Lascivia Familiar. (3)

Las consecuencias de aquella noche no se pueden olvidar, quizás no quieran ser olvidadas?

Serena escribía en la pizarra el ejercicio de Matemáticas en medio de un murmullo constante de las voces , ojeando su libreta apoyada contra la cintura.

Termino de apuntar la solución y espero paciente la respuesta de Erik el profesor interino de Matemáticas.

  • Buenoo , puedes retirarte Serena, veo que has estudiado ! Bien hecho.-- dijo mirando hacia la clase, – Veis, como no es tan complicado?, verdad?-- Vamoos Clase, quiero la pagina central de ecuaciones para mañana-- grito mas alto que el timbre.

Era la hora de volver a casa, las 5:30 --pensó Serena-- , la hora de ir al médico.

Sentía la angustia al acercarse la hora de entrar al medico de la mano de su padre, tenía pánico a lo que le fuera a decir.

Guardo todo el material , se despidió de Marta y Eva como todos los días en la puerta del instituto, esperando la llegada de su padre ,sus ojos se posaron en el ligero abultamiento de su tripa , su mano se poso allí donde la tela de su falda se tensaba , suspirando de nuevo.

Cada mañana se despertaba con aquellas nauseas que la hacían vomitar hasta la ultima papilla, apenas podía mantener nada en el estomago, comiera lo que comiera se le revolbia haciéndola echarlo todo, pero no solo eso era lo molesto, se quedaba dormida casi en todos lados, en clase , en la cafetería, en los vestuarios.

Recordaba avergonzada como Marta la zarandeaba muerta de risa para despertarla con una rodaja de mortadela enganchada a la cara, luego estaba lo del dichoso calor

El pitido del claxon freno cualquier otro intento de humillación autocompasión.

  • Marcus espero pacientemente que Serena entrase para darle un beso como de costumbre,-- atándose el cinturón-- miro hacia delante con algo mas de rubor en las mejillas.
  • Como ha ido el día, hija?-- pregunto Marcus poniendo el coche de nuevo en movimiento.

Serena le explico pacientemente el aburrido día de una estudiante de instituto, la suave música de la radio volvió adormecerla de nuevo.

Marcus observo como las palabras iban apagándose del cuerpo de su hija, hasta que esta quedarse dormida justo cuando llegaban a la entrada de la autopista, la vio dormir tranquilamente y se alegro al menos verla descansar aunque fuera un instante.

Era consciente de las ojeras violáceas rodeando sus ojos, se le paro el aliento, apenas era una cría pero era tan hermosa.

Sus ojos recorrieron la tersa curva del cuello hacia abajo donde la camisa escolar se abría tentadoramente.

Cada bache de la carretera le pareció un suplicio ante semejantes pechos bamboleantes intentado escapar de su tierno escondite.

Marcus respiro tranquilo, mientras llegaban al aparcamiento del centro medico, apago el Gps tratando de serenar los nervios.

Decidió escoger aquel centro medico tan lejano para no levantar chismes malintencionados que pudieran afectar si cabe mas a su pobre hija.

Se recostó sobre el asiente y acaricio suavemente su mejilla , despertandola tiernamente.

  • Cariño..., vaaa preciosa..., despierta! Hemos llegado!-- dijo en tono alegre.
  • Mmmm, bostezo Serena desperezándose lentamente.

A Marcus le fue imposible apartar los ojos de aquellos jugosos melones estirándose justo a casi un palmo de él. Deteniendo su mirada un instante fijamente.

  • Que pasa , Papa?-- pregunto aun medio dormida al ver como sus ojos bajaban a su escote.
  • Vas a enfriarte , si llevas la camisa tan desabrochada...!-- se le escapo torpemente a Marcus.
  • Mmmm, – Serena bajo la vista para comprobar lo que su padre le decía y enrojeció...

Marcus trago saliva de nuevo, cada vez mas acalorado por la atmósfera creada dentro del coche.

  • Es... que me da algo de corte...,!-- susurro Serena.
  • Que te da corte... Serena..., soy tu padre. A mi, me lo puedes contar todo,-- dijo sosteniéndole la barbilla.
  • Veras... quería decirte que... las camisas ya no me vienen... me van estrechas... del pecho...!
  • Ahhh.... Entiendoo!-- suspiro aliviado Marcus.
  • Ves-- dijo abriéndose el escote y volviéndoselo a cerrar-- Me he puesto como una foca....

