Las vascas en que en casa no rompéis...

Revisión de un relato publicado hace años sobre el comando Madrid de ETA y una de sus miembros.

ESTE FUE EL PRIMER RELATO QUE ESCRIBI Y QUE RECUPERO E INTENTADO MEJORARLO ALGO, POR QUE EN SU DIA LO PUBLIQUE CON OTRO NICK DEL QUE HE PEDIDO LA CLAVE, SE ME OCURRIO EN UN ABURRIDO VIAJE A CHINA CON UNA NOVIA QUE TENIA EN AQUELLOS Y EN EL EN SINTESIS HABLO DE COMO FUE LA RELACIÓN CON UNA AMANTE QUE TENIA EN AQUELLOS MOMENTO MEZCLANDOLA CON LA HISTORIA DEL ASQUEROSO COMANDO MADRID.

Ese invierno había sido cruento en la capital de España, el comando Madrid llevaba tres meses actuando salvajemente llevando una media de acción cada cuatro días, la prioridad de todas las fuerzas y seguridad del estado era para aquella locura. No había día en que los diarios no hablaban de ellos, cuando los ecos de la última salvajada se empezaban a apagar, un nuevo atentado quebraba Madrid con una inmensa cantidad de muertos y destrucción.

El comando estaba compuesto por tres activistas muy experimentados. Jon, Aitor y Ángeles, esta última solía ser la más lanzada de todos y por ende la más sanguinaria.  Cada uno de ellos tenía un largo curriculum criminal y aunque para las fuerzas de orden publico no sus caras no eran más que las de jóvenes que habían participado en la lucha callejera en las calles de Euskadi, los tres eran unos consumados asesinos.

Angeles llevaba en la banda desde los 18, con 34 años llevaba en busca y captura los últimos 15 años de su vida, desde que la policía empezó a buscarla por la quema de una sucursal del banco Central Hispano después de una acción borroka. Su vida por entero se había dedicado a la banda no conociéndosele otra actividad o incluso afición.  La joven había sido muy activa en su vida social en su pueblo de Renteria, la huida la hizo romper con todo lo que le gustaba y aquello de salir por la noche a tomarse unas copas, en la mayoría de las ocasiones sola, era una manera de romper con su monotonía y olvidarse de la vida de destrucción que llevaba.

Una noche Ángeles salió a tomar una copa a un bar en el que se había fijado durante una vigilancia a un político de segundo nivel que finalmente fue desechado, en aquellos días necesitaba salir del piso franco y respirar un poco de aire puro, oír música e incluso si se terciaba charlar con alguien ajeno a la causa. Aquella copa fue para ella un alivio por lo cual tres noches después volvió a tomar otras copas al mismo local.  El bar esta situado cerca de la plaza de la Comendadoras, ambiente indi, gente de su edad,  música de los 70 y gente que no se fijaba en el de al lado.

Según entró en el bar y pidió el primer ron, se le acercó un chico de su misma edad el cual le comentó que hacía tres días le había visto sola bebiendo y que le había parecido curiosa la situación, él era de Dublín que daba clases de inglés, y se llamaba Rob qué si quería otra copa, que si de donde era, que a que se dedicaba, que desde cuando acudía al bar, que si esto que si aquello.

  • Hola, me llamo Rob, el martes te vi que estuviste bebiendo sola. ¿hoy va a ser lo mismo?

  • Me gusta salir sola a relajarme. La verdad es que no busco amigos.

  • Pues sin buscarlos, a veces aparecen.

  • Hoy no es el día.

  • Nunca sabes cuando es el día.

  • Rob, me dijiste. ¿de donde eres?

  • Soy de Dublin, soy profesor de ingles para pequeños cabrones que no tienen ningún interés en aprender.

  • Se lo que me dices, a mí mi madre tambien me colocó uno como tu y la verdad es que lo odiaba.

La conversación duro toda la noche, Angeles le conto que se llamaba Itziar, que era de San Sebastian, que estaba estudiando un master en MAdrid y que no le caia bien la gente de su calse que al fin de cuentas era la unica que conocia en Madrid. La verdad es que se rió mucho con el guiri, un tipo atractivo, simpatico e interligente, la noche acabo con un " a ver si nos volvemos a ver".

