Las vueltas que la vida

Tu vida puede cambiar en un segundo.

El juego del destino (infidelidad)

Me voy a presentar , me llamo Ramón, tengo en la actualidad 38 años. Soy alto sobre el 1:87 y peso unos 80 kg. Ojos oscuros, cara agradable y durante años con bastante gancho entre las féminas, tengo el cuerpo muy flexible y musculoso (a mi pesar en cierta manera….ya lo entenderéis) y toda mi vida dio un giro de 360 º por culpa de un accidente hace 6 años. Soy programador informático especializado en juegos para consolas y pc.

Hasta ese momento, mi vida era una buena vida. Hacía 8 meses que vivía con mi novia María, una morena de rompe y rasga con la que llevaba saliendo hacía más de 5 años. Como se que el morbo nos hace volar la imaginación, voy brevemente a describirla. Cabello negro y liso (muy brillante) hasta media espalda, unos 170 cm de altura, muy cuidadosa de su imagen y su cuerpo. Pechos medianos y un culo de infarto, acompañado por unas piernas largas y muy torneadas, pero lo más impresionante eran sus ojos, de un azul oscuro donde podías perder la noción del tiempo cuando los mirabas. Su cara era bonita pero sobretodo muy pícara y de expresión simpática. De fuerte temperamento, inteligente y con un genio de mil demonios cuando se enfadaba o se excitaba. En situaciones normales, era la compañía perfecta. Me tenía totalmente en el bote y ella lo sabía, incluso se pavoneaba con las amigas de haberme hincado el diente y no soltarme. En alguna ocasión escuché haciéndome el loco con los auriculares del mp3 pero sin conectarlo, comentarios de alguna de nuestras amigas, sobre la potra que tenía Ana por por haberme cazado. Siempre he tenido fama de persona noble y muy sencillo, no demasiado mujeriego y con buen cartel entre las féminas. Nunca me he dedicado a cuidar demasiado mi cuerpo quizás porque la genética era tolerante conmigo y a pesar de mi gusto por la cerveza, he mantenido siempre bastante bien el tipo, a diferencia de ella, que era una obsesa del ejercicio físico. En cambio yo, durante estos años había ganado unos kilos, concentrados básicamente en mi barriga cervecera.

Mi vida sexual con María era una autentica delicia. Le encantaba el sexo y me complacía en casi todo lo que le pedía. Por mi parte, debo decir que procuraba estar a la altura de semejante fiera aunque a duras penas podía mantener el ritmo frenético que a veces me imponía.

Un lunes por la mañana a las 7:10 me dirigía a toda prisa hacia mi parking para coger el scooter que tenía y que me permitía desplazarme por mi ciudad sin tener que tocar el maldito coche. Al cruzar por un paso cebra casi a la carrera, un coche me impactó y me lanzó como si fuera una pelota contra los coches estacionados en la calle. El impacto fue a unos 70-80 km/h.

Personalmente no puedo explicaros nada más, lo que leáis a continuación lo se por terceros. Me trasladaron en una UVI móvil al hospital. En el trayecto sufrí dos paradas cardiacas pero lograron reanimarme. Y me tiré en coma 6 meses.

Tres costillas rotas, 2 vértebras machacadas, fracturas múltiples de piernas y brazos, fractura de cráneo, bazo, etc. vamos que estoy vivo de milagro. Aprovecho la ocasión para felicitar al hospital Clínico y su equipo. Gracias a ellos hoy puedo escribir este relato.

Es curioso el famoso "estado de coma", no puedo recordar cuando o como sucedió, pero poco a poco la conciencia o mejor dicho una parte de mis funciones conscientes se iban activando de forma perezosa. Empecé a poder escuchar algunos murmullos y poco a poco mi sentido del oído iba mejorando. En cambio, mi cuerpo, las reacciones perceptibles o cualquier tipo de movimiento me resultaban imposibles. Recuerdo ratos de mucha lucidez mental, pero sin posibilidad de comunicarme con el exterior y otros donde mi mente vagaba por un mundo mezcla de fantasía y alucinaciones.

