Laura VII
Primer encuentro con la madre de Laura
Durante los siguientes días, tres contando el de hoy no he querido ir a buscar a Laura a su casa, ella se ríe cuando le digo que temo encontrarme con su madre.
.- Manu, ella sabe lo que siento por ti, que te haga lamer su calzado o sus pies no debería preocuparte.
.- Ya Lau, pero y si como tu, luego quiere ir a más.
.- No seas burro, yo quiero ir a más porque me gustas, porque quiero hacerlo contigo y sólo contigo.
.- Bueno, vale, acepto barco. - Ella me da un suave golpe.
Estamos en el césped, ocultos pero estamos sentados, tocándonos y besándonos, ella tiene que irse en breve, su padre, que las abandonó cuando ella tenía nueve años, viene de vez en cuando a verla, nunca a su exmujer, siempre a su hija y el encuentro de hoy promete ser especial porque el padre lleva dos años en Argentina durante los cuales no se han visto.
Lau se sienta ahora con las piernas cruzadas, la noto nerviosa, lleva así dos días, desde que su padre la llamó para decirle que vendrá de visita.
.- Tranquila Lau - toco su rodilla.
.- Hace ya dos años que no le veo. Pero tengo ganas de verlo y a la vez de darle una patada.
.- Lo entiendo Laura - la abrazo por la espalda y la beso.
Ella se deshace de mi abrazo, pero me tira al césped y se tumbra con su cuerpo sobre mi y me besa, con una mano me acaricia el abdomen y mi miembro prisionero.
.- Te voy a echar de menos manu.
.- Y yo a ti Laura, más de lo que puedas llegar a imaginarte.
.- Ya, me lo imagino muy bien - me dice mientras me toca el aparatito.
.- No, maldita sea, aunque me abrieras, te echaría en falta a ti, muchísimo.
.- Lo sé, tonto, pero ¿sabes? no te voy a soltar, un fin de semana saliendo con Pedro y los demás, ni loca.
.- Venga ya, si me has visto mil veces y sabes.
.- Ya sé, Manu, ya sé.
Apoya la cabeza en mi pecho.
Así estamos cuando suena su teléfono, es su padre para indicarle que está esperando en la puerta de la urbanización. Nos ponemos en pie.
Caminamos cogidos de la mano, hasta llegar a la puerta, ya vemos el coche de su padre esperando fuera.
.- Manu, te llamaré. - Yo la beso, no quiero dejarla ir.
.- Oye, si mi madre te llama, no la evites Manu.
.- Claro que no Lau.
.- Venga - nos abrazamos por última vez.
Vuelvo a mi casa, pero de camino veo que Bárbara, la madre de Laura, está en la puerta viendo a su hija, trato de acelerar para meterme en la zona techada y salir de su campo de visión, pero no lo consigo. Me saluda con la mano, educado le devuelvo el saludo.
Me llama con la mano y cabizbajo, voy a su encuentro.
.- Hola Manuel - me saluda cordialmente
.- Hola, ya se fué - le digo, ella asiente
.- Sí, la he visto.
Se hace un silencio que considero incómodo, la verdad es que Bárbara no está nada mal, es de ella de quien Laura ha heredado sus ojos.
.- Bueno Manu, ¿saldrás esta noche? - la pregunta me deja completamente descolocado.
.- No, no sé señora, en principio creo que no.
.- Venga manu, no hace falta que me llames señora, no aún. - Enreojezco avergonzado.
.- Manuel, pues si no sales ven a casa dentro de un par de horas. - La miro fijamente.
.- Vale, pero me puede, ¿me puedes decir para qué?
.- Claro, voy a hacer compra y llegaré a casa con los pies cansados y por lo que me ha dicho mi hija eres bueno dando masajes.
.- Sí, eso dice.
.- ¿Vendrás? - me pregunta
.- Le dije a Laura que lo haría.
.- Pues venga chico, te espero. - Y dando media vuelta entra en la casa.
En mi habitación llamo a Laura, no me coje el teléfono, así que le envío un mensaje. Le digo que su madre ya me ha "citado". Unos minutos más tarde me llega su respuesta.
.- No puedo hablar ahora Manu, con mi madre sin miedo, luego te llamo a ver como ha ido.
