Latinoamérica y Asia se unen

Si creían que por cuestiones de distancia o lenguaje las diferencias entre Latinoamérica y Asia eran insalvables se equivocan. El relato de Amanda nos cuenta que esto no es cierto en una descripción apasionante y 100% verídica llena de detalles que promete no decepcionar a nadie.

Introducción:

He decidido empezar este relato diciendo que cuando era más muchacho tenía la fantasía de tener sexo con maduras, hasta llegar a cumplirla y en aquel tiempo de chico veinteañero fue una experiencia inolvidable. De hecho esta fantasía es muy común en muchos muchachos que en pleno vigor de la juventud quieren depositar todo ese furor en la pasión entregada de una madura experimentada que le pueda enseñar de las mieles del sexo a ese joven tan lleno de vida pero a la vez tan inexperto.

Si así lo consideran, pueden remitirse a mis otros relatos para saber más al respecto.

Ahora tantísimos años después de aquella vivencia, y con la experiencia adquirida en el camino de la vida, quiero contarles sobre una de las experiencias del sexo más placentero que he tenido y quiero empezar no desde el inicio sino desde el final, porque es que a “Amanda” ya la venía culiando desde hace un buen tiempo atrás y con el paso del tiempo nuestra manera de hacer el amor fue mejorando hasta ser una experiencia total completa entregándolo el todo por el todo hasta el final, en una unión sin tapujos, sin peros, sin restricciones, sin un “NO” a nada, dándolo todo hasta el éxtasis, me refiero a una unión total entre un macho y hembra. Tal vez por esa manera de hacer el amor de Amanda es la razón por la cual siempre volvía hipnotizado a ella por más.

Amanda su origen y la fusión de dos razas:

Se preguntarán ¿quién es Amanda?, pues Amanda es una chica asiática nacida en Taiwán, es muy común la cantidad de inmigrantes asiáticos que hay en este país. Y realmente les puedo decir que el sexo con una asiática es una de las mejores experiencias vividas en mi vida. Amanda es una chica alta de más o menos 1.74 metros yo le calculo a ojo de buen cubero de unos 36-37 años de edad, delgada, de caderas anchas piernas y nalgas frondosas y torneadas, senos más bien pequeños, tez clara, cabello negro largo y lacio, una carita hermosa con los ojos rasgados propios de los asiáticos y lo que más me enloquecía, su vagina jugosa hermosa desafiante y peluda con vellos negros y sin definir completamente al natural.

Las vaginas peludas y la atracción:

Siempre me han gustado las vaginas peludas pero siempre limpias. El olor a hembra, a mujer, a dama, a fémina que emana una vagina peluda y aseada mezclado con los jugos vaginales es algo indescriptible que hace que la excitación siga y siga. Desde la primera vez que hice el amor con Amanda sentí un “click” un gancho, es de esas cosas que uno se da cuenta que tiene química con una determinada mujer, que tiene tacto, que tiene piel con ella, que tiene morbo, que tiene conexión, que por alguna razón química, física, de caracteres etc…uno tiene atracción con esa mujer y que no la tiene con otras. Es ese “click” que te dice “que increíble experiencia…tengo que volver a verla”.

Los preámbulos

Llegué a nuestro encuentro. Con el paso del tiempo a parte de la piel que uno puede tener con una mujer, está la parte afectiva y este es un consejo que te doy estimado lector “Si tienes una dama que te da buen sexo…es porque tú le das orgasmos……consiéntela”. Es por eso que le traje un pequeño regalo que le encantó y que yo sé que la llenó de alegría ya que no se lo esperaba y su sonrisa cómplice la delataba. ¿La consecuencia se preguntarán? Pues la respuesta es obvia agradecimiento y entrega total y sin ningún tapujo a nada, quizá porque con este gesto ella se siente considerada. Es dar un poquito de corazón para recibir muchísimo placer.

