Laura, mi juguete (1)

Como se realizo la ilusión de dos personas a las que nos gustaba lo mismo, cada uno en su papel.

Todo empezó como una relación normal, ella se llama Laura, morena, pelo largo liso, bien formada, 32 años, separada y una experta abogada en divorcios, yo estaba finalizando ese proceso cuando la invite a tomar una copa por el buen resultado de su trabajo, ya que había conseguido que saliera bastante airoso del tema, fuimos a un Púb. Y después de dos o tres copas nos besamos, y fue ella la que se lanzo:

Vamos a mi casa si quieres y terminamos la noche como se merece.

Estupendo, vayamos pues, ya no tengo obligaciones ni problemas gracias a ti.

Tomamos una copa y empezamos a besarnos en su sofá, la recosté sobre el cojin y le fui a sacar un top de lycra negro, de cuello alto sin mangas que llevaba, quedándosele enganchado a la altura de sus ojos es decir quedaba al descubierto su nariz y su boca, medio en broma, medio en serio le dije:

Te queda bien así, así no ves lo que te hago.

Vale me encanta hazme el amor como quieras, me excita el entregarme, soy tuya hazme lo que quieras.

Yo pensé, esto no me puede estar pasando, pero no voy a dejar pasar mi oportunidad, comencé a pasar mi dedo por sus labios, y ella lo devoraba glotonamente, la baje la cremallera de su falda y la deslice hacia abajo, al tiempo ella juntaba sus manos y los echaba por delante de su cabeza como si estuviera atada pero sin estarlo, le agarre de sus tobillos y le levante las piernas flexionándolas sobre su pecho, me puse de rodillas sobre el sofá y comencé a penetrarla, por sus gritos me imagino que en esa postura le entraba bien dentro, a la vez intentaba retirar los dedos de su boca y ella con un movimiento de cuello los volvía a succionar, no quería dejar de chupa, yo ya digo estaba alucinando pues ella se dejaba hacer, era algo que había soñado repetidas veces y ahora lo tenía en bandeja, Laura debió de tener un par de orgasmos antes de que llegará al mío, procurando que coincidiera con el de ella, es una costumbre de caballero y al mismo tiempo egoísmo pues creo que gozamos más ambos llegando al mismo tiempo, cuando esto ocurrió llego la gran sorpresa de la noche, yo me separe de ella y me recosté sobre el sofá pero ella quedo en la misma postura, con la única diferencia que utilizo sus brazos para mantenerla, entonces aproveche para manosear sus nalgas y extender todos nuestros jugos por ellas, y le dije :

Que te ha gustado la postura, no

Bueno tú me dejaste así, ya te dije que me gustaba dejarme llevar y hacer, que pasa no te atreves.

Pues claro que me atrevo llevo años queriendo hacer esto a alguien, pero contando con su complicidad y por supuesto que a ella le guste.

Pues creo que has encontrado a esa persona.

La agarre de los hombros y la incorpore sentándola a mi lado, le di un beso, le puse mejor el top a modo de antifaz y hablamos:

Muy bien Laura, en primer lugar esto me desborda, me gusta, pero no lo esperaba y no lo quiero perder, quede claro que no esperes de mi un tío que te pegue ni te haga salvajadas yo solo quiero llevar esta relación como un juego morboso y de dominación eso si estando ambos de acuerdo.

Ok, Santi, yo lo que quiero es sexo, sentirme usada por alguien en el que confié, convertirme en tu juguete, hacer lo que me pidas, conocer tus gustos, divertirme contigo pues nos gusta a ambos, en fin me parece correcto todo lo que me dices.

De acuerdo pues, entonces si quieres intentémoslo, te pondré mis, mejor dicho tus normas de conducta te amoldare a mis gustos, esto llevara un periodo de adaptación, en fin si quieres lo intentamos.

Vale, donde hay que firmar. – dijo riéndose y rebosando alegría.

Empecemos pues tu aprendizaje, primera norma, tu ya no decides como te vistes, seré yo el que lo haga por ti, yo decidiré como debes actuar y comportarte hasta que tu solita sepas como hacerlo.

Laura asintió con la cabeza y entonces le quite el top de la cabeza, y de la mano la lleve al baño, hasta entrar en la bañera.

Segunda norma a partir de ahora de tu aseo me encargo yo, ¿de acuerdo?

Ok, que quieres que haga.

Ponte a cuatro patas en la bañera

La rocié con la ducha y a continuación la enjabone con una esponja y mucho gel procurando excitarla sobre todo al pasar por su coñito y su ano, una vez bien enjabonada le metí la esponja en la boca, y fui a mis pantalones a buscar una camara digital que llevaba y comencé a fotografiarla en esa postura.

Y las fotos por que, Santi. -dijo retirándose la esponja de la boca.

Son para nosotros, mejor para mi, y nadie te dijo que sacaras esa esponja

Le falto tiempo para introducírsela de nuevo y quizá hasta más dentro de lo que lo hice yo antes. Después de unas diez fotos le quite el jabón suavemente y la seque con cariño, era tarde ya, y estaba cansado, así que le dije,

Bueno vamos a dormir, a ver, donde tienes los pijamas

Me indico donde estaban, elegí uno de raso rojo, y dije esta es la mía.

Ven aquí, que te voy a enseñar como te debes vestir para dormir.

Le introduje un camal del pijama por la cabeza, bajándolo hasta que la tela quedo ajustada a su cara, se reía,

  • Me gusta tenerte encapuchada así que a partir de ahora a ti te debe gustar también y debes buscar cualquier método para estarlo, pon las manos en la espalda.

Busque un pañuelo y le cruce los brazos en la espalda atándoselos por los antebrazos para que su culito estuviera a mi disposición. Con el otro camal del pantalón que colgaba por su cuello le hice como una especie de correa y así la lleve al sofá.

Dime Laura te gusta estar así, la verdad por favor.

Es una sensación rara, me tendré que acostumbrar, pero me gusta, estar atada me gusta, que me ordenes también, lo de la cabeza me excita pues me siento como yo quería, como un juguete, como un maniquí.

La tumbe mientras hablábamos sobre mis rodillas acariciando su culo,

  • Bueno pues esto no va mal, de momento dormirás así todas las noches y deberás restregarte con tu carita sobre mis partes, sentirlas, acariciarlas y ya mañana pensaremos más cosas para ti te parece bien. No contesto simplemente con las rodillas se echo atrás y con su cara empezó a restregarse como le había dicho.

Hasta que la levante y fuimos para la cama, antes de tumbarme me volvió a sorprender,

  • Santi podías atarme también las piernas así la sensación de ser tuya seria total, pero si tú quieres claro.

Volví a su cómoda y encontré otro pijama también de raso, esta vez azul, y de esos tipo hombre muy grandon que se ponen algunas chicas, y me dije de acuerdo vamos a ver que sale.

A ver, Laurita vamos a ponerte este pijama pero meteremos por un camal las dos piernas, si entran.

Vale que hago.

Juntalas, y empecé a ponerle el pijama con una sola pernera, le quedo como una falda tubo tan ajustado que ya estaba atada la puse de pie entre mis piernas y empecé a estrujar su culo a darle bocaditos en los pezones, en definitiva a excitarla, para dejarla a si excitada y sin premio.

Y ahora a dormir cariño, le dije dándole un beso en sus labios cubiertos por la tela.

Santi, para estar completamente indefensa no crees que deberías amordazarme.

No encanto, para dormir no, mañana pensare que ir haciendo contigo y como "domarte", ah y tú piensa también, deberás seguir sorprendiéndome agradablemente, un beso cariño.