Las tres ninfómanas

Tercera historia de la pareja que fue abducida por un ovni donde el hombre tiene una aventura con unas amigas.

LAS TRES NINFÓMANAS

Otra de nuestras fantásticas aventuras tuvo lugar en el campo, una amiga de la universidad nos invitó a pasar un fin de semana a su cortijo campestre, mi mujer no pudo ir por cuestiones laborales, pero no tuvo inconveniente en que fuera yo.

Una vez allí me saludó con un beso apasionado introduciendo la lengua en mi boca, muy amablemente me enseñó todo el cortijo, incluido el pajar y allí empezó el fin de semana, se tiró sobre un montón de paja, separó las piernas y no llevaba bragas, pero vi un coño negro pidiendo guerra, ella empezó a pasarse los dedos por la raja al mismo tiempo que decía: "mírame, ¿has visto algo así en tú vida?" y desde luego, nunca había visto nada igual, unas piernas perfectas terminadas en un triángulo mágico, mi polla estaba ya preparada cuando ella la sacó del pantalón y estuvo contemplándola mientras yo bajaba una mano al coño y otra buscaba las tetas, nos desnudamos, la senté sobre una alpaca de heno, hice que se abriera las piernas y empecé a chuparle el coño, se nota que le gustaba porque ella misma me habría paso a su interior y se frotaba el clítoris para llegar al clímax, mis manos aprisionaban las tetas voluminosas y notaba como los pezones se endurecían al roce con mis manos, no tardó mucho en descargar sobre mi boca, poco después era ella la que me chupaba el aparato, pero con tal maestría que no tarde mucho en llenarle la boca de leche blanca y espesa.

Después de este aperitivo, nos vestimos y al salir me fijé en una sirvienta que intentó esconderse al ver que salíamos, lo más seguro es que nos hubiese visto ya que tenía los dedos mojados de haberse estado haciendo una paja a costa nuestra, la dueña la llamó y me presentó a Pilar que así se llamaba, para que no se cortara yo muy cortésmente le tomé la mano y con la lengua se la limpié del resto de la corrida, ya en el cortijo me enseñó las habitaciones, cuando llegamos a la cocina estaba la cocinera embadurnada de aceite y metiéndose un plátano por el coño, al vernos se puso muy rápidamente el delantal por lo que tapó todo menos su culo, la dueña llamó a la sirvienta y a la cocinera en el comedor y una vez allí me dijo que ellas tres eran ninfómanas, yo por mi parte les dije la verdad que era ninfómano, y por supuesto las tres se echaron a reír, entonces ni corto ni perezoso me desnudé delante de ellas y dije: "¿Quién es la primera que va a probar?, como la que estaba más cerca de mi era la cocinera y no le había dado tiempo a cambiarse, le quité el delantal y la puse a cuatro patas, en esta postura se la metí por el coño y al comprobar que no me costaba trabajo debido al aceite, se la saqué y se la metí por el culo sin miramientos, se ve que eso le iba cantidad, ya que empezó a culear al mismo tiempo que la sirvienta me ponía el coño delante de la boca y me decía: "chúpamelo igual como se lo chupaste a la señora", la señora se arrodilló delante de la cocinera para que le chupase el chumino o el ojete del culo, en esta especie de ovillo humano estuvimos hasta que nos corrimos.

Como vi a la cocinera que seguía llena de aceite, propuse pegarle un baño, todas consintieron, pero el baño no los pegamos todos en la piscina, una vez secos y en el dormitorio seguimos con la orgía, esta vez la cocinera cogió una polla de plástico y se la ató a la cintura, yo cogí de compañera de folleteo a la dueña y la cocinera a la sirvienta, nosotros empezamos con un 69 y la cocinera empezó dándole gusto al conejo de la compañera, al ver a las dos tías follando me calenté de tal forma que me corrí enseguida en la boca de la dueña que la apartó y parte de mi corrida fue a parar al cuerpo de la sirvienta, mi boca se inundó de flujo y las otras dos se corrieron casi al instante y yo les limpie el coño del orgasmo a las dos, ese día terminó así pero me prometieron una sorpresa al día siguiente.

