Las vacaciones de Daniela
Por la mañana amanecí pensando en la manera en la manera de saciar mis ganas, ya estaba decidida y enganchada en este juego morboso y no quería dejar pasar la oportunidad de que un buen macho me sacara lo puta.
Continuación de mi último relato
Por la mañana amanecí pensando en la manera en la manera de saciar mis ganas, ya estaba decidida y enganchada en este juego morboso y no quería dejar pasar la oportunidad de que un buen macho me sacara lo puta.
Dicho lo anterior, al despertar mi marido me había dado la sorpresa de prepararme el desayuno y llevarlo a la cama, se había levantado temprano y un poco como detalle de celebración de nuestro aniversario y creo que otro poco como cruda moral por haberse quedado dormido un día anterior, tuvo este detalle de levantarse temprano y hacerle el desayuno a su esposa.
Yo después de tantos años he aprendido a conocerlo muy bien, así que ya sé que este tipo de insatisfacciones sexuales forman parte de mi cotidianidad he aprendido a vivir con ellas y en la medida de lo posible no reclamarle, el tipo hace lo que puede con lo que tiene.
También he aprendido muy bien que le excita y que hace cuando se excita, en ese sentido sé que cada vez que le mamo la verga, su calentura es intensa es casi imposible que no termine con una mamada mía, también sé que cuando está caliente es el único momento en que es abierto y deja de ser reservado, es como un suero dela verdad, en sus calenturas más grandes ha confesado algunos de sus pensamientos más ocultos, nada fuera de lo normal, pero dado su enorme rigidez moral y religiosa algunos de esos pensamientos a sus ojos son incluso pecaminosos.
Así que aprovechando esto, una vez terminado el desayuno, sin decir más, le di mi regalo de aniversario, busqué su verga y en segundos ya la tenía dura en mi boquita.
En muchos sentidos mi marido se hace el pendejo, bien sabe que soy una mujer caliente que con él no está satisfecha, también se ha dado cuenta que mi nivel de calentura se ha incrementado con los años y que mi habilidad sexual también ha mejorado mucho con el tiempo, es sencillo deducir que estas mejoras en mi desempeño en la cama no son producto de mis experiencias con él y que las he desarrollado fuera del lecho matrimonial.
Dicen en mi país que “el que busca encuentra” y mi marido se ha empeñado en no buscar lo que no ha querido encontrar, pero con solo un poco de malicia puede saber que una mujer como yo no puede vivir bajo las pobres cogidas que él puede darme.
Por el contrario en cierto sentido se ha aprovechado de mi evolución, mi cuerpo con mayores curvas y mis habilidades sobre todo orales a la hora de darle placer con mi boquita.
Así que mientras le mamaba la verga y sentía como llegaba a un alto nivel de calentura, dejé el trabajo, me llevé su verga a mis tetas y jugué con ella, mientras lo hacía, lo miré y le pregunté:
- En todo este tiempo nunca has deseado estar con otra mujer?
- Mmm ehhh la verdad?
- Si claro, por eso pregunto, tengo curiosidad y quiero que me digas
- La verdad si, algunas veces, no te molesta?
- No para nada
Regresé entonces a mi trabajo por unos segundos, sabía que no aguantaba mucho y quería aprovechar el momento, así que casi al instante repetí el mismo truco y con su pequeño miembro en mis senos volví a cuestionar:
- Y últimamente has fantaseado con alguna?
- Mmm ahh, la verdad?
- Te he dicho que si
- Siiii
- Alguien que yo conozca?
- Si
- Quién es?
- Jessi (así se llamaba la rubia “novia” de su amigo)
Vaya con mi maridito, se veía que no solo yo había tenido pensamientos perversos en este viaje, en este contexto, la confesión de mi esposo le daba un giro a las posibilidades de las siguientes horas; debía buscar la manera de retrasar su venida y hacerlo hablar más, así que solo me dediqué por los siguientes segundos a masturbar suavemente su pene.
- Mmm vaya sorpresa
- Por favor no te molestes Dani?
- No te preocupes, y por qué te ha llamado la atención?
- Tiene muy buen cuerpo y me gusta su pelo rubio, además ha sido muy amable conmigo
En todo este tiempo, me había concentrado tanto en mí que poco me había dado cuenta que la chica había pasado tiempo con mi esposo, ahora que recapacitaba me daba cuenta que en verdad los había visto conversar en algunas ocasiones.
- Si sabes que es una puta verdad?
- No sé con certeza pero pues sé que no es la esposa de Alex (así se llamaba su amigo)
- Bueno pues yo no sé si cobre por hacerlo pero de que es una mujer fácil lo es, así que podrías tener alguna oportunidad con ella; te gustaría?
Y entonces volví a mamar una rato, sólo para terminar de volverlo loco
- No has contestado’
- Si la verdad me gustaría mmm ahh, y a ti Dani te gustaría?
- Que tu estuvieras con otra chica?
- Si
- No me molestaría, sé lo que sientes por mí, sería una cosa sólo sexual
- Mmm ahh y el estar tu alguien más, lo has pensado?
Por primera vez en su vida mi marido se atrevía a preguntar algo así, estaba jugando un juego muy peligroso, su mujer era una puta y seguro lo sospechaba, ahora tenía que lidiar con el tema que quería destapar, tal podía abrirse la caja de pandora en cualquier momento.
