Las Tres Cerezas

Ya era toda una aventura visitar a mi amiga de juegos online por sorpresa, pero la que me tenia ella preparada era mejor aún.

Este relato es fruto de las calientes fantasías de Berta y yo. Nos conocimos a través de esta web y, dada las gran distancia que nos separa, en muchas ocasiones (aunque no en todas) nos dedicamos a decirnos lo que nos gustaría hacernos la una al otro o el uno a la otra. Poco a poco, con el tiempo hemos ido conociéndonos más y así también nuestro deseo ha crecido. Hemos dejado atrás los tapujos, prejuicios y vergüenza para confesarnos mutuamente y sin ocultarnos nada, nuestros deseos más ardientes y lujuriosos. Una tarde en que chateábamos, le decía que fantaseaba con ir verla por sorpresa a su trabajo y cómo resultaría aquel encuentro. Berta me pidió que se lo escribiera. Así lo hice, pero dejando el final inacabado para que ella se implicara y escribiera la continuación. Y así fuimos, alternadamente (como podréis ver), escribiendo juntos este relato que tenéis enfrente y que acordamos finalmente publicar y así compartir con los lectores nuestra fantasía y sentir juntos el morbo de declarar nuestros deseos e instintos más bajos. Tanto Berta como yo esperamos que os guste. No dudéis en escribir comentarios, sean buenos o malos. El relato comienza cuando yo llego a su oficina totalmente por sorpresa

RAÚL: Me imagino a los dos encendidos, deseosos, sin poder esperar el momento de saborear nuestros sexos mutuamente. Acelerados, cerrarías la puerta de tu oficina y me abalanzaría sobre ti. Te sacaría la ropa con prisas, mordiendo tus labios, comiéndote la boca a besos, lametones y mordiscos. Magreando todo tu cuerpo, tus pechos tersos y duros, tus pezones erectos, tu vientre ardiente, tus nalgas, tus muslos... Metería mis manos entre ellos y notaría tu humedad que regaría con mis dedos por los labios de tu concha para después echarte con violencia sobre el escritorio. Tú te abrirías de piernas, sabiendo bien lo que busco y sin poder esperar el momento de sentir mi boca en tu sexo. Con mis manos ayudándote a abrir bien para mí, te daría un buen lametón en la concha, abriendo sus labios con mi ancha lengua caliente y mojada. Mmmm... Relamería, saboreándote bien y tus piernas empezarían a temblar y tú no podrías evitar empezar  a gemir de gusto. Mojaría mis dedos en tu concha para después meterlos en tu boca y así evitar que te oigan afuera. Y tú lamerías mis dedos mientras mi lengua sigue haciéndolo con tu sexo febril. Antes de correrte, me animarías a subir al escritorio y así por hacer ese rico 69, con mi sexo suspendido sobre tu cara verías cada detalle, cada vena, y esa piel brillante, suave y de color rojo oscuro de mi verga henchida y tensa. Te la tragarías entera, hambrienta, chupando con ganas mientras yo  devoro tu sexo, lo lamo, relamo, succiono tu clítoris hinchadito y mis manos abren bien tus nalgas y acarician tu culito fruncido. Así llegaríamos a nuestro primer orgasmo, tú en mi boca y yo en la tuya. Te derramarías en mis labios, en mi lengua, en mis dedos que te penetrarían mientras te corres y tú pajearías mi verga por su base mientras exploto en una corrida bestial que te llenaría esa boca de putita loca  de semen caliente y delicioso mientras con tu otra mano masajearías mis huevos, contraídos por el orgasmo. Después me pedirías que te follara bien, poniéndote en cuatro, doblada sobre el escritorio, dándome tu culo en pompa. Llevaría la punta de mi capullo a tu concha resbaladiza y entraría en ti de golpe, a fondo, hasta que mis huevos chocaran con tus nalgas. Y agarrándote del pelo como una potra indomable, te cogería duro, fuerte, moviendo todo tu cuerpo en cada empellón, desplazando tu escritorio a cada embestida de mi verga que llenaría de carne dura y caliente tu concha empapada. Tú menearías tus caderas y tu trasero al ritmo, disfrutando de la mejor cogida del año y yo no te daría tregua, haciendo que toda tu piel se erizara, hasta que empezaras a sentir un orgasmo brutal que sacudiría todo tu cuerpo mientras me alientas a no parar. "Cógeme bien, cabrón, fóllame como si fuera lo último que haces en tu vida", me dirías. Y yo, haciéndote caso, seguiría bombeando mi verga en tu coño, sin pausa, culeando como loco, sudando sobre ti y tú sudando bajo mis embestidas. Y tú no podrías dejar de correrte, de venirte, antes de que acabara un orgasmo, empezarías a sentir el siguiente, y después otro, y otro... Empezarías a perder la noción del tiempo, mareada, desconcertada, sintiendo cómo tus sentidos se mezclan, se deshacen en colores y sensaciones, en orgasmos infinitos y cuando estuvieras al límite de desfallecer, te diría "ahora aguanta, que viene lo bueno" y empujaría mi verga al máximo para correrme en tu coño, que se llenaría de mi leche y tú, al sentirlo, te estremecerías en un orgasmo apoteósico. Sacaría mi verga de tu concha y me pajearía sobre tu espalda y tu culo llenándotelos de leche que chorrearía por tu piel incandescente y después volver a meterla en tu concha acolchada, caliente, mojada, dulce...