Por la noche cerré la puerta con llave ya que no me fiaba de ninguna de las tres mujeres, al día siguiente lo primero que me preguntaron fue que porqué había cerrado la puerta, yo les respondí que por mi salud, y todos nos echamos a reír.

Después de desayunar nos montamos en un patrol y nos dirigimos a otra parte de la finca bastante alejada del cortijo, la casita no era muy grande, el salón disponía de una gran cama un televisor y un vídeo y una colección de películas y revista porno, me desnudaron y se desnudaron, pusieron una película porno y se echaron sobre la cama dejándome un sitio entre medias de ellas me dijeron que esa casa era el pajar, o sea la casa donde se hacen las pajas, disponían de toda clase de aparatos vibratorios, yo me quedé al lado del televisor viendo como se manoseaban el cuerpo dándose el mayor gusto que podían frotándose los clítoris y pellizcándose los pezones, yo empecé a frotarme la polla ante aquella vista lujuriosa, al mismo tiempo que ellas miraban el televisor y a mi, me acosté en la cama al lado de ellas y me puse a ver la peli, era una de esas que llaman porno-guarro, una tía se orinaba en el cuerpo de la otra, entonces la otra se levantó y además de orinarse se cagó encima de la otra, cogió su propia mierda con ambas manos y empezó a llenarle el cuerpo a la otra hasta que llegó al coño y le fue introduciendo la mierda en forma de polla, al mismo tiempo que con la otra mano le llenaba toda las tetas de mierda, la otra por su parte le metía los dedos en el coño y en el culo.

Una se corrió en los dedos de la que le hacía la paja mientras la otra se corrió sobre la mierda que le entraba y le salía del coño, después se metieron las dos en el cuarto de baño y una limpiaba a la otra con una esponja en cada mano, al llegar al coño soltaban las esponjas cogían unos consoladores y se los metían una a otra en el coño bombeando con fuerza hasta que se corrían, entonces me dirigí hacia ellas y les dije os gustaría que os hicieran eso, ellas respondieron que les parecía una mijilla guarro, pero que no les importaría probar con algo parecido como barro o algo así, quitaron esa película y pusieron otra, pero esta vez los protagonistas que me llamaron la atención fueron los animales, lo primero que apareció fue una yegua atada y dos tías desnudas acercando un caballo hasta el coño de la yegua y lo ataron también, una tía se puso sobre una silla y le metió el puño a la yegua hasta más allá del codo, el caballo al oler a la yegua se puso cachondo y la otra tía se puso debajo del caballo y le empezó a acariciar la polla hasta que se enderezó del todo, la tía empezó a chupárselo como si fuera la de un tío, al mismo tiempo que se acariciaba el coño, al cabo de un rato se dio media vuelta y se introdujo parte de la polla en el coño.

Era increíble que le cupiera tanto, ella empezó a culear, el caballo dio una embestida y descargo, ella se la saco y la corrida le llenó toda la espalda y el culo, la otra seguía metiendo las dos manos en el coño y en el culo de la yegua, ella también quería disfrutar con la polla del caballo, así que cambiaron de animales, esta cogió la polla del caballo y se la mamo, al tiempo que la otra le metía la mano en el coño a la yegua y se la pasaba por el hocico al caballo, con lo que el caballo se armó de nuevo y esta cambio de la boca al coño y empezó a bombear corriéndose antes que el caballo, por lo que se dio la vuelta y se la meneó hasta que el caballo se corrió de nuevo sobre las tetas, la cara y las piernas de ella, por fin soltaron los caballos y ellas dos se empezaron a chupar los restos de corrida del caballo, en ese momento se corrieron las tres casi al mismo tiempo, al sentir como se corrían acentué mis frotaciones y también me corrí, entonces ella me dijeron nosotras hacemos lo mismo, pero con vacas y toros, yo no me lo creía, así que me llevaron a la parte de atrás de la casa y vi un toro y una vaca atados igual que los caballos que vi antes y empezaron a hacer las mismas escenas, solo que la cocinera en este caso cogió las mierdas de ambos animales y se los refregó por todo el cuerpo al mismo tiempo que la dueña era follada por el pito del toro y la sirvienta le metía la mano por el culo a la vaca con lo que me dejaba el coño libre por lo que cogí una silla alta que estaba al lado y le metí la polla a la vaca por el coño hasta que me corrí, después bajé y le comí el conejo a la sirvienta mientras la dueña tenía un orgasmo al sentir la leche del toro llenarle toda, la cocinera había desaparecido, por lo que las otras dos me llevaron al último cuarto que quedaba por ver, yo creí que era el baño, pero había algo más, una piscina llena de barro, al fondo estaba la cocinera duchándose, por lo que corrimos a ducharnos nosotros también, al terminar de ducharnos, ellas se metieron en el barro y me dijeron:

"esta es la sorpresa, llena nuestros cuerpos de barro", yo me dirigí hacia ellas y al meterme en el barro sentí algo extraño y mi polla se empinó corriendo, empecé dándole barro a todas empezando por las piernas, siguiendo por los muslos hasta llegar al culo y el coño, que antes de darles barro los chupe un poco metiéndoles la lengua, ellas siguieron mi juego y empezaron a manosearse las tetas y el coño unas a otras, yo seguí llenando de barro los coños, las caderas y los pechos y por último las tetas de las tres, entonces ellas me rodearon y empezaron a echarme barro, pero en grandes cantidades que luego repartían por mi cuerpo, pero las tres se llenaron ambas manos de barro y me lo echaron en la polla por lo que casi no se veía, una de ellas se tumbó y la cocinera empezó a embarrarla mientras la sirvienta se refregaba conmigo para quitarme el barro, yo la tumbé también en el barro, le llené las tetas de barro y metí mi polla entre las tetas, ella aprisionó mi polla con sus pechos y empecé a hacerme una cubana, no tardé mucho en tener a las otras dos tumbadas a mi lado, por lo que introduje un par de dedos en cada coño al mismo tiempo que la sirvienta se movía para que le introdujera mi polla en su coño, se la metí y empecé un mete-saca muy lento, para que sintiera toda mi picha como le iba entrando y saliendo, no tardó mucho en llegar al orgasmo, por lo que esta vez la cocinera se puso a cuatro patas y así la cabalgué durante un rato, la cambie de postura dándole la vuelta y volví a follarla por el coño, pero esta vez embistiendo fuerte, se corrió mordiéndose los labios y apretando las piernas contra mi polla, aguante mi corrida e intentaba hacer correr a las tres antes de correrme yo, la dueña me tumbó con la polla mirando al techo y se la metió dejándose caer, mientras subía y bajaba me llenaba de barro por todas partes, de pronto se dio la vuelta dándome la espalda, por lo que aprovechó para darle la lengua a la cocinera que estaba sobre la sirvienta haciendo un 69 pero metiéndose los dedos en el coño y el culo en vez de chuparlos, la dueña aceleró en sus subidas y bajadas hasta que me llenó las ingles con su corrida, ellas se dieron cuenta que no me había corrido, me levantaron entre las tres y empezaron a hacerme un pajote entre las tres, mientras una me la meneaba, otra me sobaba las pelotas y la otra me introducía la lengua hasta la garganta, ante ese trabajo no me pude resistir y le llene las manos y los pechos de la que me la estaba pelando y le llene toda la cara de leche a la que me masajeó los colgajos, pero la que me daba la lengua se corrió en mi mano ya que yo le había introducido dos dedos en el coño y otro en el culo.

Después del barro nos duchamos frotándonos unos a otros, una vez los cuerpos limpios y todavía bajo la ducha, las puse delante mía y chupé los coños a las tres hasta que se corrieron en mi boca, después me cogieron las tres y empezaron a chuparme la polla entre las tres y me corrí sobre sus caras, una vez secos nos fuimos al cortijo y las tres se despidieron de mi: "hasta pronto ninfómano".