- Si, si lo he pensado muchas veces
- Y se puede saber con quién?
- Lo importante no es con quién, es con qué
- A que te refieres?
- Me refiero a que he pensado muchas veces en una verga grande, gruesa y potente, quien la tenga no importa, lo que importa es que tenga una verga así
Entonces su nivel de calentura llegó al máximo, al escuchar esto algo en su cuerpo se encendió, no pudo más y terminó a chorros, no necesité ni siquiera volver a llevarme su pequeño miembro a la boca, al parecer mis palabras lo excitaron más que la misma mamada, sería acaso que muy dentro de él se encontraba un perverso reprimido? Un tipo deseoso de que su mujer le aceptara por fin que era una puta? Que deseaba demasiado tener otra mujer en su cama? Según yo era la única con quien había tenido sexo; o sería que deseaba que un macho vergón le diera s u vieja lo que él sabía que nunca podía darle?, todas eran suposiciones pero todas le podían dar un giro a nuestra relación futura.
- Vaya que te calentaste eh
- Si, estaba muy excitado, no te molestaste verdad?
- Claro que no al contrario
- Perdón que ya terminé y no te lo hice, pero no pude aguantar
- No te preocupes, así pasa a veces, voy a bañarme
Mientras me bañaba miles de ideas pasaron por mi mente, al hacerlo tocaba suevamente mis senos en señal de todas las perversiones y deseos sexuales que cruzaban por mi cabeza, salí solo con una toalla en el cuerpo y me dirigí al cuarto de enseguida donde dormía la rubia y el macho que quería que me llevara a la cama.
Toqué la puerta y la chica me abrió a los pocos segundos:
- Hola Dani buenos días
- Hola perdón la molestia pero recordarás que no traigo trajes de baño chiquitos y quiero seguir usándolos me podrías volver a prestar alguno?
- Claro que sí pasa
Entré al cuarto y Alex, se encontraba metido en la cama al verme sin inmutarse mucho solo me saludó, nos dirigimos al vestidor de su recámara y me enseñó los trajes de baño, escogí el más pequeño de todos, tipo tanga, muy corto en la parte de adelante también, apenas cubría mi zona más íntima, la parte de arriba también era muy pequeña, era fácil predecir que apenas cubriría mis senos.
- Este me gustó, entonces me lo prestas?
- Claro que sí, puedes probarte el que quieras y tomarlo, yo mientras me voy a bañar, ando toda cogida Dani
Nos desnudamos ambas, yo para probarme los trajes de baño y ella para meterse a bañar, a pesar de la había visto con traje de baño no es lo mismo a verla completamente desnuda, vi su joven cuerpo y era hermoso, sus senos de buen tamaño, su nalgas paradas y su vientre plano eran todo un poema, era justificable porque el santurrón de mi marido había tenido pensamientos cachondos con ella.
Al estar la chica en el baño se me ocurrió una idea, me puse uno de los trajes de baño, este era un poco menos corto que el que me había gustado, era de color rojo, ya con el traje puesto salí a la recámara.
- Hola papi
- Hola puta
- Quiero que me digas que traje de baño quieres que use, puedo?
Solo asentó con la cabeza, le mandaba con esta actitud un claro mensaje de que era lo que me gustaba y que era lo que necesitaba
La modelé un poco, di una vuelta y le saqué mis enormes nalgas
- Déjame me pongo el otro traje que me gustó papito
Me desnudé ahí mismo enfrente de él, entonces me coloqué el traje de baño más corto, era azul, mi cuerpo apenas era cubierto por pequeños trozos de tela, mis tetas y nalgas se me salían por todos lados
- Cual debo usar papi?
- El azul puta
- El azul será entonces rey, puedo ver tu verga rey??
Entonces el tipo retiró la sábana, había dormido desnudo, apenas retiró la sábana, mis ojos se dirigieron a su enorme miembro, nada más importaba, no me importaba ni su cuerpo, ni su cara, solo su verga, ese delicioso trozo de carne que se asomaba ante mis ojos grande y gordo.
Su verga estaba medio erecta y aun en ese tamaño era una delicia, aún en ese tamaño era por mucho más rica y que más grande que la del pendejo que me esperaba en la habitación de lado.
- Mmmm que rica papi, le puedo dar una besito?
- Por ahora no puta quiero que le desees como nunca
- Ya la deseo mucho amor
- Quiero que lo desees aún mas
- Como ordenes rey
Regresé entonces con mi marido, caliente a mas no poder por lo que acaba de pasar, así bajamos a la alberca, nuevamente fuimos los primeros en llegar, se veía que el resto de las parejas se desvelaban más que nosotros; no me sorprendía.
Fue cuestión de tiempo para que poco a poco fueran llegando el resto de las parejas, de a poco volvimos a repetir la rutina del día anterior, sol, alberca, playa, alcohol, risas y comentarios subidos de tono.
Con el correr de los tragos y al pasar el día nuevamente el ambiente se volvió más relajado y sexoso, yo aprovechaba cualquier oportunidad para arrimarle mis nalgas a Alex o bailar sensualmente con Jessi, o pegar mis tetas con Jessi y moverle las nalgas a Alex, estaba liberada y me encantaba, quería divertirme esa noche y después de lo sucedido por la mañana creo que contaba con una cierta complicidad por parte de mi marido.
