Las Vacaciones de Julieta
Un poco de filial y bastante de sado. Julieta y su familia van de vacaciones a la casa de su tío. Allí descubre unos libros que encienden sus fantasías.
Las Vacaciones de Julieta
Autor: Ricardo Erecto
Julieta y su familia acostumbraban a pasar sus vacaciones en la casa de Marcos, de 30 años, hermano de la madre de Julieta. Ambos hermanos tenían una diferencia de edad de 12 años.
Acostumbraban tomar las vacaciones en diciembre, pasaban las fiestas con Marcos y luego regresaban.
Marcos era un abogado exitoso y había comprado una casa muy amplia en las afueras de la ciudad y muy cerca de un río. Justamente la familia de Julieta acostumbraba a pasar gran parte de las vacaciones junto al río.
Ocurrió que en el verano de 2004, exactamente el 30 de diciembre, Julieta se sintió algo resfriada y no los acompaño al río, quedándose en la casa sola ya que su tío había salido por trámites antes de la feria judicial de enero.
Demás está decir que la biblioteca de Marcos era muy importante, aunque la mayoría de los libros eran de Derecho había también novelas, ensayos, cuentos y otros. Siempre fue un ávido lector. Julieta comenzó a revisar la biblioteca sin nada que pudiera interesarle hasta que encontró un estante en cual había varios libros que le llamaron la atención. Grande fue su sorpresa cuando encontró libros del Marqués de Sade, de Pauline Réage, de Anaís Nin y otros.
Tomó uno de ellos y comenzó a leerlo y a medida que avanzaba en la lectura se iba calentando más y más hasta que necesitó hacerse una paja para calmarse. Marcos regresó temprano y notó a su sobrina con una actitud diferente, que algo le pasaba. Entonces decidió preguntarle si ocurría algo en especial, si sentía bien, etc.
Julieta contestó con algunas evasivas hasta que finalmente le dijo:
-Como hoy me quedé aquí estuve viendo los libros que tenías y encontré algunos en el estante de arriba que me llamaron la atención y estuve leyendo algo.-
-¿Te refieres a los libros forrados en papel verde oscuro?-
-Sí, a esos.-
-Esos libros no son para que los lea una chica como tú. Eres muy joven para eso.-
-¡Tío! ¡Tengo 18 años!-
-Es cierto, ya no eres una chiquilina.-
-¿Sabes? Me impresionaron esos libros y he fantaseado con ser la protagonista. No se lo digas a nadie, pero me tuve que masturbar de lo caliente que estaba.-
-Estás completamente loca. Una cosa es la fantasía y otra la realidad.-
-Quiero que me cuentes todo lo que sabes de sadomasoquismo. Esas mujeres castigadas, violadas y humilladas me han excitado.-
-Mira, como has visto hay varios libros de esos. Uno interesante es la Historia de O, cómo la protagonista se somete y cómo es en definitiva sólo un juguete de los hombres.-
-¿También es torturada y violada?-
-Sí, es flagelada e incluso hay una escena en la cual ella misma pide ser azotada sin compasión. En cuanto a violada, no creo que pueda decirse eso porque ella presta su cuerpo, no es necesario forzarla, simplemente ordenárselo.-
-También tengo algunos videos relacionados. Quizás si los ves, luego te calmes y no vuelvas a pensar en ser protagonista.-
-¿Cómo hago para verlos? Si mamá o papá me descubren viendo eso, no te imaginas cómo se pondrán.-
-Puedes quedarte en casa mañana también, entras a mi computadora y buscas una carpeta que se llama Videos. El pass es “marcosbdsm” Allí hay de todo. Estarás sola y nadie descubrirá tu fantasía.-
-¿Podemos ver algo ahora que estamos solos?-
-Sí, ¿Qué quieres?-
-Algo fuerte, bien fuerte.-
-Tengo varios videos de EP. ¡Esos sí que son fuertes!-
Comenzaron con la serie “casting”. Julieta miraba como hipnotizada la pantalla. Luego de ver cuatro o cinco videos de esos comentó:
-¡Cómo me gustaría hacer un casting de esos! ¡Recibir algunos latigazos en las tetas y en el culo!
