Las turistas rusas

Preparo las cosas de la perra para salir. No se si las turistas rusas se tomaron en serio lo de volver a vernos en el parque. No pierdo nada. Salgo a la misma hora que ayer. Me gustaría volver a coincidir. No tiene mucho sentido que prefieran estar de picnic en un parque a ir de fiesta.

>>> Leer DIARIO.6.Las turistas rusas (I)

Preparo las cosas de la perra para salir. No se si las turistas rusas se tomaron en serio lo de volver a vernos en el parque. No pierdo nada. Salgo a la misma hora que ayer. Son las 21:55h. Me gustaría volver a coincidir. No tiene mucho sentido que prefieran estar de picnic en un parque a ir de fiesta. Seguramente no estén. No pasa nada. Me voy mentalizando. En realidad el que apenas hablen inglés es un coñazo.

Llego tras la caminata. Estoy tranquilo. Recorro con la vista los distintos bancos del parque. Diviso dos chicas en uno de ellos. Me acerco. Son ellas. Las saludo simpático. Me devuelven el gesto en mi idioma. Han estado aprendiendo unas cuantas palabras en español. Eso es bueno. Me preguntan por mi nombre y me dan tres besos cada una. Se llaman Liuba y Tanya. Su actitud es muy diferente a la de anoche. Quieren romper el hielo desde el principio. Me ofrecen participar en su extraño picnic nocturno. Cosa que no hicieron ayer.

Se nota que han hablado de mí entre ellas. Se las ve muy decididas. Aunque no tengo claro cómo se me han repartido. Quien de las dos está más interesada. No veo señales. Las dos están super atentas conmigo. Se esfuerzan en darme conversación aunque les cuesta mucho hablar inglés. Fantaseo con la idea de que quieran hacer un trío. Sólo por esto merecería la pena haber venido a vivir a la Isla sólo. Ojala pudiera meterme en sus cabezas y leer sus pensamientos. Aunque si esto fuera posible imagino que no los entendería, estarían en ruso.

Hablamos y jugamos un buen rato con Linda. Me cuenta que no les gusta salir de marcha. Lo hicieron el primer día que llegaron y acabaron espantadas. No soportaban que guiris borrachos les tocaran constantemente en la discoteca. Tampoco les gusta que desconocidos intenten ligar con ellas en la playa. Soy el único que podría follar con ellas. No tengo competencia. Si algún otro tío joven y su perro se acercan azuzaré a Linda para que se pelee con el suyo y tenga que alejarse. Le he enseñado con un muñeco. Le digo “saluda” y lo ataca con dureza. Así puedo darle la orden sin que nadie sospeche nada y me denuncie.

La verdad es que no se qué hacer. No quiero flirtear con una de ellas y dejar de lado a la otra. No quiero cerrarme puertas. Espero que me den alguna señal. Vuelven a su país el jueves. Hoy es domingo. Les propongo salir mañana por la noche pero no quieren. No les gusta. Prefieren hacer otro picnic. No es el mejor lugar para llegar a nada. Tengo que pensar algo. Tengo que proponerles una excursión a algún lugar recóndito de la Isla. Donde no haya nadie. Donde nos podamos bañar desnudos y hacer el amor en plena naturaleza. Será la mayor aventura de sus vacaciones. Todavía no conozco muy bien la zona. Tengo que buscar un buen sitio en Google Maps. Quizás una cala rocosa o un bonito riachuelo en el interior. Tengo que organizarlo bien en casa y proponérselo mañana. Es imposible que digan que no.

Nos despedimos tras una agradable velada sin sexo.


Estoy en casa. Anochece. Falta media hora para reunirme con las rusas. He estado todo el día encerrado en casa, como un vampiro, esperando este momento. He preparado la excursión perfecta. Tendremos que alquilar un coche y luego caminar una hora aproximadamente por un sendero tortuoso para llegar al lugar escogido. No habrá nadie. No merece la pena. No es tan bonito como para ir a pasar el día. Perfecto para nosotros. Quizás pasen miedo cuando vean por donde las llevo. Pero ya no habrá vuelta atrás. Tendrán que fiarse. No sabrían volver sin mí.

Llego puntual a la hora acordada. Me hacen esperar. Estoy en una nube. No porque tenga la oportunidad de follar con dos chicas rusas, sino porque me he tomado dos diazepam. Aparte de la medicación fija diaria. La ansiedad ha vuelto a aparecer esta tarde.

Pensaba que lo tenía superado. Es un paso atrás pero no pienso dejar que arruine mis planes y me bloquee como hacía antes. Antes de empezar la terapia. Las expectativas me han puesto nervioso. Demasiado. Tenía que haber salido durante el día para distraer mi mente de estos pensamientos sucios. Masturbarme sólo me relaja durante unos segundos. No lo hago.

Llegan alegres. Se han puesto guapas. Eso lo dice todo. Tendría que ser muy inutil para no conseguir algo con al menos una de ellas. Liuba lleva el mismo vestido que el primer día. Tanya un vestido oscuro pero muy fino. Se transparenta. No llevan sujetador ninguna de las dos. Cuando se inclinan para rellenar su vaso les veo los pezones. Tienen las tetas pequeñas. Me gustaría hacerles una foto pero es imposible. Se darían cuenta. Pensarían que soy un pervertido. Me resultaría difícil explicarles que sólo serían para acompañar los textos de mi blog. Se que necesito publicar fotos guarras para tener lectores. Sólo por eso. Se me empieza a poner super dura. Me quedo de pie para ver si se percatan. Mi cabeza fantasea sobre si llevarán braguitas o no.

