Las vacaciones de Javi

Javi conoce a su prima y las cosas no parecen ir muy bien, pero la cosa cambia.

Marta caminaba por la calle en una calurosa tarde a finales de junio. Unas gotas de sudor resbalaban por su cuello e iban a parar a su gran escote, el cual todos los hombres con los que se cruzaba miraban lascivamente. Ella lo sabía y le gustaba, le gustaba provocar deseo en los hombres.

Había aprobado todas las asignaturas en junio, y era algo de lo que estaba orgullosa: poca gente de su clase había pasado limpiamente.

¡

Por fin tenía el titulo de la ESO!. Le había costado muchas noches en vela conseguirlo pero había valido la pena el esfuerzo. Se sentía libre, sin preocupaciones por los exámenes y sin agobios por tener que estudiar folios y más folios. Tenía 3 meses para usarlos de la forma que quisiera y no iba a desperdiciarlos.

Marta subió las escaleras del portal y llamó al timbre. Mientras esperaba se dio cuenta de lo bien que estaba esa urbanización: tenía lujosos chalets, piscina para cada familia, muchísimos árboles, amplias zonas para pasear, hacer deporte, y muchas cosas más.

Abrió la puerta una mujer de unos 40 años, con unas pocas arrugas pero guapa, no muy alta y con buen cuerpo.

Tía María!

¡Qué de tiempo! - dijo Marta abrazándola.

-Sí qué hace tiempo, si - dijo ésta sonriendo.

Las dos entraron en la casa y Marta fue a la habitación de invitados a dejar su maleta.

Javier estaba tumbado en su cama escuchando música cuando oyó una voz:

-

¡Javi!

¡Ven al salón!

Se levantó no sin esfuerzo y se dirigió al salón, en el que le esperaban su madre y una chica preciosa. Era rubia, con los ojos azules, mas o menos de su altura, aunque un poco mas bajita, y con un escotazo que le dejó sin habla.

La chica se dio cuenta y sonrió.

-Esta es tu prima Marta

  • dijo su madre.

-En... encantado,soy Javier, pero llámame Javi - contestó dándole dos besos.

  • Bueno os voy a dejar para que os conozcáis porque es la primera vez que os veis y yo tengo mucho que hacer.

María se fue tarareando una canción.

-Esto... ¿quieres algo de beber?- preguntó Javi.

-Una Coca Cola, gracias.

-Vale, espérame en la terraza.

Fue a la cocina mientras pensaba que suerte tener a esa chica como prima, cogió una Coca Cola y una Fanta de naranja y salió a la terraza, donde le esperaba su prima.

Sufrió una erección instantánea al ver a su prima en bikini echada en una tumbona así que se dio la vuelta y dijo:

-Se me han olvidado el abrebotellas.

Fue a la cocina e intentó calmarse. Tampoco era para tanto, se dijo, pero justo después pensó que si qué era para tanto. Su prima era una diosa en comparación con las chicas que veía por la calle o sus amigas del instituto. Pero aún así se calmó, cogió el abrebotellas y salió.

-Me ha costado encontrarlo, mi madre siempre lo esconde jeje.

Le ofreció la botella y ella la cogió con un gracias´´ que, al escapar de esos labios carnosos hizo que Javi sintiese una vibración ahí abajo, pero como estaba sentado no se notaba.Estoy a salvo´´ - se dijo con un suspiro.

-Bueno Marta, ¿qué te cuentas?

-Pues acabo de terminar la ESO y...

-¿La ESO? Entonces tienes 16 años, ¿no? - la interrumpió Javi.

-Exacto. ¿Y tú? - preguntó ella.

-Yo 17 también. Acabo de terminar 1º de Bachiller con Francés suspenso, es intragable - suspiró Javi.

-Lo sé, yo he aprobado copiando en el examen -dijo ella con una sonrisa.

-Jajaja, ¿en serio? - rió el.

Siguieron charlando hasta la hora de la cena.

La cena transcurrió con normalidad para todos... menos para Javi. La razón era, naturalmente, Marta. La chica no llevaba pantalón, solo las braguitas y un sujetador cubiertos por un camisón blanco que le llegaba un poco por debajo de la cintura, y este lo transparentaba todo, aunque los padres de Javi no le dieron importancia.

El padre de Javi, Roberto, era un hombre de cincuenta años, alto, fuerte y moreno, y con unos pectorales que volvían loca a su mujer.

Por otro lado, el pantalón de Javi estaba a punto de estallar, su prima le volvía loco, pero él sabía que nunca pasaría nada entre ellos; era imposible.

-Bueno Marta, ¿por qué decidiste venir aquí? - preguntó Roberto.

-No lo decidí yo, sino mi madre, porque yo quería una piscina y me dijo que si quería podía pediros permiso y quedarme unos días en vuestra casa que, por cierto, es impresionante - dijo Marta.

-Bueno, pues por nosotros como si te quedas todo el verano - dijo María con una sonrisa -, ¿verdad Javi?

-Si, claro - dijo él, pero en su mente pensaba que si Marta se quedaba mucho tiempo, tendría que aprender a vivir con una erección día y noche.

Al final de la cena, Javi dijo que tenía sueño y se fue a dormir.

Marta se quedó ayudando a recoger la mesa y cuando acabaron, María empezó a mostrarle fotos de cuando era pequeña,``típico´´ - pensó Marta.

Cuando Roberto vio que Marta se empezaba a poner incomoda dijo:

-Déjala María, que estará cansada del viaje en tren.

-Es verdad, mejor acuéstate y así mañana puedes ir a ver la ciudad con Javi temprano - le dijo María a su sobrina.

-Vale, buenas noches - se despidió esta.

-``Que grande es esta casa - se dijo a sí misma Marta -, que pena que solo tenga dos baños´´.

Entró en silencio en el cuarto de Javi para no molestarle. Abrió la puerta del baño sin hacer el más mínimo ruido y lo que vio la asombró.

Javi estaba sentado en la taza del váter sin camiseta y con los calzoncillos bajados, tenía la cabeza apoyada en la cisterna y miraba hacia arriba con los ojos cerrados. Un enorme pene salía de su entrepierna y había semen en su pecho y  un poco se había depositado en su ombligo.

-Ohh Marta - dijo él, sin darse cuenta de que ella le estaba observando.

-Ups, lo siento - dijo Marta -, iré al otro baño.

Javi abrió los ojos y en ese momento pensó que estaría mucho mejor muerto. Marta salió y cerró la puerta.

  • Mierda - dijo Javi -. Mierda, mierda, mierda. Soy gilipollas.

Se limpió el semen rápidamente, se vistió y salió del baño.

Marta estaba sentada contemplando las estrellas y pensando en el calor que hacía cuando Javi salió a la terraza.

-Esto... sobre lo que has visto - empezó él -,¿podrías no decírselo a nadie?

-No le haré, tranquilo - le aseguró ella.

Javi suspiró.

-Oye - le dijo Marta, levantándose -, eso que has hecho, lo has hecho pensando en mi, ¿verdad?

Javi se puso rojo como un tomate y con eso respondió a Marta.

-Lo suponía - dijo ella con una sonrisa.

Se acercó a él y le dio un suave beso en los labios, Javi abrió mucho las ojos y se quedó completamente quieto, sin saber qué hacer. Marta se separó de él y le dijo:

-Buenas noches, Javi

Javi se quedó solo en la terraza, muy confuso.

Continuará...