Me tumbo en la cama a leer, pero sin poder concentrarme, joder, se acaba de ir y ya la echo de menos, y los nervios por, en nada, tener que estar con su madre me tienen bien atenazado.
En un rato recibo una llamada, es de Bárbara, la madre de Laura. Me indica que ya está en casa y que me está esperando, le digo que no tardaré nada, así que me armo de valor, a ver que me tiene preparado.
Así que voy a su casa, extraño ir a su caso sin estar ella, no logro entender que ambas quieran que haga esto. Llamo a la puerta.
.- Hola Manuel - me dice - pasa por favor.
Me deja abierta la puerta. Yo dudo, un poco, recuerdo lo que me pidió Laura. Así que entro en la casa, sin Laura, la casa me resulta extraña.
La sigo hasta el salón. Se sienta en un sillón y me pide que me siente, lo hago en otro sillón, encarándola. Se parecen un montón, su pelo no es moreno, pero tiene el mismo color de ojos, la misma nariz, la misma boca. Si no recuerdo mal Laura me dijo que tenía cuarenta y dos años, pero se cuida bien.
.- Venga, arrodíllate ante mi - me levanto del sillón y me dejo caer de rodillas.
.- No seas tímido, besa mis pies - cohibido agacho la cabeza y beso sus zapatos, aún con tacones. El olor que desprende es .... extrañamente agradable.
.- Quítame los zapatos y vuelve a besar los pies - le saco los zapatos con delicadeza, sin darme cuenta de ello, ella sin muestras de pudor alguno me pone los pies en las palmas de mis manos, se quedan inmediatamente mojadas con su sudor. Me agacho y le beso los pies, el olor ahora es mucho más intenso, pero no es desagradable.
.- Venga, ponte a masajear mis pies. - Me pongo a obedecerla, es extraño, los pies con las medias resultan muy suaves, y me descubro que no me resulta tan violento como pensaba, deja que durante unos segundos me empape bien de lo que estoy haciendo, sin distraerme, hasta que me vuelve a hablar.
.- Háblame Manuel, dime que sientes.
.- No entiendo señora - le contesto y se ríe.
.- Vale, llámame señora ya que insistes. Quiero saber que sientes. Me explico, cuando supe que mi hija salía contigo me alegré, te conozco desde hace mucho y me gustas, eres educado, buen estudiante, deportista.
Yo me encojo de hombros, no me veo diferente a nadie.
.- Eso también me gusta, eres humilde, Juan es el otro chico que está como tu, pero él hace deporte para tener ese cuerpo y le gusta lucirlo. A ti no te gusta, ¿por qué?
.- Yo no hago deporte para lucir cuerpo, lo hago porque me gusta, o porque me distrae.
.- Pues eso, haceís buena pareja, por eso me ha sorprendido saber que teneís ese secreto.
.- Ya, pero de verdad, para mi también ha sido sorpresa.
.- Laura me contó como empezó todo. Te quería decir que es más normal de lo que puedas pensar.
.- Bueno, supongo, la verdad es que no me he preocupado mucho por eso.
.- Claro, supongo que contar con Laura te ha ayudado a aceptarlo.
.- En realidad, creo que a ella le gusta esto más que a mi - ella me mira arqueando las cejas, mientras juega moviendo los deditos de sus pies.
.- Quiero decir que es ella la que va metiendo más y más cosas en la relación, cosas en las que no he pensado, yo me conformo con ella, con poder abrazarla, besarla y ... bueno, esas otras cosas que hacen los enamorados, ella es la que va introduciendo juegos que me frustran.
.- Sí, como te dije, me lo ha contado todo.
.- ¿Todo? - pregunto sorprendido
.- Eso creo, lo del aparato de castidad que te hace llevar, por cierto, ¿lo llevas? - joder, que incómodo pienso
.- Sí, lo llevo. - ella sonríe
.- Lo de que te puso los cuernos contigo debajo de la cama, lo de mearte en la boca, lo de pasearte como un perrito, lo de sentarse encima tuya.
.- Vale, creo que todo sí - digo realmente molesto.
.- Tranquilo que no diré nada a nadie. seguirá siendo un secreto Manuel.