Durante la comida nos pusimos de acuerdo para salir, habíamos comido tarde después de pasar casi todo el día en la alberca, así que para cuando terminamos de comer y limpiamos la cocina, ya era casi de noche, así que de inmediato cada pareja se retiró a sus habitaciones y nos dispusimos a alistarnos para salir.
Como las mujeres nos llevamos mucho tiempo en arreglarnos, los hombres quedaron de acuerdo en esperar por nosotras en la sala mientras seguían tomando, el proceso para nosotras llevó varios minutos, yo estaba decidida a arreglarme a conciencia, no iba a perder un solo detalle, maquillaje, peinado y ropa perfecta.
Usé un vestido negro muy corto y entallado, sin bra y con una diminuta tanga, mucho perfume y estaba lista para salir de fiesta, quería bailar y divertirme, y si era posible quería tener una sesión de sexo salvaje como mi cuerpo de puta me lo demandaba.
Todo esto hizo que al llegar a la sala fuera la última en terminar, como digo para entonces los hombres ya llevaban varios minutos esperando, tiempo que invirtieron en beber, consecuencia de esto para cuando me incorporé al grupo pude notar que mi marido ya se veía tomado, apenas empezaba la noche y sus condiciones ya no era las mejores.
Todos juntos nos dirigimos a un bar, ahí estuvimos un rato, bebiendo, divirtiéndonos y haciendo bromas llenas de doble sentido.
Al pasar la horas decidimos cambiar de lugar e irnos a una disco con música para bailar, me encantaba la idea era justo lo que quería fiesta y baile.
Durante todo el rato que estuvimos en el bar no perdí oportunidad de estar cerca de mi macho, me senté junto a él y con cualquier pretexto juntaba mi cuerpo con el suyo le tomaba la pierna y le sonreía, trataba de no ser tan evidente pero no sé qué tanto puede conseguirlo.
Llegamos a la disco y para entonces yo ya estaba tomada, más caliente y desinhibida; apenas al sentarnos en la mesa, las parejas se pararon a bailar, todos menos nosotros ya que mi marido no le gusta bailar, así que de lejos puede ver a nuestros amigos practicar sus pasos en la pista de baile.
Como era de esperarse mis nuevas amigas tenían cualidades innegables para la danza, y también como era de esperarse sus pasos estaban llenos de sexo, con movimientos de cintura y de caderas por demás sensuales.
La verdad es que solo me importaba una de las parejas, la de la rubia y el amigo de mi marido, durante el tiempo que estuvimos solos mi esposo algo me comentaba, pero la verdad yo poco caso le hacía.
Poco a poco las parejas regresaron a la mesa para tomar un descanso, al regresar Alex a su mesa de inmediato le pedí que me sacara a bailar, lo tomé de la mano y lo llevé a la pista, al caminar le pedí permiso a la rubia para que me prestara a su macho, no tuvo problema y creo que hasta lo agradeció un poco, creo que necesitaba un poco de tranquilidad y la compañía de mi esposo podía dársela.
Ya en la pista de inmediato le pegué al tipo mis tetas en su pecho, él me tomó de la cintura y yo moví alegremente mis caderas, mi amigo se movía muy poco por lo que prácticamente yo hacía todo el trabajo, literalmente le estaba bailado al tipo y yo lo estaba disfrutando al máximo
En un momento dado me hizo dar vuelta y yo pegué mis nalgas lo más que pude tratando de sentir su paquete en mu culito, de inmediato sentí su enorme pedazo carne entre mis nalgas y la sensación fue por demás excitante y morbosa
Traté de mover mi culo lo más posible, quería no desentonar con su anterior pareja, recordaba las palabras del tipo cunado me dijo que tenía que ganarme mi cogida y me gustaba pensar que estaba trabajando en ello.
Así duré con mi culo bien pegado a su pelvis durante varios minutos, luego regresé a estar de frente a él, me pegué a su cuerpo y sentí mis tetas bien pegadas a su pecho, luego me apretó fuertemente de la cintura y así bailamos un rato.
Después de estar un rato así, la calentura me hizo avanzar un poco, tomé una de sus manos y la llevé a una de mis tetas, con la mano libre bajó de la cintura a una de mis nalgas y ahí se estacionó, con tetas y culo bien agarrados me sentía en el cielo, como una puta bailándole a su macho.
A veces yo volvía la mirada a la mesa, sólo para darme cuenta que mi marido y la rubia platicaban de lo más entretenidos, así que al parecer ambos parecían no extrañarnos.
Duramos bastante rato bailando hasta que mi pareja me pidió ir a la mesa a descansar, no tuve más remedio que aceptar, la verdad me la estaba pasando muy bien, me encanta bailar y pocas veces tengo la oportunidad de hacerlo, y menos en ese tipo de ambientes.
Al llegar a la mesa, quedamos sentados ya de manera distinta, mi marido y su amigo en los extremos y la rubia y yo en medio, sólo que la rubia quedó pegada a mi esposo y yo a Alex.
Duramos un rato conviviendo todo el grupo, algunos se paraban a bailar otros regresaban, pero nosotros cuatro nos quedamos conversando un buen rato, la verdad en muy buen plan y bastante entretenidos.
