Las zonas erógenas del hombre
Un pequeño tributo...
Las Zonas Erógenas (del hombre)
Para "Vudú Blanco".
Un pequeño tributo.
Se dice que el órgano sexual más grande que tiene el ser humano es la piel.
La geografía corporal humana está plagada de puntos que despierta altas sensaciones con apenas acariciarlos. Son tan sensibles gracias a que es justo ahí donde existe una red de terminaciones nerviosas sensitivas que reaccionan ante cualquier estímulo, sobre todo táctil. Y es justamente su sensibilidad lo que las hace una región digna y merecedora de ser explorada. Para los sexólogos, una zona erógena no es otra cosa que una porción de piel rica en un tipo de receptores sensitivos. Éstos se hallan distribuidos por todo el cuerpo, pero se concentran en el clítoris, para la mujer, y el glande del pene.
Estos interruptores del placer no aparecen distribuidos de forma aleatoria en la piel, sino que se concentran en las denominadas zonas erógenas. El placer no sólo se limita a los órganos genitales, ojo.
Las zonas erógenas son lugares de nuestro cuerpo donde las caricias producen sensaciones placenteras. No se trata de puntos arbitrarios, sino que son aquéllos en los que se concentra gran cantidad de terminaciones nerviosas y gracias a ello responden con una especial sensibilidad ante una estimulación adecuada. Así, se pueden dividir en dos grandes "zonas" :
Las zonas primarias* :
son las partes del cuerpo más erógenas, las que mejor responden ante cualquier toque sensual y la mejor vía para llegar a la excitación sexual. Su estimulación son invitaciones descaradas al sexo. Por ejemplo: la punta de los pezones y el pene o las tetillas del hombre. Las zonas secundarias* :
como el cuello, el centro de la espalda, las orejas, la garganta, los labios, la parte anterior de las piernas, el ano, son partes del cuerpo que responden con altos niveles de placer y excitación, aunque con menor grado que las primarias.
De todas formas, la totalidad del cuerpo humano es una zona erógena, ya que la estimulación de cualquier punto es una fuente de sensaciones placenteras. Además, cada persona posee un mapa erógeno exclusivo y diferente, es decir, que la exploración y descubrimiento de las zonas erógenas varia de persona a persona; sin embargo es, además de recomendable, riquísimo y delicioso explorar el territorio de cada amante hasta encontrar cada uno de sus puntos más sensibles y explotarlos no sólo en cada encuentro sexual, sino que incorporarlos a la dinámica de pareja (cafés, cines, en la playa, por la calle...y a ver quién a más). El contacto y la estimulación de la piel es uno de los mayores componentes de la actividad sexual. Es muy importante aprender a acariciarse y a dejarse acariciar. No hay que concentrarse únicamente en las zonas erógenas comunes (que citaré más adelante), ya que la piel está compuesta de una infinidad de puntos sensibles que hay que descubrir día tras día. Repito: TODO el cuerpo es una enorme zona erógena...aunque es innegable que en algunos puntos las sensaciones son mayores que en otros. Por eso es muy importante que cada persona explore su cuerpo y descubra sus partes más erógenas y... ¡¡¡no!!!, mejor: explorar el cuerpo del otro y que el otro explore nuestro propio cuerpo, porque ¿acaso "explorar" no es lo mejor?... pues eso... los prolegómenos.
Por lo tanto, la exploración de las zonas erógenas se puede realizar tanto solo como en pareja, y puedes hacerlo portando ropa o no. Por lo regular es sentido del tacto, es el más empleado para dar estimulación a las zonas erógenas; pero cabe recordar que también nos podemos auxiliar de los demás sentidos y también, por qué no, de objetos como juguetes sexuales, hielos, cordones, etcétera (yo voto por lo del hielo). Recordad que si nuestra imaginación no tiene límites nuestra sexualidad tampoco.
No toda estimulación de una zona erógena será siempre placentera, porque no todas las zonas erógenas harán que tu pareja enloquezca y se apasione, por lo que debes prestar especial atención a sus respuestas. Cuándo encuentres una que realmente excite a tu compañero ¡trata de incorporarla a tu vida sexual lo más posible!
