Laura, Osvaldo y yo Parte 2
Pensè que no los iba a ver mas pero Laura me llamò por telèfono
Cuando no lo esperaba, Laura me llamó por teléfono.
Hola Antonio, ¿Todo bien? - Preguntó con voz de nena ingenua.
Si, todo bien.
Quería preguntarte, por lo de la semana pasada.
Si, no lo esperaba y estuvo muy bien. ¿No te parece?
Si, claro que si. Fue fantástico. No creí que pudiera hacerlo alguna vez y pasó. A Osvaldo también le gustó mucho. Se sintió súper cómodo con vos.
Que bueno...
Se hizo un silencio largo. Había pensado que después de esa noche, ella, no me hablaría nunca mas. Pero se ve que estaba equivocado, Laura tenía otros planes.
Con voz sensual rompió el silencio.
¿Te gustaría venir a cenar... otra vez el viernes? Los tres, claro.
Pensé que nunca mas te vería y menos a Osvaldo.
¿Por qué pensaste eso? ¿No me dijiste que te había gustado, que la pasaste bien? A Osvaldo le encantaste.
Ja, ja. Creí que había sido una experiencia muy fuerte y que debíamos digerirla. Y por más que yo la pasé genial, ustedes como pareja, estarían mas... no sé que estoy diciendo. Pero de verdad pensé que no te vería nunca mas.- Y ahora era ella la que reía.
Ja, ja. Sos un cabezón. No des mas vueltas. ¿Quiees venir el viernes a cenar y a jugar a casa?
Así que el viernes estaba tocando el timbre de la puerta de Laura y Osvaldo.
Todo la cena no fue menos formal que la anterior. Laura estaba tan hermosa y sensual, que la otra vez. Osvaldo y yo estábamos informal. Él mas elegante que yo, pantalón de vestir y una camisa primaveral.
Después de la cena, que fue liviana y rápida, fuimos a los sillones y bebimos un trago. Laura se sentó a mi lado y en un momento, sin avisar ni que pase nada en particular, me besó apasionalmente. Osvaldo apuró el trago y se acerco a nosotros, acariciando nuestras espaldas. Ella dejó de besarme para besarlo a él, y luego Osvaldo chocó sus labios con mis labios. Cuando Laura comprobó que yo no había reaccionado mal, nos regaló una gran sonrisa.
Hoy si que nos vamos a divertir.
Nos tomó de la mano y nos llevo a su cuarto como la otra noche, pero esta vez fue ella la que nos desvistió a nosotros.
Despacio, poco a poco fuimos quedando, Osvaldo y yo, totalmente desnudos de frente y ella entre los dos acariciando, besando, gozando con el frote de su cuerpo en el nuestro.
Se arrodilló a nuestros pies y tomó nuestros miembros, los masturbaba, los lamía, los besaba.
Por fin me la empezó a mamar, sin soltar la verga de él. No tardé nada en acabar. Laura abrió los ojos sorprendida al sentir mi semen en su boca. Se paró con cara de enojada y me besó compartiendo mi semen de su boca.
No me esperaba eso y menos me esperaba lo qur iba a pasar.
AAA parece que la otra noche no aprendiste nada. Esta vez, tu castigo será mas duro.
Disculpame. Me dejé llevar por la situación. Sabes como me gusta que me la chupes.
Nada de escusas. Ya lo sabes. Cumplirás tu pena o terminamos aquí.
Si, lo haré. - Pensé que me haría masturbarlo a su novio como lo hice la otra noche... ¡Qué equivocado estaba!
Arrodíllate. - Dijo en forma arrogante y yo lo hice.
Laura se convierte cuando estamos en estos juegos. Su voz, sus ordenes, su actitud, se transformaba en una mujer desprejuiciada y muy morbosa.
Ahora chupale la pija a Osvaldo. ¡Ahora!!! - dijo gritando.
Osvaldo gimió al sentir mi lengua en su verga.
Yo no lo podía creer. Estaba mamando a un hombre, mientras una mujer me ordenaba a hacerlo.
