Las Vacaciones de Susana (2)

Decomo me entero que mi mujer se acostó con su amante y algunas cositas más.

LAS VACACIONES DE SUSANA (II)

Durante el fin de semana no volvimos a hablar del asunto ni de Esteban. Creo que ambos estábamos confusos, shockeados, aunque íntimamente teníamos la seguridad que algo importante había cambiado en nosotros y entre nosotros. Como si la locura del sexo nos hubiera empujado a sincerarnos y a descubrir áreas muy profundas de nuestras almas, áreas a las cuales en la vida cotidiana no podríamos acceder.

El domingo por la noche tomé el vuelo para Buenos Aires.. El lunes y el martes pasaron sin mayor trascendencia, soportando la insufrible humedad que se impregnaba a la piel y tratando de escaparle al calor de febrero.

A la medianoche del martes llamé a Punta del Este y ante mi sorpresa me atendió una mucama. No habíamos contratado mucama, fue una decisión de Susana de último momento y sin consultarme. Me sentí molesto por ello.

-¿Quién es que habla? – pregunté en forma inquisitiva.

-Habla María la mucama.

-Me pasa con la señora, por favor María.

-La Sra. Susana salió y me avisó que llegaría tarde.

En ese momento mi corazón dio un brinco, la sospecha de que se estuviera consumando en algún lugar del balneario lo que habíamos hablado en la intimidad con mi mujer me provocó sentimientos opuestos de celos y excitación, de dolor y placer.

La mujer desde el otro lado de la línea repetía …Hola…Hola..¿quién habla?

-Soy el esposo. ¿Los chicos están bien?

-Sí. Sí, ya están durmiendo.

-Dígale a la señora que me llame cuando pueda.

Me serví un wisky y traté de ordenar mis ideas, mis sentimientos. Por dentro sentía como si tuviera una manada de potros desbocados.

No me explicaba como podía ser que el imaginar a mi mujer cogiendo con otro hombre en ese preciso momento me generara, además de los lógicos celos, un estado de excitación a tal punto que tenía mi verga parada como un adolescente.

Tenía que hacer algo al respecto, prendí la tele y sintonicé un canal para adultos. Me puso a ver una película porno. En mi mente no eran los personajes de la película los que estaba mirando sino que eran Susana y Esteban. En la pantalla la mujer le chupaba la pija, que dijo pija un verdadero pijón y lo miraba con lascivia. Era morocha como Susana y él rubio y fornido como Esteban. Saque mi verga al aire, y empecé una paja infernal viendo a mi mujercita cogida por el grandote pijudo. La ví cogida en su concha, en su culo, la vi acariciando y lamiendo los pectorales del grandote como lo estaría haciendo el "amorcito de mi vida" en Punta del Este en ese momento. Lo vi a él chupándole la concha y las tetas en medio de frenéticos gemidos de mi mujercita adorada, madre de mis niños, quizás como estuviera sucediendo en ese mismo momento en Punta del Este. Al final la vi con la pija del amante entre las tetas, haciéndole una buena paja y rogándole que le llenara de leche la cara, como probablemente estuviera haciendo Susana, como probablemente estuviera gozando Susana en ese preciso momento mientras yo me pajeaba mirándolos y tomándome un wisky. Cuando el protagonista acabó en la pantalla mi pija también chorreó leche, fue la mejor paja de mi vida. Jamás pensé que el morbo que se estaba apoderando de mi cabeza pudiera hacerme disfrutar de esas fantasías pero me quedó la duda, ¿será ese el futuro de mi relación con mi esposa?. Sentado, tomando un wisky y pajeándome mientras veo como otro se la monta, mientras gozo viendo como otro se la coge. ¿Será una nueva forma de relacionarnos?.

A la mañana siguiente y cuando estaba por salir para el trabajo me llamó Mercedes por teléfono..

-Hola como estás?. Si te llamara mi marido te diría "bienvenido al Club de la Cornamenta"- me comentó con sorna

-Dejate de joder Mercedes. ¿Qué sucede con Susana?

-Me llamó hoy temprano a la mañana para comentarme que pasó lo que tenía que pasar-

-No me jodas más que el horno no esta para bollos- dije enojado. Esperaba enterarme directamente por ella y no por su amiga.

  • Calmate mi amor no lo tomes así. Estamos en el siglo XX, nadie se muere por esas cosas, al contrario hay que saber encontrarle el gusto a todo lo que les esta pasando- intentó serenarme Mercedes.

Luego de un breve silencio de mi parte continuó hablando.

-Miralo de esta manera, Uds. están explorando una zona nueva, totalmente desconocida de sus vidas. Es como animarse a meterse dentro de una selva tupida sin saber que va a pasar. Mi experiencia me dice que mi marido y yo disfrutamos mucho más de la vida desde que nos damos nuestras propias licencias.-

Hizo un silencio como esperando mi respuesta mientras que yo no sabía que contestar.

Mercedes siguió desarrollando su teoría al respecto.

-Aparte de una pareja Uds. son personas que tienen necesidades y deseos propios. Hay cosas que se pueden compartir, otras no. Tenemos que respetar la identidad del otro y poder explorar lo que nos da placer, es una de las mejores cosas que el ser humano puede hacer, a veces lo podrán hacer juntos en otros casos lo harán cada cual por su cuenta- dijo.