Comencé a escuchar las conversaciones de mis padres, de las enfermeras del hospital, de mi novia hablando con mi madre o con amigos y amigas que venían a visitarme. Horrorizado me estaba dando cuenta que la cosa pintaba francamente mal para mi. Una vez que empecé físicamente a recuperarme de las múltiples lesiones que sufrí en el accidente, me daba cuenta de que si no podía salir del coma, mi vida se iba a terminar pronto, amén del estado de pánico que sentía, al poder percibir auditivamente todo lo que pasaba en mi entorno sin poder mover un solo músculo. Estaba totalmente indefenso y dependiente de los demás para seguir viviendo.

A los 5 meses de estar en coma, podía vislumbrar imágenes algo borrosas, aunque no podía ni pestañear ni mover los ojos. Simplemente podía mirar lo que pasaba en la dirección donde apuntaba mi cabeza.

Mi querida novia se pasó muchas noches haciéndome compañía durante los primeros meses. Los médicos no se querían mojar, solo mencionaban hipótesis sobre mi hipotética salida del coma. Según ellos, podía estar unos meses pero también advirtieron a mi familia que la situación podía estancarse durante años.

Vaya papelón para todos, familia, novia, etc. viendo como una persona como yo se consumía en una situación como la que estábamos viviendo.

Terminado el 5º mes, mi visión mejoraba día a día y percibía con claridad todo lo que pasaba a mi alrededor. Mi oído funcionaba perfectamente. Comencé a notar un cierto cansancio en Ana, e incluso en mi familia, la cual, salvo mi madre (que amor tiene una madre por sus hijos, es algo maravilloso) que se pasó a mi lado desde el primer día hasta que pude irme del hospital.

Las típicas reacciones corporales de alguien que poco a poco avanza hacia la recuperación no aparecían en mi cuerpo. Oía y podía ver, pero no movía ni un solo músculo de mi cuerpo.

Una tarde, estaba Ana junto a mi, leyendo una revista. Es duro decirlo, pero mi estado aparentemente pasivo, producía en la gente una curiosa forma de comportarse. Creo que me veían más como lo que quedaba de un chico prometedor , pero estaban todos convencidos de que mis posibilidades era nulas. Para desalentarlos aun más, en mi planta del hospital había varios casos de chicos y chicas que llevaban incluso varios años en esta situación.

Sonó el teléfono de Ana, miró quien la llamaba y a continuación me miró a mi.

"hola, estoy en el hospital" contestó. Mi cabeza en ese momento estaba centrada en la cama y ligeramente levantado el cabezal con lo que podía mirar a cualquier parte de la habitación a pesar que mis ojos solo conseguían abrir las pestañas ligeramente.

Ana escuchaba a alguien por el celular y después contesto que no podía hablar en ese momento. Quien fuera supongo que le dijo algo parecido a que no se preocupara porque el comatoso de su novio estaba en otro mundo y no se enteraba de nada. Me lo imagino así porque ella le contestó "un poco de respeto, no se hace bromas con según que cosas y menos con el estado de Ramón, me oyes, vale, vale acepto tus disculpas pero no vuelvas a bromear con eso" la vi molesta, pero no colgó, está claro que la persona al otro lado de la línea tenía confianza con ella, pues a continuación se levantó y siguió hablando en una esquina de la habitación. Puede escuchar parte de sus repuestas, me pareció que quedaba en verse con su interlocutor/ra. Poco después, entro una enfermera. Pude escuchar perfectamente como mi novia le preguntaba si existía alguna posibilidad de que yo fuera consciente de lo que se decía a mi alrededor. La enfermera, como pasa muchas veces, tienen conocimientos limitados en situaciones como la que yo estaba viviendo. Le dijo a Ana " creo que eso es imposible (totalmente falso pro cierto), mientras no salga del coma no va a poder oír y eso depende de cómo salga del trance, pues todavía había que valorar las posibles secuelas, pero que tuviese esperanza".

