Las vacaciones me ponen - 3

Esta serie escrita entre varios autores cuenta las aventuras de dos amigas que se reencuentran en un hotel "all inclusive" en el Caribe. El mar, el sol, el alcohol las llevará a desatar su lujuria.

LAS VACACIONES ME PONEN. -3.

Esta serie está  escrita a más de una mano. Si bien cada capítulo es independiente, conviene leer los anteriores, publicados por esta autora y “pobrecaín.”

Lo malo de beber es que te despiertas con resaca, hecha una mierda. Así estaba yo  en la mañana. A mi lado Carlos dormía como un bendito, desnudo, espatarrado. Si no hubiera estado tan resacosa, hubiera intentado jugar con su verga en descanso, pero lo primero que necesitaba era darme una ducha y después tomarme un café. Me metí bajo el agua, me sequé. Me puse un bikini y una túnica y con las hawaianas bajé a la planta donde estaban los servicios.

Me senté en las mesas próximas a una de las  piletas. La luz me cegaba. Una camarera se me acercó, la pedí un café bien cargado. Me lo trajo con una botella de agua. Lo bebí y luego encendí un cigarrillo y pensé en lo que había ocurrido la noche anterior.

Me había quedado sorprendida al encontrar a mi compañera de la infancia y adolescencia. Mi compañera mas compañera, pues nos llamábamos igual. Yo Susana Marta López y ella Susana Leticia López. López es un apellido común y cuando nacimos Susana Jiménez era la reina de la prensa del cuore y hubo un montón de susanitas. Así que estábamos predestinadas a correr juntas muchos años.

Creo que nunca he competido tanto con alguien, como con ella. Siempre éramos la una o la otra la abanderada, la que tenía mejores notas, las dos éramos las más lindas, en fin que podíamos habernos odiado pero, de una extraña manera,  éramos compinches. Tan compinches que nuestra primera menstruación fue el mismo día y nuestro primer beso también, porque mi primer beso y el suyo fue el que nos dimos en su casa un día que nos quedamos solas estudiando. Queríamos saber lo que se sentía y como se hacía y nos lo hicimos. Y nos gustó. Sin malicia , sin buscarlo, nos fuimos convirtiendo en jugadoras del sexo. Investigábamos el placer la una en la otra, así conociéndonos a fondo llegamos a los 15 años. A mis padres les trasladaron a Chile y dejamos de vernos. Al principio nos escribíamos, nos telefoneábamos pero poco a poco la vida nos fue separando.

Y nos encontrábamos allí en una isla paradisíaca en la mitad de Caribe.

La alegría de verla había sido la causa de que tomara tanto y agarrara la borrachera que agarré.

Subí a la habitación, necesitaba ir al baño. Con la puerta abierta me senté y oriné y cagué. Creo que una mujer sentada en el inodoro, a la vista, es un espectáculo erótico. Entre esfuerzo y esfuerzo aproveché para tocarme un poquito mi almejita depilada. Empezaba a encontrarme mejor.

Carlos se fue despertando y desde la cama me observaba. Comenzó a tocarse la poronga que se iba endureciendo a ojos vistas. Me limpié bien y sin mas preámbulos, yo estaba mojadita, él la tenía en alto, me acerqué a la cama en cuatro zancadas, me puse sobre la cama, un pie a cada lado de sus caderas y bajé rápida a empalarme.

-“Mi vida, ¡ qué delicia esta polla tan gorda y tan dura!. Es que me sabes llenar.”- le dije riéndome, y me moví despacito arriba y abajo sintiendo como se deslizaba por mi vagina lubricada.

Me dio habladora, me encanta coger haciendo comentarios.

-“ La verdad que fue una sorpresa encontrarnos con Susi y su marido. Aunque había imaginado una semana los dos solos, son agradables….Cómo me gusta cuando me tocas las tetas , así, así…..Que lindo…La verdad es que ha sido como mi hermana durante muchos años…..A vos te hizo tilín, lo noté …Sacaste tus encantos de conquistador… Me vuelve loca quedarme quita con tu pollón dentro y sentirte así….bien, bien….Pero qué bien coges, cabronazo….mira como me toco el clítoris mientras me follas…Pero cooomooo me encanta lo que me haces …..Ayyy….cómo me miran esos ojitos….asiiiií….pellízcame duro los pezones….. Te gusta mi amiga …

Te gustaría cogerla…..hijo de puta estás pensando en ella ahora….

Anda cabrón…imagina que soy ella….yo soy mas puta….asiiiií…que

lindo…”-

Me dio un azote, después otro y me ordenó: -“Calla de una jodida vez y muévete que yo estoy a punto…Así mi guarra….Diooos que bien lo haces…”- me soltó su leche , yo aceleré mi masturbación y acabé tras él pero con la verga todavía dura dentro de mí.

Descabalgué y me tumbé a su lado, la pausa apenas duró un par de minutos.

-“Gatita, tengo hambre. Nos damos una ducha y bajamos a desayunar…”-

Me encanta ducharme, así que no me hice la remolona, y además sólo había tomado un café. Fue un aseo rápido, quitar sudor y guasca y una limpieza a fondo del ojete y aledaños.

Volví a ponerme lo mismo, Carlos un bañador y una remera con chanclas como dice él. Bajamos y allí esperando estaban Susi y Pablo, nos sentamos con ellos.

-“ Menuda borrachera agarraste anoche, como lo de este. Os tuvimos que meter en la cama.”- dijo mi amiga con una sonrisa de suficiencia, la que da el haber aguantado mas que los demás.

-“Otro día te tocará a vos.”- respondí no dándome por aludida.

El desayuno fue abundante. Fruta, huevos, panceta, salchichas, jugos y café. Con la tripa llena se ve el mundo de otra manera.