Caeríamos medio ahogados sobre el escritorio, con nuestros sexos palpitando uno dentro del otro, sudando juntos, jadeando juntos, casi sin aliento. Después nos comeríamos la boca a besos y lametones de nuevo, calmándonos, despacio, poco a poco, satisfechos y al mismo tiempo calientes y con ganas de empezar de nuevo. Nuestras mejillas rojas, encendidas de lujuria, pasión, deseo... Acercaría mi boca a tu oído y te diría... "ahora me voy a casa, a prepararte una cena especial pero ligera... Y después de cenar, te voy a follar de nuevo hasta que me supliques parar. Te cogeré como mi putita y yo como tu cabrón y desearemos que la noche no acabe nunca..." Te daría un beso profundo, metiendo mi lengua en tu boca, recorriendo cada rincón de ella, saboreándote, bebiendo de ti, respirando contigo... Me vestiría y saldría por la puerta, camino de tu casa, para empezar a cumplir mi promesa.

BERTA: Después de la intempestiva cogida, todo el día en la oficina no logré concentrarme siento aun tu olor en mi, me vuelvo loca deseando llegar a casa para que me atropelles de nuevo... así lentos pasan los minutos y corro a casa antes en el elevador me saco las bragas y me saco todo lo que te pueda estorbar dejando solo la ropa exterior mas esencial... la falda de corte A, las sandalias la blusa azul de seda semi-traslucida de tirantes ... con las manos ocupadas con todo lo que me saque ... te toco fuerte para que me abras... te encuentro guapísimo peinado perfumado y luciendo una sonrisa que me derrite y sales corriendo sin ni siquiera darme un beso... veo de repente toda la sala y el depa repleto de flores una mesa delicada y sencillamente decorada... servida la cena con velas y apagas las luces a mi espalda ... me tomas de la cintura y murmuras en mi oído "ahora tenemos toda la noche para comernos hasta el nombre, putita mía" al sentir tu aliento me da escalofríos y ves claro como mis pezones reaccionan... me sobas muy suavemente y me das un suave y delicado mordisco en la nuca ... me llevas de la mano a la silla la mesa es de cristal y veo mientras en silencio sin dejar de vernos como tu mano te tocas por encima del pantalón y te vas sacando la verga y estoy hipnotizada no puedo retirar mi vista y pagarte subiendo mi falda y ofrecerte el mismo espectáculo, sirves con la mano libre las copas y dices "brindemos por tu próximo viaje a España putita" a lo que te contesto "si España ya esta aquí contigo y esa verga de gloria" meto un dedo en la copa y la hago escurrir por entre mi escote...  me ofreces con la mano un trozo de queso que me acerco y atrapo entre los dientes junto con tus dedos que lamo y gimo por que bajo la mesa me meto los dedos y tu te masturbas.. te pregunto " aun nos falta el postre?" te levantas con la verga erecta que yo no puedo apartar de mi vista... y regresas trayendo el mousse de vainilla con 3 cerezas cada copa. Te arrodillas me sacas la blusita y me sacas la falda así quedo enteramente desnuda y me untas el mousse por todo el sexo... con el frío del mousse doy grititos y tu solo murmuras " este mousse es muy especial y se come así me lames, sorbes con pasividad asesina me untas de nuevo y me incrustas 1 cereza donde mi clítoris a la que de manera magistral haces girar sobre el... yo ya loca  gimo y casi lloro de placer... te suplico por mas...

RAÚL: Así, con voz entrecortada me pides que siga, que no pare nunca, y mi lengua sigue haciendo circular la cerecita sobre tu clítoris, cada vez más duro, cada vez más hinchado, hasta el punto que crees que si sigue así, explotara. Sin embargo, la que explotas eres tú. Empiezas a correrte y te mojas, quedas empapada por completo. Hasta que casi sientes tus flujos inundarte el coño y resbalar por los labios de tu concha mientras tus piernas tiemblan de placer.