Marcus sudaba como un cerdo al ver aquellos melones con los que soñaba cada noche delante de sus narices.

  • Desde hace algún tiempo.... me duelen... ya sabes!-- dijo enrojeciendo de nuevo Serena.
  • Los pechos.... acabo por terminar la frase Marcus.-- hablo alargando la mano en un acto reflo hacia los abultados pechos de su hijita.
  • Siii..., me duelen... un poco todos los dias..., y me sale un liquidillo.....-- Mmmmfff, se quejo al notar la mano de su padre sosteniendo su teta derecha.
  • Veamos, dijo sujetando la teta derecha de Serena masajeandola tiernamente...-- inmediatamente el pezón se endureció bajo su mano, notándolo duro bajo la tela del sostén.
  • Mm mmm, mmmm, mmmm-- murmuro Serena relajada.--
  • Te relaja... verdad? – dijo tragando aire al acercar la boca hasta la tela , tentado a chupar allí mismo en el parking.
  • Siiii, siiii, que gustitooo Papa...!.
  • Buenooo , dijo Marcus retirando a regañadientes la mano de la teta de Serena, Sera mejor que entremos en la consulta hija. – acabo de decir mientras salia al exterior raudo y veloz.

Ella tardo unos minutos en abotonarse la camisa y salir fuera, juntos se dirigieron hacia la recepción de la consulta medica.

Relleno los datos del seguro sin dirigirle otra mirada, sentados como estaban entre niños llorosos, mujeres embarazadas y algún que otro padre sobrepasado.

Serena entendió entonces, que aquel no era un medico corriente, se trataba de una consulta familiar, un ginecólogo. Enrojeció hasta las orejas , al pensar las preguntas incomodas que le haría.

Apretó la mano de su padre preocupada, bajo la cabeza preocupada por todo lo que se avecinaría.

Oyó su nombre llamándola, el pulso se le acelero cuando estuvo frente a la doctora.

  • Pasa, pasa... Serena... Verdad?-- dijo leyendo el informe delante de ella.-- veo que eres muy joven. – por favor,-- dijo dirigiéndose a Marcus.-- sera mejor que espere fuera.... – luego puede entrar.

Marcus dudo un instante y salio de la habitación en silencio.

  • Tu padre, verdad?-- dijo preguntándole la doctora.-- Me llamo Elena, dijo tendiéndole la mano-- seré tu medico.-- Veamos..., no te asustes..., veras siempre me gusta charlar con mis pacientes mas jóvenes sin ningún tipo de presión. Entiendes?-- los padres pueden ser poco comprensivos.
  • Claro.. , respondió Eva-- Pero, papa no es así.-- dijo sonriendole por primera vez.
  • Es bueno saberlo...,-- Bien, empecemos.-- primero, te preguntare un cuestionario típico..., nada difícil, y luego si quieres, podremos hacer entrar a Papa para el examen medico. Te parece bien?

Serena asintió con la cabeza.

  • Estupendo. Y comenzó a preguntarle en voz baja las preguntas standar sobre relaciones sexuales .

Serena contesto insegura al principio, las típicas preguntas sobre promiscuidad , la fecha de su ultima menstruación ,resolviendo los momentos difíciles escondiendo la mirada.

  • Un par de preguntas mas y terminamos esto.-- El chico con el que mantuviste relaciones era sexualmente activo?--
  • No se..., pronuncio dudosa.
  • Solía mantener otros encuentros sexuales con otras personas,-- Te lo digo, por las enfermedades de contacto sexual. – Continuo anotando la doctora.
  • No , no creo...-- pronuncio Serena.
  • Y la ultima, – Has usado algún tipo de anticonceptivo durante los encuentros sexuales con él.
  • No. – contesto bajando de nuevo la vista -
  • Eso es todo.-- pronuncio levantándose y abriendo la puerta para dejar pasar a Marcus.

Entro algo dubitativo, con las manos sudadas por los nervios. Sentándose justo donde Serena había estado contestando un instante antes, observo detrás del biombo la figura de Serena desvistiéndose, cerro los ojos intentando no excitarse ante la visión de su niña desnuda detrás de una fina mampara de plástico, apretó la mandíbula, a la vez que veía a Serena subirse a la camilla con estribos.

Tras lo que le parecieron una eternidad, escucho a la doctora ordenandole que se vistiera. Esta, apareció enseguida con el semblante algo cambiado, dirigiéndose a la mesa anoto en silencio los datos sin levantar la vista, justo hasta que volvió a ver a Serena sentándose junto a los dos.