Después de esa conversación , Ana se empezó a confiar. Cuando la llamaban hablaba delante mío con naturalidad. No se retiraba como antes a un extremo de ha habitación o al pasillo. Bromeaba con su interlocutor e incluso fui testigo de cómo se citó con el para pasar el fin de semana juntos. Cuando llegó ese día mi madre y tras darse un par de besos, le comentó que no podría venir ese fin de semana, porque debía trasladarse a otra provincia para visitar a una tía suya que estaba muy delicada de salud.

Estaba totalmente destrozado y con una depresión de caballo. Estaba seguro que mi Ana se iba de fin de semana con algún fulano. Su fe en mi recuperación era nula y empezaba a rehacer su vida. Si hubiera podido llorar lo habría hecho sin duda, pero mi estado no me permitía hacer ni eso.

Las visitas de Ana se fueron espaciando. Un día mi madre, mirándome fijamente se puso a llorar …….le puede escuchar los murmullos que decía en ese momento " pobrecito mío, que desgracia más grande que nos ha caído encima……esta Ana ya no viene a penas…..entiendo a la chica………que futuro le espera si no rehace su vida……..y mi niño consumiéndose poco a poco…" siguió sollozando un largo rato y luego se quedó adormilada en el sillón de la habitación. Mi rabia y mi impotencia salieron de mi mente y recorrieron todo mi cuerpo. Por primera vez fui consciente de mi cuerpo y mis extremidades, creo que hasta noté como mi cuerpo se interconectaba de nuevo después de un apagón. Empecé un largo camino de vuelta hacia mi recuperación final.

A los siete meses y medio, Ana hacía más de tres semanas que no venía por el hospital. Un día estando mi madre conmigo, sonó su celular. Era Ana, se interesó por mi estado y mi madre le contesto que había algunos indicios de recuperación pero que mi situación más o menos se mantenía igual. Supongo que ella se justificó frente a su futura aunque poco probable suegra. Mi madre con dignidad y algo alterada, pero en el fondo entendiendo la situación de ella, le dijo que siguiera con su vida, que no pensaba nada malo de su actitud y que no podía obligarla a visitarme, ni era esa su intención. Creo que Ana debió ponerse a llorar, porque mi madre le dijo que se tranquilizara, que no dependía de ella el que la cosa terminara bien o mal para mi salud. Le dijo que no daba muestras de enterarme de lo acontecía a mi alrededor por lo tanto el que viniera o no me alteraba y para terminar la llamada, le dijo que no sufriera más y que siguiera con su vida.

Quince días después de forma totalmente inesperada, fui consciente y empecé a mover mi cuerpo con mucha dificultad. Tenía llagas en la espalda y en las nalgas. Había perdido 20 kg y mi aspecto era parecido a un superviviente de los campos de concentración que vemos en los documentales. Demacrado, sin casi masa muscular y con llagas en toda la espalda. Mi madre dio un bote que casi llega al techo y se lanzó como una loca a besarme y apretarme contra ella.

Cogió el teléfono y llamó a mis hermanos (mi padre había fallecido hacía dos años), A continuación me comentó que tenía que llamar a Ana. Negué con la cabeza y ella me miró fijamente. Volví a negar y con una expresión que entendí perfectamente dejó el celular otra vez en su bolso.

