Las travesuras del perverso Dr. No 1
Lo chupé con la ansiedad y deleite comencé suavemente, hasta que él decidió marcarme el ritmo con sus suaves gemidos, me acariciaba el cabello, y de repente lo sentí
Las Travesuras del Perverso Doctor No
Decidí dejar mi empleo para descansar un poco, al tiempo que buscaría una solución a la apatía sexual de mi marido, estaba decidida a recuperarlo a toda costa, así que ya en casa me di a la tarea de buscar la raíz del problema, lo primero que había asaltado mi mente era que seguramente había alguien más en su vida y por eso dejó de desearme, así que investigué y no encontré evidencias de que así fuera, aunque no puedo asegurarlo, tampoco me encuentro en la posición de hacer reclamos, después de todo mi conducta no ha sido del todo limpia en ese sentido, pero si quería asegurarme de que lo suyo fuera físico y no emocional, así que lo confronté y no saqué nada, hasta hoy no hay evidencias de infidelidad de su parte
Descarté algún problema físico, pues me consta que no tiene ningún tipo de problema, así que me enfoque a investigar sobre la inapetencia sexual masculina, y así buscando y buscando me topé con varias paginas de relatos eróticos que tienen muchos otros textos educativos e incluso consultas de profesionales, de allí obtuve la información adecuada para darme cuenta que necesitamos ir a terapia con un profesional, cosa que hasta hoy no he conseguido lograr .
En esas andaba cuando me topé con un área de contactos de los cuales leí algunos y tal vez un poco por soledad, curiosidad, o por el apetito que no había saciado en muchos meses, me inscribí
En poco tiempo me llovieron cartas, y conocí gente muy interesante, incluso conservo a un amigo de placeres del que de momento no escribiré, las travesuras vividas con él son tan eróticas e intensas que serán dignas de una serie de relatos como esta que estoy iniciando, pero eso será en otro momento
Entre los nuevos amigos que encontré, halle un tesoro en un muchacho muy agradable cuya intención hasta ahora no ha sido llevarme a la cama presumiendo de atributos y habilidades que muchos no poseen, simplemente me regaló algo mucho más hermoso . Su amistad, él fue quien me convenció de escribir, de compartir con todos ustedes mis travesuras, para sacarlas de mi mente y quizá limpiar mi conciencia
Pues bien, a través de mis relatos llegó a mi vida un médico, al principio llegó a mi como muchas personas, buscando mi amistad, o algo de consuelo, compartiendo sus deseos, fantasías y travesuras, lo sentí muy necesitado de ser escuchado y lo hice, le permití abrirse y escuche detenidamente la pena que le aquejaba
Él como muchos de nosotros es casado, con una familia estable y maravillosa, pero con un psique muy sexual, había terminado con una relación extramarital altamente erótica, y se sentía necesitado y confundido, no sé a ciencia cierta si fueron mis palabras o las suyas propias escuchadas por él mismo, pero poco a poco nuestra amistad fue creciendo, y mi necesidad también pues mi amigo de placeres no siempre tiene el tiempo que yo quiero para estar con él, y como él mismo me dio permiso de tener un "amigo" de refuerzo, pues, total, ¿Qué tanto es tantito?...
Así que accedí a las proposiciones de mi nuevo hallazgo, Román, me había hablado tanto y tan poco de él, que; sabia lo que le aquejaba, pero no sabía nada más de él como persona, en todas las ocasiones anteriores, sin necesidad de pedirlo me daban toda la información personal que consideraban conveniente, desde el teléfono de su casa, hasta el nombre de sus esposas, eso siempre me hizo sentir confiada; además siempre tuve la oportunidad de comprobar que la información que me daban era real, con la discreción que amerita el caso, aunque nunca lo hice; sin embargo Román, no me dio nada, ni si quiera un número de su teléfono celular, nada, eso me hacía desconfiar, pero al mismo tiempo me atraía la aventura de estar con alguien tan diferente .