  • Bueno Serena...!, ya no te molestare mas,-- dijo sonriendole, todo parece normal, si no importa esperar un par de horas fuera , tendremos los resultados definitivos de los análisis.-- termino acompañándolos a la sala de espera.

Marcus se concentraba contando los cuadros de la moqueta intentando desviar sus pensamientos. Lo sucedido aquella noche hacia meses aun les perseguía, por un momento se irguió incomodo en el confortable sofá observando a su preciosa hija.

Apretó su mano procurando infundirle ánimos.

La consulta poco a poco fue vaciándose hasta solo quedar ellos dos como últimos pacientes. Se desaflojo el cuello de la camisa , empezaba a soltar la corbata cuando la puerta de la doctora se abrió llamándoles a su interior.

Avanzaron despacio, casi flotando en una nube de angustia sentándose de nuevo frente al escritorio de la doctora.

  • Bueno … empezó a hablar la doctora-- los resultados son positivos Serena... – Estas embarazada.-- acabo sentenciando. – Por la fecha de tu ultima menstruación debes estar entrando en la semana 14. – la observo palidecer . – No te asustes pequeña, es algo natural que estés sobrepasada... suele pasar!-- Pero, vas a estar controlada durante todo el embarazo. – Quieres hacerme alguna pregunta?
  • Cuando nacerá?-- termino de pronunciar Serena-- mirando a su padre.
  • Buenooo semana arriba , semana abajo. Diría que para mediados de noviembre dijo contemplando el calendario de su mesa.-- Diría que un par de semanas antes empezar diciembre.
  • Doctora... pronuncio Marcus por primera vez. Me gustaría preguntarle, si podría convertirse en su doctora para el parto..., – que lleve todo su embarazo...

La doctora consulto un instante su agenda electrónica, comprobando sus citas con el resto de pacientes.

  • Ningún problema, tengo noviembre libre. – Anoto rápidamente.-- Siempre que, hablo mirando a Serena-- Tu quieras que sea tu doctora...?
  • Siiii claroo... – contesto Serena--
  • Bueno, entonces Listo. Por lo pronto te recetare un complejo vitaminado para ti y para el feto. Y si tienes alguna duda o pregunta? Pues... aquí me tienes.
  • Doctora.... yo... me duelen los pechos algo... y he empezado a notar como me sudan …
  • Ya .. bueno es normal. Tus pecho se preparan para amamantar a un bebe, están creciendo para producir leche para alimentarlo. Aun no tienes... leche , pero produces algo parecido que se llama calostro....´-- aclaro la doctora-- Puede que te duelan durante un tiempo... pero no es nada malo... y debas sacarte tu misma el exceso... procura utilizar sostenes mas elásticos... de tela transpirable... por lo demás...
  • Ahhh , esta bien. – respondió .
  • Si eso es todo..., os daré visita para dentro de 2 semanas.-- apunto en el papel entregándoselo.

Ambos permanecieron callados, mientras se despedían de la doctora y subían de nuevo al coche.

Volvieron en silencio, Serena dormitando a cabezadas y Marcus conduciendo con la mente concentrada en la carretera.

Cuando por fin llegaron al umbral de su casa, las luces exteriores se encendieron despertando a la agotada chica.

  • Me he vuelto a quedar frita...-- bostezo al sacarse el cinturón.-- Sera mejor, que entre a preparar la cena...
  • Dejalo hija, pediremos pizza. – sonrió Marcus-- acariciándole la barbilla.

Entraron abrazados, apoyándose uno en el otro. La casa desierta de cualquier rastro de David. Marcus avanzo hacia el teléfono parpadeante y pulso el botón del contestador. El mensaje de su hijo era lo suficiente claro. Se quedaba en la biblioteca a preparar los exámenes parciales de anatomía. Pasaría la noche allí.

Sacándose la corbata del cuello, se apresuro a marcar el numero de teléfono de la pizzeria y encargar algo, colgando al ver como Serena se hundía en el sofá frente al televisor.

  • Que voy a hacer ahora, Papa? Como... voy a seguir las clases.... , no podre terminar el instituto... – termino echándose a llorar.--
  • Vamos, vamos , hija. – dijo sentándose junto a ella.-- No creerás, que vas a estar sola en todo esto! – emitió sonriente Marcus sosteniendo su barbilla.-- Tu hermano y yo siempre estaremos a tu lado... y veremos como compaginarlo... quitate todas las malas ideas de la cabeza. – Entendido? – termino acercándose hasta sentir su aliento.

