Las tres rameras
Tres son las rameras en la oscuridad, tres son las diosas de la lujuria, que hacen sucumbir mi carne lasciva...
Como ser noctámbulo vago en la obscura madrugada, cuando aún no he podido entregarme al sueño, me encuentro contigo, soledad mia, sintiéndote tan cerca y distante a la vez
Acompañado solo de tres rameras; la noche, la luna y la soledad, llevo la mano a mi sexo, sintiéndo el poco bello púbico bañado por mi escencia, que cae como finas gotas de rocío.
Te siento y te imagino a mi lado, acogiendo mi abominable alma. Desnudándome en medio de la helada bruma, siento como mi agónica existencia empieza y finaliza a la vez, siento tu abarazo, y yo abrazo a la nada, representándola con mi almohada.
El desnudo sonido de la brisa me hace tiritar, es entoces cuando los demonios de la oscura lujuria me toman prisionero, y excitan mi carne débil, así comienzo el lento vaiven de mis manos heladas, acompañandolo de las caricias a mis testículos, sintiéndolos como un par de rocas tan duras como el morbido e inderretible hielo, como el hielo esta mi tambien mi cuerpo, palpándo como te entrego mi dureza, a ti, mi única compañera; siniestra soledad.
Y sabes que te busco, y asi me atrapas en el eterno laberinto de los mas abolutos placeres que solo tú, soledad, saber darme.
Me tomas y te tomo, tomo a la nada, beso a la nada, deseo a la nada . El vaiven de mis manos y cadera aunmentan, aumentan cada vez mas . Gozo para mis adentros, porque nadie mas recibe ni mi alegría ni mi tristeza . Solo las tres rameras, que enigmáticas y torturantes observan como siento el delicioso contraste; el fuego en mi sexo y los helados aires a la vez soplando por el resto de mi cuerpo.
Los deseos oscuros adornan mi pensamiento, y tú estás y no, erizas mi piel, estremeces mi cuerpo y ya no puedo soportarlo mas, el placer frustrante al que me he sometido. Entonces mi alma sucumbe ante el mas salvaje de los orgasmos, recibido por ti, recibido por el aire y la nada y es por que no estas cerca.
Descanso de aquel abundante desenlace, del cual fue testigo solo la pálida luz de la luna, la penumbra de la noche y la soledad que atraviesa mi cuerpo. Ahora el placer se esfuma, dejando solo el deseo frustrado, la desolacion y las lágrimas adamantinas que empiezan a deslisare en mi cara
Me tomaste una ves mas, gracias a ti me entregué al placer solitario en la inmensa nocturna gracias a ti sentí como los siniestros serafines cayeron, sentí el deseo y la lujuria, la sensación de tenerte y no tenerte gracias a ti, soledad y a las dos rameras restantes.
Y La noche y la luna todo lo vieron