Las vueltas que tiene la vida 10

Accidente en obra, etapas en la vida de un muchacho, sus trabajos, sus amores, sus desengaños.

10

DE QUÉ SE TRATA ?

Décimo  “las vueltas que tiene la vida”.

El presente es un relato sobre unas etapas de la vida de un muchacho…habla de sus trabajos, sus amores, sus desengaños… arranca con unos ideales de ética y lucha, con los golpes va transformándose…cuenta desde los 24 a los 44 años…20 años de aventuras, romances, trabajos, peleas… se tendrían que leer “Las vueltas que tiene la vida” anteriores para tener continuidad en los relatos.

SOY.

Antonio Martínez, el ingeniero Tony, 33 años, un metro ochenta, rubio, de pelo castaño claro, ojos grises, soy muy atlético, he practicado mucho fútbol, natación, baile, artes marciales, tenis, guitarra e inglés (todo lo que mis padres, en especial mi madre me llevaban fuera de la escuela), tengo dos hijos, una nena, Esperanza y un varón, Federico, mi mujer María me abandonó, se fue a Miami con un entrenador personal, me dejó con las criaturas, trabajo en una empresa constructora multinacional, estoy supervisando la construcción de unos edificios en la capital federal…

PRIMERO DE AÑO.

Fui el último en despertarme, Lumila, Silvina y mis hijos en la pileta, mi madre en la cocina con Juana, el jefe Eleuterio con mi padre tomando unos mates…Teresa y esposo y comisario y señora se habían ido…

Resultó que el jefe Eleuterio es maestro mayor de obras, había dejado la universidad en tercer año de arquitectura…de una enfermedad terminal murió su mujer y lo destruyó, se dedicó a la bebida y cuando pudo salir…la primera oportunidad de  trabajo que consiguió se la había dado yo, en el norte… por eso es que lo quiero tanto ingeniero, así dijo…

Almuerzo con lo “de anoche”…llevé a Juana y Lumila, al jefe Eleuterio y con Silvina nos fuimos al departamento… éramos una pareja formal, sexo, cena , sexo y a trabajar…

El negocio camina…

El estacionamiento funcionaba muy bien, las 24 horas, cada edificio tenía a tres personas de ocho horas cada uno…y tres suplentes…Estela (la contadora) lo llevaba todo a la perfección nos estaba dando, importantes ganancias…

Una tarde cuando llegué al departamento la encuentro llorando, acercándome…qué te pasa Estela...se levantó me abrazó y se largó a llorar casi a los gritos…la levanté…la llevé al baño, hidromasaje, la desnudé…me desnudé, agua caliente, jabón, masajes en todos lados, (el marido, el diplomático, le era infiel con su secretaria porque ella era muy frígida ) eso le había dicho…y por wasap!...después de media hora de masajes, la hice acabar con una masturbación…la sequé y la metí desnuda en la cama, se durmió automáticamente, yo también desnudo me acosté con ella…a la mañana del otro día me desperté solo…

Llamó al tercer día…tenemos que hablar me dijo…ok, vamos al departamento…no…en el bar…lo que pasó no se puede volver a repetir, no está bien, soy casada, vos tenés tus compromisos, somos compañeros de trabajo… Estela… escuchame…estabas hecha  mierda, porque el pelotudo de tu marido te dice que tiene un amante porque vos sos frígida…primero, vos no sos frígida!…tenés una sensualidad a flor de piel… tal vez seas un poco tímida…segundo…yo soy tu amigo y te digo que estás errando la resolución del problema y tercero…dejate de joder con…soy casada, compañeros, compromisos y toda esa boludés…si lo querés a tu marido y lo querés recuperar tenés que aprender a coger…y si no lo querés…tenés que aprender a coger también…y yo te puedo enseñar…porque soy tu amigo y no le des más vueltas, entendiste!...me quedó mirando…dudando después de unos segundos…te parece...claro…dije…y cómo haríamos...

