Laura goza a dos bandas
Follada por dos tíos en su piso, sin control sobre lo que pasa. Laura, joven universitaria, vivirá una experiencia altamente placentera.
Siete de la tarde, jueves. Había sido un día de mierda, suspenso por la mañana en la facultad, discusión con sus padres por teléfono, por tonterías, a media tarde.
Laura compartía un coqueto piso céntrico con otros dos chicos, ambos compañeros del grupo de baile. Uno era Miguel, un poco chulo, pero le caía bien. El otro Carlos, algo más introvertido pero bastante majete. La convivencia en casa era buena.
Laura era bisexual, detalle que no había compartido con nadie salvo con su mejor amiga, Julia, con la que se acostó la semana pasada. Nadie sospechaba sobre sus tendencias sexuales y ella tampoco iba soltándolas por ahí, aunque tampoco se avergonzaba de ello.
En el bar justo debajo de su edificio estaban sus compañeras de universidad. Le habían dicho de bajarse un rato a tomar algo, pero la verdad, fuera hacía un día de mil demonios, y no le apetecía nada. Así que Laura se encontraba en casa, viendo la tele junto con su amigo Carlos, el cual no paraba de mirarla de reojo. Estaban echando uno de esos concursos en que la gente competía por grupos, los cuales odiaba, pero en fin, últimamente no dan nada interesante, y algo hay que ver.
Pilló a Carlos mirándola otra vez. –A ver tío- dijo Laura- que te pasa, que no has parado de mirarme toda la tarde. ¿Quieres decirme algo?. Nada, nada- contestó Carlos, quien se sonrojó recordando lo de la semana pasada, tras la fiesta, donde la pilló con una amiga, y notó como levemente se le iba poniendo dura… ¿Quieres que cambie de canal, o ponga una peli o algo?-prosiguió. Nah, paso, me voy a la habitación a estudiar un poco, que lo necesito, por cierto- dijo Laura.
Entró en su habitación y cerró la puerta. Tras diez minutos de lectura superficial de sus apuntes, se levantó de la silla. No le apetecía nada seguir estudiando. Miró su móvil, decidió abrir su WhatsApp. Vio que Julia le había escrito hace poco: “Lau, me gustó mucho lo que pasó entre nosotras. Me has hecho sentirme como nunca antes. Puedes venir si quieres a mi casa, que mis padres no están”.
Laura se excitó, pero decidió rechazar la invitación. Lo cierto es que hoy le apetecía más polla. Así que le contestó que no podía porque había quedado ya, y sin más se dispuso a mirar el perfil de su ex, Adrián. En su foto salía además abrazando a la que ahora es su nueva novia, lo que le cabreó. Odiaba a esa tía, la típica realzada por bisturí. No entendía cómo era posible que la prefiriese antes que a ella. Se lo pensó un par de veces, y luego le escribió: “Adri, ven a mi casa, quiero verte”. Tras unos minutos, le contestó con el emoji del pulgar hacia arriba. “en una hora estoy allí. ¿Te importa si me acompaña un colega?. Ya verás que te gustará”, añadió.
Laura sonrió. “De acuerdo”, dijo. Se fue al baño a darse una ducha, se vistió y se maquilló para estar bien sexy. Vestido negro ceñido y corto, que marcaba bien su culazo, y dejaba entrever sus enormes tetas, labios rojo intenso, pequeña sombra de ojos para destacar sus ojazos verdes y realce de pestañas. Se puso un enema para soltarlo todo por detrás y que estuviese limpito, no quería sorpresas desagradables.
Su compi Carlos tenía ensayo del grupo de baile a las ocho, así que se había marchado ya hace un rato. La casa estaba sola, y a su disposición. Media hora después, llamaron a la puerta. Laura vio por la mirilla a Adrián, acompañado de un tío grande y musculado, negro, y que debía de medir por lo menos sus 1,90 de estatura. Se le humedeció el coño enseguida. No cabía duda de que lo iba a pasar muy bien.
Tras las presentaciones de rigor, se sentaron en uno de los sofás del salón. Allí charlaron un rato, hasta que Adrián se levantó. Voy a coger algo de mi mochila. Mientras os dejo solos para que os vayáis conociendo. Por cierto, se llama Claudio-dijo.
Adrián había colgado su mochila en el armario de la entrada. Fue allí y pilló las esposas que tenía guardadas. Acto seguido se fue al baño a lavarse las manos y asearse un poco.
Al rato volvió y se encontró con la pareja besándose ansiosamente…… Bueno, veo que habéis empezado sin mí-dijo Adrián- y eso que venía con lo necesario para someter a la señorita-. Laura abrió sus ojos con sorpresa. Vio colgar de su mano unas esposas. De inmediato se desembarazó del negro y fue a besarle. Claudio aprovechó para subirle el vestido por detrás y acariciarle las tetas (no llevaba sujetador). Laura suspiró…..-mmmm si, Adri, sácate la polla, quiero polla ya, no aguanto-.