Serena asintió con indecisión, mirando directamente los ojos de su padre. Sus dedos secaban sus lagrimas , produciendole un ligero hormigueo donde las yemas rozaban. Justo hasta posarse en el borde de sus labios.

Los hipidos fueron calmándose, tan cerca como estaba le llegaba el ligero perfume de la loción de afeitar de su padre, el roce de su dedo se poso sobre su labio inferior haciéndole abrirlo para sentir el primer beso tierno de Marcus.

Le produjo un cosquilleo muy agradable, casi placentero y no retrocedió cuando otro ligero beso se poso sobre su boca abierta. La punta de su lengua asomo entre su labios venciendo la resistencia de Serena, que dejo que su lengua empezara a provocarle un pequeño gemido .

Casi sin quererlo la lengua provocaba un calor muy extraño, profundizando lentamente hasta provocarla a imitar sus movimientos. Era muy extraño, el beso se había convertido en un frenesí de lenguas entrando y saliendo que le gustaba mucho.

Pronto se vio inclinada hacia atrás encima del sofá, con el cuerpo inclinado de su padre aplastándola.

El timbre a su espalda termino despertandola de golpe, abriendo los ojos asustada.

Su padre también despertó de la ensoñación separándose lentamente. Un fino reguero de saliva recorriendo sus boca. Su ojos nublados fijos en sus labios hinchados.

El sentido común lo golpeo como un mazo, haciéndolo retroceder. Se giro, y acudió hacia la puerta intentando simular un control que escapaba a toda lógica. Contó los billetes y recogió la pizza.

No se giro una sola vez, no debía hacerlo , su resistencia cada vez era menor.

  • La pizza esta caliente... , como algo anda hija. – grito desde el pasillo dirigiéndose a su habitación.-- Voy a darme una ducha... , cena tu primero.. luego picare algo.

Se adentro en la habitación paseando arriba y abajo cono un animal enjaulado, rabioso se despojo de la camisa , el cinturón y los pantalones después.

Miro asustado hacia abajo comprobando la enorme erección de su calzoncillo, entro en la ducha a oscuras, abriendo solo el grifo del agua fría sumergiendo su cabeza y su cuerpo después. Tras varios minutos consiguió despejar la mente. Dejando de lado, las ganas de volver al comedor y follarse a su hija en el sofá.

Cerro los ojos asustado, cada vez era peor..., cada vez se controlaba menos. Y peor aun..., su hija empezaba a dar signos sensuales de consentimiento.

Bajo los ojos hacia su polla medio tiesa , se pajeo con los ojos cerrados en la oscuridad de su cuarto de baño, notando la boca deliciosa de su hija abriéndose a su lengua, provocandole mas y mas.

El gruñido de la corrida le dejo satisfecho, sacudiendo su esperma en honor a la tierna boca de su hija. Cuando los últimos espasmos se sucedían, pensó en su boca chupando y lamiendo su polla, tragando el semen que la había preñado. Y los cojones le dolieron al alargar el ultimo chorro.

Salio de la ducha helado, secándose todo lo despacio que pudo , intentando serenarse antes de aparecer de nuevo ante su hija.

Contuvo el aliento y salio de nuevo hacia la cocina, tal como esperaba Serena había abierto la caja de pizza en el centro de la mesa de la cocina.

Un par de platos estaban colocados en ambos lados de la mesa, callada y esperando su aparición .

Intento aparentar una tranquilidad que ya no sentía , sentándose y comenzando a masticar sonriendole a su hija.

Serena por fin se relajo. Agarro un trozo de pizza caliente , comenzando a masticar con hambre. Aun no sabia muy bien como reaccionar ante lo sucedido en el salón, no le dio mas vuelta a lo que le rondaba por la cabeza.

Aunque, siempre volvía a ella, una y otra vez. Bebió un sorbo de agua, observando detenidamente algún signo de enfado en su padre.

Le dolía imaginarse lo cerca que había estado de dejarle continuar . Avergonzada bajo la vista con las mejillas enrojecidas por la vergüenza. – Ya no se reconocía-- , su cuerpo empezaba a cambiar día a día. El asco y el pavor de meses atrás la desvelaba de noche.

Al principio, siempre sentía aquel miedo asociado al asalto, pero luego, luego....