En un momento dado tuve que ir al baño y le pedí a la rubia que me acompañara, al darse cuenta mi amigo que necesitaba pasar, hizo el intento por levantarse ya que estábamos sentados en un sillón largo, al verlo intentar levantarse, lo detuve le dije:
- No te molestes corazón, no te levantes
De esa forma me levanté y como pude salí de ahí, al hacerlo puse todo mi enorme trasero en la cara de mi amigo y me aseguré de hacerlo lo más lento y coqueto posible.
Al salir ambas nos dirigimos al baño y ahí como buenas chicas estuvimos conversando un rato
- Dani te he visto muy cariñoso con Alex
- Te molesta?
- Para nada, al contrario me ayuda, el cabrón sólo quiere estar cogiendo y yo ya estoy muy cansada, yo gano lo mismo cogiendo o no, entre menos coja mejor para mí, es como cobrar sin trabajar
Salimos del baño y nos sentamos a conversar en unos sillones que estaban ahí cerca fuera del escándalo de la música, me platicó que sus amigas y ella, no eran putas en el amplio sentido de la palabra, no lo hacían cualquiera, era chicas que solían hacerle compañía a hombres de preferencia ya maduros y con cierta estabilidad económica, ganaban buen dinero y se daban sus lujos, como este tipo de viajes, regalos, cenas, etc
Ellas habían convenido en un pago por todo el viaje y estarían a disposición de lo que los señores propusieran siempre y cuando estuviera dentro de ciertos límites razonables, ya habían viajado con ellos en algunas ocasiones y cada nuevo viaje los cliente escogían a la pareja con la dormirían, me comentó que Alex era el segundo miembro del grupo con el que le había tocado estar.
También me contó que para la última noche hacían una fiesta en la casa con el tema de todo puede suceder, yo por mi parte estaba muy interesada por el comportamiento sexual del amigo de mi esposo y la posición de la chica de descansar un poco, he de confesar que me preocupaba un poco que el tipo no fuese muy buen amante ya que para ser sincera había generado altas expectativas sobre el tipo.
La chica me confesó que su falta de deseo sexual era más por cansancio que por otra cosa, realmente quería dormir una noche y este cabrón no le daba tregua.
- La verdad si coge rico el cabrón pero no tiene llene, parece que su mujer no le atiende y aquí viene y se desquita, si me gusta coger con él y lo disfruto, realmente no finjo, pero después de un rato ya no doy más, además no te creas, no es los mismo cuando te están pagando lo ves más como un trabajo.
Me contó que aunque en realidad la pasaba muy bien en este tipo de viajes y los disfrutaba pues siempre había un tema de cansancio, debían de mostrarse siempre complacientes y serviciales.
- Te confieso que muchas veces lo mejor es cuando convivimos nosotras, como cuando estamos en la alberca, bailamos y reímos, te confieso que cada vez me gustan más las mujeres, huelen muy rico, tienen cuerpos hermosos y saben tratarte con delicadeza, a veces se me antoja una cogida intensa y salvaje pero siempre lo disfruto más cuando lo hago por gusto y no por dinero
La verdad duramos un buen rato conversando, la chica me cayó muy bien y yo también me abrí con ella, le confesé lo que había sucedido la noche anterior y como el cabrón de Alex me dejó toda caliente en la cama con mi marido dormido y como había estado pensando en su verga desde entonces.
También la comenté sobre la confesión de mi marido sobre sus encantos y como a pesar de ser él tan serio, había tenido pensamientos morbosos con ella, tuve dudas sobre su reacción más en el entendido de su trabajo y su anterior confesión, sinceramente no sabía que esperar de parte de ella.
- Qué lindo, mira que guardadito se lo tenía, es todo serio y tímido, yo lo verdad le he coqueteado un poco pero es más la ternura que me genera, se ve que me mira pero cuando lo sorprendo retira la mirada y eso me parece de lo más tierno
No pude dejar de pensar como las mujeres a veces deseamos lo que no tenemos, yo deseaba todo lo que ella tenía y al parecer a ella le interesaba lo que mi francamente me molestaba, yo quería que me trataran como puta y ella quería que la trataran como dama.
- Pero no te molesta todo esto verdad Dani
- No al contrario, me agrada porque eso me libera para coquetear más con tu cliente
Y ambas no echamos a reír, para eso ya platicábamos muy pegaditas y acariciándonos las piernas.
- Dani quieres que me encargue de tu marido para que puedas darte una escapada con mi macho
- No sé Jess, no sé si sería justo para ti, la verdad es que no veo cómo te pueda resultar atractivo el trato, si lo haces por negocio, no tenemos mucho dinero para pagarte y si lo quisieras hacer por placer, mi marido es muy malo en la cama
- Del dinero no hay problema yo ya cobré, y de lo de lo malo de tu marido en la cama créeme que lo he hecho con tipos no muy diestros, nada más que cuando dices malo a que te refieres? Porque hay cosas que mejor si las evito
- Cuando digo malo me refiero a que la tiene muy pequeña, pero más que nada es que dura muy poco, nunca alcanzo a terminar, luego su potencia es muy limitada coge una vez y ya no puede más seguro se queda dormido como piedra hasta el siguiente día
- Ahh es eso, entonces es rápido y sólo uno?
- Así es
- No pues eso es un gran negocio para mí, me quito a este cabrón de encima y duermo plácidamente esta noche sin preocupaciones, al contrario me interesa mucho que cambiemos, si a ti te interesa a mí también y mucho
- De verdad, lo harías?
