Las Vacaciones de Susana (1)

De como mi mujer estando de vacaciones me confiesa su calentura por un hombre.

LAS VACACIONES DE SUSANA (I)

Esta historia que les voy a narrar es totalmente verídica. Mi nombre es Roberto y estuve casado casi veinte años con Susana, una morocha muy atractiva, de muy buen culo, muy sensual y ardiente. De esas mujeres que provocan que los hombres se den vuelta para mirarlas al pasar. Con Susana solíamos alquilar en febrero una casa en Punta del Este. Ella se quedaba todo el mes con nuestros hijos pequeños, yo viajaba durante dos fines de semana y los últimos 15 días la pasaba en la casa de vacaciones. Para mi representaba tener dos semanas de "soltero" en Buenos Aires que sabía aprovechar muy bien.

Así transcurrió nuestra vida durante años.

Un viernes de febrero tomé el avión de la noche, luego de mi primera semana de "soltero". Cuando llegué mi mujer me recibió muy cariñosamente, casi diría en un estado de excitación que la desbordada, muy poco común y que me sorprendió. Estaba hermosa, bronceada, deslumbrante, el sol, el mar y el relax de las vacaciones le habían sentado muy bien.

Mientras me duchaba escuché que les decía a los chicos que se acostaran temprano, apenas terminaran de cenar.

Pensé –"Hoy tenemos fiesta".

Así fue, la cena transcurrió con mi mujer lanzándome miradas ardientes que parecían dardos encendidos.

Me fui a la cama mientras ella hacia dormir a los niños. Era una noche hermosa, cálida pero con una suave brisa que hacía mover ligeramente a las cortinas y que nos invitaba a dormir desnudos.

La habitación estaba casi en penumbras, con una muy ligera luz que provenía de la iluminación exterior pero que permitía distinguir detalles. Entonces ella apareció, con un babydoll cortísimo que estaba sostenido por apenas dos hilitos en sus hombros pero que no lograban mantener protegidas a sus dos hermosas tetas. La brisa le levantó el babydoll y pude apreciar que no llevaba nada puesto debajo, como un regalo pude apreciar su apetecible culito redondo y su cuevita convenientemente afeitada.

Cuando la vi exclamé – Que hembra hermosa me voy a comer esta noche.

Susana lanzó una carcajada y se metió en la cama.

Su mano izquierda empezó a acariciar mi pija que ya estaba al palo,

Entonces comenzó el diálogo que nos debíamos desde hace tiempo y que el hecho de estar ella de vacaciones, relajada y caliente permitió que se diera.

-¿A cuantas putitas se cogió mi maridito esta semana de soltero? me lanzó sin dejar de pajearme.

  • A varias, digamos tres- le contesté yo en tono de broma..

  • Eso es injusto, y yo aquí cuidando niños y sin mi ración de pija- me lo decía como haciéndose la bebota

-¿Qué te pasa mi amor? Estas muy caliente.

  • Pasa que voy a la playa con los chicos y veo un desfile de machos hermosos que se me acercan, me ofrecen compañía, me quieren coger y vos en Buenos Aires dándote la gran vida- exclamaba ya lista para meterse mi pija en la boca.

-¿Lo decís por Marianito? le pregunté. Marianito era un adolescente que estaba acampando con unos amigos en el parque de la casa de su tío, muy próxima a la nuestra. SUSANA me había comentado por teléfono que el pendejo se quedaba duro cada vez que ella salía al jardín con su diminuto bikini.

-¿Marianito? – me pregunta ella.

-Marianito es un lindo pendejo, me gusta jugar con él y divertirme pensando las pajas que se hará fantaseando conmigo, pero a mí me gustan los machos de verdad. Si me decís del tío ahí cambia la cosa. Ese si que es un macho en serio- Me lo decía mirándome a los ojos y con una cara de puta que nunca había visto en ella.

Yo no conocía al tío de Marianito pero ya tenía referencias de él a través de una amiga de Susana porque en esa semana de soltero salí, como cada año, con su amiga Mercedes y mientras cogíamos me contó que habló con mi mujer por teléfono y que ella le había comentado del tío en cuestión y de lo caliente que estaba por ese hombre.

En ese momento me había comenzado a chupar la pija así que aproveché y me jugué, -¿Te gusta el tío?. ¿Te lo cogerías si pudieras?

Ella lanzó un gemido que fue una clara indicación de que le había excitado la pregunta.

Se sacó la pija de la boca y me respondió- No juegues con fuego mi amor que te podés quemar- Su voz sonaba entre imperativa y lujuriosa.

