Las vueltas de la vida y 3

Cariño, ¿has visto cómo se ha corrido nuestra nueva putita antes? Sé que casi te corres tú también mientras se lo comías. Ahora no sé si follarte el culo o tu precioso coñito”.

Aún seguía en la cama mirando a Patricia y Cristina cuando entraron nuestras gemelas y el hijo de Patricia para despertarnos. Eran niños pequeños y, después de haber estado viviendo todos juntos en la misma casa desde hace tiempo, ellos mismos nos consideraban una gran familia y no se extrañaron de estuviéramos los tres desnudos y juntos en la misma cama.

Mientras se subían a la cama para jugar con nosotros, los tres nos pusimos los pijamas mientras nos mirábamos con deseo y amor recordando la noche que habíamos pasado. Besé a mí mujer en los labios y a continuación también a Patricia. Ellas sin embargo se liaron en un largo beso y supuse que todavía seguían excitadas.

Bajamos a desayunar todos juntos, y mientras me tomaba un café me vino a la mente el final de la noche anterior. De inmediato me empalmé, Patricia a mi lado se dio cuenta, me acarició la polla por encima del pijama, me besó de nuevo y me dijo: "Después más cariño".

Por la noche, después del tremendo orgasmo de Patricia, las dos se abrazaron en la cama, Cristina encima de Patricia, y se empezaron a besar y comerse las tetas. La visión del culo de mi mujer con su coño rosado y mojado marcándose por detrás me volvió a poner y me levanté para follarla. Me pegué detrás de ella y puse la punta de mi polla encima de su clítoris y le pregunté:

"Cariño, ¿has visto cómo se ha corrido nuestra nueva putita antes? Sé que casi te corres tú también mientras se lo comías. No sabía que te gustara tanto chupar flujos. Ahora no sé si follarte el culo o tu precioso coñito".

Mi mujer estaba a cien. Empezó a gemir y moverse con ansiedad para meterse mi polla. "Síiiiiiii. Cariño, fóllame el coño por faavoooooooor que lo tengo encharcado. Méteme ese pollón yaaaaaaaa. Te quieerooooooo pero fóllame. Fóllameeeee".

Sin más si la metí de golpe y después de un grito corto no dijo más pues su boca estaba totalmente ocupada en chupar las tetas de Patricia y meterle después la lengua hasta fondo de su boca. Me la follé tan fuerte como la primera vez que le había follado y ella, con la excitación que tenía acumulada, no tardé ni un par de minutos en empezar a correrse. Se convulsionada con mi polla dentro mientras seguía morreándose con Patricia.

Se corrió larga y violentamente, hacía mucho tiempo que no veía a mi mujer sacar tantos flujos, le escurrían por el coño y caían hasta el de Patricia. Mi mujer se tumbó al lado de ella, apoyó su cabeza en su vientre y chupaba el pezón que tenía al lado de Patricia mientras ésta le acariciaba el pelo. Yo todavía no me había corrido e hice lo que sabía que tenía que hacer. Coloqué mi polla en la entrada de Patricia y empecé a follármela cómo si me fuera la vida en ello. Ella abrió la boca, sacó la lengua mientras acariciaba a mi mujer y me lamió el pecho y cuello. Le dije:

"Patricia, como nueva mujer hoy me voy a correr dentro de ti. Disfrútalo putita mía".

"Ohhhhhhhhhhh, siiiiiiiiii, yo también me voy a correr otra veeeeeeeeeeeeeez. Mi amor eres un cabróooooon y me encaaaantaaaaaaaaaaaaa. Ojalá, ojalá me folles todos los días. Ojalá me folles y me hagas un hijo tuyo".

Empecé a correrme y el placer me invadió. "Toma. Tomaaaaaaaa cariño".

Después de besarnos y acariciarnos, caímos los tres rendidos en la cama y dormimos más felices que nunca. Supe que aquello sería para toda la vida.

Han pasado ya dos años desde aquello y todo ha ido mejorando. La relación de los tres fenomenal. Mi mujer y yo trabajamos mientras Patricia se encarga de los niños y nos coordina de cada. Ellas son mis dos esposas a todos los efectos.