- Cuenta conmigo
Seguimos platicando y trazamos un plan para las próximas horas, para mí la clave era que mi marido se volviera loco por Jess y fuera él quien perdiera la compostura, si él pedía tener sexo con la rubia, yo tenía en camino libre para saciar mi calentura y mis deseos de puta.
Apenas al salir, estuvimos unos minutos con el grupo y tanto Jess como yo les dijimos a nuestras respectivas parejas que queríamos seguir la fiesta en la casa, los demás querían seguir de antro así que a nuestra conveniencia, debimos de separarnos.
Al salir tomamos un taxi, Alex nos abrió la puerta y se dirigió a la parte delantera del auto, mi marido subió por atrás y por el otro lado al que nosotras subíamos, Jess subió primero quedando en medio y pegada a mí marido.
Al intentar subir Alex al taxi, coquetamente Jess se dirigió a él:
- Por qué no te vienes acá atrás con nosotros corazón
- No cabemos
- Si aquí nos hacemos espacio, yo me voy en las piernas del marido de Daniela
Mi marido se quedó de una pieza, mudo y sin poder decir palabra, la rubia entonces volteó a verlo y sin bajar un gramo su coquetería le dijo:
- No te molesta verdad? No peso mucho ehh
- No claro que no
Entonces la chica se subió en la piernas de mi esposo se colocó de lado, tal manera que su espalda estaba un tanto pegada mí en tanto que su cara quedó muy cerca de la oreja derecha de mi marido, con sus manos rodeó el cuello de esposo y al poco rato recostó su cabeza en el hombro de mi cónyuge.
En esa posición la rubia limitaba la visibilidad de mi esposo, además creo que a él poco le importaba estaba muy entretenido con lo arrumacos de la chica, así que yo por mi parte jugaba con mi nuevo amigo.
Alex empezó a acariciarme las piernas, poco a poco fue subiendo entre mis muslos y para entonces yo ya estaba empapada, sus manos continuaron subiendo y al final sus dedos encontraron mi conchita, a pesar de la cercanía, la distribución de nuestros cuerpos en el auto, hacían complicado que mi marido me viera y además poco importaba
Como pude aguante mis gemidos, estaba muy mojada y deseosa de verga, mis manos entonces encontraron su miembro ya erecto y por debajo de su pantalón comencé a acariciar tan hermosa herramienta.
Al llegar a la casa, solo me acerqué a su oído y solo le dije:
- Papi esa noche necesito ganarme tu verga.
El tipo solo sonrió en señal de complicidad y muy despacio me dijo al oído
- Tal vez hoy te ganes mi verga puta calentona
Me encantaba que me tratara así, lo necesitaba, necesitaba un macho cabrón y vergón que usara mi cuerpo y no me diera tregua, que me montara como la yegua en celo que era y que por fin me bajara la calentura.
Entramos a la casa y la rubia tomó a mi marido de la mano y ambos se adelantaron, nos instalamos en la sala y los hombres fueron por algunas bebidas mientras nos quedábamos solas en la sala
- Como vas Dani?
- Estoy muy caliente y tú qué tal?
- Bueno yo no, pero me sigue dando ternura tu marido, no sabe bien que hacer
- Sigues en lo mismo?
- Si por mi encantada
Pusimos música en lo que llegaban los chicos, al regresar los muchachos nos sentamos un rato en los sillones, casi de inmediato mi nueva amiga se levantó a bailar, al hacerlo me tomó de la mano y me llevó con ella.
La canción tenía un ritmo más bien lento, la chica me tomó de la cintura y comenzamos a bailar muy pegadas, rozando nuestras tetas y moviendo las caderas, fue cuestión de segundos para que sus manos se posaran en mi nalgas y al poco rato subían mi vestido dejando mi trasero al aire.
Yo por mi parte me dejaba hacer y cada vez más contoneaba las caderas al ritmo de la música, luego sin dejar de bailarme, se acercó a mí y comenzó a besarme de manera deliciosa, la rubia jugaba con mi lengua y de vez en vez mordía un poco mis labios, la verdad es que ambas nos metimos al máximo en nuestros roles y creo que nos importaban poco nuestros hombres que seguramente nos miraban con morbo y sorpresa.
Estaba muy mojada y caliente, no sé qué se me antojaba más si coger con la chica o con el cabrón, realmente esta mujer era una profesional en la materia y parece que con su experiencia podía adivinar los gustos y necesidades de sus clientes
- Que rico sabes Dani, te dije que últimamente me gustan más las mujeres
- Si ya me di cuenta, que rico besas mamita
En eso estábamos cuando terminó la canción y siguió una melodía mucho más movida de ritmo de regetton de esas en donde uno puede darse gusto moviendo las caderas, al comenzar la música la rubia, me da un beso en la boca y se despide de mi
- Tengo trabajo que hacer mami
Entonces se acercó a mi marido y comenzó a bailarle como lo que era, toda una profesional mi esposo seguía sentado, así que la chica primero le restregó el culo sobre su verga, se sentó sobre él y así comenzó a moverse, tomó las manos de mi marido y las puso sobre sus tetas, mi esposo la acariciaba tímidamente pero se veía que literalmente estaba fuera de sí, de inmediato la chica buscó mi mirada y en tono por demás sensual me dijo.