Sus olores:

La sesión empezó con música suave de fondo, y disfrutando de a poco con los preámbulos necesarios para ir entrando en calor. Teníamos tiempo ya culiando de varias sesiones amatorias previas y los preámbulos eran necesarios para sentirla, como se moja, para repasar su cuerpo acariciando su anatomía sus curvas, sus áreas más íntimas, para sentir su respiración y robarle parte de su aire, para oler su piel. Es adictivo oler su piel suave con aroma dulce y besar todos los rincones de Amanda, su cuello, detrás de sus orejas, su vientre, la entrepierna, su vagina, sus labios y las comisuras de los mismos, acariciar su cabello lacio negro y brillante y así llegar hasta lo más profundo de su intimidad. Sus olores placenteros, sus aromas dulces de mujer en una mezcolanza de feromonas y oxitocina llegaban a mi cerebro enviando mensajes de excitación que se decodificaban en el único mensaje de poseerla para follarla hasta el final y de no dejar nada suelto de su anatomía sin explorar.

Amanda respondía con aprobación a cada caricia escandalosa, a cada beso, a cada agarrada de concha. La excitación iba creciendo hasta quitarnos la ropa interior y sentir a viva piel mi verga erecta con su deliciosa concha peluda y húmeda. El solo sentirla así piel con piel y frotar nuestros órganos me enloquecía, en una mezcla de miradas de complicidad y conexión total de amantes. A esta mezcla se unían besos húmedos y profundos que iban y venían, nuestras lenguas se acariciaban con pasión y nos acompañaban en señal de reciprocidad y placer. Besar sus senos pequeños lamer sus aureolas y pezones erectos le producían a Amanda unas sensaciones que volvían loquita obligándola a retorcer su cuello y arquear su columna en señal de aceptación y placer. Cumplido el rito insoslayable de los preámbulos, era hora de pasar a la siguiente etapa, el sexo oral, que tanto bien le hace a una pareja que disfruta del sexo a tope.

El secreto de su belleza y el oral:

Invité a Amanda a ponerse al borde de la cama para poder hacer mi trabajo, me hinqué en el suelo y ante mí con sus piernas abiertas a horcajadas apareció su concha palpitante, mojada, húmeda, hermosa y peluda con esos pelos negros turgentes y desafiantes y emanando ese olor a hembra entrando por mi nariz, hipnotizándome en invitándome a lanzar mi primer lengüetazo. El majar me esperaba, besé su vientre y sus ingles y acercándome cariñosamente a la entrada de su vagina en donde pude contemplar esa obra de arte: sus labios mayores y menores su clítoris con su capuchón protegiéndolo y sus pelos negros que adornaban su vagina. Continué acariciando con mi lengua sus labios menores haciendo variedad de movimientos (letritas, circulitos, ligeros toques) cambiando de ritmo chupando y degustando entre mis labios el sabor de sus labios menores los cuales los halaba dulcemente mientras los tenía entre mis labios y alternadamente iba también repasando con mi lengua cubriendo los bordes del capuchón de su clítoris de lado a lado y de ida y vuelta anunciándole con esos lametones que luego sería el turno de la pepita del placer, luego de un momento pasé a meter mi lengua varias veces y lo más profundo que podía en la entrada del orificio vaginal fingiendo una penetración y volviendo rápidamente a sacarla para lamer y atacar su clítoris ahora sí ya muy excitado y firme sobresaliendo del capuchón.

Víctima de la excitación mutua pasé a restregar mi boca con mi lengua hacia abajo junto con mi nariz y mentón en movimientos suaves de abajo hacia arriba y viceversa, haciendo una especie de barredora por toda anatomía de la vulva de Amanda, lamiendo desde el periné, pasando otra vez por sus labios menores, orificio vaginal, clítoris y terminando el recorrido oliendo esos hermosos pelos negros ensortijados que decoraban su vagina la cual ya estaba totalmente mojada, muy babosita y completamente abierta y dilatada como una flor al final de su brote. Amanda ya estaba muy excitada, gemía tocaba mi cabeza y meneaba sus caderas aprobando con caricias todo lo que le hacía, al unísono mis manos acariciaban sus senos y las yemas de mis dedos repasaban sus pezones erectos y su aureolas en movimientos circulares, para darle un placer doble e infinito, para que lo disfrutara mientras ella continuaba con sus gemidos y contorsiones de placer.