-Julieta, ¿viste cómo quedaba la piel de esas mujeres, algunas de ellas que comenzaron sonriendo y creyendo que lo soportarían todo y luego se les corre el maquillaje de los ojos por la lágrimas?-
-Sí pero, como te dije, me gustaría ser la protagonista.-
-Mañana mira algunos videos más. Yo volveré alrededor de las tres de la tarde y comentamos lo que has visto.-
-¿Me dejas seguir mirando ahora?-
-No tengo inconveniente pero no quisiera que tu madre te viera mirando esos videos.-
-Descuida, estaré atenta a su regreso.-
La cena transcurrió sin novedades y cuando se dispusieron a hacer los planes para el día siguiente, Julieta comentó que no los acompañaría porque no se sentía bien. La madre preguntó qué le pasaba y la joven respondió que estaba con molestias de menstruación, por lo cual nadie preguntó nada más.
Al día siguiente los padres de Julieta salieron temprano a hacer una excursión algo más larga, para alegría de la muchacha que dispondría de más tiempo para ver videos o leer “esos libros forrados de verde oscuro”. Cuando Marcos regresó Julieta le comentó qué había visto y leído.
-Todavía hay mucho más. Hoy festejaremos la nochevieja y creo que mañana tus padres se quedarán en casa y según me han dicho piensan regresar el 2 de enero. Me parece que lo que no has visto, ya no lo verás.-
-Tío, yo estoy de vacaciones en la Universidad hasta mediados de marzo. ¿Me podría quedar aquí unas semanas más?-
-Yo no tengo inconveniente, pero tus padres deben estar de acuerdo. Te propongo que esta noche lo sugiera como una cosa mía.-
-Sería buenísimo. Espero que no se opongan.-
-Y dime, ¿has tenido que hacerte otra paja?-
-Bueno… sí. Tuve que hacerme dos porque no podía más.-
-¿Eres virgen o ya has tenido relaciones?-
-He tenido relaciones cuatro veces con un compañero, pero hace seis meses que nos peleamos y desde entonces no me he acostado con nadie.-
-Bueno, veremos si te dejan quedarte así sigues viendo videos. Justamente la semana que viene debería recibir el pass para bajar tres películas más. Una de ellas narra torturas en la edad media que finaliza en una crucifixión, otra con descargas eléctricas y otra de flagelación.-
-¿Son todos los castigos sobre mujeres?-
-Sí, sobre mujeres y siempre elijo aquellas en que la mujeres están desnudas.-
-¿Me dejarás verlas?-
-Sí, ya sabes de qué se trata.-
Por la noche y antes del inicio del nuevo año, Marcos comentó que Julieta desearía quedarse unos días más de vacaciones en su casa. La madre intrigada preguntó qué haría allí sola, pero Julieta respondió que el tío Marcos tenía una biblioteca magnífica.
Dado que Marcos estaba de acuerdo, sus padres permitirían a Julieta que se quedara más tiempo.
Los ojos de Julieta se iluminaron y deseaba que ya fuera el 2 de enero y sus padres regresaran, cosa que ocurrió ese día temprano en la mañana, quedando Julieta en la casa de Marcos, que corrió a la biblioteca a leer nuevas historias sobre sadomasoquismo. Ya cerca de mediodía entró en la biblioteca Marcos. Julieta estaba viendo en ese momento un video en el cual una mujer, desnuda y atada a entre dos postes, con su cuerpo en forma de X era flagelada. Marcos se puso a su lado observando las escenas que ya había visto en otras oportunidades. Terminada la flagelación, la mujer era violada por su torturador y así finalizaba el video.
