Las tetazas de mi compañera de trabajo (Final)
Me vuelvo a encontrar con la tetona de mi compañera de trabajo, por un momento dudo si volver a follar con ella o no, pero la hombría gana y terminamos follando salvajemente.
Las tetazas de mi compañera de trabajo (Final)
Esta historia es la continuación de una que lleva su mismo nombre, pueden conseguirla en: https://www.todorelatos.com/relato/146387/
Antes de comenzar quiero agradecer públicamente a dos fieles seguidores de estas historias, La chica de Cuarentaytres y el caballero de HombreFX , siempre es grato saber que están allí, incluso si llegan a poder me gustaría que escribieran al correo.
Esta historia muchas veces la he contado dado que me pasó algo lo cual dude si contar o no en el relato. Pero creo que vale la pena contarla tal cual pasó para guardar la anécdota y de pronto sirve para situaciones similares que alguien más viva.
Después de aquella noche en la fiesta y de haber terminado follando con aquella compañera de trabajo, seguimos en comunicación constante. Para ese entonces los móviles eran muy básicos, recuerdo haber tendido en ese momento un Motorola de pantalla verde, tal vez de haber tenido un teléfono como el de hoy en día la segunda parte de la historia no fuese pasado.
Lo cierto es que a lo largo de un mes nos estuvimos mensajeando calientemente, ella me pasó por email algunas fotos de ella eróticas y yo hice lo mismo, obviamente ninguno de los dos mostraba la cara, es algo que siempre he cuidado para no salir expuesto luego por allí.
Definitivamente me encantaban las tetas de esa mujer, mi novia tenía buenas tetas y antes de ella había estado saliendo con otra tetona, pero las de esta chica eran divinas, tenían una caída natural propia de la edad que las hacían más divinas.
Pasamos varias noches morboseando por teléfono, la oía al otro lado de la línea suspirar y masturbarse con cada historia que le contaba.
Con mi novia desarrollé el hábito de contar relatos eróticos hablados, esa era la única forma de ella excitarse, así que para ese momento ya tenía algo de experiencia causando placer con las palabras. De forma nata tengo voz de locutor, es algo que toda la vida ha atraído a las chicas y al combinarse con esa mentalidad perversa, pues resulta divinamente excitante para ellas escucharme provocarlas al teléfono.
Mi compañera de trabajo sabía que estaba comprometido y que estaba por casarme, nunca me gustó mentir con esas cosas, así que me respetaba el tiempo que pasaba con mi chica, pero cuando estaba a solas, eran divinos los calentones que nos metíamos.
Pasó un mes y acordamos vernos, ella no tenía coche y el mío estaba en el mecánico, así que decidí que nos viésemos en un centro comercial que nos quedaba a ambos equidistante. Para ese momento el C.C. Sambil estaba recién estrenándose y no había negocios de venta de licores. Lo cierto es que acordamos de vernos un viernes a las 5 de la tarde. Para ese día había decidido ir en bluejeans y camisa a rayas oscura.
La gran sorpresa es que cuando llegó al lugar de encuentro, veo a una chica tetona y muy parecida a mi compañera, al acercarme más me doy cuenta que era mi compañera, pero… había un detallito, para cuando me emocione con ella en el restaurante ya estaba bastante tomado, en ese momento había llamado mi atención, pero al verla esa vez fuera del alcohol no me gustaba ni un poquito.
Literalmente no me gustaba, seguía teniendo el mismo cuerpo que me había atraído, pero de cara no me llamaba la atención.
Nos saludamos y ella estaba muy contenta por volvernos a ver y todo eso, yo por el contrario no dejaba de pensar en ¿cómo me había follado a esa chica? Por mi mente pasó el irnos a un lugar a beber y volver a conseguir el encanto de la primera vez, pero en el centro comercial no vendían licor, le dije para ir a otro lugar, pero al ser el centro comercial de moda, ella quería recorrerlo y quedarse allí.
Por mi mente sólo pasaba la gran pregunta de… ¿y ahora qué hago? Si la rechazó voy a quedar muy mal parado, las chicas suelen contarse todo y seguro que hablaría que la dejé mal. Pero la verdad es que no me atraía en lo absoluto.