La invitación recíproca

Luego la invité a pararse para que se pusiera un pie sobre la cama y el otro sobre el piso y así tener su concha abierta a placer y vista, para que yo sentado en el piso pudiera lamerla mientras ella se retorcía del placer y con el control total de la pose, Amanda se movía a su propio ritmo en variedad de movimientos buscando su placer, guiando con sus manos a mi cabeza obligando a mi lengua esclava a lamer en donde ella me lo indicara y donde le produjera más sensaciones placenteras.

Como autómatas cambiamos de roles y Amanda pasó a hincarse al piso, ahora era ella quién mamaba al natural mi escroto. La verdad es que Amanda es una experta en estas lides y por eso me encanta. Se metía cada testículo en su boca los lamía haciendo movimientos circulares y luego con sus labios los jalaba uno por uno para luego soltarlos generando en mí una sensación de dolor placentero en cada tirón de mis testículos. Sentía mucho placer cuando mis bolas estaban en su boca siendo acariciadas por su lengua húmeda y caliente. Mientras me miraba pasó a lamer mi falo a acariciar el tronco con la punta de su lengua y a meterse en glande en la boca haciendo lamidas circulares entre cabeza y frenillo. Así duró un buen rato y alternando entre falo y testículos… ya me estaba llevando a otra dimensión.

Una de sus pasiones:

Una de las pasiones de Amanda en el sexo siempre fue disfrutar de mi falo ya que la enloquece y para ella no hay mejor manera de hacerlo que ella acostada boca arriba y yo poniéndoselo a su disposición en su cara para que ella hiciera con él y con mi escroto lo que le pazca. Continuó lamiendo mi escroto mientras con su mano acariciaba de arriba para abajo mi falo coordinando así el masaje de placer.

Algo gracioso:

Hay algo muy gracioso que siempre me gusta mucho hacerle y que la vuelve loca, ya les voy a contar cuál es su reacción en un momento. Jajajajaja….Bueno el hecho es que luego de un rato agarro mi falo y empiezo a darle de vergazos en su cara como si se tratase de una macana de policía que ajusticia a los revoltosos con este objeto durante las protestas, como respuesta inmediata ella se enloquece y desesperada toma con sus manos mi falo y se lo restriega por toda su cara oliéndolo profundamente, dándome a entender que eso la prende y la excita.

Continuamos con el 69, para mí es algo especial porque me centro en su vagina, en sus olores sus fluidos en poder observarla completamente desde otro ángulo y en poder atacar otra vez zonas como el periné, para lo cual siempre pongo una almohada bajo sus caderas y eso me permite tener un mejor ángulo y disfrutar de su vulva que para ese tiempo ya no estaba mojada sino estilando en fluidos.

El Plato fuerte:

Ya era hora de pasar a lo de fondo a seguir con el disfrute pero como locos amantes, era el turno de la penetración, era el turno de poder sentirla por dentro y hacerle todas las locuras, todas las cositas que tenía en mente hasta el final.

Con delicadeza y con un poco de lubricante me puso el condón (a ella le gusta mucho aquellos que tienen puntitos y estrías por fuera…para sentir más). Una vez listo, y acostada de espalda Amanda abrió sus hermosas piernas y ante mí otra vez, su maravillosa vagina peluda ya hinchadita de tanto sexo oral, turgente muy mojada invitándome a penetrarla. Empezamos con lo clásico una especie de misionero pero sin echarme sobre ella, penetraciones suaves y continuas para que ella se vaya adaptando. (Les adelanto de que a Amanda le gustan mucho las emociones fuertes cuando ya está completamente adaptada).

