Latin lover . Capítulo 9 : Anaconda ( I )

La cercanía hace aún más real la intimidad . Una vez en el apartamento de Camilo , Alberto no podrá escaparse de él ... ni de sus encantos . Ahora sí que llegó la primera vez de nuestros protagonistas . ¿ El rubio tendrá miedo al ver ESA anaconda ? No perdais detalle pues ¡ la cosa está que arde !

Cuando entraron al apartamento exclusivo en el que vivía Camilo y éste encendió las luces , Alberto quedó bien impresionado .

  • Es . . . maravilloso - reconoció el rubio .

  • Me alegra que te guste - el moreno sonrió tanto que parecía que se le desencajarían las mandíbulas .

El piso era bastante moderno , casi en la línea de Hollywood pero tirando hacia lo vintage . Un maniquí femenino de cuerpo base y algunas perchas de metal se encontraban en la entrada de la sala de estar , en cuyas paredes colgaban tres cuadros pop con sendos retratos de Sal Mineo , Matt Bomer y Judy Garland . Los dos sofás y los diversos sillones eran de estilo Chester , y las paredes tenían bellos paneles de madera de teca superpuesta .

  • Ponte cómodo , Alberto . Iré a por ropa para que nos cambiemos - le dijo el actor tras besarle en la mejilla .

Así que el universitario se sentó en unos de los sillones , aterrado como estaba . No por hallarse en casa de un famoso , sino porque este famoso debía de tener algunas segundas intenciones muy claras .

Camilo Montaner quería que tuvieran sexo . Quería follarle . Y sin saber de su estado de pureza .

  • Te he dejado ahí la ropa - y Alberto miró hacia el maniquí , del que pendía un albornoz de lujosa apariencia .

Creyó que él le estaría mirando de esa manera tan perturbadora como deshonestamente cachonda , pero al rubio no le molestó por el momento . Se quitó las prendas ahí mismo , quedándose solamente con los calzoncillos puestos  . Se puso el albornoz y se lo anudó a la cintura .

Sólo entonces notó ciertos brazos fortachones abrazándole por la espalda .

  • Estás muy sexy , rubito - le susurró al oido , y Alberto se estremeció con el gesto .

Y se giró , y lo que le vio al actor jamás lo olvidaría . Se hallaba desnudo , por supuesto . Era perfecto , con un maravilloso cuerpo trbajado y salido de un gimnasio . Pero aquello . . . lo que le colgaba de ahí . . . ¡ era de infarto !

El miembro erecto del moreno parecía una ( ¿ monstruosa tal vez ? ) anaconda dispuesta a disparar placer .

Camilo sonrió de nuevo , y Alberto tragó saliva .

No se iría del apartamento tan facilmente .