Le conté la situación de una señora (se encontraba mal cogida, el marido se iba de putas, le escribió una carta en la que le decía todas las guarradas que quería que le hiciera, se las mencioné y cómo quería que la tratara, también se lo dije)… ahora, vos sabes hacer todas esas cosas...las practicaste alguna vez...no, no, solamente “el misionero” y con la luz apagada…ves…y eso que tenés lindo cuerpo…y todos los días durante una semana de 18 a 21, tuve que “sacrificarme”…por una amiga…(practicamos de todo y por todos lados, había despertado a una fiera), me contó que cuando empezó a “practicar de todo” con su marido se volvió loco, lo hacía, mañana, tarde y noche…el hijo de puta pateó a su secretaria y no iba a trabajar para “practicar” con su señora…Estela contenta y feliz…y bien cogida…

Los viernes a la tarde me reunía con Felipe Contegrande, (gerente de una asociación de bancos)…en su edificio había una pileta “reglamentaria”, entraba al estacionamiento del subsuelo, (robé varias ideas para el nuestro) ascensor y piso 22, al abrir las puertas te encontraban con un barcito de 6 mesas (ahí se la pasaba más Felipe que en la pileta) puertas corredizas de vidrio para entrar a unos amplios cambiadores…más puertas corredizas de vidrio…pileta con una vereda perimetral de tres metros…en la parte del fondo unos ventanales por los que entraba la luz…sol, luna, se veía toda la ciudad y del lado derecho por los ventanales se veía el río…hasta el país vecino…era un placer nadar en un sitio así, hasta había música ambiental…

Felipe me presentó a su señora Ana Ibarra, 50 años, rubia (teñida), un metro sesenta, todo bien distribuido y  a su cuñada, Gladys Ibarra, 49 años, igual que su hermana, pero con más pechos, al otro viernes apareció su hija…Trinidad Contegrande, un metro setenta, pelo cobrizo, 20 años, muy buenos pechos, muy buen culo (parecía la mujer del comisario, con 20 años menos), que preciosura!...fueron muchos viernes en los que nadábamos (yo mucho más que todos) charlas en el barcito, cenas en el barcito, llegué a tener sexo hasta con las dos juntas…con la nena algunas veces, pero parecía que tenía que ser cuándo ella quisiera y mucha bola no me daba (ella se lo pierde, pensé agrandado, qué iba a hacer)…

Un viernes al abrirse las puertas del ascensor me las encontré sin cambiarse… Tony tenemos una propuesta para vos, quieres oírla... por supuesto!... ven subamos a casa piso 32… (mierda cómo me gustaría tener mi telescopio, pensé)…es muy sencillo… queremos tener sexo contigo…ah!…las dos juntas...si…te molesta...no somos muy exigentes y como eres un muchacho…pensamos que podríamos disfrutar… qué te parece…bien dije y me pasé toda la noche con las dos, me fui al otro día directamente a la obra!...qué noche…ellas también quedaron dormidas, despatarradas, con caras de satisfechas…cómo diría una conocida, oral, anal, vaginal…se ayudaban para “la introducción”… cuando estaba con una, la otra ayudaba complementando (se notaba que práctica tenían)…

Con la nena me pasó casi lo mismo, salvo que al abrir las puertas de  ascensor…no cierres me dijo y vení conmigo, piso 32, me cogió también “completo” y…te tenés que ir (andá a cagar pensé )…

Al comisario le comenté la posibilidad de ser “seguridad” de barrios cerrados, lo que había hablado con Juan Ordoñez, me ofreció integrar con la esposa una sociedad para esos rubros…

Le pregunté a Estela (la contadora)…si bien ya no cogía con ella, cuándo de casualidad nos encontrábamos, la estrujaba…cada vez que podía, la “apoyaba”, le tocaba el culo…siempre con su complicidad, habíamos logrado una amistad profunda…me contaba cómo lo “usaba” al marido…él contento y ella inmensamente feliz…si, si… metele, yo te armo todo…

Hablé con el ingeniero Barrientos (no va ser cosa que se pudra “mi trabajo”), ja ja, adelante “muchacho”, mientras la obra siga como va, ningún problema (tenía todo controlado el hijo de puta), es más yo lo voy a ayudar con Juan…y cortó…(siempre tan comunicativo)…

Armamos una empresa “Seguridad Sonia” … muy originales, por el nombre de la señora del comisario Sonia Braga… pagábamos todo y repartíamos mitad para cada uno…si bien el comisario  proveía la mano de obra “ex policías“…con Sonia tuve una interesante charla…nos reunimos un sábado después de la obra en el departamento Sonia… sabemos que Juan conoce el tema, que tiene mucho manejo, también sabemos que él tiene que trabajar de comisario, no...así es…por eso deseo que vos no seas una “presta nombre“…

Quiero que te comprometas, que vayamos a recorrer los “operativos”, que aprendas a manejar vos la empresa…yo te voy a acompañar en todo, desde conseguir contratos, que es lo más importante (lo aclaré) hasta acompañarte a pagar o a las visitas…

Incorporamos el “objetivo“ de la seguridad de la obra a la empresa y  tres barrios cerrados (estuvo la mano del ingeniero) teníamos 20 personas a cargo…quedamos que todos los sábados a las 1330 nos reuniríamos en el departamento y que la acompañaría “al recorrido “…

ACCIDENTE EN OBRA.