Al cabo de unos días, podía comunicarme más o menos bien con ella, a través de susurros, pues no tenía ni fuerza para hablar. Me contó que el cabrón que se me llevó por delante era un hijo de papá que volvía de fiesta a esas horas. Que se dio a la fuga después de atropellarme y que gracias a dos testigos fue rápidamente detenido por la policía. El juez, fue bastante duro con el, la imdenización que acordó en la sentencia fue muy elevada y mandó al chaval unos meses a la cárcel. El padre, uno de los industriales más ricos de la comunidad autónoma y metido en política como senador, etc. acató la propuesta del juez y pagó de su bolsillo (supongo) una elevada indemnización más los gastos necesarios para mis cuidados durante los siguientes 10 años. Está claro que eso evitó una condena mayor a su hijo y adormeció su conciencia, quizás sintiéndose culpable de la buena crianza de su vástago.

Le dije a mi madre, que había leído en una ocasión la existencia de una clínica suiza especializada en recuperar a personas que habían sufrido un grave trauma y que era mundialmente famosa por sus buenos resultados. A los dos día mi querida madre tenía localizado todos los datos necesarios, había hablado con la clínica en perfecto francés (sus estudios en el Liceo Francés de jovencita le fueron de maravilla) y me podría trasladar cuando yo quisiera, pero que era necesario empezar cuanto antes para que los resultados fueran buenos.

Una ambulancia me trasladó a ese país. Por el camino, mi madre recibió una llamada. Era Ana. Mi madre sin cortarse un pelo puso el altavoz del celular para que pudiera yo escuchar la conversación.

"Elvira soy Ana"

"hola Ana como te vá la vida"

"¿normal, Elvira, como se encuentra Ramón, hay alguna novedad?"

Yo le había indicado a mi madre que si se producía esta situación, no le diera a entender a mi antigua novia que estaba relativamente bien y que iba a Suiza a recuperarme lo mejor posible. No odiaba a Ana es más creo que seguía queriendola, pero quizás de forma egoísta, estaba bastante decepcionado con ella. Mejor decirle que me llevaban a Suiza para ver si se podía hacer algo más que en Barcelona.

Mi madre le explicó el guión que yo había marcado y sin muchas más ganas de hablar con ella la despidió rápido casi pude oír las protestas de Ana por la rapidez con que mi madre se la quitaba de encima.

No me extenderé de mi estancia allí durante casi un año. EL resultado después del tratamiento superó hasta mis más fantasiosas expectativas, las largas sesiones de masajes, pruebas físicas, alimentación, natación y por que no decirlo, medicamentos por un tubo, me cambiaron físicamente de forma satisfactoria. Recuperé el tono muscular, incluso lo mejoré mucho, nada de barriga y con un cuerpo parecido a un nadador o un jugador de waterpolo. El cabello que siempre lo había llevado largo y con coleta, fue cortado al 4. Parecía un marine de vuelta de Irak, pues a mi cuerpo fibrado se unía un moreno profundo fruto de mis actividades al aire libre en mi estancia en Suiza.

El día que volví a Barcelona, mi madre estaba esperándome en el aeropuerto. Después de comerme a besos, me cogió por la cintura y me llevó en su coche a casa.

Era un viernes y día sagrado para la gente joven o no, para pegarse la fiesta semanal. Me arreglé y sin llamar a ningún amigo, pues estaba convencido que yo estaba muerto para toda la gente que se había relacionado conmigo.

Me puse lo más atractivo que pude y con mi nuevo look me dirigí al centro de la marcha ciudadana. Entré el un Bar musical gigante, con varios ambientes y pistas de baile. Estaba bastante lleno. Me crucé con varios antiguos amigos y para mi sorpresa, no me reconocieron en absoluto. Me entró la risa. Pelo corto, moreno, pinta de tío cachas guaneras vestido a la última pero con mi cara de siempre aunque con ligera barba y ellos ni se enteraron. Las que si se pusieron las pilas rápidamente fueron varias féminas que discretamente empezaron a avanzar en mi dirección con actitud de consumadas cazadoras de cabezas. Me escabullí como pude y entré en la zona donde siempre hemos ido la pandilla. Es la zona más amplia del local y donde hay más reservados.