"Méteme la verga ya, cabrón", me dices. Pero yo te hago esperar un poco. Atrapo la cereza entre mis labios y la llevo a la entrada de tu cuevita. Con la punta de mi lengua empujo y la meto dentro. Después hago lo propio con la segunda y, por fin, con la tercera cereza. Las sientes redondas y juguetonas entrando en tu concha resbaladiza. La contraes y logras ir sacándolas una a una sin tocarlas. Yo tomo una en mi boca y me acerco a la tuya. Tú abres la boca con una cara de putita que me enciende por dentro y nos fundimos en un beso lujurioso, saboreando el sabor de tu sexo en nuestras bocas, mientras nuestras lenguas se relamen con placer .Tengo unas ganas locas de follarte, pero prefiero tener un poco de paciencia e intentar contener mi corazón en el pecho, que palpita desbocado, como queriéndose salir… Es el efecto de tenerte delante, desnuda, chorreando, caliente, pidiendo más, excitada… toda una hembra en celo con ganas de que pase la noche cogiéndola como a una perra…Mientras nos besamos, deslizo un dedo en tu sexo, después dos--- Estás completamente mojada y entran y salen de ti despacio pero sin pausa. Mi lengua te folla la boca mientras mis dedos te hacen una paja rica y lenta, suavecita, caliente, profunda

BERTA: Ya estoy a punto de correrme Cabrón ! Detente, antes también debo comer mi postre, te empujo y sin perdidas de tiempo te cojo la polla la miro endiosada como que amo esa verga gorda y venuda de cabeza colorada te comienzo a hablar cerca de la verga y a darle besos desde la base relamo y le unto el mousse pajeando y lamiendo me lamo el dedo corazón te hundo mi dedo en el culo para que respingue tu verga al mismo tiempo que la engullo gimiendo de placer ambos nos damos a la orgía te culeas y entre mi dedo entretenido en el mete y saca y mi boca en la gloria de succionar y ordeñarte el tronco pajeándote con la mano derecha el dedo de la izquierda en el culo tu mano tomándome de la nuca lo relamo y te mendigo la leche de modo infantil lengüeteando la cabeza te digo "Raul se gentil y dame mi leche" en acto seguido me engullo la tranca y juego con la lengua apretándola contra el paladar.... te acelero el mete saca del culo y gimo a gritos con la verga atascada en mi boca para que el calor y vibración de los gritos ahogados .... mmmm me regalas pronto un chorro generoso de leche espesa y caliente que me atraganto y muy agradecida relamo el tronco que aun permanece erguido e hinchado magistralmente.

Interrumpo esta rica tarea, me levanto frente a ti y te reto con la mirada... te digo con cara de viciosa "cógeme Raúl que se me derrite por que ya te me hundas ".

Ni lento ni perezoso me tomas firme de la cintura y ahí sin esperar nada me levantas en vilo hacia el sofá de 2 plazas atrás me haces apoyar las rodillas en el asiento y los codos en el respaldo abres mis nalgas te acercas y me susurras al oído "esto te va a encantar y te hará un altar de diosa en el cielo y me ensartas desde atrás la vagina recibe su ansiado tronco mientras te inclinas a mordisquearme la espalda nuca y hombros y gimo como poseída. Digo tu nombre y te digo lo feliz que me haces

.

Entre tanto mi punto G que tu pene ha masajeado hace que tenga yo una eyaculación femenina (squirting) acompañada de un fuerte orgasmo entre tanto me has masajeado el ano con los fluidos y ya me ensartaste 2 dedos me tienes gimiendo al limite y me apuntas la verga a mi cola.... me haces presión y me pides que me relaje... yo me apanico y suplico que no lo hagas.....