A todas estas terminamos de recorrer el famoso centro comercial y nos fuimos a un local a tomar té con limón. Al pedir las bebidas por mi mente pasaba… ----- Al mío que le pongan vodka por favor -----Jajajajajaja
Nunca le demostré lo que pasaba por mi mente, como buen caballero supe hacerle la velada agradable y ella estaba muy a gusto, terminé por decidir que me tocaba “hacer el sacrificio” y seguir adelante con el plan de irnos a coger a un hotel. Salimos, ella estaba bien contenta, en la parada del autobús me besaba y yo en mi mente no estaba disfrutando los besos, estaba era en el pensamiento de que llegara rápido ese autobús para irnos al hotel.
Al fin llegó el famoso autobús, nos ubicamos en uno de los últimos asientos, el recorrido hasta donde íbamos era de unos 40 minutos, la luz estaba apagada y los vidrios eran negros, había mucha oscuridad dentro de la unidad, durante el viaje intenté olvidar el que no me gustaba y centrarme en disfrutar el momento. Comenzamos a besarnos nuevamente y mi mente se fue al recuerdo de la primera vez, no demoré mucho en sentir una erección y ella en notarlo.
Ella tenía puesto un sobretodo, de pronto se lo quitó y me dijo.
_ Me voy a recostar un rato, por favor cúbreme con el abrigo.
Acto seguido se acostó en mi verga y la tapé con la prenda. Lo próximo que sentí fueron sus manos abriendo mi cremallera y buscando mi erección.
Quedé totalmente sorprendido, miré a un lado y ambos estaban dormidos, volví a centrarme en sentirle y con su boca comenzó a darme una divina mamada. No era la primera vez que me daban una mamada en el autobús, pero esa vez tenía el sabor extra de hacerlo con alguien que no era mi pareja.
Sentir su boca dándome placer me hizo olvidar todo lo que estaba nublando mi mente, ella se tragaba mi verga hasta la mitad, lo hacía con bastante saliva y su lengua no paraba de dar vueltas, era una divina mamada.
Por lo general cuesta muchísimo para que una mujer me haga acabar con el oral, en toda mi vida sólo he acabado de esa forma seis veces, tres de ellas con mi actual pareja.
Ese día con ella no fue la excepción, lo bueno es que no había acabado, pero sirvió para que el sentir esa mamada sin verla me había vuelto a conectar con el deseo de la primera vez.
Llegamos al hotel, cerca de donde vivo hay uno llamado las cabañas que tiene una habitación con piscina privada es como de 4 metros por lado y el agua llega hasta el pecho, no es grande pero si lo justo para que dos personas puedan gozar en ella, me pareció que era la mejor opción para entrar en ambiente sin pasar directamente a follar, si la despreciaba iba a ser feo, pero más feo sería si ahora que la iba a coger, no lograba empalmarme. Pedí un servicio de ron, así que nos pusimos a hablar y tomarnos unos tragos al aire libre al borde de la piscina.
La conversación se iba haciendo amena, ya acabado el segundo trago le dije para irnos a la piscina. Ambos nos desnudamos, comencé a ver que sacaba sus tetas de un brassier blanco, bajó su tanga y tenía un caminito de vellos en su pubis, le había contado que es la forma en que más me atrae verlo. Agradezco a que ella me regaló esa visión divina de su cuerpo, porque así al quitarme yo la ropa ya estaba empalmado.
Entramos al agua cálida de la piscina, seguimos tomando, pero ya el alcohol nos había calentado, ambos desnudos en el agua, nuestros cuerpos estaban muy cerca, ella tenía el agua por su cuello, yo la sujetaba por la cintura y de vez en cuando le agarraba las nalgas, entre tantas y tantas cogí un sorbo del cuba libre y le di a tomar directamente en sus labios. Ese gesto marcó el inicio de lo que sería una noche llena de sexo desenfrenado.
Nos comenzamos a besar, ella pajeaba mi pene, yo masturbaba su clítoris. Ella estaba bastante excitada y dado que no había probado esa cuquita antes, la puse a flotar sostenida de mis manos y metí mi cabeza en medio de sus piernas, sus muslos estaban sobre mis hombros, y con mis manos sostenía su espalda para no dejarla sumergir.
