lo veía, me sentí un poco insegura, no sabía si iba a poder con dos personas."
Al leer esto Mariana se alarmó, no conocía el tamaño del miembro del viejo Juan pero ¿Qué pasaría con Lauri si era penetrada por el tremendo falo de Chico?, ni hablar de que la niña resultaría desvirgada, eso era lo de menos, Chico no había usado ninguna protección cuando usó y abusó del sexo de Mariana un día antes, ¿Usaría algún tipo de protección con Mariana? Y lo peor, si ese enorme garrote negro de Chico penetraba en el joven sexo de Lauri como lo había hecho en el de Mariana, se corría el riesgo de que aquella monstruosidad dejara a la niña de la casa " echada a perder " para cualquier otro hombre que viniera después, ya nada sería igual para ella después de aquello, nadie podría llenarla como Chico, todo se le haría poca cosa a la pequeña Lauri Mariana siguió leyendo.
" En su recamara Juan me dijo el me haría lo mismo que yo le hice a él el jueves, la propuesta me sonó divertida, me acercó al diván, me indicó que me pusiera sobre el como si fuera una perrita, luego me subió la minifalda sobre la espalda y me quitó los calzoncitos, sentí sus manos ásperas sobándome las pompas, luego las separó y me dijo que me daría un beso negro, yo no sabía que era eso, entonces sentí su lengua pasando por mi colita, la verdad nunca imaginé que la gente hiciera algo así, pensé que era algo sucio pero me gustaba como se sentía, su lengua salivosa pasando una y otra vez por sobre mi colita, de repente Juan acostó una parte de su cuerpo en el diván, quedó en medio de mis piernas viendo hacía arriba y comenzó a darme besitos pero ahora en mi cosita , wow! eso es genial!!, pero nada comparado a cuando empezó a frotar todo con su lengua, con sus dedos me abrió un poco y comenzó a meter su lengua en mis partes intimas, así estuvimos un buen rato, de repente Juan comenzó z jugar con mi clítoris ese botoncito mágico que sólo las niñas tenemos, ahí ya no aguanté, sentí una explosión dentro y hundí mi cabeza en el cojín, mientras todo mi cuerpo temblaba, nunca había sentido algo igual.
En eso estábamos cuando Chico entró en la recamara, ahora que lo vi de nuevo me sorprendí por lo mucho que creció, me dio mucha pena que me viera en aquella posición, Juan salió de debajo de mi y le dijo que ahí estaba lo que le había prometido, y que aunque me viera en posición de perrita ya vería como yo era una excelente becerrita mamando para obtener la lechita que tanto me gustaba, el comentario me hizo sonrojar, sentí que mis mejillas y orejas me ardían, Chico me vio y se sonrió, se acercó a mí, tomó mi cara con sus manos y me preguntó si era cierto lo que decía su abuelo, con mucha pena le dije que si, él se quitó los pantalones, no usaba ropa interior, cuando miré su pirulí no pude creer que fuera mas grande y más cabezón que el de Juan, me dejó con la boca abierta y él aprovechó para metérmelo, puso una mano en mi nuca y con la otra tomó su enorme palo negro, se empezó a mover para meterlo y sacarlo de mi boca, eso empezó a ponerse duro dentro de mi boca, cada vez lo sentía más duro, más grueso y caliente, no me cabía todo pero yo hacia hasta lo imposible por lamer la mayor parte de aquel caramelo negro y amargo que se me ofrecía.
Juan se colocó de nuevo de bajo de mí y una vez más relamió, ensalivó, frotó y comió mi cosita, mi sexo, sus manos me apretaban las pompas, dijo, "esta muñequita está a punto de soltar sus jugos", Chico se rió y agregó, "Pues esta becerrita no mama tan bien como yo pensaba, pero aprende rápido", su comentario me hizo sonrojar una vez más, yo estaba haciendo mi mejor esfuerzo, en ese momento Juan comenzó a masajear la entrada de mi colita con un dedo, apreté lo más que pude para evitar la invasión pero su dedo estaba ensalivado y resbaloso y terminó penetrándome la colita, cuando sentí pasar su nudillo y su mano topó contra mis pompas sentí otra explosión dentro, mi cuerpo se convulsionó, cerré los ojos, abrí más la boca tratando de sacar un grito pero dentro tenía a Chico."