- Dani no quieres encargarte de mí macho mientras yo me encargo de tu marido, no creo que a tu marido le importe
Entonces se dirigió a mi esposo y con un tono sexy e inocente le dijo:
- A menos que quieras cambiarme por tu esposa papito?
- No, no, está bien así, sigue por favor
Ya con permiso para putear pensaba aprovecharlo, me dirigí entonces a mi nuevo macho y comencé con mi propio show, creo que mis movimientos no desmerecían en nada a los de mi amiga, tenía la convicción que podía ser igual o más puta como cualquiera y pensaba demostrarlo.
De inmediato me puse de espaldas y subí me vestido para mostrarle mi enorme trasero y para poder mover las nalgas con mayor facilidad ya que lo ajustado de la prenda dificultaba los movimientos sexosos que quería hacer.
Así que me dediqué casi exclusivamente a mover el culo al estilo twerk, lo único que pensaba era en mover mis nalgas lo más sexy y cachondamente posible, sacaba mi culo y lo ponían descaradamente en la cara de mi macho, quería que admirara el trasero que se moría por sentir su enorme verga en él.
Entonces tomé un poco la iniciativa y me acerqué a la rubia, la tomé de la mano y la levanté, mientras bailaba con ella, suavemente le quité el vestido y ella hizo lo mismo conmigo, para entonces la canción ya había cambado y era una música lenta nuevamente.
Ambas carecíamos de bra, y nos quedamos con el pecho desnudo y cada una con su respectiva y diminuta tanga y tacones altos, luego de besarnos por un rato nuestras enormes tetas, cada una regresó con su nuevo hombre y seguimos con nuestro show privado como el par de putas que éramos.
Así semidesnudas continuamos con el baile ambas abrimos nuestras piernas y nos sentamos de frente a nuestros hombres rodeándolos con nuestros muslos, mientras mi marido besaba a la rubia con ternura, Alex me masajeaba, estrujaba y mamaba mis tetas con pasión
Yo estaba en el cielo, mojada a más no poder, la verdad estaba muy cerca del orgasmo, todo la calentura y todo el morbo se estaban acumulado y necesitan salir en un explosión de placer y deseo, necesitaba gritar y sentir ese orgasmo que rogaba que por fin lo dejara salir
Así duramos un rato cachondeando con nuestros hombres, al voltear la mirada pude ver como la rubia, se hincaba frente a mi marido y comenzaba a sacar su verga, mientras Alex seguía comiéndose mis senos pude ver como el miembro de mi esposo aparecía pequeño pero muy duro.
La chica rápidamente se lo llevó a la boca, el verla hacer eso, me calenté en exceso, no sé por qué pero eso acabó de ponerme al límite, hubiera pagado por grabar esa escena, yo manoseada y con mis tetas mamadas a placer y mi marido con una puta mamándole la verga; ahí mismo tuve mi primer orgasmo
- Ahhhhhh uyyyyy ayyyyyy¡¡¡¡¡
Con esa calentura no podía más así que seguí los pasos de mi amiga y busqué la verga de mi macho, no tardé mucho en descubrirla grande, gruesa y poderosa, de inmediato me puse de rodillas para rendirle el respeto que ese belleza se merecía, así con esa reverencia la besé con devoción hincada frente a ella como pidiéndole clemencia, como regando que me sometiera, como pidiéndole que me dejara ser su puta.
Primero la besé y luego me la metí a la boca, mientras mamaba me tocaba las tetas, le sobaba lo huevos y la masturbaba, estaba como poseída gozando con ese enorme pedazo de carne que era mío por fin y pensaba sacarle a ello el mayor de los provechos.
Luego instintivamente busqué la mirada de mi marido y la encontré, ambos nos miramos mutuamente mientras la rubia le daba a él placer y yo le daba placer a mi macho, me excité, me excité mucho, el estar de rodillas frente a una verdadero hombre vergon mientras mi esposo me veía hacerlo fue lo máximo, no pude más y un nuevo orgasmo irrumpió en mi cuerpo.
- Ahhhh mmmmm ohhhhhhhhhh
Me encantaba la idea de que mi marido viera por fin lo puta que era su esposa, sabía que a partir de ese momento cruzábamos un puente sin retorno pero en ese momento poco me importaba, además el hecho de que él estuviera gozando con una puta a sus pies me daba una confianza muy distinta.
De alguna manera mi marido pudo aguantar la mamada que le daban sin terminar, así que con su verguita dura como piedra y caliente a más no poder, escuchó completamente en éxtasis a la rubia decir:
- Amor, llévame a tu cuarto por favor
Mi esposo dudó por un segundo, no sé si pensando en mí o pensando en él, sabía que si decidía dar ese paso me daba la puerta para hacer lo mismo, así que eso era una invitación que dudó en aceptar.
- No creo que Dani tenga problema en dejarte ir a jugar conmigo, verdad Dani?
Y entonces me miraron ambos, yo sin dejar de hacer mi trabajo con la verga de Alex, solo atiné a responder:
- Si él quiere adelante, por mí no hay problema, ambos sabemos las ganas que te tiene Jess, ya sabrá si desea cumplir su fantasía.