Aquellas copas se repitieron durante semanas, en las que bebían mucho y hablaban de todo. Ella le reitero que no llevaba una vida muy normal que estudia un master y que estaba todo el día enclaustrada, que hacía mucho que no tenía un novio salvo un vibrador azul que tenía desde hacía años y que usaba frecuentemente. Rob le confesó que el disfrutaba del sexo de cama en cama, un día durante una conversación entre risas Rob ganó una apuesta, por la que podría pedirle a Ángeles lo que quisiera, la cosa quedó en el aire.  Angeles se quedo con una gran curiosidad, ¿que coño le pediría el irlandes?

Al día siguiente y después de una notable cantidad de ron por ambas partes, Rob le dijo a Ángeles que su deseo era tomar la última en su casa, no era una buena idea, Rob vivía con amigos y nunca se sabía, una cosa era dejarse ver por la noche de copas en un bar y otra hacer amigos indiscriminadamente que no se podía saber a que se dedicaban y si podrían ser potencialmente peligrosos. Ángeles ya le había comentado que vivía con una tía viuda, pero en aquel momento le dijo a tu casa no, te llevaré a una casa medio vacía que tiene mi familia y de la que casualmente tengo llaves.

Ángeles se disponía a llevar a Rob a su piso de seguridad, el cual solo ella conocía su ubicación, la pantomima duro poco.  Sabia perfectamente a lo que iba, en realidad en el piso franco, salvo unas botellas de agua, no había de nada.  Rob la beso según cruzaron la puerta, después empezó a tocar sus diminutas tetas y en poco tiempo le habia bajado las bragas, le abrió las piernas y se bajó a lamerle el coño.

  • ¿Que haces Rob?

  • Itziar, me pones mucho.

  • Que cabrón, seguro que se lo dices a todas.

  • A todas no les como el coño.

Empezando por el clítoris y acabando por meter la lengua en su ya humedad cavidad, de vez en cuando, Ángeles le pasaba la mano por la cabeza, en otros emitía pequeños jadeos, por otros se tocaba sus pequeños pechos, por otros se basaba la mano por el clítoris.  Era excitante encontrarse en un lugar secreto, de pie en el pasillo con los pantalones y las bragas por los tobillos con un irlandes de cuclillas debajo suyo comiendole el coño. Lo que daría más de un comisario por ver aquello.  Hacia ya mucho que algo así no pasaba y realmente lo echaba de menos.

Con la cara llena de jugos, Rob se subió y la penetró poco a poco apoyando el cuerpo de Angeles contra la pared.

  • No pares Rob, no pares.

  • Me pones Itziar, me pones mucho

Viendo como le cambiaba la cara a cada bombeo que le realizaba, después de 10 minutos de bombeo, Angeles lo condujo hacia una habitación, allí el irlandes continuo con su mete saca en el que manejaba las piernas de Ángeles a su antojo. Ésta entre jadeos se apoderó de la polla de Rob y empezó a lamer, hacía años que una mujer no se la chupaba con tanta ansia.

  • Me encanta como lo haces, me vuelves loco - dijo Rob.

Ángeles parecía disfrutar de la situación, parecía que cataba todas las venas, músculos y curvas de su polla al chuparla, se la metía hasta el fondo, le pasaba la lengua la masturba poco a poco, aumentaba la velocidad, después de una buena chupada, esta se pasó a los huevos y de ahí al culo, intentando introducir un dedo en él, pero Rob la paró, le dijo que era algo que a pesar de su edad y su experiencia nunca lo había realizado y que no le apetecía por el momento. Angeles en ese momento la elevó hacia arriba colocandose sentada sobre las caderas del irlandesny se introdujo la polla en su coño y poniendose a botar sobre su durísimo pene, Rob aprovecho la situación para meterle él a ella un dedo y después dos por el culo.