Mariana no creía lo que leía, su hija había perdido su virginidad anal a manos del chofer de la casa, el empleado de la familia que durante años llevó a Lauri todas las mañanas a la escuela, y por si fuera poco su adorada Lauri participaba en un trío, Mariana no había hecho en su vida ninguna de las dos cosas.
" Chico dijo que ya estaba a punto de darme una buena ración de leche caliente, pero que antes quería tocarme las tetas, así que me sacó la blusa y luego dio un tirón al bra reventándole los seguros y los tirantes, mis bubis quedaron al aire, me volvió a penetrar la boca con su miembro y se inclinó un poco para apretarme las bubis, cuando pellizcó mis pezones volví a estallar, se me fueron las fuerzas de las piernas y brazos, caí sobre la cara de Juan, lo cual creo que no le molestó y cuando se me doblaron los brazos me fui de frente sobre Chico atragantándome más con su miembro, Juan se levantó del diván y no vi a dónde se fue, eso me permitió concentrarme en su nieto y su tremendo sexo, me tomó por lo cabellos y levantó mi cara para que nos viéramos a los ojos, él sonreía, se le veía complacido, realmente lo estaba haciendo feliz!, me sacó el caramelo caliente de la boca y con él me dio golpecitos por toda la cara, una vez más sentí el ardor en las mejillas y orejas, escuché sus risas, me dijo que sacara la lengua y me la golpeó con la enorme cabeza de su falo, después me jaló por los cabellos y me hizo quedar de rodillas en el piso, me dijo que con mis bubis le frotara su "verga", uuff! esa palabra me hizo sentir totalmente avergonzada y al mismo tiempo no deseaba que terminara aquello, sentía un ardor en todo mi cuerpo, con mis manos apreté mis bubis contra su miembro, mi piel blanca cubría el tronco color chocolate de Chico, su bulbo ardiente sobresalía y me tocaba la barbilla, incliné mi cabeza y pude lograr que llegara hasta mi boca, sentía su carne ardiente sobre mi pecho, en mis tetas y en mi boca, pensé que podía seguir haciendo eso todo el tiempo que fuera necesario, pero en eso Chico soltó un grito, con sus manos empujó aún más mi cabeza hacía abajo y a grandes chorros me llenó la boca con su leche caliente, me atraganté pero esta vez no dejé escapar nada! Wow! cada vez me gusta más ese sabor, me dijo que le limpiara la verga, con mis labios tuve que recorrer toda su verga, jijiji sorbiendo la saliva y la leche que había en ella, él se retiró y frente a mí se colocó Juan, se frotaba vigorosamente su herramienta de hacer niños, acerqué mi boca para tomar otra ración pero me dijo que no, que quería correrse sobre mis bubis y eso hizo, varios chorros de su leche me cayeron sobre el pecho y las tetas, me ordenó que me untara todo en la piel así que con las manos esparcí ese liquido caliente en mis bubis y vientre, me sentí tan bien al hacerlo! De rodillas frente a dos hombres verga en mano, jijiji y me sentí mejor sobre todo, al ver sus caras de felicidad no pude más que ser feliz yo también.
Después de vestirme me despedí de Juan y su nieto, y antes de irme me dijeron que para el final de las vacaciones tenían planeado un intercambio de regalos entre Chico y yo, que emoción! Siempre me han gustado los intercambios de regalos, tengo que pensar que regarle a Chico, ojala mi regalo sea algo lindo. "
Mariana cerró el diario, se sintió aliviada de que Lauri y Chico no hubieran fornicado como ella había temido, lo del intercambio de regalos la intrigó bastante, pero no pensó mucho más en ello, tenía que ir a su habitación a meterse en su cuarto de baño a aliviar ese calor húmedo que ahora sentía en medio de las piernas cada vez que terminaba de leer el diario de su hija.
Continuará {creo yo}