Laura V

Vuelta a casa tras el finde en la costa, episodio corto para cerrar el fin de semana.

Me despierto por la brisa, demasiado fría aún en estas fechas. Laura está dormida a mi lado, usando mi pecho como almohada, acaricio su pelo hasta despertarla.

.- ¿Qué pasa Manu? - me pregunta adormecida.

.- Vamos a ver si podemos subir al hotel, que hace un poco de frío.

Cuando salimos de la playa vemos que aún queda algún local abierto, pero estamos cansados y llenos de arena, así que vamos directos al hotel. Una vez en la habitación nos duchamos, yo frotándole la espalda, ella de espaldas inclina la cabeza, buscando mi boca, la giro y nos fundimos en un beso, pero me pide que termine de enjabonarla, lo hago frotando su cuello, sus brazos, sus pechos, su vientre y me arrodillo para frotar sus piernas mientras beso su vulva. Ella me agarra con las manos por detrás de mi cabeza y comienza a orinar.

.- Venga tonto que es muy tarde - vuelvo a enjabonar sus piernas mojadas por su orina.

Me levanto para ducharme y ella a mi espalda agarra mis nalgas, las aprieta con las manos.

.- Cachorrito no tardes - me dice al oído

Cuando salgo está dormida en la cama, o eso creo, pero nada más sentarme me pone una mano en la cintura.

.- Acuéstata manu, que quiero volver a poner mi cabeza en tu pecho, tus latidos, fuertes, lentos son relajantes.

.- Estás como una cabra Lau - pero acaricio su pelo cuando apoya la cabeza en mi y un brazo sobre mi abdomen, buscando la mía, así, cogidos de la mano, con su cabeza en mi pecho volvemos a quedarnos dormidos.

Me despierta cuando se levanta, es pronto, ya ha amanecido, pero al mirar por la terraza vemos que la calle aún está dormida.

.- ¿Corremos? - me pregunta.

.- Vale, ya que preguntas y no exiges, vamos. - Se me queda mirando.

.- Ya verás lo que voy a ordenar.

Salimos a correr, calentamos unos minutos y nos ponemos en marcha.

Al principio, cuando me dijo que quería empezar a correr y me pidió permiso para ir conmigo, yo aluciné, por mi caracter tímido, la que hasta entonces era una chica hermosa con la que hablaba cuando estábamos en grupo pero con la que nunca había intimado, pasó a ser mi mejor amiga, descubrí en ella un caracter una chica cariñosa, alegre, sincera y lanzada, y ella descubrió en mi ... no sé, no sé que vió en mi. Pero pasaron los días y la amistad entre nosotros se afianzó y la costumbre de correr junto a ella se transformó en la cita diaria entre nosotros.

Así que corremos, ella marca el ritmo, yo me pongo a su lado. Durante la cuarta vuelta que hacemos al paseo marítimo vemos que las terrazas se empiezan a llenar con la gente que sale a desayunar. Terminamos de recorrer el paseo y caminamos luego de vuelta a la puerta del hotel, pero bajamos a la arena, a sentarnos. La miro sentada a mi lado, con el pelo recogido en una coleta, con los colores de haber hecho ejercicio. Gira la cabeza y se me queda mirando.

.- ¿Qué pasa?

.- Nada Lau, estás preciosa - le digo y ella sonríe.

.- Estoy sudada

Volvemos a salir una vez duchados, el domingo, en unas hora debemos dejar el hotel, y volver a nuestra vida de siempre.

Nos sentamos en una terraza, a desayunar.

.- Tenemos que volver al hotel Manu.

.- Si claro, hemos dejado las cosas allí.

.- Ya, pero digo, para hacerlo en la terraza, no me pienso ir de aquí sin probarlo.

.- Perfecto Lau, ¿qué piensas hacer?

.- Ya verás perrito, ¿no querías que te ordenara algo? - me dice con una sonrisa pintada en el rostro. - Además tengo otra idea para la playa, pero no sé si la podremos hacer.

Me mira con ojos brillantes, mordiéndose el labio inferior.

.- Enterrarte - yo abro la boca, ella se ríe - con la cabeza libre de arena para yo poder sentarme tranquila y que nadie sepa que estás debajo de mi trasero.

.- Y luego desenterrarme sin que nadie note que te has levantado de mi cara.

