Laura y su faldita roja

Laura volvía del instituto en metro cuando notó a alguien detrás...

Me llamo Laura y tengo 18 años, vivo en Madrid y no es por presumir pero soy bastante guapa, mido 1,68, mi pelo es rubio/miel, tengo los ojos azulados y buen cuerpo, mi culo es respingón y mis tetas bien proporcionadas, aunque algo pequeñas comparadas con las modelos operadas, aun así siempre he llamado mucho la atención entre los chicos. Estudio 2º de bac en un instituto solo de chicas. A causa de esto conocí a pocos chicos y solo he tenido un novio con el cual perdí la virginidad a los 16 años, a los pocos meses lo dejé y no he tenido ninguno más. Nunca había disfrutado del sexo hasta hace unos meses que conocí a un chico que me enseñó todos los placeres que pude experimentar en mi vida.

Salía de mi instituto con mi traje de colegiala que obligatoriamente nos hacían llevar, una camisa blanca, una falda roja a cuadros, unos calcetines blancos y unos zapatos negros. Me encantaba ir provocativa y la falda siempre la subía hasta que se me veían las braguitas, tampoco  llevaba sujetador pues me encantaba ir libre con mi camisa medio desabotonada, esto les encantaba a los profesores que agachándome un poco se quedaban babeando en mi escote. Esto me servía de mucho, pues he aprobado algunas asignaturas gracias a mis provocaciones.

Este día salí de mi instituto y cogí el metro, estaba bastante lleno de gente, me fijé en un hombre que tendría 60 y pico años que miraba mucho a mis tetas, esto me ponía nerviosa y cachonda pero era demasiado viejo y feo para mí, el metro se paró en otra parada y subió muchísima gente, yo estaba de pie porque no había ningún sitio libre y con toda la gente que había subido en esta parada, el interior del vagón se quedó repleto, me empezaban a empujar la gente y notaba que alguno o alguna me tocara el culo, aún así hice caso omiso y me agarré a una barra que tenía el vagón para no caerse, en esto que vi a un chico enfrente mía que me impresionó, era guapísimo, mediría 1,80 más o menos y tenía los ojos tan azules que impresionaban, llevaba flequillo hacia el lado y era moreno, tendría más o menos 20 años o quizá más, no lo sabría porque era demasiado guapo. Me miró y yo lo miré a él, a lo que sonrió, una sonrisa perfecta, el chico era un poco pijo, llevaba una sudadera de Vans y unos pantalones de Carhartt, aunque los pantalones eran caídos se le marcaba bastante el paquete a lo que me salió una sonrisa pícara. El metro volvió a parar en otra parada y entre empujones subió más gente, cuando todo el mundo se acomodó fijé la mirada en donde había estado aquel chico misterioso pero no había rastro de él, me decepcioné un montón, ¿Habría bajado ya?, en ese momento noté a alguien detrás que se me pegaba y que alargaba los brazos para agarrarse a la barra, abrazándome a la vez, ¿Sería el viejo verde? ¿Pero quién se creía…? Noté un bultito apretando mi culo y me iba a dar la vuelta para salir de allí cuando me susurró al oído:

-          Shhh… Estate quieta preciosa.

La voz era de un chico joven, no de un viejo, suspiré, quizás, con mucha suerte, sería el chico de los ojos azules, me impacienté pues seguía pegado a mí y ya habían pasado dos minutos y no me había dicho nada, pegué más mi culo a su paquete, cada vez notaba un bulto más grande, y me volvió a hablar…

-          Nos va a ver alguien, espera a la siguiente parada, eres preciosa ¿sabes?- Me susurró.

Me estaba gustando este chico y se lo hice notar, subí un poco la falda y pegué más mi culo a su paquete, él ya estaría notando mi culito y nadie se enteraba porque el vagón estaba llenísimo. Sonó la alarma de que el metro haría otra parada y el chico que aún no le había visto la cara y que estaba detrás de mí me cogió la mano que tenía apoyada en la barra.

-          Bajamos aquí, bájate la falda, si quieres, JEJE.

Seguí sin decirle nada y me bajé la falda, no me hacía mucha gracia que me viera la gente medio culo. El metro se paró y el chico me iba guiando empujándome con la mano en mi espalda lentamente para que saliera, no debía querer que lo viera a lo que dudé algo. Aún así seguí.

Bajé del vagón y al momento escuché como bajaba él, me di la vuelta y no me dio tiempo a verlo pues me dio un beso inmediatamente. Nadie me había besado así, me cogió del cuello y movió su lengua dentro de mi boca con pasos acompasados, me encantaba y se lo hice saber siguiéndole el beso, me soltó la cara y lo vi, era él, el chico de los ojos azules, pero era aún más guapo de cerca, me quedé mirándolo un rato y me sonrió con su sonrisa perfecta, me cogió de la mano y me dijo:

-          Preciosa, ¿Te comió la lengua el gato o qué?