Adrián se bajó los pantalones y calzoncillos, y dejó libre su miembro de unos 18 cm, bastante grueso. Laura salivaba, entre las caricias de los enormes brazos de Claudio, que ya empezaba a acariciarle el coño por encima de su tanguita, y el tacto de la polla de su exnovio en la mano. Adrián le cogió de la cabeza y le acercó hacia su polla. Laura, que notaba como la presión de la mano de Adrián la forzaba a bajar la cabeza, se metió lentamente la polla en la boca. Entonces Claudio la retiró el tanga, dejándola desnuda, y la empezó a toquetear el coño como si fuese de su propiedad, agarrando fuerte.
Estuvieron así unos minutos. Luego Laura se sacó la polla de la boca. Chicos-dijo- mejor sigamos esto en mi habitación, por si alguno de mis compañeros de piso vuelve.-De acuerdo-dijeron. Se encaminaron a la habitación. Nada más llegar a la cama, Laura se dispuso a seguir comiéndosela, a lo que Adrián negó con el dedo….. No cariño, no -dijo- aquí ya no decides tú. Primero te vas a poner estas esposas. Eres nuestra putita ahora. A partir de este momento, harás lo que se te diga. ¿Entendido?
Laura estaba incrédula, fuera de sí. Quien se habría creído este niñato, para hablarla así…..., pero que cachonda le ponía que lo hiciera. Este nuevo temperamento suyo era nuevo para ella. Decidió seguir el juego, y respondió afirmativamente con la cabeza. Claudio la cogió con sus fuertes brazos, la puso a cuatro patas, con el culo bien en pompa, mientras Adrián la cogió de los brazos poniéndoselos sobre el cabecero de la cama, hecho de barras, y le puso las esposas por delante, de tal forma que las manos de Laura quedaban encajadas.
Laura no podía moverse. Las fuertes manos del negro la agarraban el culo, mientras que adrián se puso de pie, delante de ella, agarrándole la cabeza y metiéndole la polla en la boca. Estaba totalmente sometida, a merced de su ex, que siempre ha sido un cabrón con ella, y de un negrazo fuerte y grande que desconocía. Adrián empezó a follarse su boca, mientras Claudio se desnudaba. Después, el negro empezó a meter su lengua en la cuevita de Laura, la cual no puso mucha resistencia. Para facilitarle las cosas, Laura elevó su culito lo más que pudo. Deseaba que se la follaran por detrás, y seguro que Claudio tendría un pollón dispuesto a hacerlo como ella se merecía.
-Zorrita, quiero metértela hasta la garganta- dijo Adrián- así que prepárate ahora, quiero que tragues como si tu vida dependiese de ello.
Laura no podía hablar, así que asintió con la cabeza. El negro empezó a hacer círculos con su lengua dentro del ano, abriendo el oscuro orificio y degustando sus deliciosas paredes internas. Mmmrhghg -decía Laura, a la cual perforaban la garganta con la polla.
De repente, Adrián la sacó de su boca, y le hizo gestos a su amigo para que parase también. Cogió la cabeza de Laura con una mano, y de los pelos con la otra, y la presionó contra el colchón. Acercó su boca al oído, y susurró
Ahora, Laurita, te voy a follar duro por el culo, tal y como una niña traviesa se merece -dijo. –No quiero oír ni quejidos, ni un solo lamento. ¿De acuerdo puta?. Ahora podrás degustar la herramienta de mi colega a tu gusto. Es una rompeculos de categoría, así que lubrícasela bien. Si te portas adecuadamente, la tendrás luego dándote tu recompensa por donde quieras.
Laura meneó la cabeza como pudo restregándola contra el colchón, asintiendo. La mano de Adrián cesó su contacto. Claudio y él se cambiaron de posición. Nada más tener al fuerte moreno delante, sintió un escalofrío. Su torso estaba increíblemente musculado, pectorales definidos, abdominales marcados, y sobre todo una polla que la hizo salivar al primer vistazo.
Debía de medir lo menos 25 cm, y era gorda casi como un antebrazo. Inmediatamente movió la cabeza lo más que su limitada posición le permitía para engullirla. Claudio le facilitó la tarea. Le puso una mano detrás de la cabeza, empujando, mientras Laura abría lo más que pudo su boca y chupaba despacio su capullo. Después, se metió la rompeculos lo más que pudo.
Claudio bufaba. Veía como una diosa de ojos verdes y carnosos labios devoraba con pasión su miembro. Estaba claro que era una experta come pollas por como lo hacía. Que delicia. Alargó sus dos enormes brazos para agarrar las tetas de Laura. Suavemente empezó a pellizcarla los pezones, ante lo que ella respondía con gemidos ahogados por su enorme tranca. –Joder tía, como la chupas-dijo el negro. Adrián, por su parte, empezó a meterla primero uno, y luego dos dedos por el culo a Laura, que se meneaba desesperada.
Laura fue alternando en la mamada entre la polla y sus huevos, que eran grandes y con una leve mata de pelos adornando alrededor. Como no le cabían los dos huevos en la boca, se los metió primero uno y luego el otro, dejándoselos bien chupados. Claudio a veces la forzaba a engullirse su miembro, ante lo cual Laura tragaba lo que podía.