-Dime tío, ¿Ha torturado alguna mujer para luego cogerla?-
-Lo he hecho en un par de oportunidades, pero esta comunidad es chica y no es fácil hacerlo. Te diré más, hasta tengo algunas cosas para sado.-
-¿Dónde las tienes?-
-En el ático. Habrás visto que la puerta que lleva al ático está cerrada con llave.-
-¿Allí tienes los instrumentos de tortura?-
-Solamente tengo unas pocas cosas.-
-Tío, tío… ¿No quieres azotarme como en los videos y luego violarme?-
-No lo digas dos veces porque lo hago.-
-Quiero que… me… lo hagas. Que me castigues y luego me violes.-
-Julieta, estás jugando con fuego.-
-¡Por favor, tío! Llévame a ático y castígame como en los videos. Te repito que me pone muy caliente.-
-Tú lo has querido. Espérame aquí mientras preparo alguna cosa. Puedes seguir viendo así mantienes el clima.-
Marcos se retiró al ático y Julieta comenzó con otro video. Media hora más tarde Marcos regresó con unas esposas en las manos.
-Julieta, primero debo esposarte antes de llevarte al ático.-
-¿Piensas que querré escaparme?-
-No, simplemente que las mujeres que van a entrar en el ático, deben hacerlo esposadas. Es una manera que acepten su sumisión y lo que allí ocurrirá. ¿Todavía quieres que te lleve allí?-
-Sí tío, espósame.-
Julieta ofreció sus muñecas y las esposas se cerraron sobre las mismas con los brazos en la espalda.
-De ahora en más, hablarás solamente si yo te lo permito. ¿Has entendido?-
-Sí señor.-
Entraron al ático. Había una mesa bastante larga, un pesado sillón de madera y algunos armarios. Desde el techo pendía una cadena en el medio del salón y a un costado dos barras metálicas verticales, separadas algo más de un metro. Sobre la mesa había algunas cuerdas. Julieta notó que se le humedecían las bragas.
Sin mediar palabra Marcos llevó a la muchacha debajo de la cadena pendiente del techo, cambió las esposas dejando sus brazos por delante que alzó hasta alcanzar la cadena a la cual fijó las esposas. Julieta estaba con los brazos en alto estirados pero apoyaba los pies en el suelo. Su corazón latía con fuerza.
Marcos se acercó a ella con una tijera enla mano. Tomó la remera de la sumisa y la cortó hasta poderla quitar. Luego de magrearle las tetas por encima del sostén Acercó la tijera para cortar las tiras.
-¡Ya me rompió la remera, no me rompa el corpiño!-
Como respuesta recibió una sonora bofetada mientras le decía:
-¡Cállate! O te castigaré más fuerte. ¡No recibiré órdenes tuyas!-
La muchacha calló mientras las tiras de su prenda eran cortadas y las tetas quedaban libres de toda protección. Marcos tomó los pezones y los apretó moderadamente. Con sus manos recorrió las tetas y el vientre y luego la espalda. Aflojó el cinturón y le quitó el pantalón y los zapatos. Ahora la muchacha cubría solamente su cuerpo con unas bragas rojas de tiro corto. Marcos pasó la mano por la concha a través de la tela y notó que estaba mojada.
En silencio tomó un látigo y se acercó a Julieta.
-Comenzaré azotándote en la espalda y no cesaré hasta que esté cubierta de rayas. No quiero escuchar quejidos ni ruegos. Deberás aceptar el castigo.-
Julieta estaba excitada. Por un lado tenía algo de temor pero se estaba cumpliendo su fantasía. El primer azote fue en la espalda a la altura de las tetas. Como la cola del látigo era larga, rodeó su cuerpo y la punta impacto en una teta. Julieta resistió el dolor y permaneció callada.
El segundo impactó un poco más arriba de la cintura y así siguieron diez azotes más. Con cada azote un casi inaudible ¡Ay! Lo acompañaba. Las lágrimas le brotaban de sus ojos. Marcos le bajó las bragas hasta las rodillas. Ahora quedaba expuesto el culo, de una piel blanca y suave. Volvió a usar el látigo nuevamente y por media docena de veces. Ahora las marcas rojas adornaban también el culo.
Pasó sus manos sobre los cordones que se habían formado por los azotes. Julieta permanecía tensa.