Nunca había sido vergonzosa, pero con él no me salían muy bien las palabras.

-          Hola…

-          ¡Vaya!, ¡si hablas!

-          Hombre ¿qué creías?

-          Pues no sé… cómo te pegabas tanto a mí y como ahora no me hablas, pues…

-          Bueno tú también te pegabas a mí, de hecho me besaste tú.

-          Lo siento pero no pude resistirme, ¿Y la preciosidad tiene nombre?

Me sonrojé, estaba sintiendo más por ese chico que había conocido hace 5 minutos que por cualquier otro.

-          Laura ¿y tú?

-          Adrián, encantado, ¿quieres tomar algo? Tengo mi casa aquí al lado.

-          Claro, está bien.

Sabía que ir a su casa sería algo más que tomar algo pero no me pude resistir, y la verdad es que tenía ganas de hacerlo con ese chico, ¿Cómo sería? Mmm…

Llegamos a su casa, era un tercer piso a dos calles de la parada del metro. Entramos, me cogió la chaqueta y la colgó en un perchero. Se sentó en el sofá y yo me senté a su lado.

-          ¿Es tu casa?

-          No, es del banco.

-          Ah… ¿Pero vives con tus padres?

-          No, me independicé a los 18 y ahora trabajo en una empresa de automóviles, y tu ¿aun estudias?

-          Si, ¿Se nota mucho?

-          Solo porque la ropa es de una colegiala, sino pensaba que eras modelo o algo.

Le sonreí, era guapo y encima era simpático, no esperé más me abalancé sobre él y lo besé, le puse los brazos alrededor de su cuello y me senté encima de él, él bajaba sus manos de mis caderas a mi culo, me tocó el culo por dentro de la falda pero por encima de las braguitas, -mmmhh…-Gemí, a lo que él me seguía besando, subió sus manos de mi culo a mi camisa, me desabotonó el primer botón pero luego la abrió de golpe a lo que hizo RAAAS!, no llevaba sujetador así que mis tetas botaron delante de su cara.

-          Que tetitas mmmhh… ¿Quieres que te las coma lobita?

-          Mmmmh siiii…

Sin vacilar ni un momento me quitó la camisa y me agarró del culo mientras me comía las tetas, me las chupaba, me succionó los pezones y me mordía, me encantaba y ya empezaba a gemir mmhh…

Me levantó cogiéndome del culo y me llevó a su habitación, me tiró a la cama y se quitó la sudadera rápidamente. Tenía la típica tableta de chocolate y una espalda prominente, estaba buenísimo, se quitó los pantalones y vi un bulto enorme en sus bóxer de Diesel, se puso de pie delante de mi cara por lo que su bulto daba perfectamente a mi boca, se bajó los calzoncillos y su polla me dio en la cara, era enorme, debía tener por lo menos 20 cm y muy gruesa, además que tenía las venas típicas de un actor porno.

-          Chúpamela, vamos preciosa, chupa mmm...

Tenía hambre de esa polla, era enorme, la cogí con una mano y la metí en mi boca, empecé a succionar hacia delante y hacia atrás, Adrián me agarró la cabeza para que llegara al final de su polla, me estaba ahogando con tanto cipote pero me encantaba hacerle esa mamada, me estaba empezando a mojar así que me toqué el coño por encima de las braguitas, me encantaba su polla, así que seguí chupando todo lo rápido que pude.

-          Para, ufff que me voy a correr si no ufff….

Quité su polla de mi boca, tenía los pelos de una loba salvaje, me miró y me acostó otra vez en la cama, se agachó hasta mi coño y me quitó las bragas dejándome la faldita.

-          ¡Si lo tienes depilado! Uff…. Serás zorra, estás toda mojada mmm

Se agachó hasta delante de mi coño y empezó a besarme el muslo,  subiendo hasta mi coño pero sin tocármelo, me lamió todo alrededor, sin duda me quería dejar con las ganas.

-          ¡Comémelo ya por favor!

-          Está bien preciosa.

Me lamió el clítoris y todo el coño, me succionó mi líquido vaginal y me metió la lengua por mi agujero, nunca nadie me había chupado el coño tan bien como él, me mordió el clítoris pero en vez de darme dolor me daba muchísimo placer, me lo pellizcó, a lo que grité y después me metió un dedo.

-          Ahhh Dios, metemeloooo

-          Te gusta ¿eh preciosa?

Me siguió chupando el clítoris mientras aumentaba sus dedos dentro de mí, los metía y los sacaba, mientras yo gemía, de pronto me los sacó de golpe y se levantó.

-          Ya verás cómo vas a disfrutar con mi polla, lobita.