No sabia si era, porque en verdad era una puta...., se repetía-- pero cada vez los recuerdos de su hermano David y de su padre se colaban en sus sueños excitándola hasta dejarla al borde de algo... ,algo inexplicable.

Siempre despertaba con un grito ahogándole la garganta, las lagrimas de nuevo bañándole la cara.

Terminando desvelándola toda la noche, le horrorizaba volver a dormirse, intentando no gritar para no preocupar mas a su familia, peor aun... que su padre o David pensaran mal de ella.

Luego se arrastraba medio dormida por todos lados, agotada y sin fuerzas. Volvió de nuevo su atención a la pizza. Con el rubor aun en las mejillas ,a Marcus le pareció preciosa, sus ojos bajaron hasta posarse en su estomago, allí donde su hijo-nieto crecía ignorante de aquel tremendo lió.

  • Era una locura... se dijo.-- Que te parece..., si mañana vamos de compras..., ya sabes... fundimos la tarjeta de crédito... compramos algo de ropa y que se yo!, comemos en algún sitio del centro?
  • Lo dices en serio?-- contesto Serena ilusionada.-- Podre comprarme ropa, zapatos... y maquillaje?-- volvió a decir en tono infantil.
  • Clarooo, un día es un día! Tiraremos la casa por la ventana, que demonios! – pico en la mesa divertido-- puede que hasta yo me compre algo!-- rio por primera vez en el día.
  • Siiiiiiii,-- chillo entusiasmada Serena!-- lanzándose al cuello de su padre abrazándolo fuertemente.

Fue un acto reflejo, pero volver a sentir los brazos de su hija rodeándolo el cuello le devolvió de nuevo a un recuerdo enterrado a fuego en su memoria.

Acababa de follarse por primera vez a Serena, cuando los animales que los retenían la sacaron por la fuerza de su regazo, tirándola como una muñeca rota justo al lado de su hermano.

Cerro los ojos con fuerza, como lo hizo entonces, odiaba lo que había echo, lloro como nunca lo había echo, sus ojos fijos en la polla fláccida cubierta de la sangre virginal del coño de su hija. Había desvirgado a su niñita, lo había echo.

La tortura siguió durante el resto de la noche, le obligaron a verlo.

Su hijo David había sido el siguiente en follársela, atada como estaba a cuatro patas, le resulto grotesco.

Pero su hijo, hundió su polla en el coño lubrificado de Serena casi cuando su esperma goteaba piernas abajo. Los gruñidos de la boca de David eran roncos, casi como si estuvieran arrancándole de las entrañas cada envestida seca de su polla.

Le dolían los ojos , al ver como su hijo se follaba sin contemplaciones a su hermana derrotada.

Tras lo que pareció una eternidad, comprendió que empezaba a llegarle el final, tal como le clavaba la polla, temía que pudiera destrozar aun mas su tierno coño.

La neblina de lagrimas no le impido ver como se tensaba acelerando rabiosamente la jodienda, hasta provocar un golpeteo lubrico. Las risas y las voces llegaban a sus oídos cruelmente animándolo a correrse.

  • Vengaaaa chavaaaaalll, ya casi estasss.... vamooooosss, vamoooos, correeeteeee!-- oía a sus espaldas.
  • Ahhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhhh, ahhhhhhhh.-- aullaba David , empujándose mas profundamente en el coño de su hermana.

Marcus lo vio cerrar los ojos, mirando al techo mientras comenzaba a correrse sin pausa, hasta desplomarse sobre el cuerpo de Serena, el eco de los aplausos le llego como un amargo recordatorio de sus sádicos secuestradores.

Intento que sus manos no temblaran al deshacer el abrazo con su hija. Si llegara a sospechar sus pensamientos-- se dijo--. Vio en sus ojos la inocente alegría, y se odio al sentir el monstruo en su interior.

Estaba preñada, seguramente de su hijo o incluso de él.

Acaricio su cara, tal como cientos de veces hiciera pellizcando su nariz.

  • Vamos peque, sera mejor que nos vayamos a dormir... mañana sera un día muuuyyy largo!
  • Sera lo mejor...! – Aggggghh! --bostezo levantándose.
  • Buenas noches, pequeña!. Que descanses...! –
  • No te vas a la cama...? – pregunto desde el pasillo.
  • Si... bueno... recogeré esto y …. luego me acostare.

Cuando hubo guardado los platos en la alacena, allí; en la cocina a oscuras se fumo un pitillo. Intentando planear lo que a continuación llegaría con el embarazo de su hija.