Se le ocurrió que sería divertido y altamente erótico citarnos, e irme con él a un hotel sin conocerlo y sin saber nada de él, casi como hacerlo con un perfecto extraño, y en realidad lo era al menos para mí
Lo único que me aseguró fue que no repetiría la odisea vivida con el tipo aquel que ni siquiera supe cuando me penetró, si es que lo hizo, (ver Para reír o llorar) se describió muy someramente, y un día antes de la cita me dijo la marca, modelo y color de su automóvil, (no fuera a ser que me fuera con otro .).
Llegó el día tan esperado; siempre es excitante el primer encuentro, y como siempre me pasa, las manos me tiemblan y la adrenalina me sube al tope, nunca se sabe que esperar .
Yo llegué al punto de reunión cuando sonó mi celular, era él, estaba a pocos minutos de distancia, vi su coche acercarse y mi corazón latía velozmente, nos citamos en una vía rápida, así que una vez arriba difícilmente hubiera podido bajar aún si así lo deseaba, llegó, me subí y le mire
Vi a un hombre maduro, rubio, pecoso, de mirada dulce, ojos claros y manos firmes, de inmediato me sonrió y me dijo, ¿soy como esperabas?, (recogí mi quijada del suelo, por cierto) él tomó mi mano y la puso en su pierna; mis manos sudaban, era mejor parecido de lo que esperaba, su expresión era segura y algo ruda, no me dejaban lugar a titubeos
-No eres feo-, le contesté con una sonrisa
-¿Alguna vez lo habías hecho con alguien desconocido?-, preguntó Román
-No, nunca-, repliqué
Tomamos el camino hacia un hotel cómodo, vimos dos antes desde afuera y le parecieron desagradables, me pareció un detalle interesante, aun que la verdad es que lo que menos me importa es el color de las cortinas cuando tengo sexo .
Entramos a un hotel más a su gusto y de inmediato, se posó detrás de mí con sus manos en mis pechos, los acariciaba suavemente mientras me murmuraba al oído, hablaba muy bajo, casi no escuchaba lo que decía, yo estaba más concentrada en las sensaciones que estaba provocando, soltaba uno a uno los botones de mi saco, el cual yo llevaba sin blusa, mi pantalón cayó enseguida, y sus manos recorrían mi cuerpo, me di la vuelta para besarlo, quería probar el calor y la ansiedad de sus labios, no me equivoqué, en esta ocasión yo estaba más ansiosa por sentir, él como hombre maduro y experimentado se estaba tomando el tiempo de volverme loca, y lo estaba logrando .
Quedamos desnudos los dos, por primera vez frente a frente, vi su pecho velludo (mmmm . Sexy!!!) y fui bajando la mirada hasta el objeto de mis deseos, mmmm estaba erecto, tenía una hermosa, sensible y rosada erección, rodee su cuello con mis brazos y lo besé, con calma pues ya había entendido las reglas de su juego, continué bajando con mis labios hasta tener su miembro caliente frente a mi, le pasé la lengua despacio, quería probar su reacción
No me defraudó cerró los ojos e hizo la cabeza hacia atrás, emitiendo un suave gemido, lo tenía en mis manos, pero faltaba lo mejor . Sentirlo palpitar en mi boca, degustar el sabor de su piel hasta sentirlo explotar de placer .
Así que pasé mi lengua una vez más a lo ancho de la rosada corona de su pene, mmmmm es tan suave , bajé con mi lengua hasta sus testículos, para después engullirlo completo hasta donde más pudiera
Lo chupé con la ansiedad y deleite comencé suavemente, hasta que él decidió marcarme el ritmo con sus suaves gemidos, me acariciaba el cabello, y de repente lo sentí inundó mi boca con su tibio semen, al tiempo que me decía, -quiero que seas mi puta, la mamas tan rico!!!!!- me comí todo lo que pude, no soy de las que les gusta desperdiciar
Román mantuvo su maravillosa erección, pero decidió corresponder a mis caricias antes de penetrarme, por lo que me recostó sobre la cama abriéndome las piernas, separó cuidadosamente los labios de mi vagína y pasó su lengua delicadamente por mi clítoris que ya estaba durito y ansioso, con sus dedos comprobaba mi humedad al tiempo que se comía mi clítoris deliciosamente, lo chupaba, lo comía hambriento una y otra vez, arrancándome el primer orgasmo del día, yo ya no podía más y le supliqué que me penetrara
-Román, Cójeme, por favor ya no puedo más- le decía; él me dio la vuelta y me puse en cuatro patas sobre la cama, dejándole el camino abierto y la visión de mis ambos orificios de placer
Román me penetro por la vagína despacio pero profundamente, causándome el tan esperado placer, creo que me derretí nuevamente cuando me penetraba, tan experto y calculado sabía donde y como tocar, tomó un ritmo suave para bombearme, lo que me estaba llevando a la gloría nuevamente
-¿Te gusta verdad?, ¿Esto era lo que querías? ¿Qué te cogiera?- decía Román
-Si, si, si, papito Cójeme así dámelo todo, así mmmmm .. respondía yo
Lo sentía tan grande y orgulloso, obvio es, que no tiene nueve pulgadas y media, cabeza de gato, como en las películas XXX o en otros relatos, pero si lo tiene un poco más grande que los que he probado, y eso era notoriamente sensible para mi .