-          Métemela siiiiii mmhh

Me levantó las piernas y metió la polla en mi chochito, me la metió de golpe, y era tan grande que me dolió bastante, sin duda nunca me habían metido una polla como esa, estaba bastante mojada y aún así me dolía en cada sacudida que daba, PLOF PLOF PLOF, sonaban sus huevos chocando contra mi coñito PLOF PLOF PLOF PLOF, me subió una pierna hasta ponerla detrás de su cabeza y me la siguió metiendo, iba a un ritmo rápido y acompasado, cada vez que me la metía daba una sacudida la cama contra la pared, Adrián gemía y yo gritaba, me encantaba, me daba super fuerte. Cuando llevábamos 10 minutos así, Adrián me la sacó de golpe.

-          Ponte a cuatro patas lobita.

-          Vale lobito.- Le saqué la lengua.

Me puse a cuatro patas con los brazos apoyados en la cama y con el culo en pompa, PLAF! Me dio una torta en el culo que retumbó en toda la habitación.

-          ¿Alguna vez te han dado por culo?

-          ¿Por culo? Noo, eso duele mucho…

-          Podemos probar, ya verás cómo no te dolerá.

No sabía que decirle cuando noté un dedo entrando en mi culo, me había hecho dedos y alguna vez había usado algún vibrador pero nunca por el culo.

-          Mmm que culito… ¿Te duele?

-          No, de momento no, AHHH mmhh- me empezó a meter dos y sacarlos, me estaba gustando.

Sacó los dedos y me escupió en el agujero que me hizo en el culo.

-          Ahhh mhhh, méteme tu polla, METEMELAAAA

-          Si es que eres una zorraaa- Me dio otra ostia en el culo, mmmmm.-¿Estás preparada perrita?

-          Siiii mmm métemela todaa mmm

No lo había acabado de decir cuando me la metió de golpe.

-          Aaaaaahhhhhhhhh. – Realmente me dolía mucho, su polla además de larga era muy gruesa y al metérmela de golpe me dolió bastante…

Siguió metiéndomela y el dolor cada vez se iba convirtiendo en placer, yo estaba en perrito y él de pie metiéndomela por el culo, me agarró las tetas y me la siguió metiendo, me dio dos cachetadas en el culo, sus huevos me daban en el coño y yo sentía como me calentaba más y más, ya no sentía nada de dolor, solo placer, e iba a más.

-          Dame maaaaaaaaaaaaaaaaas, mmmmmmmmm aaaaaaaaaaaaaahhhh

-          Te dije que te iba a gustaar aaahhh preecioosaaaaaaaaaaaaaaaa

Me la sacó y me volvió a escupir en el agujero enorme que ahora tenía por culo.

-          Aiii mmmm…

Adrián me la volvió a meter y más rápido, me agarró de las caderas y de pronto me la metió lo más profundo que pudo, en ese momento sentí un líquido caliente en mi interior, él se había corrido y yo había tenido mi primer orgasmo, los dos a la vez.

-          Ahhhhhhhhhhhhhh dioss mmmm

-          Joder preciosaa… buff…..

Los dos nos tiramos en la cama, yo con su semen en mi culo que me resbalaba en mi coñito y él rendido del agotamiento.

-          ¿Sabes qué?  Cuando te vi no me imaginé nada de esto, vi tus ojos y sentí algo que no había sentido por nadie, pero… es que eres increíble.

-          ¿Cómo que sentiste algo que no habías sentido por nadie? – Estábamos desnudos, mi faldita había acabado en el suelo sin darme cuenta, me abrazó rodeándome la cintura con sus brazos y me dio un beso en la frente.

-          Me enamoré de ti, nunca pensé que íbamos acabar así..., de hecho con nadie he hecho el amor con tanta pasión… jaja

-          ¿De verdad?

-          De verdad, ¿hacemos un acuerdo?

-          El ¿qué?

-          Yo te prometo traerte todos los días por la mañana el desayuno y tú en cambio te quedas conmigo.

-          Jajajaja, estás loco.

-          Sí, loco por ti.

9 meses después tuve una hija de él, mis padres decidieron meterme en una universidad (que en realidad era un internado) en Irlanda, y mi madre se hizo pasar por la madre de mi hija, después de aquel día no volví a ver a Adrián, pues se fue sin dar explicaciones, el piso ni siquiera era de él ya que, al parecer llevaba 2 meses deshabitado. Todo lo que me había dicho era mentira,  me olvidó y yo a él no, me enamoré perdidamente y aún lo estoy, aun así pienso en lo positivo y es que maduré muchísimo, nuestra hija es lo mejor que tengo en mi vida, aunque sea su hija y tenga sus mismos preciosos ojos azules.

Espero os guste mi relato, dado que es el primero tendrá muchas faltas o defectos, aún así espero que os guste:)

Espero vuestros comentarios!