Inmediatamente le soltó las manos de la cadena y volvió a esposarla en la espalda. La acostó en el suelo, le quitó las bragas totalmente y separándole las piernas la penetró de un solo golpe. La pija entró sin dificultad. La lubricación de la concha así lo permitía. Apoyó su cuerpo sobre la muchacha y comenzó con un lento movimiento.
Julieta se corrió muy pronto, tan grande era su excitación. Marcos demoró un poco más pero verdaderamente gozó cogiéndose a su sobrina. Luego de permanecer sobre ella unos minutos se levantó y le quitó las esposas.
-¿Aun sigues con ganas de recibir castigos y ser violada?-
-Tío, ha sido el mejor polvo que he tenido. Habrás visto cómo estaba de mojada cuando me la clavaste. Me dolieron los azotes pero me ha gustado ser dominada por ti, estar atada, indefensa, mientras me desnudabas y luego manejabas el látigo. Creo que puedes hacerme muchas cosas en este lugar y hacer realidad las fantasías de los videos.-
-No te he azotado muy fuerte porque era la primera vez, pero si lo repetimos, ¡ya verás!-
-Tío, quiero repetirlo. ¿Has azotado alguna vez en la concha? Supongo que debe ser doloroso.-
-Tú misma me dirás si es doloroso o no. Mañana ese será el lugar en que te castigue.-
-¿Me clavarás agujas también como hacen los videos?-
-No por ahora. Primero quiero flagelar distintas partes de tu cuerpo y cogerte. Tengo muchas cosas para hacer sobre ti.-
-Dime, ¿Qué me harás?-
-Lo sabrás cuando lo haga. No te adelantaré nada. Lo único que tendrás de ventaja sobre una esclava es que cuando quieras que cese el castigo, me lo dices y me detendré.-
-No, No quiero que te detengas. Aunque te implore, llore, grite, no detengas el castigo, no me escuches o me amordazas, pero quiero que continúes hasta el final, hasta que tú consideres que es suficiente. Quiero estar como esas mujeres de los videos, castigadas sin piedad y luego violadas.-
-Ahora te pondré ese collar metálico que está junto a la pared. Allí permanecerás encadenada y desnuda hasta que yo vuelva. Mientras tanto medita si quieres seguir con este juego.-
-Ya te he dicho, quiero seguir y aceptar todo lo que quieras hacerme y, por supuesto, violarme.-
Marcos se retiró y regresó a las dos horas portando los objetos para afeitar la concha de su sobrina. Julieta permanecía junto a la pared, como no podía ser de otra manera. El collar le impedía moverse.
-Voy a afeitarte la concha y el pubis, no me gustan los pelos allí. Impiden ver las marcas del látigo y el estado dela concha. Acuéstate y separa las piernas para que pueda hacer mi trabajo.
Julieta se recostó lentamente. Tanto el culo como la espalda le dolían a causa de los azotes. Separó las piernas mientras Marcos desparramaba la crema de afeitar y procedía a retirar todos los pelos de allí. Finalizada la depilación miró a su sobrina. Advirtió que tenía un hermoso cuerpo que antes no había observado. Unas tetas hermosas para castigar con la fusta e incluso con una picana eléctrica. Imaginaba a Julieta, firmemente amarrada a un poste, temblando a causa de las descargas. Estimó que podría tener todo el mes de enero a su sobrina en la casa para su deleite.
-Tío, ¿esta noche podré dormir en mi cama o deberé hacerlo en algún otro lugar?-
-¿A qué te refieres con “algún otro lugar”?-
-Pienso que quizás me encadenarías en el ático o cosa así.-
-No, por ahora podrás dormir en tu cama y ni siquiera te esposaré. Mañana debo salir temprano para hacer unas compras. Tú puedes seguir viendo videos o leer esas historias de mujeres torturadas pero no quiero que te masturbes. Ahora esa concha me pertenece mientras estés en esta casa.-
-¿Eso quiere decir que me cogerás las veces que quieras y cuándo quieras?-
-Efectivamente. Ya te dije, ahora esa concha me pertenece.-
Al día siguiente ambos se levantaron temprano. Marcos salió pues quería comprar una picana eléctrica y otros adminículos para usar sobre su sobrina. Inesperadamente disponía de una sumisa la cual deseaba ser castigada y cogida y además, poseía un cuerpo hermoso. Las marcas del látigo del día anterior habían casi habían desaparecido.