Ocurrió un accidente…un obrero del jefe Eleuterio se cayó al vacío, menos mal que lo recibió el parapeto de seguridad, pegó después de tres pisos volando en las chapas…

Estaba todo golpeado pero vivo, no se le veían  quebraduras, solamente golpes (claro no era a mí que me dolía)…lo llevé al hospital a tres cuadras de la obra (en el que trabajaba Silvia e Ignacio)…

Y conocí a una doctora Manuela Palacios venezolana, 35 años, un metro sesenta y cinco, ojos claros, cuerpo flaco, cinturita, pero unas tetas, grandes y buen culo…

Miguel…el carpintero que había caído, se quejaba, lo habíamos subido a una puerta placa (como camilla) y lo metimos, con el jefe Eleuterio en el auto y lo trajimos “a los pedos“…si esperábamos a que lo sacaran del parapeto del piso 9…acá estábamos…al jefe lo dejaron afuera…me duele ingeniero, no te quejes tanto llegaste al paraíso, mirá quién te atiende…un ángel! mirando a la doctora…ja ja…no me haga reír que me duele…no pensés en el dolor…mirá que hermosa es la doctora (ella seguía auscultando)…mirá se te hubiera atendido uno como el jefe y mientras yo le daba charla, entreteniéndolo, la doctora me hizo llevarlo en la camilla para sacar unas radiografías…en todo momento al lado de Miguel (que no se duerma el señor me dijo la doctora de entrada)ahora vas a tener que ceder tu turno con las chicas…no, no que me la mamen…sshh…no hace falta que aclares nada…cómo fue que te caíste...por pelotudo… hice fuerza con la barreta, se resbaló y pasé de largo, creí que me moría (lloriqueaba), si me muero ingeniero fijesé que llegue a mi familia…estamos muy contentos por cómo nos trata ingeniero…ya lo queríamos del norte, pero acá se ha portado como una excelente persona, es más, pensamos para fin de año hacerle una fiesta y si me muero (sollozaba otra vez) mi familia ingeniero…no me deje morir!...no hables pelotudeces, no te vas a morir, tenés un fuerte golpe, imagínate que hiciste enojar al jefe y te pegó una trompada en el pecho…

Además, mirá, la mejor doctora del mundo te está atendiendo (me miró con esos ojitos…y me sonrió)…listo, tiene fisuradas tres costillas, lo vamos a dejar en observación y mañana o pasado se puede ir a su casa, mucho reposo, en una semana que vuelva a verme, ok doctora…puedo venir yo con él Ja ja… no descansa eh!... mire le dejo mi tarjeta, si está aburrida la invito a tomar un helado…bien modesto… ja ja, mañana el horario de visita es de 12 a 13 y de 18 a 19…

Al otro día ahí estaba visitando con el jefe a Miguel…doctora puedo preguntarle algo...si…salgamos al pasillo, dígame qué me quiere preguntar...a qué hora sale...vamos a tomar un helado o a cenar...cuándo le da el alta a Miguel...salgo a las 21, pase por acá y vamos a cenar… tengo que comer, no...y mañana a las once lo vienen a buscar, que yo después de la recorrida le doy el alta… fuimos a cenar y a las once la dejé en un hotelito cerca de la terminal del ferrocarril, vivía con una compañera, Natalia Castro, enfermera…

Quedamos que iríamos por más helados y más cenas…al tiempo venía al hidromasaje, almuerzos, meriendas, algunas cenas…algunas mañanas se iba directamente al hospital…el sexo con ella era bastante tradicional, hasta que me pregunto si podía invitar a su compañera Natalia (morocha, piel blanca, un metro sesenta, con algunos kilos de más, me encantaba) llegaba con el uniforme de enfermera (Manolo me preguntó si estaba enfermo…me estoy colocando unas inyecciones le dije)…caray que lleva tiempo colocarlas, ja ja…. los tres…en la cama grande y en el hidromasaje, fueron momentos espectaculares, se potenciaban entre ellas, yo quedaba destruido después de pasar la noche con ellas…pasado el tiempo, como tenían distintos horarios podía venir o una o la otra…

Con Silvina salíamos los sábados a la noche, cine o teatro, cena, baile, sexo…domingos de almuerzo en casa, pileta, parrilla, departamento, sexo y hasta el sábado que viene…al comienzo me había hecho ilusiones, pero notaba que ella no se ilusionaba como a mí me hubiera gustado, por lo tanto seguíamos con una relación bien liberal…cada uno hacía lo que quería…

Continuará…