Depende de varios factores, como la destreza del amante en la estimulación, o simplemente en la predisposición del receptor. El descubrimiento y exploración de las zonas erógenas debe ser cariñoso, sensual, y pensado, es decir, decidiendo previamente qué partes del cuerpo quedan fuera del juego (si las hay). Además, no todas las terminaciones nerviosas existentes son iguales para todos y por lo tanto no todos tenemos las mismas zonas erógenas con igual nivel de sensibilidad. Depende de cada persona.
Cabe destacar que algo muy excitante es estimular las zonas erógenas con la boca, lengua, dientes, aliento y labios; además de frotarlas o darles pequeños golpecitos (donde y cómo se pueda). Pero eso de hacer un recorrido con los labios...humm....
La búsqueda de los puntos erógenos puede iniciarse por cualquier parte del cuerpo. Yo personalmente creo que es mejor por los pies, pero allá cada cual.
Comenzar por los pies, subir poco a poco por las piernas, por detrás de las rodillas, el muslo...besar suavemente el vello púbico ( sin ni siquiera rozar el pene... nada, que sufran un poco!!) y subir por el vientre, detenerse en el ombligo, pararse a descansar un poco en uno de sus pezones y...cuando el chico crea que vas a seguir hacia arriba, hacia sus labios... decepcionarle e irse hacia uno de sus costados y volver a descender. Y es que los pies están llenos de terminaciones nerviosas que proporcionan sensaciones muy placenteras. Hagas lo que le hagas en los pies, procura no hacerle nunca cosquillas. Para empezar, puedes darle suaves masajes en la planta de los pies, empezando por el tobillo y bajando hasta los dedos. Estira y haz masaje en cada dedo. Termina con un masaje en el puente del pie. Evidentemente, aparte de un masaje, puedes atreverte con juegos más sensuales, como chupeteos, lametones, pequeños mordiscos, etc. Un juego sexual que puede resultar muy satisfactorio para los dos, es el de usar los pies para jugar con los genitales de la pareja. Eso si, siempre hay que actuar con mucho cuidado ya que con lo pies no existe tanto control que con las manos. No vaya a ser que le chafemos algo.. ¡¡y ya la hemos liado!!.
No falla. De veras. Lo bueno es ir marcándose diferentes rutas o periplos. Sorprenderles cada vez.
Hasta que no puedan más....je, je, je....
Todavía existen personas que siguen creyendo en que hay que concederle mayor énfasis a la centralización del placer masculino en las zonas genitales, a la penetración y a la rapidez del asunto; dejando en el olvido la estimulación de ciertas partes del cuerpo que son altamente sensibles y que podrían ayudar a los hombres a disfrutar y gozar de una mejor vida sexual. Una cosa...el otro día vi en un documental que 1 de cada 2 hombres es eyaculador precoz. Me pareció exagerado, pero...
No digo nada...solo que creo que eso se puede evitar. Seguro. Hay que tener paciencia para dar con la tecla. Zamora no se conquistó en una hora.
No obstante si el hombre desea hacer un "buen papel" ( qué puñetas...si necesitáis estimularle para que haga "un buen papel"...algunos necesitan ayuda), debe estar dispuesto a mantener la erección de su pene el mayor tiempo posible y para ello necesita no solo incentivar su imaginación sino estar entrenado para hacerlo y en particular necesita ser acariciado en sus zonas erógenas. Porque desde luego, el hombre necesita disfrutar del juego erótico, ya que le ofrece la estimulación necesaria para tener una erección firme y preparar no sólo al pene, sino también al cuerpo y la mente para el coito. Nada de un "aquí te pillo , aquí te mato". Es por ello que debe darle vital importancia al reconocimiento, exploración y estimulación de sus zonas erógenas; lo cual le ayudará a gozar del éxtasis que sólo la sexualidad puede ofrecer.