Bueno la emoción continuaba con sus piernas de forma vertical sobre mi pecho ya empezaban los bombeos fuertes, potentes y como Amanda tiene nalgas y piernas frondosas y buenas caderas para aguantar los embates ya se escuchaban los sonidos de las arremetidas del choque de piel con piel y lo mojado de su concha que destilaba jugos vaginales, PLAF, PLAF, PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! En cada arremetida, fui combinando cruzando sus piernas una sobre otra, y en esta misma posición y se veía tan sexy ver así sus piernas mientras yo hacía mi trabajo…..Ella solo gemía y se dejaba llevar disfrutando al máximo, de vez en cuando alternaba con una pose de inicio para besarla y continuar.

La mariposa:

La culeada maravillosa seguía y pasamos a la pose de la mariposa ambos con la manos hacia atrás balanceándonos como mecedora de atrás hacia adelante chocando nuestros sexos y dándole duro las arremetidas continuaban PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! Y cada vez más fuerte era hermoso ver su cara excitada y esa vagina abierta, lubricada y peluda hincándose profundamente mi verga en cada centímetro de la arremetida, la estábamos gozando un montón.

El orgasmo de Amanda:

Después Amanda encaramada sobre mí abrazándome y yo chupándole las tetas fue el momento de su primer orgasmo, las piernas y la columna le temblaron como una correntada rodeando mi torso, un orgasmo profundo la invadió, Amanda se contorsionó hacia atrás del placer mientras meneaba su vagina palpitante con mí falo.

Las patas al hombro:

Acto seguido continuamos, había energía y a mí aún me faltaba mucho por hacer, la pose “patas al hombro no podía faltar” y la hicimos con éxito, un consejo para un buen desarrollo de esta pose es siempre poner una almohada debajo de la cadera de la amante para hacer que la penetración sea más profunda y así estimular más su zona “G” y para el hombre es gratificante regresar a ver como el falo entra a profundidad

El perrito:

El perrito y sus variantes no podían faltar, es tan rico darle de a perro a Amanda porque tiene unas caderotas y unas piernotas que le hacen tanto bien a mis huevos dándole unas caricias deliciosas en cada arremetida, en cada golpeteo de mis huevos contra sus nalgas PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! Se oía en cada embestida acompañada de sus gemidos. Esta es una de las poses en que me gusta mucho darle durísimo y fuerte porque yo sé que Amanda lo goza mucho y aguanta estoicamente.

Mientras le daba en esta pose, con la yema de mi dedo pulgar embarrado de sus jugos vaginales y de lubricante masajeaba la entrada de su ano. No me había dado cuenta de su cara de placer ni de sus expresiones, de sus gestos sino hasta ver de vuelta la imagen.

Las tijeras:

La sesión continuó con “tijeritas” tanto abiertas como cerradas y alternando tanto de pierna izquierda como derecha y de lado y lado, ya estábamos sudando a borbotones pero felices y disfrutando del sexo, estaba dándole!, dándole! dándole! a tope, con furor con fuelle! Sin dejar que sea fácil sudándola esfonzándonos, pero dándole PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! Se oía.

Esta también es una de las poses infaltables de mi repertorio es muy recomendada porque es una penetración profunda, hay máxima fricción de miembros y podía ver en primer plano como mi verga se hundía hasta el fondo en esa vagina peluda y también ver cómo salía para volver a meterla.

A la esquina y otro orgasmo:

Continuamos hacia la esquina de la cama, ella acostada y yo de pie. Amanda deseosa de seguir la faena abriéndome las patas y mostrándome la concha tan inflamadita de tanto culiar pero a la vez tan peludita y olorosa, mi verga se hundió en su vagina sin ningún problema, estaba tan babosita que cualquier pose era válida para penetrarla con facilidad, en esta ocasión mi misión era la de provocarle otro orgasmo y yo lo sabía porque en anteriores ocasiones tuvo varios es esta pose, de modo que empecé a darle de nuevo PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! Le di verga por un buen rato con varias variantes hasta que no aguantó más y se vino muy fuerte temblándole las piernas, gimiendo y gritando ahhhhhh ahhhhh, aproveché para lamerle los senos y complementar su placer.