A los pocos minutos, Ángeles bajó la mano, agarró la polla y se la cazó, se la saco del coño, subió un poco su cuerpo y empezó a meterse poco a poco la polla en el culo. Desde ese momento la follada fue bestial, con embestidas salvajes y una corrida en su parte trasera que dejó a los dos extasiados. Durante la conversación de "sobremesa" ella le comentó a él que hacía muchos años que no era follada por el culo, pero esos dos dedos la habían vuelto loca.

  • no se si hoy ha sido tu día de suerte o el mío - dijo Angeles - hacia años que no me daban por el culo.

  • Y que ha hecho que te la metieses.

  • Esos dedos me han matado, me imagino que serian las copas y copas que nos hemos tomado y en las que no he parado de pensar que no quiero un amigo quiero un amante - contestó Angeles.

  • Si lo llego a salir antes, te follo en el parque.

La siguiente noche de copas, Rob se ofreció a llevar a Ángeles a casa en coche, (ella aceptó, pero le dio una dirección falsa para que él nunca pudiera saber donde estaba el comando) al llegar estuvieron un rato hablando y finalmente se despidieron.  POr un momento se le pasó por la cabeza comerle la polla ahí mismo como le hacia a Aitor en Rentería cada vez que le llevaba a casa después de salir de txikitos. Era una locura, no podia arriesgarse a que la policia municipal les pidiese la documentación y acabar en el mako por una mamada, se podia imaginar los titulares "peligrosa terrorista detenida mientras hacia un francés a un irlandés", al subir al piso se bajaría el calentón con el bicho a pilas, Rob que se hiciese una paja al llegar a casa.

Durante las copas de la siguiente noche, Ángeles le confesó que cuando le dejó en el coche estaba súper excitada y que se masturbó analmente con el vibrador azul nada más llegar a casa pesando en como había sido follada la última vez.

  • ayer cuando me dejaste en casa subí con un calentón que no podía con mi alma.

  • Si, y me fui igual.

  • Ya, pero tu no acabaste con un vibrador a toda maquina en tu culo.

  • ja ja ja, eso si que no.

  • Me masturbe a tu salud, bueno a la tuya y a la mía, no podia sacar de mi cabeza como me taladraste el culo el otro día.

Rob acabó de un trago la copa y se la llevó al piso de seguridad, allí según cerró la puerta empezó a follársela apoyada contra la pared de la casa de manera que Ángeles solo podía apoyar su cara en la pared y dejarse hacer, Rob agarraba su pezones y los pasaba por el gotelé de la pintura de la pared, Angeles se moria de gusto al sentir la aspereza de la pintura rozando sus sensibles pechos.  Después de un muy buen rato bombeando, se la llevó a la cama donde le introdujo su pelirroja polla en la boca, Angeles empezó a chuparle la polla, por primera vez en años Rob se corrió en la boca de una mujer, dándole un increíble placer, pero una vergüenza atroz y la constancia que ella se iba a quedar si orgasmo.  Por su parte Angeles se corrió con cada descarga de lefa que inundo su boca, cuantos años hacia que no podía comer una buena polla en condiciones, y cuantos más que no se le habían corrido en la boca.

La siguiente quedada fue directamente en la casa, él le había anunciado una sorpresa. Durante todo el día habia estado inquieta, aquello se le estaba yendo de las manos, estaba pensando en la polla de Rob cuando apreto el botón detonador de la bomba que habían colocado esa mañana.

En cuanto entró por la puerta, Rob la tapó los ojos, la desnudó y le ató con unas agarraderas plasticas las manos al somier de la cama (único lugar a donde se podía sujetar una cuerda o algo similar en aquella cama compuesta de un solo colchón y un somier) empezó a masturbarla lentamente, poco a poco empezo a pasarle la lengua por sus pequeños pezones, a meterle un dedo por el coño, a meterle un dedo en el culo, cuando Angeles era un mar de gemidos empezó a pasarle la lengua por el coño y por último empezó a utilizar un vibrador que había traído entre las sorpresas.  La primera sensación de la terrorista de ella fue de estupor, pues aunque tenia un vibrador que usaba con regularidad, y sabia que Rob habia usado cachibaches de estos con anteriores novias y amantes, era la primera vez que alguien usaba uno con ella y además cuando fue atada esperaba ser follada durante horas por la polla, la boca y los dedos de Rob, no por un artilugio mecanico.