RAÚL: "Tranquila", te digo. "Si te relajas lo disfrutaras, créeme". Sigo masajeando tu culito con mis dedos. Después me inclino y lamo tu rajita, jugueteando con la punta de mi lengua entre tus nalgas y en tu culito fruncido. Lo mojo bien de saliva y lo masajeo de nuevo con mi dedo, que te penetra de nuevo por detrás. Siento que te excitas por cómo suena tu respiración, pero al mismo tiempo consigues hacerme caso y te relajas, deseosa, dejando que tu culito dilate más a cada segundo. Cuando lo tengo ya bien abiertito y mojado con mi saliva, agarro mi verga y me pajeo unos momentos antes de dirigir la punta de la cabeza a tu culo. Muerdo tu cuello y agarrándote de la grupa con una mano y con la otra ayudando a mi miembro, hago que la cabeza empiece a entrar, dilatando al máximo las paredes de tu culito. Gimes un poco, y aguantas un dolor agudo y punzante, aunque pasajero. Después continúo empujando y veo cómo mi verga va desapareciendo dentro de tu trasero al mismo tiempo que tú sientes cómo se te va llenando ese culo de puta con mi carne dura y ardiente. "¿Cómo te va, nena?", pregunto. "¿A que no era para tanto?" Tú viras un poco la cabeza y me dices, con toda mi verga ensartada en tu culo, "Qué cabrón eres, me tienes chorreando, me fascina sentir tu polla en mi culo y quiero que me lo cojas bien duro, Ya no me duele nada". Bendiciendo tus palabras pues me hacen perder el miedo a hacerte daño, lamo los labios de tu boca. Tú viras de nuevo la cabeza y te inclinas más baja sobre el respaldo, arqueando la espalda de forma que tu culito queda más entregado a lo que sabes que será una cogida bien rica y salvaje. Impaciente, esperas el momento en que te empiece a culear. Y no esperas mucho, porque me fascina tenerte de nalgas, entregada y esperando que mi polla empiece a bombear duro. Así que eso hago. Empiezo a meter y sacar mi verga de tu culito vicioso y tú la sientes endiosada, entrando a fondo cada vez, primero despacito y después más y más rápido, hasta que mis embestidas se tornan salvajes, duras y rápidas, metiendo a fondo cada vez, Tus tetas saltan al ritmo, tu culo se abre más, te mojas. Llevas una mano a tu concha y te masturbas, sin poder aguantar más, babeando de placer. Hasta que empiezo a correrme en tu culo y te lleno de leche caliente justo cuando tú también te vienes, jadeando y gritando como mi putita.

BERTA: Te agradezco recostándome sobre el sofá boca arriba y pidiéndote que nos reanimemos en 69 suave sin prisa.. Golosa te devoro la verga y ya pronto se restablece y la siento turgente como una piedra... Oímos que tocan a la puerta.... es la vecina Argentina de a un lado con quien llevo una amistad muy sin problemas.... así que me levanto así y desnuda como estoy a atenderle sin abrirle del todo me dice oye oigo tus gritos ... estas bien?... yo respondo solo que mejor que nunca y dicho sea de paso, no gustas.... en tono de broma y que sorpresa que me dice que justo venia a pedir revancha.... tu gritas desde el sofá que si yo no tengo objeción tu nos podrás atender a ambas.... yo sin salir aun de mi asombro me descuido y ella entra .... ve la mesa de la cena y voltea a verme ... pero si es una celebración no se si sea propio... hace gesto de regresarse... le atajo y tomo su mano la pongo en mi ya muy encharcado chochito.... ella ya se prende y me dice ... sabias que soy bisexual? ... le contesto que no... pero me da un gusto mayor que sea ella mi primera experiencia en trío y con el que al momento es mi mejor amante.... te presento acabadito de llegar de la madre patria.... mira que trozo de carne tan bello.... (Geraldine es blanca de mi estatura 1.57 ojos azules enormes y labios muy carnosos su pucha muy bien depilada también y unos senos de copa C)

RAÚL: Para mi propia sorpresa, me quedo recostado en el sillón, desnudo, con mi sexo henchido y orgulloso, observando sin vergüenza cómo los ojos azules y enormes de tu amiga recorren mi cuerpo, mi rostro, mi pecho, mi vientre, mi sexo, mis piernas… Es realmente preciosa. Su belleza es comparable a la tuya, aunque de otro estilo. Yo hago lo que ella, recorriéndola con mi mirada. Parece ser que acababa de llegar a casa, porque calza sandalias de tacón, elegantes, y viste una minifalda vaporosa y una blusa de fina tela blanca que deja entrever un sujetador también blanco, copa C

Paso mi mirada por sus piernas brillantes y bien torneadas, por sus caderas redondas, su cintura fina, su busto generoso, sus labios carnosos y apetecibles, sus ojos infinitos