Las preguntas en el instituto, los servicios sociales seguramente se metieran... – Que les diría?

El cigarro se había consumido en el cenicero , seguía dándole vueltas al asunto.

Decidió, no pensar mas en ello. Mañana seria otro día, agotado se arrastro por el pasillo hasta su habitación al fondo del pasillo , hundiéndose entre las sabanas.

El primer grito desgarrador le heló la sangre, despertandole inmediatamente. Volvió a escuchar aquel lamento penoso resonando de nuevo, y no pudo volver a dormirse, aguardo , rogando que Serena se calmase. No podía dejarla así.

Se levanto de un brinco, aun descalzo salio al pasillo andando medio a tumbos, los chillidos habían dejado paso al gimoteo constante. Frente a su puerta, con la mano en el pomo dudo un instante.

Giro el pomo intranquilo, tal como esperaba, la figura de Serena se encogía en un ovillo en el centro de la cama.

Encendió su pequeña lampara de mesa, sentándose muy firme junto a su cabecera.

  • Ya paso hija, ya paso – intento tranquilizarla como hiciera desde niña.

El cuerpo tenso de Serena, noto el contacto de la mano acariciando suavemente su espalda, su pelo, y la tensión cedió dentro de ella.

  • He vuelto a soñar con elloosss.... murmuro lanzándose a los brazos de su padre.
  • Es solo una pesadilla , solo eso, ya no pueden hacernos nada...-- susurro al oído de su hija.
  • Llora hija, llora cuanto quieras... , es mejor que saques todo fuera...-- le dijo Marcus acunándola con mucha suavidad.
  • Ohhhh papaaaa!, – suspiro descansando en sus brazos.

Permanecieron abrazados hasta que los sollozos se fueron apagando en la boca de Serena.

  • Estaría así toda la vida hija, pero... ahora que estas tranquila , sera mejor que volvamos a dormirnos! – Eh?
  • Noooo, no te vayas Papa!. Si no volveré a tener pesadillas.-- suplico Serena.-- Quedate conmigo, vamosss!.
  • Vamosss, ya no eres una niña! – pronuncio Marcus en un tono mas crispado de lo habitual.--no pretenderás que me quede aquí? –.
  • Poorr Favoooorrr,..-- intento retener los brazos alrededor de su cintura.
  • Eso si que no, dijo levantándose de golpe.-- duérmete, venga. – no me pongas carita de no romper un plato!
  • Vamoosss papa, si no voy a molestarte!, Te lo juro!.
  • Ya esta bien..., dijo apagando la luz de su mesita.-- vuélvete a dormir, no quiero oír mas tonterías. – termino encaminándose hacia la puerta velozmente.

Ya fuera de la habitación, reclino la cabeza sobre la madera de la puerta, estaba asustado, mas incluso que aquella horrenda noche. Su hija no sospechaba, pero si se hubiese quedado había acabado follándosela , quizá toda la noche.

El latido de sus sienes era atroz, se tomaría un analgésico para controlar su migraña. Puede que con fortuna, la noche pasara mas deprisa.

Con la erección agujereandole el pijama se tomo la pastilla y volvió a la soledad de su cama.

Serena si lo había notado, el tremendo bulto crecía duro sobre su costado. No dijo nada, le pareció mejor callarse, abrazada como estaba en el caliente abrazo de Papa. Como seria tener de nuevo aquel monstruo en su interior? Sentía bullir todo su cuerpo.

Preñada o no, cada noche sentía como su cuerpo se excitaba en sueños, como recordaba las enormes pollas de su padre y de su hermano clavándose en sus entrañas.

Se acarició el vientre, lleno de la semilla de aquellos días creciendo en su interior.

Las tetas le habían crecido casi 3 tallas, hasta parecerse una de aquellas putas operadas de las pelis porno.

Los pezones ya sensibles de antes, se convertían en una tortura que la hacían arquearse al untarse de crema hidratante en la ducha, acabando con el coño húmedo en cada ducha, ya no se reconocia.

Se subió la sabana hasta la barbilla, su mano bajo hasta el borde del camisón buscando el roce de su ya húmedo coño.

Intento no pensar en nada, estaba muy excitada... se acaricio rápidamente el pequeño botoncillo hasta arrancar el primer jadeo.

Siguió castigando con rapidez , hundiendo sus dedos hasta hacerla arquear de placer.

La liberación del orgasmo le llego con fuerza, dejándola aun mas excitada.