Sin decir palabra mi marido se armó de valor y se levantó de su asiento, con la verga parada tomó a la rubia de la mano y se dirigió a la escalera, antes de irse mi macho le advirtió:
- Solo que si te llevas a mi puta, no respondo lo que le haré a la tuya amigo
- Si, si lo sé
Entonces me levantó, me puso de espalda él y de frente a ellos y me hizo mover el culo, luego me ordenó:
- Dile a tu marido que no te espere despierto porque te voy a coger como la puta mama vergas que eres, dile que estas pidiendo verga a gritos y le vas a rogar a tu macho que te trate como la zorra que eres.
Me encantó la manera en la que me hablaba y me trataba en las narices de mi propio esposo, no podía más que obedecer y ceder ante la pasión y el morbo que me generaba este cabrón.
- Maridito, no me esperes despierto porque este noche este cabrón va a montar a la puta de tu esposa como la yegua caliente que es, tu mujercita está pidiendo verga a gritos y le voy a rogar este macho que me trate como la puta que soy; no te molesta verdad?
Y mientras decía todo eso le movía descaradamente el culo a mi hombre presa de la pasión y el deseo, mi marido seguía con su verga dura, excitado estaba, no sé si por la vieja que tenía al lado o por ver como trataban a la puta de su mujer, o tal vez por las dos cosas; sin decir nada, solo movió la cabeza en señal de aceptación y se retiró a su habitación de la mano de su nueva conquista.
A partir de ahí me quedé por fin a solas con mí macho, entonces me tomó de la mano y me sentó en el sillón:
- Debes de saber que soy muy intenso en la cama, y por lo que veo tú también lo eres, así que esto puede estar tan fuerte como queramos, no pretendo hacerte nada que no quieras así que es bueno establecer la cosas
- Que propones?
- Que te dejes llevar, yo haré las cosas que me vengan a la mente y veremos si te gustan, ponemos una palabra de seguridad y si se utiliza ahí paramos
- Me parece una excelente idea, espero no necesitarla, te tengo muchas ganas cabrón.
- Vamos a sacarte lo puta entonces sucia zorra.
Entonces se sacó el cinturón y me lo colocó en el cuello, acto seguido me puso en cuatro patas y me hizo gatear como su perra, así me hizo subir las escaleras gateando y tomada de la correa en que se había convertido su cinturón, yo moví generosamente la cola como una perrita feliz de ser paseada por su amo.
Así entré a la habitación caliente y mojada a más no poder, me ordenó subirme a la cama y mantenerme en 4 patas, yo sumisamente sólo obedecí sin decir la menor palabra.
De inmediato me envistió como una semental a su yegua, así en 4 patas, no hubo suavidad o lentitud, desde la primera envestida me lo hizo duro y fuerte, parece que me leyó la mente era justo lo que necesita y pedía a gritos.
- Ahhhh ahhhhhh ufffff que rico papi¡
- Te gusta puta?
- Me encanta papito ¡¡¡¡ ay que grande la tienes¡¡¡ que ricaaaa¡¡¡¡
Sentía su enorme verga hasta la garganta, por fin tenía una verga digna del tamaño de mi putería, había pasado mucho para por fin tenerla e iba a hacer todo lo necesario para aprovecharla.
Con su mano izquierda tomó el cinturón y jaló de él, con su mano derecha jalaba mi cadera hacia él, lo hacía de manera intensa como si no hubiera mañana, me sentía totalmente sometida con el cinturón sobre mi cuello.
De repente sentía que me faltaba el aire, el tipo soltaba y aflojaba el cinturón y la sensación era por demás placentera, cuando más aire faltaba y me jalaba el culo hacía él, me sentía morir de placer, entonces terminé riquísimo
- Ahhhhh me vengo, me vengo¡¡¡¡¡ que rico coges cabrón¡¡¡¡¡
Apenes teníamos unos segundos cogiendo y yo ya había terminado, no era más tiempo del que aguantaba mi marido, tiempo que no le era suficiente a él para llevarme ni siquiera cerca del orgasmo, no era cuestión de tiempo era cuestión de intensidad y esta cogida era por demás intensa.
Siguió sin darme cuartel, pero yo tampoco lo pedía y no pensaba hacerlo, luego apretó un poco más el cinturón con su mano izquierda y con la derecha dejó de jalar mi trasero, entonces empezó a nalguearme con su mano derecha, con la palma de la mano abierta comencé a recibir diversos golpes siempre uno más fuerte que el otro.
- Ahora cógete puta mama vergas, mueve el culo
La escena debería de haber sido sacada de la mejor película porno, me hubiera encantado haber puesto una cámara en la habitación para grabarla y masturbarme con ella al regresar a casa; yo sometida al máximo, el tipo literalmente me usaba como yegua en celo con una mano jalaba mi cuello y con la otra me nalgueaba, yo por mi parte me movía de adelante para atrás al encuentro de su enorme verga, me sentía una sucia puta y me encantaba, definitivamente este macho sabía tratar a una perra como yo.
- Ahhhhh ahhhhh que rico¡¡¡ no pares papito ayyyy me estas matando¡¡¡¡
- Te gusta puta?¡
- Me encanta papacito ahyyyy no pares uffff párteme en dos cabrón¡¡¡¡
Así me jalaba con fuerza el cinturón y más aire me faltaba, estaba el cielo, mi cuerpo estaba que explotaba con la calentura y la excitación, de manera natural un nuevo orgasmo se asomó por mi cuerpo, no dudé en gritarlo al máximo, quería que el pendejo de mi marido me oyera, quería que se diera cuenta que en esa habitación se estaban cogiendo sin la mínima piedad a la puta de su esposa.