Te acercas y tomas mi sexo con tu mano, y mirando a Geraldine le dices "gustas?, estaba reanimando a mi amiguito…" Te arrodillas sobre el sillón y, pajeándome lentamente, empiezas a mamarme la verga, saboreándola. Geraldine sonríe "por supuesto, se ve muy sabrosa" y tu respondes sólo con un ronroneo de aprobación. Ella se arrodilla en el suelo, junto al sofá. Acerca su boca a mi cuello. Siento su aliento cálido que hace que mi piel se erice y mi sexo palpita en tu boca. Después me besa, envuelve mi boca con sus carnosos labios y su lengua rebusca, encontrando la mía. Mi sexo vuelve a palpitar en tu boca, esta vez más fuerte y seguido. Nos besamos así un rato, mientras tú, con calma, mamas la cabeza de mi verga, la lames, relames, sin prisas, excitándote poco a poco. Después lame uno de mis pezones, lo pone duro como una roca y sigue lamiendo hacia abajo, por mi vientre y mi pubis hasta llegar a la base de mi sexo. Lo lame, subiendo poco a poco hasta que tu boca y la suya se encuentran. Vuestras lenguas se buscan, se lamen. Por un momento dejas de mamarme y os coméis la boca entre besos, lametones y mordiscos. Veros no hace más que ponerme aún más a mil. Tu mano sigue en mi sexo, apretándolo duro mientras Geraldine hunde su lengua en tu boca, haciendo que te mojes aún más. Después, sin mediar palabra, os inclináis sobre mi verga que espera deseosa vuestras atenciones. Tú acoges mi capullo en tu boca húmeda y caliente mientras ella se dedica a lamer y mordisquear de lado el tronco, duro y turgente. Echo atrás la cabeza, cerrando los ojos, disfrutando de uno de los mejores placeres que he sentido en mi vida. Le ponéis empeño, mamando rico, sin dejaros un solo milímetro sin lamer, sin morder, sin chupar, sin succionar, alternando todo esto con besos entre vosotras y lamiditas de lengua.

Al rato, Geraldine te dice "bueno, amiga, he estado deseando hacer esto durante mucho tiempo…" Se incorpora un momento para desnudarse antes nuestros ojos maravillados. El cuerpo de Geraldine es realmente espectacular. Sus piernas están perfectamente torneadas y duras. Tiene un culito respingón que parece delicioso y una puchita perfectamente depilada. Cuando se libera de su sujetador aparecen unas tetas preciosas, de tamaño perfecto, que se nos antojan tan deliciosas como su trasero, con los pezones ya bien endurecidos. Se desviste lentamente, sabiendo que nos excita y aumenta nuestro deseo por ella. Después anda hasta ponerse tras de ti en el sofá. Su mano recorre suavemente tu espalda y todos los vellos de tu cuerpo se erizan hasta la nuca. Casi te sientes desfallecer. Después, con su mano sobre tu espalda, te empuja suave pero decididamente, haciendo que te inclines de nuevo sobre mi verga que comienzas a mamar de nuevo. Contigo a cuatro patas, acaricia tu espalda con sus cabellos sedosos y perfumados, haciendo que te estremezcas de nuevo y que te mojes más aún si cabe. Después besa con delicadeza tus nalgas, rozándolas al mimo tiempo con sus uñas cuidadas hasta el extremo. Tú no puedes evitar dejar escapar un jadeo de placer que ella toma como un cumplido y yo como toda una provocación. Acerca su boca a tu trasero. Ahora eres tú quien siente su aliento tibio y dulce, allí detrás, entre tus nalgas y tu sexo. Estás nerviosa y a la vez impaciente por sentir su boca allá abajo. Ella no se hace esperar. Sabe que lo deseas tanto como ella misma. Sus manos abren tus nalguitas y empieza a pasear la puntita de su lengua mojada entre ellas, bajando poco a poco, acariciando tu rotito, donde se detiene unos segundos para después bajar hasta tu sexo, donde hunde su lengua entre tus labios carnosos, hinchados, empapados y, sin poder aguantar más, empiezas a correrte sin remedio, encharcándote por completo, dejándote llevar por las lamiditas exquisitas de tu amiga, sintiendo que todo te da vueltas y gimiendo de placer, casi llorando de gusto.