Lo sacó de mi vagína y sin avisar penetró mi culo, y sin más metió su ardiente ariete causándome algo de dolor y sorpresa, pues no estaba preparada
-Tranquilita, solo te dolerá al principio-, me dijo Román en tono pausado, como suelen usar los médicos cuando te aplican una inyección
Cumpliendo con su presagio casi de inmediato dejé de sentir el dolor, y fue remplazado por un intenso placer; comenzó el acostumbrado mete-saca, despacio, al tiempo que con su mano experta estimulaba mi clítoris, mmmmmm . Mis piernas temblaban de placer, otro orgasmo, mucho más intenso que los anteriores había hecho su aparición
Todo mi cuerpo temblaba, incluso podía sentir las palpitaciones de mi clítoris, Román me había llevado a la gloria
Cuando Román sintió próximo su propio orgasmo, saco su pene de mi ano, y lo puso en mi cara, yo, ávida y hambrienta lo tomé en mi boca para sentir los chorros de su delicioso semen
Una vez que limpié su pene, me levanté y lo besé, el continuaba erecto, (¿pueden creerlo?) y yo caliente, Román me había manejado tan bien, que me tenía con ganas de seguir los embates así que se sentó en la cabecera de la cama y me subí introduciéndome su ardiente y erecto miembro, mientras que el chupeteaba mis pezones, yo marcaba el ritmo subiendo y bajando lentamente disfrutándolo como nunca, el tiempo se detuvo para mi, no me importaba la hora, ni la mentira que dije para poder ausentarme tanto tiempo de mi casa, solo sentía su boca ansiosa en mis pezones, y su rico pene dentro de mí, cuando me asaltó otro orgasmo, largo e intenso lo abracé y cerré los ojos simplemente disfrutando el momento .
Y justo cuando mi prolongado orgasmo llegaba a su fin, claramente escuché una fanfarria, a lo que no pude menos que soltar una sonora carcajada cuando nos percatamos que tal festejo por mi orgasmo era tan solo el timbre de su teléfono celular (jajajajaja un momento kodak)
Me bajé de su aún erecto miembro, tratando de ahogar mi risa mientras el le daba algunas instrucciones a su esposa al otro lado del teléfono .
Me recosté exhausta en la cama mientras Román concluía con su llamada y entonces lo observé desnudo . No es un adonis pero me gusta mucho, claro que no se lo dije, ni se lo diré, ya es lo suficiente vanidoso y pagado de si mismo como para darle más razones, pero en ese momento me preguntaba hasta donde se escribirá esta historia
Charlamos un rato, y me pidió que si sentía que habíamos sido lo suficientemente compatibles en la cama, ya no buscara en otros brazos, que él haría lo posible por complacerme y por concederme mis fantasías, así que acordamos que me quedaré con mi amigo de placeres, obviamente con mi adorado marido y con él, y nada más .
Pero estarán de acuerdo queridos amigos, que para que hacer feliz a unos pocos pudiendo hacer felices a tantos
Se los dejó de tarea, y continuaré relatando mis travesuras con mi perverso Dr. No, ya que sus locas exigencias son motivo de más relatos .
Espero que disfruten leer este relato tanto como yo disfruté recordarlo
Besos,
Dark Cherry