A su regreso Marcos ingresó a la casa y fue directamente hastala biblioteca. Dondese encontraba Julieta viendo un video en el cual dos mujeres espías caían prisioneras de las fuerzas enemigas y eran sometidas a todo tipo de torturas y violaciones.
-Tío, no sabes cómo estoy. Ya me tuve que cambiar la bombacha porque se había mojado y no puedo hacerme una paja porque me lo has prohibido. ¿Vas a calmarme de alguna forma?-
-No tengo que calmarte, debes soportarla calentura. Ahoravamos al baño que te esposaré y te encerraré allí con llave. Debo bajar algunas cosas para llevar al ático.-
-¿Compraste algo para usar conmigo?-
-Ya te vas a enterar de qué se trata.-
Fueron al baño, que no tenía ventana alguna, la esposó con los brazos en la espalda, sacó la lámpara para que quedara a oscuras y cerró la puerta con llave.
Entonces procedió a bajar las compras de esa mañana. El mueble más importante era una camilla ginecológica con suficientes aditamentos para poder mantener a la mujer completamente inmovilizada, con las piernas bien abiertas y de manera tal que el ano también quedaba completamente expuesto. Además había comprado otro par de esposas, algunos grilletes para los tobillos, un arnés para suspender de los tobillos, algunas cuerdas extras, dos fustas, una común y otra con una lengüeta más ancha y de unos 20 centímetros de largo y una picana eléctrica del modelo más completo.
Una vez todos los instrumentos en su lugar, volvió al encierro de Julieta y la condujo al ático. Al ver la camilla, comprendió que el próximo lugar de tortura sería su concha que la tendría completamente expuesta y a merced de su tío.
Marcos la llevó cerca de la camilla, le quitó las esposas y le ordenó desnudarse. Nuevamente el corazón de Julieta latía con fuerza. Sus sentimientos eran encontrados. Tenía miedo de lo que podía sufrir pero al mismo tiempo estaba excitada por dar otro paso más en su fantasía.
Una vez desnuda se ubicó en la camilla y su tío procedió a amarrarla fuertemente. Sus brazos a un costado, una correa a altura de la cintura, un collar metálico alrededor de su cuelo le impedía mover la cabeza y luego las piernas. Un par de correas amarraban sus tobillos y otro par sus muslos. Estaba completamente inmovilizada, su concha ligeramente abierta y los labios internos asomando entre los labios mayores.
Marcos puso una mano sobre el corazón observando los latidos, luego pasó sus manos sobre las tetas una y otra vez y apretó los pezones. Julieta miraba expectante. Bajó sus manos a la concha y tomó los labios entre sus dedos e introdujo en pulgar en la vagina y lo encontró con gran cantidad de flujo vaginal.
Tomó un pequeño frasco de vaselina y dejó caer unas gotas sobre su dedo índice. Lo acercó al ano y comenzó a introducirlo y lubricarlo. Julieta no sabía por qué le estaba metiendo un dedo en culo pero evitó preguntar. Sabía que cuando era torturada, no debía hablar.
Era el momento de comenzar con el castigo. Tomó la fusta de lengüeta larga, la levantó y la descargó entre las piernas de su sobrina, tomando el pubis y la concha. Apesar del esfuerzo que hizo, Julieta no pudo evitar un gemido. No había imaginado que un castigo en la concha podía doler tanto. Quiso pedirle a su tío que no la castigara en la concha pero recordó que ella misma había insistido en que no hiciera caso de sus pedidos de clemencia. Recibiría azotes en la concha hasta que su tío decidiera que era suficiente.