  • Vamos a ver que pasa- contesté como por compromiso.

-Me pidió Susana que no la llames, que el viernes te va a buscar al aeropuerto, está también confundida. Dale unos días para que se calme.- aseveró Mercedes.

-Está bien. ¿Algo más?.

No, nada más. ….¿Querés que esta tarde te vaya a consolar?- se ofreció con una sensualidad que me sacudió.

  • No, dejá, cualquier cosa te llamo. Chau- y corté.

Durante todo el día no pude dejar de fantasear con lo que nos estaba pasando. El morbo cada vez crecía más y más a tal punto que me concentraba en imágenes eróticas de Susana y Esteban y sentía un placer enorme. Cada tanto se me dibujaba una sonrisa en la cara. El avance incontenible de este tsunami de lujuria me hizo poner la atención en Esteban. Era la primera vez que me sentía atraído por un hombre. Me pareció tremendamente atractivo, no era difícil que una mujer se volviera loca por un macho así. Irradiaba virilidad a través de ese cuerpo tan perfectamente formado pero también me sentí atrapado por su sonrisa seductora. Pero,¿qué me está pasando?. ¿Es que ahora me gustan también los hombres? ¿Estaré sintiendo envidia por la suerte de mi mujer?. Si seguía dándole vueltas a esta historia me iba a volver loco, entonces recordé la oferta de asistencia al sufrido que me hizo Mercedes y la llamé para que viniera a casa.

Mercedes llegó puntual y con unas ganas bárbaras de consolarme.

Creo que en la cama hay pocas mujeres como ella, putísima, siempre dispuesta a todo, muy creativa, era la amante perfecta

-Mi amor el sexo no tiene reglas- me dijo apenas entro en casa.

Venía vestida como para matar, por un instante me hizo olvidar la circunstancia que estaba viviendo.

-Que buena que estas Mercedes- le dijo enfatizando las palabras.

-¿Te gusto mi amor? Vas a ver la fiestita que nos damos- me decía con voz de puta.

La levanté en mis brazos y la llevé hasta el dormitorio, le saqué la ropa casi con violencia y me puse a chuparle las tetas. Mercedes gemía como una enloquecida mientras me tocaba la pija por sobre el pantalón.

-Ummm… parece que los cuernos que te puso tu mujercita te dejaron muy caliente- me incitaba la muy perra.

Liberó mi pija y se la puso a chupar mientras me miraba con cara de puta.

-Te gusta chupar pijas mi amor y lo haces muy bien. ¿Tu marido lo sabe?

Se sacó la pija de la boca y mientras me la pajeaba me contestó.

-Mi marido sabe todo sobre mí y yo se todo sobre él. Compartimos la cama con hombres, mujeres, trasvestis y con cuanto ser humano cogible se nos cruce- me contestó

Me acercó las tetas para que se las chupara, dos hermosos y durísimos globos con enormes pezones morados que en ese momento estaban parados al máximo por la excitación.

-Pero si a alguno de los dos se le da la oportunidad de echarse un buen polvo, como a mí ahora, lo tenemos permitido- concluyó.

Me asombró la respuesta que me dio, nunca había imaginado tanta libertad..

Rápidamente se subió a mi pija y empezó una muy placentera cabalgata.

-¿Acaso no te gustaría compartir la cama con Susana y otra mujer y ver como le come la concha la otra mina y después vos te la coges delante de Susana?-

-Me encantaría- le dije.

-¿Y no te gustaría que en vez de un hombre o una mujer metieran a un trasvesti que en una de esas se los coge a los dos?- decía poseída mientras me cabalgaba la muy puta.

-Ummm… tendríamos que probar- contesté casi en el borde del orgasmo.

-También pueden meter a un pendejito trolito que le guste la verga. Con Carlos, mi esposo, nos cogimos uno y nos encantó. Cuando mi marido le hizo el culo yo creí que me moría de calentura.- ya casi en un grito me hablaba.

Como si fuera una malabarista en plena cabalgata se sacó la pija de la concha y se la metió en el culo, sentir mi miembro en su orto me llevó al paroxismo.

  • Que puta que sos, y como te gusta serlo, puta…reputa- me salió mientras le llenaba el culo de leche.

-Si papito, muy puta para que vos me disfrutes …ahhh y pueda ahhhh….. disfrutar de una verga como la tuya. Acabo mi vida….ayyy.. dame toda la leche calentita.. mi amor….que divina verga….. dasela a tu puta…-

Llegó el viernes y mientras me dirigía hacia Aeroparque pensaba que pasaría entre Susana y yo después de este cambio tan grande que se dio en nuestras vidas. Pero por otro lado me excitaba todo lo que me animaba a fantasear, el lugar del morbo en mi vida empezó a tener mayor tamaño e importancia. Cada vez me convencía más que me tenía que permitir gozar de todo lo que deseara. Así pensaba mientras me aprestaba a viajar para encontrarme con mi mujer.

ESPERO COMENTARIOS DE LOS LECTORES PUES ES UNA EXPERIENCIA COMPARTIDA Y ME GUSTARIA CONOCER LA OPINION DE UDS. TAMBIEN HACER CONTACTO POR MAIL PARA INTERCAMBIAR EXPERIENCIAS. GRACIAS.