Laura. Comienza la historia

Fin de curso, fiesta en el piso.y comienza una historia de pura pasión.

Aquí va mi tercer relato, espero que os guste:

Acababa de terminar los exámenes de Junio de la Universidad, el último mes había sido muy duro, con largas horas de estudio con mis compañeros de piso en la biblioteca, en la cual aprovechábamos para alegrarnos la vista viendo pasar chicas por los pasillos.

Como decía, durante el último mes mi vida se había resumido en estudiar, comer, estudiar y dormir. Nada de salidas nocturnas, ni fiesta, cero diversión. Así que cuando terminamos decidimos darnos un homenaje para relajarnos. Avisamos a unos amigos y amigas para hacer fiesta en el piso, y continuarla después en algún pub o discoteca.

A las once empezó a llegar gente. Apretones de mano por aquí, besos por allá, y la fiesta comenzó. Entre los asistentes esa noche se encontraba Laura, una compañera de clase de uno de mis compañeros de piso. Tenía 22 años, unos ojazos verdes, melena rubia, de estatura media, y un cuerpo de lo más apetecible, donde destacaban unas 95c que esa anoche asomaban en un escote con un vestido azul ceñido de lo más insinuante. Y, según tenía entendido, tenía novio en su ciudad natal, a un par de horas de donde vivíamos. Hasta esa noche no habíamos hablado demasiado, pero eso iba a cambiar muy pronto.

El tiempo pasó, la fiesta continuaba, alcohol, buena música y ganas de darlo todo tras un mes de estudio intenso y calor. Las charlas se volvían cada vez más animadas, las risas recordando los buenos momentos del curso se oían aquí y allá, entremezclándose con parejas bailando y gente saliendo al balcón a fumar y charlar con alguien.

Me fijé en que Laura se encontraba sola, sentada en un sofá, copa en mano y con cara de tristeza. No sé cómo salió de mí, pero me acerqué y me senté junto a ella.

-¿Qué pasa Laura? No pareces muy contenta por haber terminado los exámenes. Seguro que han ido genial- le dije, sonriendo mientras posaba una mano en su pierna.

Ella me miró, y sonrió con tristeza:

-No es por eso Demon. A ver, el último examen no me ha salido del todo bien, pero lo esperaba.

-¿Y entonces qué te pasa?

-He tenido una discusión con mi novio. Terminó los exámenes ayer, y me dijo que volviera hoy mismo, cuando terminase el examen. Le dije que necesitaba quedarme un par de días para recoger mis cosas e ir a las revisiones, pero se enfadó y se ha ido con sus amigos y unas chicas que conocen ellos a la playa. No volverá hasta dentro de una semana.

Me quedé unos segundos pensativo, mirando al vacío:

-Bueno, si no ha querido esperarte un par de días él se lo pierde. Ya os veréis cuando vuelva. Tú disfruta de la fiesta y del fin del curso- volví a sonreír.

Ella me devolvió la sonrisa, esta vez sin asomo de tristeza. Seguimos hablando un rato, cada vez más cerca. Había química, estaba claro, pero tenía novio, y no creía que fuese a pasar nada.

De repente, mis compañeros dijeron que era hora de irse de pubs, a seguir la fiesta en la calle. Cortamos la música, y fuimos saliendo todos en dirección a un pub cercano. Por el camino se fueron formando grupos, y Laura vino con mis compañeros de piso y conmigo. Una vez dentro del pub empezamos a bailar todos, hasta que me tocó con Laura. Los roces cada vez iban a más, nuestras caras se quedaban muy cerca la una de la otra, pero ninguno se atrevía a dar el paso delante de los demás.

Tras el pub, fuimos a una discoteca. La gente ya se había ido perdiendo, cada grupo por su cuenta. La discoteca estaba abarrotada de gente, se notaba que había ganas de fiesta. Mis compañeros de piso y yo nos habíamos quedado solos de repente y decidimos seguir la fiesta.

En un momento dado fui al baño, y al salir, camino de volver con mis amigos, se me cruzó Laura y se puso frente a mí, con los brazos en jarra.

-¿Todavía no te vas a lanzar?-se notaba en el habla que iba contenta por el alcohol, pero solo un poco.

Me acerqué, puse mis manos en su cintura, y la besé. Empezamos a bailar allí, ya sin pudor alguno, besándonos y metiéndonos mano.

-Vamos a mi piso, vas a ver lo que es bueno- ronroneó en mi oído.

Llegamos a su piso, y ya en su habitación, nos quitamos la ropa con avidez. Cuando le quité el vestido y vi el minúsculo tanga negro que llevaba me puso como una moto. En unos instantes el sujetador estaba fuera, y yo me había quedado en ropa interior. La tumbé en la cama y le quité el tanga, mostrándome así un coño rosado y con una fina línea de pelito.

Recorrí su cuerpo con mi lengua, cada rincón de su cuerpo del deseo merecía ser recorrido y alabado. Con cada roce de mi lengua Laura se estremecía, se le ponía la piel de gallina. Pasé dos dedos por su coño, por aquel entonces ya húmedo, y me los llevé a la boca Qué rico sabía.

Sin más espera, hundí mi cara entre sus muslos, ante lo cual ella soltó un primer gemido. Se lo comía con ganas, dándolo todo con la lengua, los dedos….Ella no paraba de gemir.

Alcé sus piernas, colocándolas sobre mis hombros para tener mejor acceso a su fuente de placer Notaba que estaba cerca, sus gemidos eran más constantes, más largos, sus piernas empezaban a temblar….Hasta que estalló en mi boca.

Acto seguido se giró, se puso sobre mí y comenzamos un fantástico 69. Laura se metió sin dudar mi polla en la boca, y chupó con maestría. Yo, mientras tanto, jugaba con mi lengua en su coño, haciendo giros y giros dentro de ella, y a su vez introduje un dedo en su culo.

-Ahhhh joderrr- gimió ella sacando mi polla de su boca. Con un movimiento de cadera volví a metérsela en la boca, y continuó con una mamada de campeonato.

Notando mi orgasmo inminente, le avisé, pero siguió chupando y chupando, así que recibió mi corrida en lo más profundo de su garganta. Le insté a que siguiera, ya que puedo continuar aunque me corra, y ella prosiguió con su tarea.

A los pocos minutos le sobrevino su segundo orgasmo, más intenso que el anterior, por lo que nos tomamos un breve descanso. Estábamos empapados en sudor, y la cama olía a sexo, pero eso nos ponía aún más cachondos.

Nos quedamos desnudos en la cama, abrazados, mientras ella me pajeaba con suavidad. Nos miramos a los ojos y vimos reflejado el deseo mutuo de continuar la fiesta.

¿Continuará?

--------------------------------------------------------------------Si queréis que siga con esta historia hacédmelo saber, y con gusto lo haré. Espero ir mejorando en la elaboración de los relatos.

Siempre vuestro, Demon.