Otro azote más en la concha y otro más y otro más. Quería moverse pero le era completamente imposible. Las lágrimas recorrían su cara. Contó diez visitas de la fusta a sus delicados labios vaginales cuando su tío dejó la fusta a un lado. Rápidamente se calmó y notó cómo se había humedecido su vagina. Evidentemente ser castigada la excitaba.
Marcos observó la concha con detenimiento. Los labios estaban rojos e hinchados. Tal como suponía penetrarla por allí le iba a doler mucho y esa no era su intención. Quería disfrutar del cuerpo de su sobrina pero ella también debía gozar o, por lo menos, no sufrir. Definitivamente decidió clavársela por el culo. La desató y le hizo bajar de la camilla. Tenía dificultad en caminar por el roce de su zona vaginal. La acercó al pesado sillón que estaba en un rincón del ático y la obligó a reclinarse sobre el mismo dejando el culo expuesto.
-Ahora te separarás los cachetes por voy a cogerte por el culo,- fue la seca orden de su tío. Ella obedeció y se dispuso a relajar el agujero para que la pija penetrara lo más fácilmente posible y así evitar el dolor de la dilatación.
Había visto en algunos videos cómo algunas mujeres eran sodomizadas y generalmente gemían de dolor cuando eran violadas por el culo. Sin embargo gracias a la vaselina previa, además de algunas gotas que Marcos puso en la entrada, la pija se fue deslizando sin mayores dificultades. Sintió las manos de su tío acariciando los pezones y su calentura aumentó, olvidando el dolor dela dilatación. Mientras entraba y salía la pija de su culo, Julieta asumía nuevamente que se cumplía la fantasía de la violación, en este caso anal.
Las constantes caricias de sus pezones y el roce de la pija con sus tripas, la calentaron de tal manera que cuando Marcos descargó el semen, ella se corría con un orgasmo que hacía temblar todo su cuerpo.
A pesar de no haber usado su concha había gozado de ese polvo y sumaba así una nueva experiencia. Permaneció inmóvil hasta que Marcos retiró la pija del apretado agujero.
-Tío, me ha gustado que me la metieras por el culo. Suponía que me dolería mucho más y que no alcanzaría a correrme, pero tus manos me ayudaron.-
-¿No te has sentido un poco humillada que te violara por el culo?-
-¡No! Fue una experiencia nueva y estos días estoy para que me trates como una sumisa y uses mi cuerpo como quieras. Según he leído, las sumisas no se sienten humilladas sino agradecidas de ser tratadas así.-
-¡Caramba! Veo que has leído mucho y aprendido más. ¿Te gustan las experiencias que estás teniendo?-
-Sí tío y te lo agradezco. Quiero que me enseñes otros castigos y me cojas todas las veces que quieras.-
-Yo también te agradezco que seas mi sumisa, mi esclava y pueda llevar a cabo también mis fantasías de castigar a una joven como tú.-
-Tío, úsame como quieras, estoy a tu disposición.-
-Te propongo que continuemos viendo algunos videos. Tú estarás desnuda y yo magrearé todo tu cuerpo.-
-¡Excelente! Me gusta que me toques. La concha me duele un poco pero si quieres hacer algo con ella, la dejo a tu disposición.-
Comenzaron viendo algunos videos y haciendo los comentarios del caso. Cuando ya se disponían a irse a los dormitorios, Marcos le comentó que en la mañana siguiente saldría temprano por unos trámites que debía hacer.
-Bien me levantaré contigo y sigo leyendo el material que me dejaste. Quiero pedirte algo.-
-Dime qué es lo que quieres.-
-Antes de acostarnos quisiera que te corras en mi boca y guardar el semen sin tragarlo toda la noche, o por lo menos los restos que queden luego de tragarlo.-
-¿Y que me das a cambio por permitirte chupármela?-
-Ya no tengo nada para darte que no tengas. Puedes usar mi cuerpo como quieras, castigarme de la manera que quieras. cogerme cuándo y por dónde quieras. Tienes todo.-
-Es cierto, pero siempre hay que pedir algo a cambio y si no puede darlo, se sentirá en deuda.-
-¡Ay tío! ¡Eres insaciable!