Tenía ese caminito de vellos que me enloquece, una cuca de labios abultados totalmente depilados, mi boca se fue directo a ella, mi lengua de hizo paso para sentir su clítoris ya excitado. Se sentía rico chuparle, poco a poco la fui llevando al borde de la piscina y allí terminé de sacar su cuerpo y dejar su culo y piernas sobre mí, ese movimiento me dejó las manos en libertad y pude recrearme con sus carnosas tetas, la verdad es que las tenía divinas, creo que a la fecha no he vuelto a tocar otras como las suyas.
Ella comenzó a suspirar,
_ Ahhhh, qué rico me haces sentir, sigue, no pares que me vas a hacer venir.
Apreté sus pezones y seguí desenfrenadamente lamiendo su clítoris, ella comenzó a mover sus caderas y de pronto llegó un sonoro orgasmo.
_ Mmmmmmmm, ahhhh, me estoy viniendo!!!!
Si hay algo en ese mundo que me excité de sobremanera es producir placer en una mujer, escucharla tener ese divino orgasmo hizo que mi verga que ya estaba a tope se pusiera más inflada y sin pensarlo dos veces la bajé para follarla dentro de la piscina.
Sin ningún tipo de resistencia mi verga se hundió en su coño empapado del agua y de su corrida. Estaba sintiendo la calidez de su vagina, creo que jamás me ha vuelto a pasar que primero folle a una chica por el culo y tiempo después sea que pruebe el vaginal.
Para ese momento había olvidado cualquier pensamiento de negación hacia ella, estaba disfrutando de sobremanera cogerla dentro del agua, estaba abrazada a mí mientras mis manos la sostenían para poder follarla.
Sus gemidos en mi oído me volvían loco, es uno de mis fetiches, los gemidos de una mujer. Volvió a anunciar su orgasmo.
_ Me vengo… como me haces gozar!!!
_ Disfruta nena que yo también te siento rico.
_ Ahhhh, estoy acabando, ufffffff.
Me quedé inmóvil, dejé que sus contracciones apretaran mi verga dentro de ella. Disfrutamos por un momento de la calma, nos seguimos besando con más pasión que desenfreno, sus caderas volvieron a moverse y le dije para cambiar de postura.
_ Date vuelta que quiero cogerte desde atrás.
Ella obedeció y quedó de espaldas a mí, inmediatamente puse mi polla en medio de su coño y volví a meterla. Hasta ese momento sólo había cogido con chicas culonas, con ella sentí que era más fácil llegarle más adentro, para esa postura era ideal que no tuviese un culazo.
Rápidamente comencé a acelerar el ritmo, sentía ese deseo de inundarla de leche, ella ese mes había comenzado a tomar pastillas porque quería que le acabase dentro sin riesgo.
_ Quiero que acabes putona que cuando lo hagas me voy a venir contigo.
_ Si papi, dame fuerte que ya voy a acabar.
Seguí cogiéndola con más ímpetu, mi mano derecha la estaba masturbando mientras la cogía y aceleró el ritmo, mi polla estaba por estallar y ella comenzó a gemir.
_ Acábame ya, quiero tu leche dentro, hazlo que me vengo ya.
_ Aguanta putica que voy a acabarte.
Ella en medio de gritos y fuertes embestidas terminó de llegar al orgasmo y yo por mi parte comencé a soltar el peso de mis grandes bolas dentro de ella.
_ Ufffffff que rica tienes esa cuca putona!!! Como me has hecho correrme rico.
_ Seré tu puta siempre que me cojas así de rico, haz conmigo lo que quieras, pero no dejes que cogerme nunca.
Salí a servir unos tragos, ya había apartado de mi mente cualquier deseo de mandarla de vuelta, sólo pasaba por mi cabeza el seguirle dando una cogida digna de recordar.
Siempre he tenido una mente llena de perversión, así que no me fue difícil pensar en qué hacer para el siguiente acto. Salimos de la pequeña piscina y nos fuimos a duchar, había llevado un pequeño kit para pasar la noche, allí tenía un jabón Dove que es súper cremoso, y pronto estábamos llenos de espuma del jabón restregando nuestros cuerpos, nos abrazamos y dejamos que la piel hablase, su cuerpo y el mío se deslizaban mientras nuestras bocas se comían a besos.