Te la voy a meter, prepárate zorra-dijo Adrián. Al momento le fue introduciendo su glande lentamente, y después prosiguió hasta que entró entera. Laura gimió.-aaaaaahhhhh……., por favor, te lo suplico,……. fóllame……-susurró Laura. Adrián agradeció las súplicas y se puso a la tarea. Las paredes del recto, húmedas y jugosas, envolvían su miembro. Siguió follándose ese precioso culo. Tuvo que hacer un esfuerzo grande para no correrse de inmediato, porque el pedazo de trasero que estaba perforando era demasiado placentero para aguantar mucho. Aumentó el ritmo; sus huevos chocaban contra las nalgas de la chica. Estaba a punto. No obstante, quería correrse en su cara, por lo que se concentró en retardar su eyaculación lo más que pudo.
Claudio sacó la cabeza de Laura de su polla, haciendo un gesto a Adrián indicando el cambio de posiciones. Mantuvo agarrada a Laura por el cuello y la mandíbula con su enorme mano, que alcanzaba a cubrirlas. Laura no podía moverse, y además se vio forzada a separarse del poderoso mástil que tanto deseaba, lamentándolo profundamente.
Bien hecho puta-Le dijo Claudio-mereces tu premio. Te voy a follar el culo. Si te ha gustado la polla de Adrián, la mía te va a encantar.
Laura sintió un terrible escalofrío por dentro. De seguro que semejante pollón no entraría en su culo, y si lo hacía, sería a costa de reventárselo. Fue rauda a protestar, cuando Claudio le abofeteó con su otra mano. -¿Quién te ha dicho que digas nada?-añadió- ni quejidos, ni lamentos, puta. Lo siento-dijo Laura- no volveré a hacerlo. Eso espero-dijo Adrián desde el otro extremo.
Claudio fue hacia el delicioso culo de la chica, mientras Adrián se ponía debajo de ella y le abría un poco las piernas, para poder follarle el coño, con las manos en sus tetas. Primero empezó este a penetrarla, ante lo cual Laura soltó un grito de placer. Claudio aproximó la punta de su pene hacia el dulce agujerito trasero, que latía expandiéndose y contrayéndose, temeroso ante lo que venía. El negro agarró fuertemente las caderas de la chica, y ayudado por una mano le empezó a introducir la punta. Laura dio otro grito.-Jodeeeer-dijo- más despacio. Claudio ignoró por completo los ruegos. Por favor, duele-siguió diciendo Laura.
Claudio se la metió hasta la mitad. A Laura se le saltaban las lágrimas de los ojos. Ese enorme trozo de carne la estaba rompiendo por dentro. Lejos de echarse atrás, empezó a bombear el culo de manera despiadada. Laura lloraba, pero a la vez se sentía más cachonda que nunca. Adrián aumentó el ritmo, previendo que la chica no tardaría mucho en correrse.
Al cabo de unos minutos, el dolor fue remitiendo en placer. En este punto, Laura ya no lloraba, sólo gemía de placer. Aaaaahhhhhh-decia Laura- más rápido, más duro…..ahhhhh….
Como quieras, puta-gritó Claudio desde atrás, y esta vez se la metió hasta el fondo lo más bestia que pudo. El sonido de los enormes huevos chocaba contra su culo haciendo el ruido de un tambor; Pum, pum, pum. Laura ya no aguantó más. Con la polla de Adrián en su chochito, y la de Claudio en su culo, con las manos esposadas y sin control sobre su cuerpo, sintió como su conciencia abandonaba su cuerpo, y ascendía hacia una oleada infinita de placer. Empezó a convulsionar y a correrse sin medida. Los gritos de Laura llenaron la casa entera, y seguramente se escucharon por toda la manzana. Adrián tampoco aguantó más y soltó su descarga, por lo que Laura estalló en un segundo e increíble orgasmo. Al rato Laura oyó cómo Claudio empezaba a bufar como un animal desesperado, y un río de semen llenaba su agujerito, ante lo cual le sobrevino el tercer y más largo orgasmo hasta el momento.
Ambos chicos le sacaron sus respectivos miembros a Laura. Adrián se inclinó y la besó.-Lo has hecho muy bien, Laurita-dijo- tal vez, no deberíamos haber roto. Un instante después le quitó las esposas y se fue al baño a asearse. Claudio se guardó su polla en el pantalón y le dio una palmadita en el culo. Nos vemos-dijo. Terminó de vestirse, abrió la puerta de la casa y se marchó.
Después se fue Adrián, con una sonrisa en la cara, bien satisfecho. Laura inmediatamente se tumbó en su cama, incapaz de moverse, mientras le chorreaba semen por sus muslos y sus agujeritos. Se sentía en el cielo. Jamás se había corrido tanto como hoy. Sin cambiar de postura, se quedó dormida, con la puerta de su habitación abierta, con la satisfacción de haber sido bien follada.