.- Pero dime y sé sincero. ¿Estás con ella porque te sientes atraído por estar sometido a ella? o ¿estarías con ella aún sin eso?
.- Estoy con ella porque estoy enamorado de ella, no necesita ponerme este aparatito para que le sea fiel, ni cogerme con una correa para que esté a su lado, ni azotarme para que haga algo, lo hace porque le gusta, disfruta con ello y la verdad, aunque está muy lejos de lo que me atraía a mi, también me está gustando. Pero podríamos dejar todo esto y seguir como pareja, al menos por mi parte.
.- Bien Manuel, ella te quiere un montón - yo asiento.
.- Y yo a ella.
Con la conversación he estado masajeando sus pies sin realmente prestar atención a ello, aunque admito que es agradable sentir la suavidad y la calidez de sus pies en mis manos.
Se recuesta en el sillón y ahora sí, me obligo a centrarme en sus pies, y ella los mueve dalante de mi cara, y me los pone en la cara.
.- Aspira manu, bueno, aspira esclavo - me ordena y obedezco, trato de imaginarme que es Laura la que está sentada frente a mi. El olor es embriagador, me saca de mis pensamientos su risa.
.- Vaya, si que te gusta esto. - Me quita los pies de la cara.
.- Ahora esclavo, ponte a cuatro patas, coge mis zapatos con la boca, sin dañarlos, y llévalos a mi habitación. He dejado la puerta abierta. Traéme las zapatillas.
Esto no lo he hecho con Laura, pero bueno, meter la nariz en los zapatos, juntarlos y salir gateando con ellos en la boca hasta el dormitorio.
.- Me las traes también a cuatro patas.
Dejo los zapatos al lado de donde encuentro las zapatillas, al coger las zapatillas echo una última mirada a los zapatos, no he visto que los haya dañado. Vuelvo a cuatro patas hasta ponerme frente a ella y las dejo en el suelo, sin dejarlas caer.
.- Buen perrito, ¿Laura te trata como perrito?
.- Sí, pero no así, me pasea con la correa un momento, pero poco. No sé si piensa ir a más o no.
.- Bueno, yo le comentaré lo buen perrito que pareces. Ahora quiero enseñarte a hacer otra cosa, que seguramente Laura disfrute. ¿Sabes pintarle las uñas a una mujer?
.- No, no creo, no lo he hecho nunca.
.- Bien, pues lo vas a hacer ahora conmigo, te iré diciendo como hacerlo y espero que aprendas para poder hacerlo con Laura.
.- Me gustaría poder hacérselo bien.
.- Vale, espera aquí, voy a quitarme las medias y a por lo que necesito.
Sale del salón, a su dormitorio, vuelve al rato con una bolsita. Se sienta y me mira fijamente.
.- Ahora manu, quítame las zapatillas - ve que llevo las manos a su pie derecho - en cuanto la saques besas mi pie.
Así que le sacó la zapatilla y beso su pie, luego repito el mismo proceso con el pie izquierdo.
.- Bien, así manu, como un buen esclavo. - Se queda callada, mirando mi reacción, yo no quiero ni levantar la mirada.
Apoya los pies en mis rodillas, me da un botecito de quita esmalte y una bolsita de algodones.
.- Primero quítame el esmalte que llevo puesto.
Me pongo a frotar el algodón impregnado en el quita esmalte por sus uñas, ella me llama la atención pidiéndome que haga presión. Así en un rato, mucho más largo de lo que podría haberme imaginado, termino de limpiar sus uñas.
.- Ahora sécame las uñas.
En cuanto termino de secarle las uñas me pasa un par de figuras de espuma que me hace ponerle en los deditos, separándolos, luego saca un nuevo esmalte y se pinta ella misma la primera uña.
.- ¿Ves cómo se hace? - me pregunta mientras se pinta la uña.
.- Sí, señora, creo que sí.
.- Bien, ahora lo veremos. - Me da el esmalte. - ¿Hará falta que traiga el látigo? ¿o prefieres la fusta?
¿Qué fusta? pienso yo, por supuesto que no prefiero nada. La miro extrañado. Ella se ríe.
.- Tranquilo, le dije a Laura que no te haría daño.