BERTA: Le agradezco poniéndola de bruces y la comienzo a lamer desde el cuello, orejas sus espectaculares senos donde me engolosino y bajo mi mano para jugar con su conchita sigo lamiéndola mientras tu observas y te masturbas diciéndonos obscenidades y pones frente a su boca tu pene erecto e hinchado y ella se te pega como rémora viciosa cuando veo esto ... me bajo de golpe a su pucha jugosa y dulce... la mamo le meto la lengua ella gime como poseída te pones en cuatro y alcanzas mi culito haciendo una estrella de mamadas gemidos de los tres nos metemos dedos en los anos y nos corremos los 3 al unísono.... antes de que expulses tu leche sacas de golpe de su boca y nos bañas de esa espesa y viscosa leche ... las dos nos untamos mirándote con caritas de putitas complacientes las 2 hincaditas frente a ti como gatitas... te recuestas sobre el piso pides a Geraldine que te monte .... cosa que hace pero dándote la espalda yo te monto la cara de frente y te ordeno cómetela al mismo ritmo que te la follas Raúl me quiero follar tu lengua, que rica cogida verdad Geraldine? Te gusta el macho? Ella esta poseída cabalgándote y acariciándote los huevos y gimiendo dice que dulce verga de dios que tiene este hombre....

RAÚL: Geraldine acelera un poco el ritmo, arqueando su espalda y masturbándose al mismo tiempo que cabalga mi verga, que se hunde cada vez hasta el fondo de su pucha mientras sus nalgas frotan deliciosamente mi bajo vientre. Tú cabalgas mi boca. Mi lengua lame tus labios, enrojecidos de placer, de deseo. Tú imitas a Geraldine, bajando tu mano a tu puchita y masturbándote con los dedos, frotándote el clítoris mientras te mojas irremediablemente, mis manos posadas sobre tus nalgas. Te viras de cara a nuestra amante sin dejar de cabalgar mi cara, viendo cómo su espalda se contorsiona suavecito cuando mi tronco entra duro en ella. Estiras tus brazos y con tus manos alcanzas su espalda, que acaricias arriba y abajo. Ella suspira, excitada, sin dejar de masturbarse. Estás maravillada con su cuerpo, su piel, su sensualidad, sus nalgas… Las acaricias ahora con tus uñas mientras suben y bajan rico para follarme. En mi boca siento derramarse la miel de mi putita caliente, que lamo y saboreo al tiempo que mi verga dura entra y sale del coñito delicioso de Geraldine. Ella siente tu mirada sobre su cuerpo encendido y se inclina hacia delante apoyando sus manos en el suelo, dejándote ver con todo detalle cómo mi sexo gordo y duro, embadurnado con sus flujos, abre su puchita penetrándola lento y rico. Después deja que mi verga salga poco a poco de ella, ofreciéndote el espectáculo lentamente. Mi verga queda enhiesta, palpitante, rezumante. Se vira y queda arrodillada frente a ti. Os miráis, encendidas. Alcanzas mi sexo con tu mano, lo mantienes vertical para que ella descienda sobre él y la penetre de nuevo. Geraldine cierra los ojos cuando mi carne dura la llena de nuevo. Se inclina hacia ti y lame tus pezones, que están duros como diamantes, juega con ellos en su boca, les da lamiditas rápidas, los mordisquea. Sientes las dos lenguas excitándote como nunca, la de Geraldine en tus pezones y la mía en tu conejito y piensas que es lo más rico que hay en el mundo. Ella lleva su mano sobre la tuya, y te da el ritmo para seguir masturbándote, sus dedos y los tuyos enredados sobre tu concha empapada. "Así que la vecinita me salió toda una zorra caliente", dice Geraldine para después morder y lamer tu cuello erizado. "De haberlo sabido antes", continuó, " te habría follado hace tiempo, loca. Aunque hacerlo con este cabrón españolito amigo tuyo ensartándome como a una puta con su verga divina es un comienzo inmejorable, ¿no creés?" Tú, apenas sin fuerzas ni aliento para hablar, consigues contestar "de haber sabido yo que eres bisexual, hace tiempo que te habría comido esa concha exquisita". Vuestras palabras me calientan más si cabe y Geraldine siente mi polla palpitar en su sexo. "¿Es eso lo que querés? ¿Querés comerme la conchita, zorra?" "Sí, quiero coger esa concha de puta con mi lengua, quiero que te vengas en mi boca", contestas, encendida. "La tengo lista y bien mojadita para mi vecinita, vení y comérmela rico". Me desmonta y se tumba en el suelo, boca arriba, sus piernas abiertas ofreciéndote su sexo mojado. Me desmontas a tu vez y en cuatro te acercas a ella, entre sus muslos tersos. Yo me incorporo, arrodillándome detrás de ti.