Las sesiones de sexo continuaban semana a semana, en realidad era lo único que hacia Angeles, poner bombas y ser follada.  Cada día era algo nuevo, habían usado cera, había sido atada, habia sido lamida, la habia visto follarse un consolador con ventosa pegado en la pared a cuatro patas mientras Rob se masturbaba en su cara y ella cazaba la lefa volando mientras el se corria.  ¿Quien le hubiese dicho a ella en Rentería cuando a toda prisa hacia su maleta para escapar de la Guardia Civil que acudía a detenerla que iba acabar en Madrid a cuatro patas esposada, con una polla de goma incrustada en el culo ella literalmente follandosela delante de un irlandes que se mastubaba con los ojos en blanco y que ni siquiera era simpatizante del IRA.

Angeles fantaseaba con ser follada por un grupo de hombres, de follarse a una mujer, él a su vez Mientras se la follaba o la tenia atada, Rob le susurraba al oído cantidad de ideas,

  • Osea que mi putita vasca le gustaría follarse a un desconocido.

  • Me pondría a mil que tu nos mirases mientras dejo seco a un come patatas como tu.

  • Lo que mñas gracia me hace de las vascas en que en casa no rompéis un plato pero cuando salis de Euskadi folláis más que cualquiera.

  • Es por el que dirán.

  • Y ¿que me dirias si un día no aparezco yo a follarte y te folla un amigo?

  • Y ¿como lo harias marica de mierda?

  • Te pediria que me esperase a 4 patas esposada y con los ojos vendados y en vez de aparecer yo apareceria mi amigo John

  • A ¿si?, ¿y que me haría tu amigo John?

  • Darte toda la noche, si saber quien es.  Seguramente te grabaría en video.

  • Ni se te ocurra - dijo Angeles alarmada, nunca se sabia donde un video podía acabar y era lo que le faltaba.

Ideas como la de mandar un amigo en su lugar y que fuese él quien se la follase sin que ella supiese quien la había montado ponía a ambos a mil. Cosas como que en medio de un polvo él dejase pasar a amigos que la follasen en grupo sin miramientos, esa era otra parte de las pequeñas perversiones que la pareja mantenía entre si e introducían dentro de sus conversaciones sexuales.

En cierta ocasión al salir del bar se cruzaron con un cliente que por un momento creyó reconocerla, era un policía fuera de servicio que aunque estaba inscrito a narcóticos había pasado muchos años en la lucha antiterrosita, algo le hizo seguir a la pareja y vio como cogían un taxi y acaban en un portal del norte de Madrid. El piso fue puesto en vigilancia.

Las investigaciones determinaron que la joven era Ángeles Olavarria miembro de ETA y probablemente miembro del comando Madrid, y que el joven era Rob Smith, ingeniero informático que llevaba unos años viviendo en el Foro dandose a la buena vida y enseñado ingles para sobrevivir.  Posteriores seguimiento determinaron la relación entre ambos y la no pertenencia al comando de este último. Igualmente el seguimiento dio con el piso franco del comando Madrid donde vivía el comando al completo.

En teoría parecía un grupo de estudiantes venidos de fuera que vivian en Madrid, de los tres miembros del comando dos de ellos hacían una vida monacal, la tercera, Angeles, solo salia por las noches y o bien se dirigía a un bar y quedaba con el irlandés o se dirigía al piso en el Norte de Madrid donde permanecía durante horas.  El servicio de información de la policía instalo cámaras y micrófonos en la vivienda y cual fue su sorpresa cuando descubrió que Angeles utilizaba el piso, sin el probable conocimiento del resto del comando, como picadero.  LA policía pudo ver en directo como la joven era follada de todas las maneras tradicionales o no, y como esta servia de sumisa sexual del irlandés el cual siempre llegaba con alguna novedad a modo de juguete o atadura.