.- Señora, de verdad, quiero aprender a hacerlo, me gustaría mucho poder hacerlo con Laura.
.- Aprenderás. Venga, empieza y sigue mis instrucciones.
Paso casi cuarenta minutos pintando y limpiando sus uñas, cuando por fin queda conforme me hace pintarle las uñas de color blanco, y ahora me enseña a secarle las uñas soplando con suavidad sobre sus deditos.
.- Bien Manu, mírame - la miro directamente y no entiendo la razón por la que ahora le encuentro mucho más parecido entre ella y Laura.
.- Lo has hecho bien, se lo contaré a mi hija, aunque supongo que también lo harás tu, ¿verdad?
.- Sí señora, hablé con ella antes de venir.
.- Bien, le propondré ciertas cosas que puedo enseñarte y si quiere mañana te volveré a llamar.
.- Está bien señora.
.- Y ahora, ¿quedarás con Pedro y los demás?
.- No sé, supongo que sí señora. Quiero decir, si no me necesita más aquí. - Ella se ríe.
.- Claro que no chico, sin tu novia, sería raro que no quisieras salir con tus amigos.
Se hace una pausa en la que ella no me aparta la mirada, yo desvío la mirada buscando las palabras que quiero decirle. Con un pie me hace levantar la mirada de nuevo.
.- ¿Sabe? - le digo - la quiero.
Ella sonríe y asiente.
.- Lo sé, se nota.
.- No, no es eso, es ... estoy enamorado de ella.
.- Sí, manu, se nota en como la miras y creo que ella siente lo mismo por ti.
Charlamos un rato más, le cuento la confesión que le hice a Laura durante el viaje por la cordillera cantábrica y para ello le cuento el episodio de cuando me azotó siendo un crío, le digo que desde entonces fué esa sensación de ella golpeándome, sin yo defenderme la que atrajo aunque no lo supiera hasta un poco después. Ella me dice que es normal.
.- Si eso te gustaba, lo habrías descubierto más tarde si no hubiera sucedido lo que te pasó cuando eras un crío. Pero ¿te sentías atraído por mi hija entonces?
.- Creo que sí señora, desde siempre.
.- Bueno Manu, será mejor que te vayas y llames a Pedro o ¿llamarás primero a Laura?.
.- Primero a Pedro, no vayan a salir antes de que pueda hablar con él. Y luego a Laura. No recuerdo la última noche que he salido por ahí sin Laura. Siempre nos apartábamos a hablar en algún sitio más calmado.
.- Bueno. Venga, no olvides, puede que te llame mañana.
.- Claro señora - le digo mientras me levanto.
Llamo a Pedro y quedo para salir con la pandilla. Luego llamo a Laura y le cuento como me ha ido con su madre, ella se troncha.
.- Bueno manu, espero que me las pintes pronto a mi.
.- Claro Lau.
Hablamos de como le va, de lo que está haciendo con su padre, la encuentro contenta y eso me alegra.
.- Manu, te llamo en un momento yo que me está llamando mamá.
.- Vale Lau
Corto la llamada y me siento en la cama, a esperar su llamada o que llegue la hora de salir. Le voy dando vueltas al encuentro con la madre de Laura
No tarda en llamarme y contarme, entre risas, como me ha descrito la madre. Me tranquiliza al decirme que le ha dicho a su madre que no me llame mañana, que ella llegará después de comer y ya me llamará ella.
.- Gracias Lau - le digo.
.- Tonto, te veré por la tarde y en vez de enseñarte a ti alguna que otra cosa, le pediré que nos enseñe a los dos.
.- Te voy a echar de menos esta noche - le digo buscando cambiar de tema de conversación.
.- Beberás y te emborracharás, pero como llevas eso puesto ahí, no creo que te vayas a liar con ninguna - se ríe
.- No sé, no sé Lau, lo mismo no me importa reconocer que llevo esto ante cualquier otra chica.
.- Oye, que le digo a mi madre que te llame para esta noche. - Yo me quedo en silencio, tras unos segundos vuelve a hablarme.
.- Diviértete guapo - me dice
.- Venga Lau. Cuídate.
.- Prepárate para cuando mañana nos veamos.