Aquí os dejo una especie de evaluación de algunas zonas. Espero que os sirvan de ayuda...
Veamos. Las zonas más sensibles de los hombres radican básicamente en tres puntos: rostro, tórax y genitales, aunque no deben descartarse tanto las palmas de las manos como las de los pies. Dar besos en las palmas de las manos, por ejemplo. Puedes comenzar a ponerle el corazón a 1000 si empiezas con ligeras caricias en sus manos. Alternando las caricias suaves con las firmes y añadiendo algunos besos y lamidos. Y es que las manos tienen más de 40.000 terminaciones nerviosas esperando a ser estimuladas. Pon la mano de tu pareja sobre tu boca y recorre la palma con sólo la punta de la lengua. Es una sensación inusual y muy excitante. Otra forma es trazar circulos desde dentro hacia afuera (en espiral) sobre la palma de su mano con tus dedos. Sube y baja por sus dedos con sólo las yemas de los tuyos, y acariciarlos suavemente.
La receptividad nerviosa de los dedos es utilizada continuamente para sentir las texturas, formas y rugosidades de las cosas. Esta sensibilidad los convierte en un medio muy adecuado para sentir el cuerpo de la pareja.
En el hombre, el área que va del ombligo al pubis está repleta de terminaciones nerviosas. Para excitarlas, traza una linea vertical por ese camino, no sólo con las manos, también con la lengua y los labios.
Lame, succiona, y mordisquea.
Puedes trazar una linea horizontal a traves del abdomen, de cadera a cadera.
Luego también las ingles son especialmente sensibles en los hombres. Recorre la ingle con los dedos, y haz un suave masaje desde la cadera hasta el interior del músculo. Combínalo con besos en la cara interna del muslo. Recorre con los dedos todo el interior de la ingle en dirección a su pene hasta llegar a la parte inferior de los testículos. Presiona el perineo varias veces, juguetea con su vello púbico. Esta técnica puede ser un excelente preludio al sexo oral.
El muslo interior, donde la piel es más suave, es un área muy sensible que puede ser fuente de placer si se acaricia, lame o besa. Prueba hacer frotamientos circulares. Y las nalgas. AY!!! Las nalgas!!!. Contienen muchas terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas con facilidad mediante pequeñas palmadas o fricciones. El hombre, una vez excitado, puedes volverlo loco de pasión golpeando pellizcando o masajeando su trasero. Si haceis el amor en la postura del misionero, aprovecha y golpea suavemente sus nalgas, o bien estrujalas con fuerza. Eso les encanta. Acaricia uno de los puntos favoritos de los hombres, allí donde confluyen espalda y trasero. Usa las dos manos. También puedes hacer que se acueste boca abajo, siéntate en sus glúteos y lame y besa toda su espalda. A los lados de la columna vertebral se localizan una serie de nervios que pueden estimularse de forma muy efectiva por medio oral o manual, siempre en sentido ascendente o descendente. Frente al hueso sacro existe una zona más sensible que el resto, donde se juntan espalda y trasero. La próstata... me atrevería a decir que es el punto G masculino por las sensaciones tan intensas que produce. La única forma de llegar hacía este músculo directamente es a través del ano, aunque puede estimularse también a través del perineo. El ano es gran sensibilidad tanto en el hombre como en la mujer. Se puede estimular mejor con suaves movimientos circulares con la yema de un dedo o con la punta de la lengua. La zona comprendida entre los órganos genitales y el ano es muy sensible a la estimulación y de la cual disfruta poca gente. Es el perineo. En el caso del hombre, es más sensible aún, debido a que bajo la piel de encuentra la próstata . Presiona fuertemente con sólo uno o dos dedos sobre la piel que hay detrás del escroto. No lo hagas más de un segundo, peor eso si: repite varias veces. La combinación de la estimulación del perineo, a la vez que practicas sexo oral, resulta extremadamente placentera.