.- Eso es Manu. Eso es.

.- Tía para eso no hay tiempo, luego habría que ducharse y antes de las doce no habría gente para que eso te resultara morboso.

.- Ese es el problema Manu, pero si no lo probamos, tendremos que probarlo en alguna otra salida.

.- Laura, contigo ... me gustaría hacer mil viajes, que me acompañes a mil sitios y acompañarte a donde quieras ir siempre que me lo permitas.

.- Claro Manu, contigo iré donde sea. - yo me llevo una mano al collar

.- Luego te lo quito Manu, no quiero que sea un problema en tu casa.

Vamos sin prisa por el paseo marítimo, a ratos cogidos de la mano, a ratos separados, a ratos yo detrás levantándola por la cintura, o ella delante, enfrentándose a mi para ponerme las manos en los hombros y besarme.

.- Mira la playa, hay gente, podemos intentarlo - me dice

.- Pero Lau, para lo que quieres tendría que cavar, ¿verdad?

.- Sí, claro

.- Bueno, tu dirás - digo esperando que se rinda.

Bajamos a la playa por las primeras escaleras que vemos, ella va mirando, buscando el sitio perfecto, donde no haya mucha gente, pero que no esté vacío. Por fin se decide, se sienta en la arena.

.- Anda, a cavar - me dice, miro la arena y me da dolor de pensarlo, pero no tengo más remedio que ponerme a cavar y rápido, antes de que se llene de gente todo esto.

Tardo algo menos de lo que esperaba en un principio, pero cuando lo tengo listo me dice que me quite la camiseta, me la quito, se la paso y me pide que me meta en al agujero. Entonces me entierra, sólo mi cabeza queda sin tapar por la arena, aunque ligeramente en la parte menos profunda del agujero. Ella aplana la arena sobre mi, apenas se nota que hay algo, alguien, debajo de la arena. Luego se sienta en mi cara, se levanta al comprobar que está bien, se quita la braguita y se sienta, abriendo su falda para taparme.

.- No estás, no se te ve Manu ¿dónde estás? - Ella se mece adelante y atrás, dejando que tome aire. Así van pasando los minutos, empiezo a notar que se está calentando, se mueve, me coloca su vulva sobre la boca y yo empiezo a buscar su placer.

.- Sigue manu - habla en susurros - esto se está llenando de gente.

Ya no hay marcha atrás, así que no tiene sentido pensarlo, me dedico a lamer, sus labios menores, su lubricación me anima a buscar más profundamente, luego saco la lengua, busco su clítoris y luego otra vez dentro de sus labios menores, ella gime, me anima a seguir y yo me empeño en arrancar más gemidos de ella, que pase por algo parecido a lo que estoy pasando yo. Cuando vuelvo a tocar, levemente, su clítoris se le escapa otro gemido, más fuerte que el anterior, sonrío imaginando como intentar ocultarlo, aunque ... pensándolo bien, tal vez no lo está ocultando.

En apenas un par de minutos más tiene el orgasmo, sus gemidos se paran, limpio como puedo.

.- Esto manu no sé si premiarte o castigarte - vale, con sólo eso ya sonrío, ya sé que ha tenido que mirar a los lados.

.- Aún podemos estar aquí una hora más, así que aguanta.

Pero en unos minutos me habla alterada.

.- Joder, ahí está el pesado y se acerca. - intento levantarme - quieto manu, ahora no te muevas.

El chico saluda y se sienta al lado de ella. Ella le devuelve el saludo y le dice que su novio no tardará en llegar.

.- Venga ya Laura - oigo lo que le dice - ese tío no es tu novio.

.- ¿Ah no?, sabré yo si lo es o no - contesta ella.

.- He visto que lleva un collar de perro y te he visto llevandolo de la correa, es tu mascota y por eso buscabas follar con un hombre de verdad.

Laura se queda callada, noto como vibra, yo trato de calmarla, le doy un par de besos suaves, ella simplemente se mueve facilitándome la respiración.

.- Que él acceda a hacer lo que le pido lo hace mucho más interesante como novio.

.- Venga ya tía, eres preciosa y estás buenísima, vamos a mi hotel y echamos el de despedida. No puedes negar que te gustó.

Ella se ríe.