Ya había vuelto a recuperar la erección, mi verga hinchada de sangre estaba palpitando por sentir las tetazas de esa mujer deslizarse por mi cuerpo, ella lo notó y me pidió que me pusiera de espaldas, llenos de jabón se puso tras de mí y con sus tetas fue masajeando mi cuerpo, sentir sus pezones sobre mi espalda fue increíblemente excitante. Con sus manos comenzó a pajearme mi verga llena de jabón y a decirme cosas al oído.
_ Me gusta cómo se te pone tiesa, quiero que me cojas por el culo.
_ Así deseo putica, que te vayas bien llena de guevo esta noche y quedes adicta a las cogidas que te voy a dar.
_ Ufffffff, tenía tiempo sin coger y la verdad me haces volverme puta.
Acto seguido cambiamos de posición, ahora era ella quien estaba de espaldas, disfruté de ese momento para dejar que mis manos disfrutarán de sus tetazas.
A la salida de la ducha había un par de batas de baño, tomé una de sus tiras y con ella até sus manos a la ducha.
_ Dios… ¿Y ahora qué vas a hacerme?.
_ Cogerte como se coge a las putas, duro y sin piedad.
Entregada y de manos atadas movía su culo, había puesto mi verga en medio de sus piernas, con mi mano bajaba por su pubis hasta posarse por debajo de mi polla y ponerla en buen contacto con toda su vulva y su clítoris. Comencé a simular que la estaba follando pero solamente era mi verga que se paseaba por sus labios jugosos y se estrellaba contra su pepita.
Esa sensación la hizo enloquecer, comenzó a gemir y jadear.
_ Ahhhhhh, ayyyyyy, como me pones!!!
Seguí frotándome con ella, quería llevarla al orgasmo antes de cogerla, mi mano derecha estaba sosteniendo mi pene en medio de sus piernas cerradas, la izquierda estaba instalada en sus tetas jabonosas, sus manos suspendidas y yo estaba nuevamente con ese deseo rico de descargar mis bolas en ella. De pronto ella interrumpe sus gemidos y se escucha.
_ Nooooooo, ya me vas a hacer acabar de nuevo… Ahhhhhhh!!!
Comenzaron sus estremecidas y yo salí de mi postura y me puse a nalguearla, Plassss!!! Plassss!!! Sonaron un par de firmes palmadas en su culo.
_ Ahhhhhhhhhh!!!
_ Ahora prepárate que viene lo mejor, te voy a abrir ese culo mientras estás indefensa a mi merced.
_ Sííííííííí… Cógeme y dame leche en el culo.
Apunté mi verga a su culo lleno de jabón, yo estaba súper empalmado y ella muerta del deseo. No fue difícil enterrar la polla hasta el fondo de su culo palpitante. Comencé a follarla allí de pie, sostenía sus caderas para marcar el ritmo, ella se estremecía, pero no podría salirse de las ataduras. Con mi mano derecha sujeté su cabello mojado, la verdad es que me encantaba la química con esa mujer, era una cogida exquisita. Tengo delirio por una mujer que gima, que grite, que no deje de expresar su placer y ella era una chica que pocos reparos le ponía a dejar salir su gusto y que no importaba que nadie se enterase.
_ Ayyyyyyy, me partes el culo muy rico, como me coges, haz de mí lo que te dé la gana.
Seguí en mi cogida, a estas alturas ya me agarraba a sus tetas mientras mi verga se perdía dentro de esas nalgas escasas pero muy ricas. Sentía como en cualquier momento que quisiese podía concentrarme y entrar en la recta final camino a llenar su culazo de leche caliente y espesa.
_ Acaba para mí putona, quiero llenarte!!!
_ Sí, por favor déjame sentir como acabas dentro de mí!!!
Su orgasmo llegó con un divino desvanecimiento, quedó pegada a la pared, con fuerza alé de su cabello y le dí un par de metidas profundas para descargar mi polla en lo más dentro de su culo.
_ Ahhhhh… Te siento palpitar dentro de mí.
_ Ummmm, me encanta cogerte ese culo apretado que tienes.
_ Es tuyo y solo tuyo, te lo has ganado!!!