Poco después Julieta se ponía la pija en la boca para comenzar con la mamada. Su lengua se paseaba por el glande mientras sus labios apretaban el contorno de la pija, sus manos movían la piel de la pija y su cabeza se movía con rapidez.
La pija se iba poniendo cada vez más dura y Julieta se la introducía cada vez más enla boca. La felación continuó hasta que un chorro de semen llenó la boca de la muchacha. Permaneció unos segundos más en esa posición y luego se sacó la pija de la boca mientras saboreaba el semen en su boca sin tragarlo. Fue Marcos el que habló:
-Me has hecho una muy buena mamada. Creo que ésta no es la primera vez que te chupas una polla.-
-Sí tío, es la primera vez pero aprendí mucho leyendo y viendo los videos. Me gusta tener tu leche en la boca. ¿Puedo dormir con el pijamao deberé estar desnuda? ¿Me vas a esposar?-
-Puedes dormir con pijama y te voy a esposar porque no quiero que te andes tocando la concha.-
Así finalizaba ese día.
A la maña siguiente y luego que Marcos saliera, Julieta se dispuso a ver algunos videos. En particular en uno de ellos la esclava era colocada desnuda a horcajadas de un caballete cuya madera superior era de no más de dos centímetros de ancho. Sus brazos levantados la inclinaban ligeramente hacia delante con lo cual todo el peso de su cuerpo apoyaba sobre la concha. Podían escucharse los gemidos por el dolor en tan sensible parte que se incrementaron al recibir algunos azotes en la espalda.
Julieta quiso ensayar ese castigo. Se quitó el pantalón y vistiendo las bragas se montó en el respaldo de una silla. Así ensayó lo que era apoyarse enla concha. Pudopermanecer así no más de cinco minutos e imaginó lo que sería si era sometida a este castigo una hora o más. Continuó con otras lecturas y videos hasta el regreso de Marcos.
-¿Alguna novedad Julieta?-
-Sí tío. Me monté en el respaldo de una silla apoyándome en la concha. ¡Que dolor! No lo pude soportar por mucho tiempo.-
-Tienes la concha dolorida de ayer. No estás en condiciones de ese castigo. Más adelante ya lo vas a probar.-
-¿Y ahora que me vas a hacer?-
-Sabes, primero te desnudas, te coloco las esposas y te llevo al ático. Tengo pensado para ti algunas cosas… interesantes.-
Julieta se desnudó. Ya sus pezones estaban erectos y duros. Sería un castigo nuevo y esola excitaba. Llegaronal ático y le quitó las esposas.
-Ahora te acostarás en la mesa, con los brazos estirados.-
Julieta se acostó en la mesa y Marcos le ató primero los tobillos a argollas fijas a la mesa y luego hizo lo propio con las muñecas y pasó una correa por otras argollas con las que estaba provista dicha mesa, ajustando su cintura, procurando que el cuerpo de su sobrina quedara sin movimiento.
Observó las tetas. Como siempre estaban turgentes, hermosas. Ese sería el destino del castigo, que hasta ese momento casi no habían sufrido ninguna tortura. Buscó una fusta y se acercó a la mesa.
-Voy a castigarte en las tetas. Un poco de masajes con la fusta te sentará bien y procuraré dejarte algunas marcas. Te va a doler y quiero que, al mejor estilo de las esclavas, repitas “gracias tío” con cada azote. Puedes gemir y llorar. También puedes detener el castigo rogándolo.-
-No tío, no pediré que cese el castigo. Tú debes seguir hasta que consideres suficiente, especialmente si me consideras tu esclava. Soportaré lo que quieras hacerme.-
-Me place que te comportes así. Tienes unas tetas hermosas para castigar.-
Dicho esto descargó el primer azote sobre la teta izquierda de su sobrina. Primero escuchó un ¡ayyy! Y luego el “gracias tío” Marcos sonrió. Nunca había tenido la oportunidad de azotar unas tetas y menos tan lindas como las que estaban a su disposición. El segundo azote, ahora más fuerte, también fue para la teta izquierda. Volvió a escuchar el “gracias tío” y vio unas lágrimas en los ojos de su sobrina.