.- No tienes ni idea que fue lo que me calentó esa noche, pero no, no habrá otro encuentro entre tu y yo. Y por tu propio bien, te prometo que es mucho mejor que te vayas antes de que él llegue.

.- Una mascota no me da miedo.

.- Quiero otro - dice y como no pillo a que se refiere bota sobre mi, por lo que me pongo a lamer otra vez.

.- ¿En serio? Acabas de decir que no habrá otro encuentro.

.- No, no lo habrá. Él es una mascota para mi, para ti creo que no lo será.

Busco ponerla otra vez en un aprieto, lamo sus labios mayores, sólo un poco, luego paso a los menores, noto como se tensa, intentando aguantarse la excitación. Por suerte el chico se impacienta, se pone en pie y le da un ultimatum.

.- Bueno, si quieres puedes levantarte y venir comigo, él seguro que cuando llegue te esperará aquí como un perrito. Si no te levantas no nos veremos más.

.- Oh, que tragedia - dice ella y se ríe. El chico se va ofendido sin volver a mirar atrás.

Libera toda la tensión y en unos minutos me regala otro orgasmo. Luego me desentierra, cuando se levanta y vuelvo a ver el sol, veo gente mirándonos, pero a ella todo eso se lo trae al pairo. Yo salgo de la arena avergonzado, con la cara roja, trato de no mirar a nadie de las pesonas que hay sentadas alrededor.

.- Vamos a buscar una ducha y te quitas la arena manu.

.- Vaya momento has pasado.

.- Ya, menudo idiota. ¿Has escuchado lo que ha dicho?

.- Sí, claro que lo he escuchado y como nos ha calado.

.- Sí, pero no ha sido capaz de entender que ha sido porque yo he querido, no porque haya querido él.

.- No estoy seguro de que no sepa que ese día yo sabía que te lo ibas a tirar.

.- Da igual Manu, no le des más vueltas.

Por suerte llegamos a una ducha, me descalzo y me meto en el agua, el aparatito, no pensé que al mojar el bañador.

Ella se ríe y con la mano le quita importancia.

.- Déjalo Manu, parece que la tienes muy gorda, nadie se va a imaginar que llevas algo ahí.

Un rato después estamos en el hotel, riéndonos sobre la cama tras habernos dado una renovadora ducha.

.- Tenemos que salir Laura - Ella mira el reloj

.- Sí, joder, desaprovechamos el balcón.

.- Venga, guapa - le tienda la mano, ella se levanta sola y me besa fugazmente.

.- Ahora debemos esperar tres horas hasta la salida del bus. - me dice

.- Sí, en un rato buscamos un sitio para comer. ¿Te apetece ahora un helado?

.- Vale, vamos.

En la heladería ya sin el collar nos tomamos el helado con toda la parsimonia de la que somos capaces, pero al final tenemos que movernos.

.- Vamos a sentarnos en cualquier sitio donde puedas sobarme los pies un rato.

Acabamos en una plazoleta con un banco de piedra rodeando el muro que separa el paseo de la playa. Allí se sienta y pone los pies encima del banco, yo me siento delante de sus pies, la descalzo y empiezo a acaricarle los pies. Me deleito acariciando sus pies, por la expresión de su cara, es preciosa, se relaja, al rato de estar mirandonos se sonroja, meto mis dedos entre los deditos de su pie.

.- Wow manu, que delicia, y esto ¿por qué lo tienes tan callado? ¿por qué no me lo has dicho antes?

.- Nunca me has preguntado - le digo

.- Te parecerá bonito - Pero está bromeando y lo sé, elevo uno de sus pies y le planto un beso en la planta.

Pasamos un buen rato así, hasta que es hora de ir a comer, cuando la calzo ella de un salto se pone a mi lado y me besa, un delicioso beso largo, cargado con una promesa.

En el autobús de vuelta se repite, ella va en ventanilla, cogiendo una de mis manos, se queda dormida apoyándose en mi pecho.

Llegamos a nuestra urbanización, justo en la puerta, nos damos un beso largo, me deja pasar mis manos por todo su cuerpo, cintura, pecho, espalda.

.- Bueno Manu, a dar parte a mi madre, ¿te llamo en un rato?

.- Claro Laura, yo igual, me pedirán datos y detalles, y llevaré esto puesto entre mis piernas - ella me sonríe - pero bueno, me ducharé y sí, espero tu llamada.