Las bragas seguían en los pies de la cama cuando se destapo y se las puso de nuevo. Trataría de dormir, ya estaba algo mas calmada.

No sabia muy bien si era sueño o recuerdo, pero allí estaba.

La habían atado a la mesa del café, su hermano David la aplastaba sobre la mesa con la polla hundida en el coño, descargando chorros y mas chorros de aquella caliente esencia. Ella ya no podía ni moverse. El larguísimo chorro de Papa y el de David habían calmado algo el escozor, suavizando algo el dolor, llenándola de aquella baba blanca.

Trato de no llamar la atención, permanecer callada , parecer medio muerta. No darles ocasión para seguir aquella tortura.

Pronto noto como el peso de David se retiraba, dejándola de nuevo libre.

No la taparon, solo podía escuchar las risas y carcajadas de los animales.

--Ostiaaaa … mira cuanta lefa...., joder tio... vais a dejar preñada a la cria!-- escucho la fuerte voz rusa.

Debió desmayarse, porque no recordaba mucho mas después de aquello. Cuando recobro el sentido, seguía atada a la mesa, no la habían soltado.

Pudo levantar un poco el cuello, buscando la familiar cara de su padre frente a la butaca, pero no lo vio.

Asustada, pensó lo peor . Lo habrían matado?

  • Calma , calma mi niña...-- escucho justo de nuevo a su espalda. No busques a Papa..., esta aquí justo detrás...

Quiso ladear la cabeza, pero la rigidez de la posición no la dejo. Serena dio un gritito, cuando noto unas manos grandes colocarse sobre su culo , apretando y soltando, pellizcando y amasando.

No dejaba de magrearla, cuando volvió a escuchar la voz.

  • Que pedazooo culo tiene tu niñaaa... mira como lo pide... , esta deseandolo..., vamosss acercate Papaito..., estas deseando abrirle el ojete..., no seas hipócrita....
  • Noooo, noooooo.... escucho a Marcus siendo arrastrado.
  • No?-, en serio? Pues tu polla me parece que dice que si... , jodeeer como empieza a levantarse.

Marcus callo avergonzado, ante la confirmación de su polla de nuevo tiesa ante el culete de Serena.

No podía evitarlo, su cuerpo lo traicionaba.

Las muñecas le sangraban donde las ataduras le habían rozado cruelmente, pero tal como estaba de rodillas , apenas a un palmo del culo de su hija con la polla apuntando tiesa., sus atadura fueron rajadas. Tuvo que sujetarse a las caderas de su niña, para no empalarla de golpe.

El aroma a coño bien follado le llegaba a la nariz, y la sangre se le subió de golpe a la polla.

Chillo asustada cuando las manos le sujetaron las caderas con firmeza, y el roce de la carne húmeda pasandole rápidamente la hizo tensarse, al sentir el gordo cabezón empujando en la entrada de su culo.

Quiso olvidarlo todo, aquello no podía estar sucediendo. El quejido salio de su garganta .

Marcus se apalanco decididamente un par de palmos, clavandole la tremenda seta poco a poco, abriéndose paso en el estrecho ojete , palmo a palmo.

Procurando no hacerle mas daño del que fuera necesario, la carne elástica del ano se acomodo a su cabezón. Empujo un poco su cadera hundiéndose un par de centímetros mas, arrancando lastimeros grititos.

Le quemaba el culo, pensaba que si aquello continuaba acabaría rajando la por dentro, apretó las mandíbulas hasta rechinar los dientes, no podía aguantarlo mucho mas..., notaba cada vena del cipote latiendo en su culo.

  • Shhhhhhhhhhhhhhhhhh, siseo dolorida cuando las manos en las caderas la empujaron clavándose un par de palmos mas.

  • Casiiii estaaaa hija, quieeeetaaaaa cariñoooooo!-- escucho a Marcus a sus espaldas.

Apenas podía boquear por la impresión, al chillar como un animal en el matadero.

  • Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Escapo por su boca.

Marcus estaba totalmente hundido en el culo de su hija, sus cojones reposando sobre el empapado coño aun cubierto de sus corridas anteriores.

El aullido de dolor le producía pánico, solo podía intentar calmar algo el lacerante dolor.

Arrastro su mano hacia abajo , encontrando el clítoris. Comenzó a frotarlo arriba y abajo, restregándolo hasta notar como su hija dejaba de chillar de dolor y empezaba a jadear bajito.