Me senté en la barra y empecé a observar al personal. De repente vi a Ana. Estaba sentada con un grupo de gente en uno de los reservados. Conocía a algunos de los que se sentaban allí, estaba una de sus primas. Mientras observaba a mi antigua novia, podía apreciar que su belleza aun se reafirmaba más que cuando vivíamos juntos. Llevaba un TOP muy afro y unos vaqueros ajustados. Estaba pálida, pues no le gusta tomar el sol y sus ojos seguían teniendo el mismo magnetismo de siempre. De repente, Juan Carlos, uno de mis más íntimos amigos apareció por el pasillo. Estuve a punto de llamarlo y darle un abrazo, pero algo me retuvo, quizás fue el no mostrar demasiado rápido mi vuelta Barcelona. Se dirigió hacia el reservado y ante mi consternación, besó con pasión a mi novia. Ella le correspondió y le hizo sentarse con ella. Mi estupefacción dio paso a mi ira, recordé la famosa llamada de alguien a mi novia cuando estaba en el hospital. El muy cabrón la asedió cuando aun mi futuro estaba pendiente de un hilo. Y ella, que decir de ella, mi mente me hacía pasar aquella escena una y otra vez por mis ojos. Ella estaba siguiendo su juego ya en esos momentos.

Que tu mejor amigo te traicione con la que crees la mujer de tu vida es algo que no se lo deseo a nadie. Afortunadamente para mi, mi estancia en Suiza y anteriormente mi vivencia en el hospital, me habían hecho apreciar las cosas con una cierta lejanía. De hecho, me di cuenta que aun sentía un calor por Ana pero que la acción de el no tenía perdón y debía ser castigada con toda la dureza.

Su prima, una chica de unos 24 años bastante bonita, con unos pechos grandes, tiesos y un buen culo, se acercó a la barra y quedó justo a mi lado. Pidió una consumición y en ese momento un capullo que llevaba unas copas de más le golpeó el codo y solo mi rápida intervención evitó que el cubata terminara en las tetas de la primita o encima mio.