- Ahhhhhh ohhhhhhh ayyyyyy¡¡¡¡¡ si, si ¡¡¡¡¡¡ así papi¡¡¡¡¡ así¡¡¡¡¡¡¡¡
- Te gusta mi verga puta?
- Me encanta papito¡¡¡ quiero tu verga siempre rey¡¡¡¡¡
- Como te tiene mi verga zorra?
- Bien pendeja papi, me tienes bien pendeja amor ahhhhhh¡¡¡¡¡ siiii siii¡¡¡
Entonces a jalones me puso boca arriba y levantó mi piernas, en esa posición me tenía completamente sometida, me siguió dando de lo más duro, mientras me cogía mordía y mamaba mis tetas sin la menor delicadeza
- De quién son esas tetas de puta???
- Tuyas papi¡¡¡ ahhhh ahhhh, cógeme, cógeme duro cabrón
Y entonces volvió a darme con más fuerza, una y otra vez sentía su verga entrar y salir de mi cuerpo, dándome un placer que no recordaba haber tenido en todos mi años de puta.
- Ahhhh ahhhhh, que rico ayyyy, estoy muy caliente cabrón, bájame la calentura ahhhh por favor¡¡¡
Después de coger un rato en esa posición, me puso a cargo de la situación y me hizo montar en su enorme verga, yo aproveché para cogerme como me encanta, coloqué las plantas de los pies sobre la cama y empecé a hacer sentadillas, sentía su enorme verga hasta la garanta, mi tetas rebotaban y mi macho tenía el panorama ideal de ellas, le tomé de las manos y me las llevé a mis nalgas.
- Estrújalas cabrón son tuyas¡¡¡ ahhhh te gusta mi culo papito¡¡¡
- Me encanta puta¡ de quien es este culo de perra?
- Es tuyo rey, este culo de puta es todo tuyooo¡¡¡¡ ahhhh¡¡¡¡ mmmm¡¡
- Te gusta mi verga puta??
- Me encanta tu verga papacito¡¡¡¡ ayyyy, la tienes enorme aahhhh, mucho más grande que la del pendejo de mi marido ahhhhh
- Pídeme que te coja como no te sabe coger el pendejo de tu marido
- Ahhhhh cógeme como no me coge el pendejo de mi marido¡¡¡¡ ahhhhh es un pendejo tiene a esta puta para él y no sabe darle verga como merece ahhhh¡¡¡¡
- Te encanta la verga zorra
- Si papi, pero me encantan las vergas como la tuya, amo tu verga amor ahhh¡¡¡
Mientras todo esto pasaba mi macho seguía nalgueándome, mi enorme trasero no tenía tregua, lo sentía rojo a más no poder, me encantaba.
Rápidamente me recostó en la cama y volvió a subirse encima de mí, recordó el cinturón, se acercó a mi cara y comenzó a jalar, me sentía sometida y sumisa, me encantaba todo lo que este cabrón me estaba haciendo
- Te gusta puta?
- Si papito me encanta¡¡
- Te gusta así de rudo zorra¡
- Si amor ahhhh uy¡¡¡
Entonces con su mano derecha tomo el cinturón, acerco su cara a mí mientras me hablaba sucio, con su mano izquierda tomo mi mentón
- Te gusta rudo puta
- Si, ya te dije que si cabrón
Sabia la que venía y con toda intención lo provocaba, un par de cachetadas, no muy fuertes pero muy ricas, sólo para dejar claro quien mandaba
- Te gusta perra?
- Si papito me gusta todo lo que tú me haces, soy tuya rey ahhhh
- Quien manda puta?
- Tu papi, solo tú, ahhhh
Un nuevo par de cachetadas y yo estoy en el cielo, mientras aprieta el cinturón y me coge la manera más salvaje e intensa
- Ahhhhh que rico coges cabrón ahhhh, eres todo un macho ahhhh, soy tuya papi¡¡¡¡
- Te gusta zorra?
- Ahhhh me encanta, siii, siii, más, más, dámelo todo, dame , dame
Su corrida es inminente y yo quiero su leche, no me importa pedirla, la necesito para sentirme más puta
- Quiero tu leche papi, la quiero aquí¡¡ aquí¡¡ en estas tetotas de puta¡¡¡¡
A empujones me hace hincar, yo pongo mis manos entre mis tetas y las aprieto, chorros y chorros de semen corren por su enorme miembro y se depositan en mis senos rojos por tantos mordiscos, embarro mis tetas de leche, saco mi lengua, mamo mis tetas y me como sus mecos.
Ha sido una gran cogida y apenas vamos empezando, según mi amiga rubia el tipo quiere sexo toda la noche y es una realidad que yo también, quiero que me use, quiero que no me deje dormir y me coja hasta que no podamos más, quiero que la rubia entre y nos coja a las dos, y de paso me la quiero coger a ella, quiero que mi marido entre y vea como se coge un macho a una puta mama vergas como yo, quiero todo, pero en verdad solo necesito una cosa, su enorme gruesa y negra verga, todo lo demás no importa ni siquiera él.
Ha sido mi mejor aniversario de bodas; aún faltaba un día más y las posibilidades eran ilimitadas, sólo habré de decir que el día siguiente era el día de todo puede pasar y que yo nunca tuve que usar la palabra de seguridad, así de caliente y perversa me porté.