La respuesta me provocó una calentura que nunca había experimentado antes. Una calentura que me pedía seguir adelante aunque esto no fuera más que un juego entre esposos.

-Decíme la verdad, te gusta ese macho, te encantaría chuparle la pija, abrirte de piernas para que te coja y dejar que te rompa el orto-

-¡Siiii…-exclamó casi gritando- que me coja toda, ese es un macho de verdad y yo necesito uno. Perdoname mi amor pero esto lo tenemos que hablar. No puedo estar sin pija por una semana con todos los hombre que se me acercan por día. Me acosan y me encanta que me acosen.-

-Hablemos, le dije acariciando su concha que era una catarata de fluido.

-Mi amor - me decía suplicante, se que soy una hembra que calienta a los hombres pero es que no aguanto más. Desde que llegamos no paran de seguirme, de buscarme, de intentar seducirme. No doy más, los veo tan hermosos y apetecibles que la única forma que encuentro es calmarme con vos pero no estas, es más, seguro que estás encamado con alguna loca en Buenos Aires.-

Su estado de desesperada lujuria me llevó al paroxismo. Nunca me había sentido tan caliente como en ese momento y fantaseaba con Susana perseguida por machos hermosos que la requerían.

¿Queres encamarte con,….. como se llama?

-Esteban , me respondió ella pasando su lengua por sus labios.

¿Querés cogerte a Esteban? Cogételo, le dije

-Ayyy.. mi amor… gracias por comprenderme….pero no puedo perderme la oportunidad de disfrutar de ese macho. Vos hacé tu vida, yo no te lo voy a prohibir pero dejame gozar a mi también-

En verdad hacia mucho tiempo que fantaseaba con ver a mi mujer coger con otro hombre pero no me animaba a plantearlo.

La tome de los hombros y la acosté boca arriba. Fui descendiendo con mi lengua hasta llegar a su concha, totalmente húmeda. Susana no paraba de gemir, con los ojos entrecerrados quizás pensaba en Esteban, en ser ensartada por ese hombre. Yo estaba jugado así que decidí avanzar más.

-Me encantaría verte coger con otro macho, es una fantasía que tengo desde hace mucho.

Susana me pescó al vuelo-Vas a ver como me cogen, vas a ver como gozo con otro hombre, te prometo que lo voy a compartir con vos- Ya su voz sonaba cargada de lujuria.

En ese momento cambiamos de posición quedando yo boca arriba, mi pija parecía explotar. Susana se montó sobre mi y empezó a cabalgarme.

-Te tiene muy caliente Esteban parece.

  • Me tiene loca. Solo pienso en que me coja. Es que parece que estoy muy buena y todos los hombres me quieren coger y él es el que más me gusta. Es hermoso sentirse deseada y yo ya no puedo frenar las ganas de disfrutar de un buen macho.-

Mientras cabalgaba con mi pija adentro apretaba sus tetas y me las ofrecía para que se las chupara. Esa imagen me volvió loco.

-¿Vas a dejar que se haga la paja entre tus tetas?

-Ayyy.. siiii…. Que hermoso,….. su pija entre mis tetas.-

¿vas a dejar que te llene de leche las tetas y la cara cuando acabe, mi amorcito?

Se arqueo lanzando un profundo gemido de goce al llegar al orgasmo.

Que me llene toda de leche,… ayyyy… ummmm… quiero su leche……ahhhh…….ayyy mi vida como gozo, que puta me siento.

Exhausta cayó sobre mi dándome las gracias y se quedo dormida.

A la mañana siguiente salimos al jardín de la casa en el momento en que Esteban se subía a su coche. Era tal cual me lo imaginaba alto, muy rubio, atlético. Tenía puesta una musculosa roja y unos jeans desflecados cortados por sobre las rodillas. Toda su ropa se ajustaba a su cuerpo, marcando sus pectorales, sus bíceps, sus triceps, su culo, su bulto. Llevaba puestos anteojos para sol y cuando su auto se acerco hacia donde estábamos nosotros detuvo su marcha, se levantó los lentes mostrando un par de ojos azules impresionantes y la totalidad de sus rasgos que eran hermosos. Nos miró a los dos y nos sonrió en tren de saludo. Luego la miro a Susana como con lascivia. Ella le devolvió la mirada que más que mirada era una invitación a coger. Todos sabíamos como iba a terminar esta historia y creo que ambos teníamos el mismo sentimiento..-Ese macho vale la pena.