Me agradeció mi ayuda y al mirarme dio un respingo y se quedó un momento mirándome fijamente con una sonrisa indefinida en los labios y volvió al reservado. Me asusté un poco ¿me había reconocido? Pensaba que no pues nos veíamos más bien poco cuando salía con su prima. Desde que volví de Suiza, me había dejado una barba corta que me perfilaba la cara y según todo el mundo me favorecía bastante. Eso unido al cambio general me estaba proporcionando un anonimato total. Vi como la primita hablaba con Ana y miraban en mi dirección varias veces. Me hice el distraído para que no se percataran que las observaba. Mi antigua novia me miraba con fijeza y le hacía preguntas. De repente se levantaron las dos y se acercaron donde yo estaba. Solicitaron otra consumición y me miraban mientras esperaban. Yo las miré y les sonreí mientras mi voz, algo mas ronca que antes por culpa de las muchas intubaciones y demás perrerías que me había hecho, les susurraba "que suerte la mía que dos preciosas mujeres te observen como si te reconocieran….." Ana saltó casi al momento y me dijo "no te puede llegar a imaginar como me recuerdas a alguien" , divertido por su respuesta muy típica de ella, le dije "espero que a quien te recuerde fuera alguien que te gustara" ella por un momento bajo los ojos y me dijo "si fue alguien muy importante pero desgraciadamente murió" joder pensé eso es lo que mentalmente Ana se ha estado repitiendo para mitigar quizás sus remordimientos. Le dije "mira creo que hoy va a ser un gran día para ti, porque puedes pedirme un deseo sobre lo que me acabas de comentar y quizás se cumpla" ella me miró un poco sorprendida y me dijo "lo que quería era imposible y por lo tanto, como dicen, la vida sigue" Le dije ¿Has rehecho entonces tu vida? Y ella soriendo me contestó " si, soy feliz pero los recuerdos siempre están…" le dije buena respuesta y por lo tanto te daré tu premio. Saqué mi cartera mientras ellas me miraban un poco como diciendo " a este tío le falta un tornillo". Saqué mi carné de identidad y se lo di a Ana. Su cara era un poema, palidecía, se sonrojaba y empezó a llorar abrazándose a mi, la separé con suavidad a pesar de sus protestas. Su prima que no entendía nada, cogió el carné y entonces casi se cae de espaldas. Mi antigua foto, tal y como ellas me había conocido aparecía en documento. Ana no podía hablar, solo lloraba, su prima se fue corriendo al reservado y con grandes aspavientos, se puso a hablar con la gente que estaba allí. Mi amigo Juan Carlos se presentó de repente y se quedo a un metro de mi. No sabía que hacer si abrazarme o abrazar a Ana. Los miré a los dos. Entonces Ana me dijo "no tengo palabras, pero lo que ha pasado, ha pasado por lo que tu sabes, cuando te desahuciaron subrí mucho y luego continué con mi vida, no sabes la alegría de verte de nuevo y poder hablar contigo" Juan Carlos poniendo cara de circunstancias, me dice "tío es cojonudo que estés aquí, mira, lo de Ana y yo salió por chiripa, no se el momento, pero quiero que sepas que empezamos a salir hace poco. Vi que Ana se sentía incómoda y le dije " ¿estás de acuerdo con lo que dice mi buen amigo Juan Carlos? Ella contestó que si, que así era. No me creí nada, y entonces les dije "tranquilos, es comprensible que las cosas que han pasado nadie las preveía, no he vuelto para reclamar a Ana, ella no es un objeto de mi propiedad. Ha tomado su decisión como yo tengo que tomar las mías . Ella me miraba con una intensidad que parecía taladrarme. Los ojos húmedos, los labios como siempre los pone cuando está excitada o confundida. Le dije a Juan Carlos si tenía inconveniente en dejarme despedirme bien de ella, pues esto era una despedida pues me marchaba a Madrid por mi trabajo. Me dijo que naturalmente. Faltaría más, que habláramos de nuestras cosas el tiempo que necesitara.

Se lo agradecí y me dirigí con Ana a uno de los reservados donde pedimos una copa. Ana estaba nerviosa y con la cabeza bajada. No podía mirarme a los ojos y se puso a llorar me susurró "Vuelves de la muerte y te marchar otra vez de mi vida por lo que veo" . Le dije solo una frase " ¿sabes de una de las cosas que recuerdo cuando estaba en coma? Ella respingó y me dijo "¿percibías cosas estando en coma? Le dije que al poco de caer en el coma escuchaba y unos días más tarde podía ver aunque casi sin abrir los ojos. Me miró aterrorizada y le dije " si Ana, escuché muchas de tus conversaciones con Juan Carlos supongo, si es que era el, o quizás era alguien antes de el? "no me diste ni siquiera una oportunidad por remota que fuera antes de pegarme el salto" "pero eso queda en tu conciencia no en la mía". No atendí a ninguna explicación, me levanté y dejé un billete para pagar las consumiciones, ella intentó cogerme de las manos, suavemente pero con contundencia las aparté "tomaste tu decisión, no te quiero culpar más que al el, pero quiero que sepas que no te lo perdonare nunca como tampoco se lo perdonaré a el. Dile que no se moleste en disculparse. Solo debe apartarse de mi camino" "eso también vale para ti, no soy tu amigo, solo soy un hombre decepcionado . La dejé allí sentada y totalmente desolada, con las manos en la cara. No me sentía culpable de mi actitud, si esto mismo hubiese sucedido cuando realmente me desahuciaron quizás mi actitud habría sido más comprensiva con lo que pasó.

Ana llamó a mi madre al día siguiente para que intercediera por ella y la dejara visitarme en casa, pero mi madre bien aleccionada le dijo "Ana, no sabes como me gustaría que vinieras, pero mi hijo no quiere que eso ocurra y no voy a enfrentarme a el, debes respetar su decisión como yo respeté la tuya cuando decidiste dejar de visitarlo" vaya directo que le metió . Ana babuceó unas disculpas y colgó.