Durante la semana, después de cenar los tres juntos y hablar de nuestro día a día, nos sentamos en el sofá del salón a ver una película o tomar una copa antes de dormir. Follamos todas las noches que estoy en casa pues viajo bastante. Nuestro nivel de excitación es tal que a veces acabamos follando antes de terminar incluso la cena.

La semana pasada, llegué a cenar después de un viaje de trabajo de cuatro días. Me habían esperado a cenar y ambas llevaban puesto el mismo vestido. Nada más nos sirvieron la cena y la camarera se fue, me empezaron a contar sus días sin mí. Al parecer, como no habían tenido mi polla en casa para calmarse, habían estado tan calientes continuamente que decidieron no ponerse ropa interior para poder meterse mano en cada ocasión. Salieron de compras y a cenar con amigas, y no se habían quitado el dedo del coño casi nunca. Mientras cenaban con amigas se metían mano por debajo de la mesa, aprovechaban los cambios en los probadores cuando iban de compras para poder comerse el coño mutuamente y para dormirse se comían el culo en 69 y se metían dos consoladores que se habían comprado hasta correrse y poder dormir.

Me confesaron que tampoco se habían puesto bragas para la cena y muy seriamente me levanté, hice levantarse a mi mujer, la apoyé contra la mesa boca abajo, le subí el vestido, me saqué la polla y empecé a follármela suavemente mientras les decía que no se preocuparan que no me iría de viaje hasta el mes que viene. Mi mujer se corrió y después de colocar a Patricia exactamente en la misma posición me follé hasta que nos corrimos los dos a gusto. Después seguimos cenando como si nada, los tres medio en pelotas mientras de vez en cuando entraba la camarera y se percataba de todo.

Los sábados salíamos siempre a cenar los tres solos o con amigos. Me imagino que nuestros amigos sospecharán algo sobre nosotros, pero nunca le han dado la mayor importancia y supongo que pensarán que Patricia es feliz viviendo o follando con nosotros. Lo importante es verla radiante. Después nos tomamos un par de copas. Este fin de semana, llegué tan caliente al bar de copas que no me importó que estuvieran todos nuestros amigos porque empecé a meter mano a Patricia.

El sitio estaba hasta arriba y ella estaba apoyada en la barra intentando pedir una copa. Como no había demasiado sitio por las personas nos agolpábamos en la barra me pegué a su espalda y le rodeé su cintura con mi mano. Le subí el vestido por delante, moví su tanga con el dedo corazón y empecé a jugar con su clítoris.

"Mi zorrita. Seguro que te mueres de ganas de que te meta la polla ahora mismo". Le susurré al oído.

"Por favor, fóllame ahora. Me da igual que nos vean. No podré aguantar hasta el coche. Fóllame el coñito por favor." Siempre tan suave que parecía una gata en celo.

Con la otra mano me saqué la polla, le subí el vestido por detrás, le corrí el hilo del tanga y se la metí de golpe. Ella bajó la cabeza y se agarró con más fuerza a la barra pero luego se recompuso y volvió a mirar para arriba mientras se movía muy lentamente. En ese momento llegaron entre el gentío mi mujer con otra amiga para que les pidiéramos una copa también a ellas. Como no era la primera vez que me había follado de la misma forma a mi mujer, ella se dio cuenta en seguida de la situación me susurró al oído "Cabrón, vaya follada que le estás dando a nuestra mujercita. Menos mal porque con lo caliente que estaba Patri!".

Se colocó al lado de ella y pude ver cómo le metía mano en el clítoris para darle placer mientras sonreía. Nuestra amiga no se enteraba de nada. Hablaba con nosotros como si nada porque había tampoco sitio entre la gente que no miraba para abajo. Llegó el camarero y Patricia, me imagino que con la cara desencajada le pidió las copas como pudo. Nuestra mi amiga nos hablaba de su último viaje a Canarias y nos preguntó si iríamos. Mi mujer le respondía: "Sí, creo que pronto iremos toda la familia junta. Patricia se vendrá con nosotros verdad?" Patricia, se giró y respondía: "Ehhhh, Sí. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Me encantará acompañarooooooooos" Mientras se corría. Nuestra amiga le dijo: "Patricia, la de copas que llevas hoy eh?.

Fin.