BERTA

Mientras me engolosino lamiendo el conejito rosado y pequeño de la vecina tu me tomas de la cadera me acaricias cada nalga pasas los dedos por mi ano y yo gimo y me estremezco.... le succiono la concha y ella gime me toma por los cabellos siento tu pene ya cerca de mi cueva chorreante.... me la entierras y metes y sacas con furia ambas ya también locas gemimos y siento en mi boca el chorrito caliente de flujo tibio, comienzo a sentir la leche tibia y me corro estruendosamente... le sigo comiendo el conejito a Geraldine y tu no paras de follar aghhh casi me desmayo.... Los tres nos tiramos rendidos y acariciándonos unos a otros... te incorporas y nos tomas a ambas de la mano y nos llevas al baño que tenias ya preparado con velas y perfumado nos retomas a las 2 como leyéndonos el pensamiento Gerardine y yo nos hincamos y te comenzamos a masturbar y mamar la verga... esa verga tan agradecida que en poco tiempo comienza a levantarse he hincharse… las 2 como perras peleando lamiendo y jalando con una mano en la almeja contraria somos dos putas viciosas ya con la verga parada nos levantas y nos pones las nalgas juntas se la metes a una y a otra alternadamente... cuatro agujeros toditos para ti te gritamos vulgaridades metemos nuestras manos masajeando nuestros respectivos clítoris que también están hinchados y lubricados....