Hay algo que no había previsto. Esta vez han traído una botella de vozca con limón para acompañar el picoteo. Dicen que aquí en España está más bueno. Me da igual. No pienso más que mojarme los labios. No puedo beber. Con la medicación que llevo encima me quedaría grogui.

Llevamos una conversación torpe pero animada. Espero un rato para proponerles la excursión que llevo organizando todo el día. Tiene que parecer espontáneo. Improvisado sobre la marcha. Me cuentan lo que han hecho hoy, un viaje organizado. Aburrido. Sin emociones. Aprovecho para contarles mi propuesta para mañana. Les digo que conozco un lugar en la Isla que nadie más conoce. Que no sale en ninguna guía turística. Escuchan muy atentamente pero ponen cara de pena. No pueden hacerla. Se van mañana. ¡Mañana!. Tuesday. No thrusday. Joder. Lo pronunciaron mal y me dieron a entender que se iban el jueves. Menudas estúpidas. ¿No les enseñaron en el colegio a pronunciar los días de la semana correctamente? Es su última noche y sólo se les ocurrió proponer otro puto picnic. Si lo hubiera sabido les hubiera invitado a hacerlo en mi casa. Ahora ya es tarde. Tengo que reaccionar. No me puedo dar por vencido. Deshecho la fantasía de montármelo con las dos. No sabría como crear la situación de manera cómoda. Lo más fácil es que me centre en una de ellas. Tengo que deshacerme de la otra. Pienso. Puedo usar a Linda. Llevo su pelota. Se la lanzo cuando quiero que me deje tranquilo porque va a buscarla pero nunca la trae. Liuba es más guapa y me ha estado poniendo ojitos desde que he llegado. Se lo doy a su amiga y le digo que se la lance muy lejos a Linda. Lo hace divertida. Como esperaba, la perra no la trae. Le digo que vaya a buscarla. Que no tengo más pelotas en casa. Se ríe y me contesta que vaya yo. Le pongo la mirada más sucia que tengo. Quiero que se de por aludida. Duda. Mantengo la vista fija en ella sin decir nada. Se levanta a por la pelota.

Tengo que actuar antes de que vuelva. No hay tiempo para preparar al terreno. Liuba también está sentada. Le pongo la mano sobre la pierna. El vestido le llega por encima de las rodillas. La acaricio. Tiene la piel muy suave. Observo su reacción. Ella sonríe. Eso es un si, quiero. La beso y recibe mi lengua con ganas. No la saco de su boca hasta asegurarme de que su amiga nos ha visto. Así nos dejará tranquilos. Se quedará apartada jugando con Linda. Más le vale. Desde donde está ella no puede ver mi mano. Así que no me lo pienso dos veces. No puedo dejar que la situación se enfríe y volver a estar los tres charlando. Le meto la mano entre las piernas por debajo del vestido. Lleva bragas. Están secas. Tengo que ponerla cachondísima para que sea capaz de dejar tirada a su amiga y venir a mi casa. Los dos solos. Sino, nunca lo haría. Las mujeres raramente hacen eso. Su hotel está más cerca pero tendría que dejar a Linda atada fuera. Seguro que hay algún recepcionista cabrón que no me deja entrar con ella. Sólo por joderme el polvo con la rusa. Si se escapara o se la llevaran no creo que me dejaran adoptar otra en la perrera.

Aparto la braguita, le meto dos dedos en el coñito sin dejar de jugar con su lengua y sus labios.

  • Rusa: Sorry

  • Yo: What?

Me retira la mano de entre sus piernas. Tengo los dedos empapados. No lo entiendo. Me percato de que no es flujo lo que los empapa. Tiene la regla. Sonríe avergonzada. Ni siquiera he notado la compresa. Debe ser el primer día del periodo porque hay abundante. Se me cae el mundo encima. Mi polla también cae. Ella no querrá follar con la regla. Dejo de besarla. Cojo una servilleta para limpiarme. No sin antes hacer una foto con el móvil. Ella se da cuenta de mi decepción y se gira hacia su amiga. Con un imperceptible gesto le da a entender que puede volver a unirse al grupo.

No ha habido suerte. Al menos he tenido los cojones de hacer lo que tenía que hacer. Me da rabia que esto acabe así. Seguro que Tanya no tiene la regla. Si hubiera hecho otra elección quizás hubiera follado esta noche. Que caprichoso es el destino. Le quito la pelota de la boca a Linda. Pienso en dársela a Liuba y decirle que la tire. Sólo tengo que repetir lo mismo que antes y probar suerte con mis dedos en el otro coñito ruso. No lo hago. No me atrevo. Prefiero quedar bien con ellas. Quizás me inviten a hacerles a una visita a Rusia. Les he caido muy bien a las dos. Tengo sus correos electrónicos. He perdido una batalla pero no la guerra.

Es hora de que se vayan. Tiene que preparar las maletas y salir temprano en la mañana. Le hago una última foto a Liuba. Nos despedimos. Llego a casa y me masturbo con su foto y su olor impregnado en los dos dedos de mi mano izquierda.