-“Carlos y yo vamos a organizar el alquiler del barco. Vosotras ¿ qué queréis hacer?”-

-“ Tomar el sol y darnos un baño que el agua tiene una pinta deliciosa.”- contestó Susi. – “Os esperamos en las tumbonas de la playa. Yo he traído el protector. Así , Martita , vamos ”-

Me molestó que adoptaran el tono de organizadores, pero me apetecía darme un chapuzón y tomar el sol.

Elegimos dos tumbonas en primera línea. Había varias personas  tomando el sol. Todas las mujeres estaban en topless, así que me quité el corpiño del bikini. Susi ya lo había hecho, ella tenía los pechos bronceados, yo no. Si bien había estado en tetas en las playas españolas, en las de mi país no era costumbre, así que las tenía blancas.

Mi amiga se dio cuenta y sacó la crema protectora , la extendió en sus manos y me dijo, casi ordenándome:

-“ Deja que te ponga crema”-

Sentí el frescor del bronceador  en mis pechos y sus manos tocándome ….Su caricia me enervó. Todo un torrente de recuerdos y sensaciones se abrieron en mi mente y me excité, noté como mis fluidos íntimos empapaban mi concha. Me dejé hacer. El extender la crema duró un par de minutos, mi amiga jugaba conmigo y yo me dejaba hacer. Cuando acabó me dio un piquito morboso.

-“ Te  has puesto cachonda. Siempre serás tan calentona.”- me largó con una sonrisa.

  • “Sí, me has calentado, pero era lo que tú querías, sos una provocadora. Mi marido no sabe nada de lo que fuimos de crías y ¿el tuyo?”-

  • “Tampoco. Pero éramos unas niñas ayudándose. Ahora somos mujeres que sabemos mucho más. Sólo eran caricias semi inocentes, besarnos en la boca y tocarnos un poquito, haciéndonos pajitas.”-

Decidí no seguir, y me tumbé. Con los ojos cerrados sentía la mirada de Susana en mi cuerpo, como una tigresa que estudia su presa. Sabía lo que pensaba, y a mí me apetecía también. Como había dicho, antes éramos niñas, ahora mujeres y el ratón del goce que nos podíamos dar, me empapaba, tanto que me di cuenta que se me había mojado la tela del bikini.

Así que me levanté y con un “me voy a dar un baño”, corrí hacia el agua cercana. El mar en el Caribe  es un placer, las aguas limpias y cálidas, me gusta nadar así que me quedé un buen rato, no quería estar con mi amiga. Me daba miedo lo que sentía.

Salí cuando vi que nuestros maridos se acercaban , parloteaban como amigos de toda la vida.

Nos tumbamos en las reposeras. Y Carlos llamó al mozo y pidió cuatro piñas coladas. Luego nos contaron que teníamos el barco a la mañana siguiente. Había un montón de calas y de playas desiertas cercanas que sólo tenían acceso por mar. Lo íbamos a pasar genial. A la segunda piña colada, yo empecé a liberarme. La tensión y el morbo se convirtió en algo natural, aceptado en un mundo tropical y de lujo como el que estábamos. Nos bañamos, tomamos el sol, bebimos otra copa más, pasamos la mañana.

Fuimos hacia el restaurante abierto, no me pude la parte alta del bikini, sólo la túnica. Me di cuenta que estábamos mucho más eróticas, las telas al estar en contacto con la piel mojada, se nos pegaban y transparentaban. Más de uno y una se volvió para mirarnos, cuando íbamos a la mesa donde había ostras, salmón, langostas, langostinos, ensaladas, jamón, quesos, todo lo que una mujer hambrienta podía desear.

-“ La verdad que estáis para comeros. Buenas como un pan. En cuanto jamemos, Susi  te voy a meter  un polvo que te voy a romper.”- el grosero comentario de Pablo a su mujer, nos hizo reír , yo lanzada le dije a mi marido: - “ Me imagino que no quedarás detrás de tu paisano.”-

  • “Tranquila, nena, cumpliré como un caballero, pese a las copas que llevamos encima.”-

Parecía que nos había dado un calentón a todos, porque comimos bastante rápido. Fuimos al ascensor, estábamos en el mismo piso, su habitación estaba a cuatro puertas de la nuestra.

-“Chau chicos, os deseo un buen polvo.”- dijo Susana y me besó en los labios, después repitió el beso en la boca a mi marido. Pablo me  besó también en los labios.

-“Quedamos en la piscina más grande. Sin prisas”- se despidió mi marido.

Cuando entramos en la habitación, íbamos como animales en celo.  Nos quitamos la ropa a la carrera, quedándonos desnudos. Me agarró de la mano y me puso a cuatro en la cama, sin más me clavó la verga en lo más profundo. Di un grito de placer.

Sus mete y saca eran rápidos , violentos, yo estaba tan caliente que enseguida me vine. Chillé con el orgasmo.

-“ Así me gusta, putita, que te corras. Te voy a seguir follando hasta que te vuelvas a ir.”-

El alcohol le había insensibilizado , el ritmo bajó , se hizo aún mas profundo, creía que me rompía, yo volví a avanzar hacia la cumbre. Estaba a punto, cuando me agarró por las cadera y me apretó firmemente contra él y sentí las descargas de su semen que me llevaron al oleaje del placer.

-“Que polvo, mas rico. Estaba a mil. Me habíais puesto cachondo tu amiga y tu , con tanta miradita y encima lo buenas que estáis.”- dijo desplomado a mi lado en la cama.

  • “Por qué dices eso.”- me hice la inocente- “es mi amiga de la infancia.”-

-“Pues parecíais dos tortilleras con ganas.”-

-“ ¿ Y eso te pone?. ¿Te excita imaginar a Susi y a mí juntas.?”-

  • “Me pone burro.”-