Sentir como gozaba él, sentir su pija llenando mi boca y sobretodo, sentir la mirada de Laura, me volvieron loco.
Osvaldo gemía fuerte y sus respiración se entre cortaba. Pensé que en cualquier momento se correrla en mi boca y no sabía que hacer. Por suerte él hablo.
Estoy por acabar, mi amor. ¿Que hago?
Aguanta, no acabes todavía. - La miré por primera vez desde que me ordeno chuparle la pija a Osvaldo.
Ella se estaba masturbando. Su conchita estaba a pocos centímetros de mi cara. Ahora era él,l el que me cojía por la boca y sabía que no se detendría.
Laura se movía y maldecía, cuando Osvaldo se corría dentro de mi boca. Su mano en mi nuca, no me dejaron sacarla. Su leche me atragantó, pero él seguía moviéndose dentro de mi.
Déjalo.. Y él sacó su verga. Su semen seguía en mi boca, como si la estuviera saboreando.- Ven, comemela. - Torció mi cabeza y me la incrustó en su entre pierna.
Intuitivamente mi lengua lamió su clítoris.
El gusto de la Leche de Osvaldo y el flujo de Laura en mi boca, me excitó aún mas. Ella clavó sus uñas en mi espada y gritó como una perra. Osvaldo la besó y la calló.
Nos recostamos en la cama para descansar.
Uy, te lastime. Disculpame.- Y la voz de Laura era la que yo le había conocido. Besó mi espalda, en cada una de mis heridas.
Osvaldo tanbién acarició mi espada. Su mano bajó hasta llegar a mis nalgas.
Creía que la noche de sexo había terminado. No fue así.
Mientras él acariciaba mis nalgas, cada vez mas profundo, ella jugaba con mi verga.
Laura se acomodó en la cama con las piernas abiertas.
cojeme Antonio.
Me acomodé sobre ella y la penetré. Ella sintió mi verga dentro y suspiro. La besé en la boca y sentía que Osvaldo se movía a nuestro alrededor.
Sabes. A mi novio, le gustas micho.
A mi también me cae bien.
MMM, que bueno. Pero lo que quiero decir es que le gustás. - Osvaldo estaba delante mio con su pija frente a mis ojos, mientras yo me movía dentro de su novia.
Me pasó su miembro por la cara hasta llegar a mi boca. La abrí y me la metió. No estaba muy dura pero enseguida se endureció.
Te va a hacer suya. - Dijo Laura disfrutando de cada silaba.
Si Antonio, te voy a coger.- dijo él con deseo. Sacó su pija, ya dura, de mi boca, se acomodó detrás de mi, puso su mano en mi espalda y con la otra, abrió mi culito y pasó su verga por mi hoyo.
No podía creer lo que estaba pasando. Mis sumisas reacciones, y todo lo que me hacían sentir.
Nunca me imaginé que me gustaría estar con un hombre y micho menos ser yo el penetrado.
Laura gozaba como una perra de la escena y se movía, como nunca me lo hizo antes. Perp yp eraba pendiente de mi culo y de lo que haría al sentirme cojido.
Osvaldo se untó un gel en su miembro y luego en mi hoyito. Lo apoyó y sentí su tronco, penetrar en mi. Y un dolor eléctrico llegó hasta mi nuca y me corrí dentro de Laura. Ella aullaba y yo sufría cada milímetro de la cerga de Osvaldo.
Ellos gozaban de mi y eso me gustaba. Me gustaba satisfacerlos, me excitaba darles placer de esta forma, no imaginada.
Ya Osvaldo, me penetraba y se movía dentro de mi, cojiendome como si yo fuera una mujer. Me daba por el culo y me decía guarangadas al oído. -Que culo apretadito, que putita resultaste. - y cosas así.
Se corrió dentro mio y me llenó de su leche. Siguió moviéndose, cada vez mas lento. Luego me besó en la boca y los tres nos reímos satisfechos.
Debo reconocer que me dio vergüenza al volver del baño... Y no creo que vuelva a verlos. Fueron dos noches intensas, en que conocí una parte de mi que no conocía. Mi parte femenina.