Ahora sí apareció una marca roja producto del golpe. El tercero, más fuerte aun también sobre la teta izquierda. Julieta quiso moverse pero las ligaduras se lo impidieron Ahora eran varias lágrimas que brotaban de sus ojos. Los tres sucesivos azotes fueron sobre la teta derecha en la cual quedaron sendas marcas.
Cambió de instrumento y tomó una vara de mimbre. Con ella podría golpear ambas tetas ala vez. Se ubicó a un costado de su sobrina, que temblorosa, miraba con ansiedad. El azote fue fuerte, sobre ambas tetas, un poco más debajo de los pezones. El gemido fue prolongado que finalizó con el “gracias tío” pero las lágrimas en abundancia, escapaban de sus ojos. Los dos siguientes azotes fueron más fuertes aun y las marcas dejadas más notables. Julieta no podía contenerse y su cuerpo comenzó a temblar.
-Tío, por favor no más azotes en las tetas. No pudo más.-
-¿Me estás pidiendo que cese el castigo?-
-Sí tío. Desátame.-
-¡De ninguna manera! Tú misma me has dicho que no parara con el castigo aunque lo imploraras.-
-No puedo más, tío. Las tetas me duelen mucho.-
Julieta recibió como respuesta otro azote con la vara de mimbre y antes que pudiera pronunciar palabra otro y otro más. Julieta ya gritaba con desesperación. Marcos consideró que era suficiente. Ya las tetas presentaban buenas marcas. Dejó la vara de mimbre y fue hasta un armario cercano.
De allí tomo su nuevo instrumento, la versátil picana eléctrica. Eligió algunos accesorios. Un cilindro metálico de tres centímetros de diámetro por doce de largo que introdujo profundamente en la vagina y dos electrodos que fijó a cada uno de los pezones. Conectó los cables al aparato principal.
-No tío, con electricidad tengo miedo. Me metiste algo en la concha. Tengo miedo.-
-Miedo, eso es lo que debe tener una esclava. No saber qué le ocurrirá al minuto siguiente. Las descargas te harán temblar pero es un castigo que no debes dejar de experimentar.-
Antes que Julieta pudiera decir algo, una fuerte descarga entre la concha y las tetas la estremeció.
-¡No tío! ¡Con la picana, no! ¡Me da miedo!-
Marcos no respondió, fue en busca de una mordaza muy efectiva y pese a la negativa de su sobrina, se la ajustó a la boca, impidiéndole articular palabra alguna. Continuaron las descargas.
El cuerpo de la muchacha temblaba debido a las descargas y quería articular palabras pero le era imposible. Gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Luego de más de quince minutos de esta tortura le quitó el cilindro de la concha y los electrodos de las tetas.
Manteniéndola amordazada, se montó sobre la mesa a fin de violarla. Estaba muy excitado de cogerse a su esclava completamente a su disposición y sin poder ni siquiera quejarse. Notó que la concha también estaba muy húmeda. Luego de unos cuántos bombazos se corrió dentro de ella. Fumó un cigarrillo y luego la desató.
-¿Qué te han parecido las descargas?-
-Me dan miedo y es un castigo duro. ¿Crees que es importante que me tortures así?-
-Es importante torturarte y todos los instrumentos son buenos. Quiero que aprendas todo lo posible acerca del sadomasoquismo en estos pocos días que nos quedan.-
-Tío, ¿aceptarías que me quedara contigo hasta fin de febrero? Tendrías tiempo para enseñarme muchas cosas.-
-Si tus padres lo permiten, será un placer castigarte y cogerte.-
-Llama a mamá y dile que yo quiero quedarme y tú no tienes inconveniente en tenerme en tu casa.-
-Mañana llamaré a mi hermana. ¡Si ella supiera lo que te estoy haciendo, creo que no me dirige la palabra en su vida!-
Continuará.