A los 3 días de llegar, me quise incorporar a mi trabajo y me despedí de mi madre. Ana hizo todo tipo de tentativas para hablar conmigo. Me consta que se estrujó el cerebro para conseguirlo. Al final, tuve que abdicar. Cogí el télefono y oí su bonita voz "hola Ramón me alegra que quieras escucharme" le contesté "Ana, porque prorrogar esta agonía, escucha, cuando te vi besar al cabrón ese quise morir en ese momento. Aun estoy alucinando de la frialdad y el control con que encaré la situación. Está claro que mis problemas me han hecho crecer como persona. Creo que es mejor que nos evitemos y el tiempo hará el resto" Ella se puso a llorar, me dijo "Ramón todo esto que ha pasado lo has enfocado desde tu punto de vista, el cual es acertado en casi todo , pero creo que al menos me merezco la posibilidad de explicarte esta historia desde mi punto de vista , por favor quiero que nos veamos cara a cara." Le dije que quizás me gustaría , pero que no podía ser pues estaba a punto de embarcar en el vuelo a Madrid y no tenia pensado volver a Barcelona en una temporada. Me contestó "tu verás pero si no es en Barcelona te veré en Madrid" , me despedí de ella con "lo siento tengo que colgar…..".

Al mes y medio de estar en Madrid, me llamó Ana al celular. Me encontraba tumbado en la terraza del apartamento que tenía alquilado. Era Viernes por la tarde y había estado dos horas machacándome la musculatura. Estaba hecho polvo. Hacía calor y me había pasado con el ejercicio. jadeante, le dije "¿hola Ana, pasa algo? " me dijo "Hola Ramón pasan muchas cosas pero mejor te lo cuento en persona" "¿en persona le dije? No me digas que estás en Madrid? Me contestó " estoy a punto de embarcar en el puente aereo y llegaré sobre las 21:30 h , pero solo si tu quieres acogerme este fin de semana. Le contesté "Ana estás saliendo con quien no quiero nombrar y me pides que te acoja en mi casa como si fueramos colegas de facultad? Ella con la voz un poco emocionada me dijo " a la semana de verte, corté con Juan Carlos y no le he dejado acercarse a mi, no te pido que me invites como a una colega sino que me dejes volver a ser tu mujer este fin de semana al menos" "por favor tenemos mucho que hablar" bueno, si Ana quería arriesgarse a un no se lo tendría que decir en su cara. Le dije, sube a ese vuelo . Te estaré esperando allí.

La vi salir con una pequeña maleta y se abrazó a mi y me dio un beso en la boca. Mi actitud fue algo tímida y me matute pasivo. Ella se separó un poco y me miró con su ojos azules inundados de lágrimas. Yo empecé a llorar, no se como explicarlo, toda la presión y todos los desengaños se escapaban por mis ojos. Creo que estuvimos abrazados durante muchos minutos. El aeropuerto desapareció para nosotros, solo escuchaba la agitada respiración de Ana y sus sollozos mezclados con los míos. Le dije "Ana el destino nos ha sometido a una dura prueba" ella me contestó mirándome con una timidez más propia de una niña que de mi temperamental novia " pero vamos a superarla, aunque antes debes escucharme con toda tu atención."

Me explicó como mi amigo la iba a visitar cada día y le aportaba todo tipo de información sobre lo que se sabía del coma. Estuvimos muchas horas leyendo todo lo que había en Internet. Que ilusos, buscábamos o al menos yo buscaba algún milagro que te salvara.

A los pocos días, Juan Carlos le dijo que había quedado con un médico amigo de su padre y que era un famoso internista en un hospital de la ciudad. Que a petición suya, estaba dispuesto a hablar claro sobre las posibilidades de recuperación de tus lesiones pero que solo expresaría su opinión de forma verbal .