Todo sin olvidar el cabello... el masaje del cuero cabelludo produce un relax muy placentero, por lo que resulta recomendable al comienzo y al final del acto sexual. Utiliza los pulgares para dar a tu pareja suaves masajes circulares. También masajea las sienes y el centro de la frente. Los párpados masculinos y femeninos están repletos de terminaciones nerviosas que se excitan facilmente. Los besos, los lamidos suaves con la lengua y las suaves caricias con los dedos, producen sensaciones muy agradables y estimulantes.
La sensibilidad de los labios aumenta con la excitación haciéndolos muy sensibles al roce y la caricia de otros labios y otras partes del cuerpo. La lengua permite realizar suaves caricias en cualquier parte del cuerpo de tu pareja y es para muchas personas, el vehículo para obtener los juegos sexuales más sensuales y excitantes. Las zonas del cuello, nuca y los hombros se pueden estimular con las manos o la boca , ya que gozan de una especial sensibilidad produciendo placenteros escalofríos. Tendrías que proceder con energía, ya que su piel en el cuello es más gruesa, y además, muchos hombres interpretan una boca agresiva como un signo de excitación. En lugar de succionar (lo cual deja evidentes marcas), usa tu lengua y dientes mientras besas el área. Comienza lentamente y luego ejerce un poco de fuerza utilizando su cabello (si tiene suficiente) para mover su cabeza de un lado a otro, pues a ellos les gusta un poco de agresividad. A mayor presión sobre el cuello masculino, más placer y excitación le producirás. Psicológicamente, la nuca transmite una sensación de confianza a quien recibe la caricia, y de ternura al que la lleva a cabo.
El pecho del hombre responde sexualmente pero con menos intensidad que el de la mujer. Los pechos pueden ser estimulados de muchas maneras. Pueden ser acariciados y masajeados, mediante besos, lamidos, etc. Prueba esto: cubre todo su pecho de besos húmedos, de arriba a abajo, y realiza pequeños lametones. Sopla en la superficie húmeda. Esta alternancia entre frío y calor en el pecho resulta muy excitante. Una practica sexual muy excitante para los dos, es la de masturbar al hombre mediante los pechos (de ella), simplemente colocando el pene entre los dos pechos, y apretarlos de manera que el pene quede sujeto entre ellos y realizar movimientos verticales como en el coito. Esta forma de masturbación masculina con la pareja es muy excitante para muchos hombres y mujeres. Y después los pezones son extremadamente sensibles. Se pueden soplar, succionar, pellizcar suavemente o apretar entre los labios mientras se le dan ligeros toques con la lengua. Una estimulación manual suave en la zona axilar y la cara interna del antebrazo resulta muy placentera, pero siempre que se evite producir cosquillas ( porque con las risas pues el chico se puede despistar... y además que da un poco de palo que una le esté besando ahí y el otro se muera de risa, no?). La parte interna del codo resulta una zona erógena de carácter secundario y tiene utilidad en combinación con otras zonas, pero no de forma independiente.
Ah, y las orejas...una de las partes básicas...tenéis que tener en cuenta que las orejas son partes del cuerpo muy sensibles, y en contra de la creencia general, las de los hombres suelen serlo más que las de las mujeres. Hay dos partes muy sensibles en los dos sexos: el lóbulo de la oreja y la parte trasera . Prueba la siguiente técnica: introduce la punta de tu lengua en el interior de su oreja y traza circulitos. Después lame el lóbulo de la oreja y aprisionalo entre tus labios, apretandolo suavemente. Puedes repetir los movimientos y alternar con caricias en las otras partes de la oreja con tu lengua y tus labios. También puedes soplar un poco, detrás de la oreja. Si a estas caricias y mimos le añades una dosis de palabras cariñosas y de suaves susurros seguro que derritirán de placer a tu pareja. Usa tu lengua y labios para humedecer su oreja, luego exhala. Tu aliento cálido contra su piel humedecida lo volverá loco. Prueba a morder suavemente su lóbulo y por favor... evita introducir toda tu lengua en su oreja o hacer demasiados sonidos de babuqueo, que queda un poco mal...
Muy buena suerte...
J
ALIENA DEL VALLE.