RAÚL: El olor a los cuerpos de los otros, a sexo, a corridas y a saliva, penetra en nuestras mentes haciendo que la excitación se mantenga. Me siento como un dios cuando me veo en el espejo, desnudo, con cada una de vosotras a cada lado, desnudas también, luciendo esos cuerpos deseables que no dejaría de follar nunca, y no puedo evitar pajearme despacio con la visión. Geraldine me ve hacerlo a través del espejo y sonríe. Se arrodilla frente a mí y me mama la verga, rico y lento, mientras tú abres el agua caliente y en pocos segundos las paredes del baño y el espejo se empañan de vaho. Entras en la tina y le das la mano a nuestra amiga, que se incorpora relamiéndose y entra a tu lado. Mientras hago lo propio, la tomas por la nuca y hundes tu lengua en su boca, compartiendo el sabor de mi sexo. Tomo la ducha, me dedico a mojaros con el agua caliente y a recorrer al mismo tiempo vuestros cuerpos brillantes con la mirada. Geraldine toma el gel y lo deja chorrear sobre tu piel para extenderlo luego pasando sus manos por cada centímetro. Soba con él tus pechos, tu cuello, tu vientre, tus nalgas (vuestros pechos se aprietan mutuamente). Se agacha para enjabonar tus muslos, tus pantorrillas, tus pies, y sube de nuevo para pasar esta vez sus manos entre tus ingles enjabonando bien tu sexo y tu culito. Te ofrece el gel y tú le devuelves los cuidados, cubriendo de jabón todo su cuerpo. Lo haces embelesada, admirando sus curvas, sus vaivenes… Después, Geraldine me toma de la mano y me coloca entre las dos. Ella moja todo mi cuerpo con la ducha mientras tú me enjabonas por completo. Cuando llegas a mi sexo te aseguras de que no te dejas nada. Con tu mano llena de jabón lo frotas presionando fuerte y despacio, tirando de la piel de mi verga al máximo, haciendo que se tense y la cabeza grande, brillante y roja se hinche deliciosamente. Sientes la sangre correr vertiginosa en las venas de mi tronco duro. Después te dedicas a enjabonar bien mis huevos. Los llenas de jabón y los masajeas bien rico. Geraldine se une al tratamiento y comienza a enjabonar mis nalgas para después colar su mano entre ellas y hacer lo mismo con mi culito, que la recibe con placer. Siento cómo me flojean las piernas con vuestras manos sobando, masajeando y enjabonando mi verga, mis huevos, mi culo, mis nalgas… Después os abrazáis a mí, juntamos nuestros cuerpos resbaladizos como anguilas haciendo el amor y creamos un mar de piernas, de brazos, de manos, de sexos. Nos masturbamos unos a otros, las seis manos aletean por vuestros sexos mojados y calientes, por el mío duro y vibrante, por las nalgas, por vuestras tetas generosas, las espaldas… En ocasiones encuentra mi mano la de Geraldine sobre tu sexo, o la tuya sobre el de ella, o las vuestras sobre el mío. Perdemos la noción del tiempo sintiéndonos la piel. Después nos turnamos la ducha para desprendernos de la espuma y dejar de nuevo nuestros cuerpos desnudos, suaves, perfumados. Extiendes tu brazo para alcanzar la botella de aceite corporal y hacemos un triángulo de caricias para cubrir cada centímetro de piel caliente con una sedosa capa brillante. Los suaves relieves se hacen así más evidentes, las curvas de vuestros pechos y nalgas, mis hombros robustos, mi sexo exultante y turgente. La sesión de "hidroterapia" nos ha llevado a un estado de excitación tranquilo pero delicioso, que aumenta con las últimas caricias. Salimos de la tina y, sin poder esperar a llegar al dormitorio, Geraldine me soba los huevos, quedando mi verga ardiente sobre su brazo. Mientras lo hace, me besa profundo y húmedo para después voltearse y apoyando sus codos en la repisa del lavabo, ofrecerme su trasero brillante, terso y duro. Paso mis dedos entre sus nalgas, presionando rico toda la rajita, desde su culito hasta su concha que descubro empapada no precisamente de aceite o agua… A través del espejo la veo cerrar los ojos y abrir la boca para exhalar un suspiro profundo mientras se relame, excitada, y sus senos penden sobre la repisa, dejando sus pezones rozar la fría superficie. Mis dedos juegan con su culito. Siento en mis yemas los frunces y presiono, abriéndolo para penetrárselo primero con la punta de mi dedo corazón. Tú te arrodillas bajo nuestros cuerpos, tomas mi verga y empiezas a darle lamiditas en la cabeza que después acoges delicadamente en tu boca, succionándola toda mientras jugueteas con tu lengua. Con tu otra mano frotas despacio tu clítoris y mi dedo entra más en el culito de Geraldine. Lo siento aprisionando mi dedo, pidiendo más. "Berta, cielo", dice la vecinita, "mete esa verga divina en mi culito que ya no aguanto más". Así que, obedeciéndola, diriges mi sexo a su rotito. Yo empujo y tú ayudas a que su culito ceda a la presión, engullendo la cabeza casi de golpe. Tus manos le abren las nalgas para que yo pueda empujar más, despacio pero constante y mi tronco la penetre poco a poco. Cuando está dentro por completo, lo dejo ahí, quieto, presionando, dejando que las paredes de su culo se acostumbren al tamaño. Geraldine gime como una zorra, deleitándose con la sensación de sentirse con el culo bien lleno de carne dura y caliente. Tú elevas tu boca y empiezas a chuparme los huevos, los lames, los besas y los vuelves a chupar succionándolos dentro de tu boca. Comienzo a culear despacio, rico, entrando y saliendo del culito hambriento de ella mientras tu dedo busca mi culo y, sin esperar, lo penetras. Mi polla da un respingo en el culito de Geraldine y ella da un grito de placer. Aceleramos el ritmo, me follas el culo con tu dedo portentoso y chupas mis huevos mientras yo follo el de Geraldine con mi verga a reventar. La cojo duro, cada vez más fuerte, más rápido. Empezamos a jadear y gemir al unísono. "Dame bien por el culo, cabrón", me espeta ella, "cógete el culito de esta zorra que tiene el coño chorreando por esa verga divina. Fóllame bien, papi, voy a correrme de lo lindo, hijo de puta". "Así es que te gusta, ¿verdad, puta?", le contesto yo, encendido "eres una zorra, lo sabes y me fascina". De repente tú empiezas a jadear y te miro cómo te masturbas frenética y empiezas a venirte, llevada más allá del límite por nuestras palabras calientes. "La putita de aquí abajo ya se está corriendo, la muy cabrona, sois igual de zorras, ahora te toca a ti" le digo a Geraldine. Ella empieza a correrse también, embistiendo con sus nalgas mi verga para que le penetre el culo bien a fondo. Con a visión de las dos corriéndoos y mi verga engullida por su culo, empiezo a venirme también. Dejo que los primeros chorros de semen denso y caliente choquen dentro de su culito prieto. Después saco la verga y la llevo a tu boca, donde termino de venirme con abundantes disparos de leche para mi gatita en celo. Tú mamas, sedienta y viciosa hasta que me dejas totalmente limpio. Sonreímos saboreando el placer de sentirnos satisfechos y, de nuevo tomándonos de la mano caminamos hasta tu cama, amplia y fresca. La ventana está abierta y las sedosas cortinas ondean con la brisa de la noche. La habitación se ilumina tan sólo con la luz que entra de las lejanas farolas de la calle y así, entre penumbra, nos acostamos desnudos, yo en el centro y cada una de vosotras a los lados. Me das la espalda y acoplo mi cuerpo al tuyo, posando mi mano en tu sexo y sintiendo tus nalgas contra el mío. Geraldine se acopla del mismo modo a mi cuerpo, alcanzando a su vez mi sexo, ya relajado, en su mano. Mi otra mano se posa en las suaves nalgas de nuestra amiguita y poco a poco, complacidos, saciados de sexo y placer, caemos en un dulce y sabroso sueño.