Laura y los lobos (Versión original)

Por algún error el texto apareció en un solo párrafo, después lo eliminaré.

Laura estaba hecha un ovillo dentro los brazos de Ana, había tenído un orgasmo mientras Ana apretaba sus pezones, se habían cubierto por completo con las cobijas, Ana esta despieta mientras Laura cae rapidamente en un sueño, se mueve de manera intranquila, la persigue un grupo de lobos, ella core por un bosque que de sus colores habituales se torna dorado con la luz crepuscular, se da cuenta de que corre con desesperación y solo luego de mucho tiempo se percata que va desnuda, sus pies son de los de un animal salvaje, le permitián brincar sobre los troncos caidos, avanzar sin lastimarse demasiado. Los lobos se acercaban más y más, solloza al darse cuenta que no podrá escapar, son más rápidos que ella.

Entonces, por la distracción tropieza con una rama seca, rueda y cae en el piso, está hecha un ovillo llorando de miedo. Uno a uno se van acercando los lobos, la olisqueaban, buscaban su sexo y sus senos, morden su sus muslos, luego con los hocicos y las patas la obligaban a ponerse en cuatro patas, cada vez son más violentos, sinte su aliento húmedo y caliente, huelen a cerveza barata y a cigarro, la jalan del cabello y la obligaban a chupar un pene, le gritaban insultos, la golpean en el abdomen y esta a punto de vomitar. Siente una exitación extraña, una oscuridad crece desde dentro de ella, siente que la violencia con que la atacaban los lobos es una emanación de su deseo, los lobos mismos son convocados por ella, ella es una victima, hermosa y sangrienta, de su propio deseo.

Escucha el estriente ruido del bar mezclado con música al fondo y risas, carcajadas. Ana está sentada frente a ella, vestida con botas altas, de tacón, una capa negra que hace resaltar su desnudez, su cuerpo delgado y firme, su ronsisa malvada debajo del antifaz, sabe que es Ana, el brillo de los ojos es inconfundible y, y el pubis, en medio de sus caderas, apenas oscurecido por un vello muy fino, el vello que apenas cubre su sexo, el centro del universo que concibe Laura, ahí empieza su mundo y ahí terminará, sabe que si Ana esta ahí ella puede soportarlo todo. Se relaja y se deja hacer, Ana asiente y los lobos atacan la presa que tienen frente a ellos, le escupen en el rostro y luchan por meter en su boca su pene, pasan por su nariz los dedos que estuvieron antes en su ano, desean penetrarla por todos lados, alguién introduce un par de dedos en su ano y alguien más, tal vez el mismo la penetra mientras golpean sus nalgas sin ritmo y con distinta fuerzas, Laura trata de no pensar, solo siente, y siente como su sexo respira y sus líquidos vaginales bajan por sus muslos, esta exitada y no quiere dejar de estarlo, el dolor no es problema, desea sentir más dolor, hasta que no pueda tolerarlo.

Imagina que esta hecha un ovillo entre los brazos de Ana, que la besa y juega con ella apretando los pezones o le da mordiscos suaves en los hombros. Los lobos arañan la espalda de Laura, golpean su vientre con las patas y la ponen boca arriba, clavan sus hocicos en sus carnes, la tironean de un lado a otro, atrás, en la silla, Ana se masturba y rié, Laura tosé, alguién mordió el cuello y la sangre pasa de las arterias a la garganta, siente que pierde el conocimiento y le duele todo el cuerpo, debajo de ella un charco de sangre se mezcla con la suciedad del piso del baño, los orines y restos de las cervezas que le hicieron tomar a fuerza, escucha su respiración por la herida de la garganta y a cada penetración su cabeza golpea con la pared del baño, uno de los lobos intenta penetrarla por una herida en su costado.

Laura mira a Ana que tensa sus musculos en medio de un orgasmo y se niega a cerrar los ojos para no dejar de ver a su madre, Laura tampoco cierra los ojos pero la oscuridad la cubre como una capa, uno de los lobos ha arrancado un brazo y se aleja con el colgando del hocico, dos más insisten entre gruñidos con una pierna, pero ya se apagaba la luz y vuelve a los brazos de Ana, a la cama, y a los dedos finos aprietan sus pezones, hace más de cinco minutos que aprieta y luego afloja la presión un poco, su rostro dibuja el ir y venir del dolor, ahora vuelve con más fuerza, clava las uñas, desea lastimarla de verdad, verla sufrir y retorcerce entre sus manos, siente una necesidad violenta de castigarla y maltratarla, Laura suelta un grito agudo y dice: Eso duele, De eso se trata, contesta Ana a la vez que hunde más profundo su muslo entre el sexo de Laura, y, sin dejar de apretar returce los pezones provocando un orgasmo tosco y profundo a las dos, De eso se trata, repite Ana cuando empieza a aflojar la presión y su cuerpo sudoroso se relaja, sintiendo como Laura tiembla y se convulsiona por la mezcla de placer y dolor entre sus brazos. Laura llora como una chiquilla y Ana sonrié mientras la abraza.

Ana se levanta de la silla y su desnudez es la de una diosa, se acerca al cuerpo mutilado de Laura, los lobos se habían ido ya satisfechos, el sacrificio estaba hecho, Laura, le faltan miembros y un pecho, yace en un charco de sangre, semen y otras suciedades, su cabello está empapado y su piel, antes blanca está sucia.

Ana se inclina y acaricia con ternura la mejilla, luego pone su mano sobre los párpados y los cierra, en el rostro de Laura una luz crepuscular ilumina su piel y una leve sonrisa, de felicidad y agradecimiento se dibuja en sus labios lívidos mientra se desvanece en un último estremecimiento.