Nos vimos los tres en una cafetería. El señor , muy elegante, en entregó su tarjeta de visita donde observe sus especialidades y demás. Fue terrible y cruel como enfocó al momento el tema. Me dijo "mire ud. jovencita le quiero ser sincero, si su novio no se recupera del coma en un tiempo prudencial, las posibilidades de que lo haga después son prácticamente 0. Eso se lo digo sin entrar en valorar las tremendas lesiones que ha sufrido y el estado del cerebro cuando despierte. Francamente creo que su novio ya se ha marchado y solo queda un cuerpo con vida pero sin alma " Me desmayé. Desperté en la silla mientras me pasaban un trapo frió por la nuca y la frente. Estuve una semana en cama, con vómitos, diarreas y hasta empezó a caérseme el cabello. Después lo asumí, me intenté recuperar y renuncié a volver a verte para no abrir la herida de nuevo. Simplemente no confié en tu naturaleza y tu fuerza. Juan Carlos me visitaba y se aprovechó con mi consentimiento de mi debilidad, mientras yo te guardaba en mi mente como si fueras mi difunto marido. Cuando te volví a ver me pareció que todos aquellos rezos que repetí como una máquina durante días y días habían obrado el milagro. Pero a continuación me di cuenta de la terrible situación en la que estábamos metidos. Y tuve claro que mi vida quería volverla a pasar contigo. Cuando te vi, mi corazón borró de un solo plumazo todo lo que había sentido con el, fue como si solo hubieses estado fuera unas horas. Esta es mi opinión. Te quiero con locura y no quiero volver a perderte. Tu ¿aun me quieres? Le di un beso en los labios y le cogí de la cintura mientras le decía "como a mi propia vida, ya ves que soy duro de matar" ella se puso a reír y se abrazó con más fuerza.

Llegamos al coche y casi nos comemos con ropa y todo. Aquello era demencial, a mi camisa le faltaban varios botones que rodaban encima del salpicadero, después de comerme a besos, porque Ana es tremendamente apasionada, se agachó con una mirada gatuna en su ojos y empezó una mamada de película porno, mientras yo con una cara de capullo intentaba disimular sus manejos cuando pasaba algún pasajero en dirección a su vehículo. Me corrí como un león. Mientras ella no paraba de chupar y chupar hasta hacerme gemir de dolor.Sujeté como pude (Ana, no aparenta la fuerza que puede llegar a desarrollar) ese pistón hidráulico en el que se había convertido su cabeza y la incorporé para besarla. Joder casi no había ni sabor a semen, que manera de sorber Dios mío. La volví a besar y le acaricié los pechos mientras uno de mis dedos se introducía en su sexo excitándola, a los pocos minutos se corrió moviendo incluso el coche y haciéndome pasar un poco de bochorno mientras la apretaba contra mi cuerpo para aplacar sus espasmos. Llegamos al apartamento y sorprendentemente relajada me dijo, "¿Ramón, tienes una calculadora a mano? La miré sorprendido y le señale mi escritorio, Se sentó tranquilamente totalmente desnuda mientras yo estaba aluciado de su control y se puso a hacer cuentas mientras mi polla tomaba proporciones bíblicas, le dije "¿joder Ana que estás haciendo? "disculpa querido, pero estoy calculando los polvos que llevamos de retraso y tengo que comunicarte que te quedan unos años muy, pero que muy movidos" Me eché a reír, para a continuación sentarla en mis rodillas y penetrarla. Aun tenía la calculadora en la mano y miré la pantalla mientras Ana se empalaba gimiendo como una loba y dándome un mordisco en el hombro, me tensé pues en cualquier momento me iba dejar señalado . Miré la pantalla y me sorprendí, la cifra era importante, pero en fin, si Ana no se había asustado, yo tampoco lo iba a hacer.

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