  • Yaaaa mi niñaaaa,-- susurró para que solo la oyese ella,-- empujando por primera vez su polla dentro y sacándola.

Serena noto como salia de su culo y volvía a meterse inmediatamente, arrancándole un gemido al compás veloz de la mano sobando mas rápido. Le acaricio el clítoris mas y mas, con lo que el cuerpo le pareció de gelatina. Su ojete volvió a tragarse el enorme cabezón , hasta deslizarse como un obús en su culo.

Sus músculos internos se tensaron de nuevo al recibir tanta carne.

Marcus continuaba sobando el tierno clítoris sin piedad, hasta que su hija empezó a gemir mas y mas alto, se hundió de nuevo en el tierno ojete , metiendo y sacando su rabo sin compasión, follandola duramente, se agarro a las caderas empujándose mas y mas fuerte.

Serena podía notar el calor inundandole el cuerpo , llegandole desde la punta de los pies hasta el ultimo pelo , golpeándole como una explosión de placer. – Ahhhhhhh, ahhhhh.

Para Marcus el profundo y violento orgasmo de su hija lo espoleo hasta acelerar clavandosela hasta los cojones, meciéndose furiosamente dentro y fuera de ellla. Una de sus manos seguía enterrada entre el coño empapado de su niña, aguijoneando sin compasión su coño.

Se clavo en su culo como una bestia, esta vez el gritando sin control.

  • Ohhhhhhhhhh dioooosss, oooohhhhhhhhhhhhh , ohhhhhhhhhhhhhhh-- gemía bombeando su rabo dentro del flexible ojete de su hija, se volvió loco acelerando , enterrándose mas y mas.

Serena no entendía lo que sucedía, sus caderas siguiendo el compás impuesto por su padre, olvidado atrás el dolor, disfrutando por primera vez .

Por fin disfrutaba, las caderas meneándose al compás de la enculada, sus testículos golpeando ritmicamente la rajita empapada. Las tetas aplastadas sobre la mesa de cristal, mientras seguía follándose el tierno culito de su hijita. El ultimo pensamiento le previno de lo cerca que estaba de correrse. Las pulsaciones de sus huevos le estaban matando.

Chillo como un loco, masajeando el coño rebosante de corridas furiosamente, mientras la follaba el culo mas y mas profundamente. Siguió bombeando lo que le pareció un siglo, gruñiendo como el animal que era.

  • Urhhhhhhhh, urhhhhhhhhhhhhhhhh, uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-- Meeeee corrrooooooooooooooooooooooo-- jadeo Marcos, incapaz de aguantar mas dentro del estrecho ojete. Envistió martilleando con furia, chasqueando los cuerpos a un ritmo cada vez mas lubrico.
  • Hijaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa miaaaaaaaaaaaaaaaaa!, aulló corriéndose como un animal salvaje- temblando sobrepasado mientras descargaba su esperma sobre el cuerpo extenuado de Serena.

Serena no entendía muy bien lo que sucedía, su padre le había jodido por el culo. Tenia la caliente leche saliendose por su culo, le dolía todo el cuerpo como nunca antes, ya no sentía fuerzas para resistirse, ya no.

Despertó de golpe , temblaba. Con mucha lentitud, se destapo y se puso las zapatillas. El corazón le latía a mil por hora cuando salio al pasillo.

Paso a paso se dirigió a la habitación de su padre , abriendo la puerta con mucho cuidado. Con las mejillas húmedas por las lagrimas derramadas, avanzo de puntillas hasta la cama donde dormía.

Procurando no hacer mucho ruido, aparto las sabanas metiéndose justo en la otra punta donde descansaba Papa. Se cubrió temblando, procurando no hacer demasiado ruido.

Estaba helada, tanto que su cuerpo tiritaba sin control. El primer movimiento al otro lado de la cama la hizo paralizarse.

Ni siquiera respiraba, se despertaría regañándola?-- cerro los ojos intentando no pensar.

El aliento rozaba ahora su oído, tan cerca de ella. El calor de su cuerpo, comenzó a entibiar el suyo. Por fin podía relajarse..., su brazo la sostuvo contra él desde atrás, su mano aprentandola suavemente a su cintura. Sentir su pecho contra su espalda cerrando aquel abrazo , la calmo como siempre lo hiciera desde que era niña.

Muy despacio, el sueño se apodero de su cansada dueña. Sin preocuparse de aquel duro y tieso bulto que empezaba a empinarse contra su espalda.

Sintió que estaba en casa.