Después de una gran cantidad de copas, se dirigieron al piso, en el ascensor, ella lo puso de cara al espejo y le metió la mano en el paquete mientras le decía que esa noche ella iba a llevar las riendas de la noche, Rob le agarró de la muñeca sacándole la mano de su paquete, dándole la vuelta a su vez con controlada violencia, y le susurró al oído que no esa noche ella iba a ser follada como el determinase. Entraron el piso y él desnudo, le tapó los ojos y le ató las manos juntas al somier a la altura del cabecero de la cama, se preparó una última copa y mientras se la bebía empezó a susurrarle al oído como se la pensaba follar, que le iba a meter y como y donde se iba a correr.

  • Hoy te voy a follar bien follada.

  • ¿Alguna vez no lo has hecho?

  • Hoy no voy a estar solo.

  • Aggg gimia Angeles sin- siquiera haber sido tocada.

  • Espera que te la meta, ahí ya tendrás razones para gemir.

Lo primero que hizo fue atarle cada uno de los pies con las amarraderas a cada una de las patas de la cama dejando su culo y su coño totalmente a merced de su amante, mientras le pasaba la mano por el coño y a ratos le metía un dedo en el mismo, empezó a meter con la otra mano un dedo por el culo, después de 5 minutos de lubricarlo, le metió unas bolas chinas vibrantes en el culo a la máxima potencia, mientras eso le pasaba le susurraba al oído que esa noche iba a ser inolvidable y que iba a pedirle que no se la follase más.

  • Eso no va a pasar - dijo Angeles - te voy a reventar como siempre lo hago.

Cogió un hielo y empezó a pasárselo por el cuerpo, clítoris, pezones, cara, boca. Cuando ella estallaba de gemidos, le introdujo la polla en el coño, podía sentir las bolas chinas detrás de la pequeña pared de piel que separan el coño del culo, durante diez minutos los bombeos fueron incesantes, después de esto le sacó la polla y con ella recubierta de jugos vaginas como a Ángeles le gustaba se la metió en la boca y dejó que la chupase, Angeles se relamia con el sabor a coño y la excitación de notarse follada fucalmente por aquel pedazo de polla que era sola para ella. Después se puso en cuclillas en su cara y dejó que le lamiese los huevos, le sacó la polla de la boca bajo hacia los pies de su amante y le arrancó sin miramientos las bolas chinas del culo.  Con Angeles hecha un trapo por la caña que le habían dado las bolas y con el ano completamente dilatado cogio su polla y empezó a bombearla por el mismo, la tensión del polvo hacían que ella tirase y tirase de las resistentes agarraderas, pero según le decía ese dolor unido al placer que le subía por la columna vertebral le encantaban.

Como notaba que se iba a correr, Rob sacó la polla, le volvió a meter las bolas y se apartó a un lado para meterle y sacarle rápidamente el vibrador por el coño sin miramiento. En el momento que ella arqueaba su espalda y emitía un aullido, una explosión derribó la puerta de la casa y un tropel de GEOS completamente parapetados en trajes antibalas se desplegaron por la casa, el primero de ellos al ver la situación, enganchó a Rob por los hombros, tiro de el hacia atrás separandolo de Angeles y lo redujo en una esquina de la habitación, Angeles penso que eran unos amigos de Rob que habían venido a cumplir lo tantas veces hablado y follarsela en grupo sin con dureza. Uno de los policías coloco una de esposa en la muñeca de Angeles, corto las cuerdas de sus manos mientras un compañero suyo cortaba las de los pies y con un certero movimiento el daba la vuelta para colorcale la segunda esposa quedando esposada con los brazos en la espalda. Ante la mirada alucinada de los GEOS un tremendo escalofrío recorrió la espalda de Ángeles y esta tuvo el mayor orgasmo de su vida.

-Aggg eres un cabrón Rob, te has atrevido!!! - gimió Angeles aun con los ojos vendados.

Alguien le enganchó de las axilas y la levantó, otro le cubrió con el edredón y fue bajada a empujones escalera abajo.  Bajando las escaleras fue donde se dio cuenta de la realidad y de lo mucho que iba a tardar en volver a ser follada. De su coño aun caía flujo y sus pezones aun estaba como pitones cuando fue sacada a la calle tomada por grilleras de la policía e introducida en un coche Z.