Laura.

LAURA.

Ella dormía, cuando sintió un cuerpo enorme, cayendo pesadamente sobre el suyo. Una mano, cubría fuertemente su boca para que no gritara; mientras sus bragas eran jaladas hacia un lado, sintiendo en medio de la oscuridad, como el hombre la penetraba de un solo golpe; haciéndola pujar de dolor. Tras breves segundos, ella, muy a su pesar, tuvo un intenso orgasmo; mientras el hombre eyaculaba chorros dentro de su vagina. Solo percibió un olor peculiar despedido por el cuerpo del hombre; y a la otra mañana, mientras todos levantaban sus tiendas de campaña para seguir escalando la montaña, Laura percibió el mismo olor humano, emanando de aquel extraño hombre que se había ofrecido ser el guía, y supo que este era el hombre, quien la había cogido de manera tan salvaje; y deseo que de nuevo llegara la noche.

LAURA EN EL AUTOBUS.

Una mano, elevó su minifalda, y le acariciaron las nalgas, mientras ella de pie, viajaba en aquel autobús atestado de pasajeros. Ella giró levemente su cabeza, y vio a Javier, un estudiante de leyes que a ella le gustaba mucho. Instintivamente empujo su trasero hacia este joven, quien, se masturbo friccionando su verga erecta, sobre la fina tela de las bragas de Laura; eyaculando chorros de semen sobre ellos y las nalgas de ella.

LAURA EN EL CINE.

Laura se encontraba sentada viendo el film en el cine, cuando súbitamente, la atacó tremenda calentura; y masturbándose frenéticamente, alcanzo a distinguir en la sala casi vacía, a un hombre sentado a lo lejos; y sin pensarlo, fue a sentarse junto a este, sacando su verga y procediendo a mamarla; en seguida, la atractiva joven, se dio unos buenos sentones sobre esta, eyaculando el hombre en unos minutos. Cuando la luz del cine se encendió, Laura, quien ya se había retirado a su lugar original, observó que el hombre aquel, era nada menos que su maestro de historia de la universidad.

LAURA Y SU VECINO.

Con las piernas muy abiertas, Laura se masturbaba ante la vista del vecino en el edificio de enfrente; este la observaba con binoculares, mientras se la jalaba, y luego arrojando gruesas gotas de semen.

LAURA Y SUS JUGUETES.

Laura llevaba insertado un plug anal; y por enfrente, un vibrador a control remoto, para ser capaz de soportar, las estupideces que hablaba el orador.

LAURA Y SU PRIMER ANAL.

Ella tenia 18 años, y el hombre cerca de 45; hubo intensos gritos, lagrimas y suplicas, mientras el hombre, le enterraba la gigantesca y gorda verga, hasta lo profundo de las entrañas de Laura; inundando todo su recto de caliente semen.

LAURA Y SUS FELATIOS.

¡Ay me ahogo! ...y se tragó toda la leche espesa.

LAURA Y SUS INCONTENINECIAS:

Era incapaz de contener sus pedos; mientras el hombre la bombeaba por enfrente.

LAURA Y SU AMIGA.

Las dos se frotaban con gran intensidad; entre besos, promesas y palabras de amor eterno; escurriendo liquido de amor por sus dedos, piernas, bocas y nalgas.

LAURA Y SU PRIMERA VEZ EN LA VIDA.

Estaba en primaria, y sintió una cabezota muy caliente y tumefacta, abriendo su vagina; y el pederasta aquel, y padrastro suyo, le dejo ir sin misericordia, toda la verga, sin importarle su pequeña edad.

LAURA Y SU PRIMER INTENTO DE ASESINATO.

Ya tenía 18 años ella, y la madre, en complicidad como muchas otras mujeres, se había negado a creerle acerca de la violación del esposo de ella a la joven. Cierta vez, en que la madre, gozaba sin recato alguno, con la tremenda tranca del esposo follandola, y padrastro de la joven; sigilosamente, Laura se acerco con filoso cuchillo en mano, buscando cercenarle la verga al hombre; solo logrando hacerle un buen tajo en el pubis, arrojando sangre a borbotones. Desgraciadamente para Laura, el hombre pudo vivir.

LAURA Y SU PRIMER GANG BANG.

Eran 5 hombres cogiéndola por doquier; después solo 5 endebles vergas, exprimidas a placer.

LAURA Y SU PRIMER BUKAKE.

Su bello rostro escurría de leche de los 8 hombres.

LAURA Y SU PRIMER ADULTERIO.

Se casó, pero jamás supo entender bien porque razón lo había hecho; mientras el mecánico de su auto, ahora la cogía intensamente dentro de la oficina, chorreándola toda de semen; mientras su buen esposo, mayor que ella por 35 años, esperaba sentado en el auto. Ella había prometido al mecánico, regresar al siguiente día. Luego don Blas, el buen marido, falleció; no sin antes decir a Laura, que él (don Blas) se encontraba al tanto de sus adulterios, y besándola amorosamente le dijo: “ve y se feliz, ya que a mí, me hiciste feliz la vida”. Rodrigo el mecánico, a los días fue con Laura, y le dijo que había dejado a su mujer por ella. Al otro día, Laura regreso a la universidad a terminar sus estudios, olvidándose de aquel lugar.

LAURA DE PROSTITUTA.

No ocupaba de dinero, pero tampoco estaba dispuesta a seguir regalando su atractivo cuerpo y cara, solo porque sí. Tuvo muchos clientes, algunos de los cuales, se llegaron a enamorar de ella; hasta que conoció a don Vicente, un hombre de 65 años con una enorme tranca, por lo cual le llamaban “don burro”, y quien pagaba generosa y puntualmente a Laura, por sexo cada semana; principalmente por sexo anal, disfrutando enormidades, con el apretado trasero de Laura, y ella a su vez, con el tremendo tubo de don Vicente. Todo iba a pedir de boca, hasta que cierta vez, “don burro” falleció en la cama del hotel, después de un rico sexo vaginal, oral y anal. Laura salió de bañarse, encontrándolo para su gran sorpresa: muerto. De manera cautelosa ella salió del hotel, perdiéndose en la noche. Prometiendo jamás volver a la puteada.

LAURA Y SU PUNTO G.

Ella, se chorreaba a borbotones…

LAURA Y PUNTO FINAL.

Me voy, con tu agradable sabor en mi boca, en mi vagina y en mi culo…

YO NO SOY LAURA.

Para aquellos que a veces me escriben, suponiendo que yo soy la protagonista de algunas de mis historias como esta, les aclaro que: Cuando yo lo soy, escribo en primera persona. GRACIAS.