Llegar a lo más profundo y la carretilla:

Luego de secarnos el sudor rápidamente, empezamos la carretilla con una variante, primero ella se puso hincada de perrito al borde de la cama para que la penetrara con mis embestidas estuve dándole así por un rato hasta que le clavé la verga muy profundo, los más hondo que pude enterrándosela toda completamente y se la dejé ahí sin moverme solo meneaba mi cadera en movimientos circulares para que sintiera mi verga erecta, parada a tope, para que sintiera que yo estaba ahí presente dentro de ella haciéndola sentir en los más íntimo y profundo de su ser y yo seguía empujando con fuerza, en ese momento estábamos muy conectados con Amanda y se sentía una unión brutal, un gran placer sin llegar al orgasmo.

Pasé a jalar sus muslos hacia afuera de la cama sosteniéndolos con mis manos y así lograr la pose dela carretilla, una de las poses más hermosas más eróticas y más recomendadas aunque se necesita tener buen acondicionamiento físico para aguantar el peso, pero la recompensa está ver como entra la verga hasta el fondo y como se bambolean las nalgas de arriba hacia abajo al compás de cada arremetida, una pose lenta sin duda, de mucho aguante pero muy sexy ya que se puede ver como los labios de la vagina van acariciando y cubriendo al pene mientras se bombea.

Sentones, parados con otro orgasmo y cargándola y hasta el final:

Estaba listo para la poses de parados y eso es mi especialidad una de mis favoritas, que siempre me llevan a la eyaculación por eso siempre la dejo para el final. Amanda empezó dándose sentones sobre mi verga tanto de frente como de espalda. Los sentones deliciosos iban y sentones venían PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF,!!!

Estaba tan deliciosa y yo tenía mis manos libres para agarrar sus senos sus caderas, acariciar su espalda y abrirle las nalgas. Luego, ambos de pie pasamos a un mueble y ella mientras apoyaba sus manos en el yo seguí dándole fuerte en esta ocasión noté Amanda se volvió a venir con otro orgasmo avasallador un temblor en sus piernas que casi la desbarata, sentía un CHAS! CHAS ¡ CHAS ¡ CHAS ¡ de jugos vaginales mientras acompañaban a PLAF! PLAF! PLAF! De los golpetazos y choque de nuestra piel.

Le di la vuelta para cargarla entre mis brazos de modo que quedó abierta de patas en el aire, a pesar de ser una pose de mucha exigencia atlética, aguanté estoicamente y de nuevo vinieron con rigor las embestidas, con Amanda a mi merced inmovilizada y sin poder hacer absolutamente nada más que aguantar los embates de cada vergazo PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!!! CHA!! CHA!! CHA!! PLAF!!! PLAF.

Estábamos exhaustos y chorreábamos de sudor y fluidos que salían de la vagina de Amanda pero felices terminamos la sesión parados yo dándole rapidísimo y muy fuerte, por detrás y muy rápido con todas mis fuerzas. Amanda me acompañaba en cada embestida, creo que ella ya podía presentir que iba a eyacular !! PLAF!!! PLAF PLAF!!! PLAF,!!! PLAF ¡!!! PLAF!! PLAF!!! PLAF PLAF!!! PLAF!!! PLAF ¡!!! PLAF las embestidas se oían en toda la habitación hasta que no aguanté más grité y exploté vaciándole con furor y fuerza mi semen, toda mi leche en su vagina. Fue una sesión maravillosa en la cual disfrutamos tanto dando el todo por el todo.

Gracias Amanda por todo lo que me has dado en el sexo no tengo palabras para agradecerte.