Desaté sus manos y se volteó en plan más romanticon a darme unos besos más relajados. terminamos de sacarnos el jabón y salimos cada uno con una bata camino a la cama para ponernos a conversar.
Ambos éramos buenos hablando, así que tuvimos una conversación nutrida, ella me preguntaba por qué me iba a casar si no estaba a gusto con la sexualidad con mi pareja. le dije que apartando el sexo, en líneas generales no era mala chica y que iba a procurar que jamás se enterase de mis infidelidades para no dañarla. Ella me estuvo contando de su vida y el por qué estaba sola.
Nuevos tragos, más conversa y de pronto nos acercamos de nuevo, estábamos listos para seguir cogiendo, sin darme cuenta terminamos metidos en un 69 que debo reconocer me encanta esa postura, más que por el propio placer de sentir lo que su boca me hacía, es porque de esa forma logró sentir más lo rico del orgasmo femenino. Ella estaba sobre mí, sentía su boca clavarse mis 17cm de carne hasta lo más profundo que podía, yo tenía encajada mi lengua en su culo… Pronto comencé a sentir como su saliva caía por mi tronco, me dio morbo la situación y pasé mi pie por sobre su cabeza para forzarla a tener mi verga hasta la campanilla.
Inicie a follarle la boca frenéticamente, ella intentaba zafarse y no la dejaba escapar.
_ Aguanta putona que vas a dejar de mamarme cuando a mí me dé la gana.
Ataque directamente su clítoris, agarré sus manos con las mías y la terminé de dejar presa de mi deseo de clavarle mi verga hasta el fondo de su garganta.
Tenía la cuca hecha un charco, sabía que estaba por acabar y correrse sobre mí, aceleré mi ritmo y pronto comenzaron sus espasmos, su cadera se agitaba y la solté para poderla escuchar.
_ Quieres que me ahogue cabrón…
_ Por lo visto te encanta putona, mira cómo me has dejado lleno de ti.
Ella cambió de postura y ahora siguió sobre mí, pero su boca coincidía con la mía, inició a lamerme para saborear su propio gusto.
_ Seguro que la boca me sabe a puta!!!
_ No te equivocas, tienes olor y sabor a puta bien cogida.
Al terminar su frase se clavó sobre mí, inició a cabalgarme, había logrado enfurecerla y tomó la cinta de la bata y se dispuso a atar mis manos.
_ Así que ahora vas a tomar el control.
_ Sí, ahora vas a ver que no eres el único que puede emputecer a alguien.
Yo me dejé hacer, estaba disfrutando de su cambio de rol, terminó de atarme sin salirse de mi verga, y entonces ella comenzó utilizarme literalmente como su juguete sexual. Sostuvo mis manos atadas y se movía frenéticamente sobre mi guevo, yo colaboraba acelerando mis caderas, ella lamia mi oreja y jadeaba en mi oído, ya se había dado cuenta que eso me excita bastante.
_ Ahora solamente vas a sentir cuando me venga y vas a acabar cuando me dé la gana.
_ Tú sigue putona que si me suelto de aquí no sé dónde te vas a meter… Si me logro soltar te voy a dejar amarrada a la cama mientras llamo a una puta y me la cojo aquí a tu lado, es más, la voy a poner a que te coma el coño así no estés de acuerdo.
Ella me había contado que no pasaba por su mente estar con otra chica, si bien es cierto que para ese momento no era swinger, era una fantasía que viví mentalmente desde hace muchos años, a mi novia le encantaba que le contará historias donde cogía con otras mujeres. Quería hacerla enfurecer, quería ver hasta dónde era capaz de llegar por la rabia y la excitación.
_ Mueve el culo como la perra que eres que te dejas coger en un estacionamiento con tu jefa a pocos metros.
Ella estalló en un divino orgasmo que terminó por agarrarme del cabello con furia y decirme.
_ Aquí la que manda soy yo y te voy a usar para mi placer.
Yo estaba disfrutando de provocarla, se salió de mi verga tiesa y se fue en medio de mis piernas, comenzó a darme palmadas duras en la polla, me escupía el guevo, me estrujaba las bolas… cuando consideró que me había “castigado” se sentó en mi pecho de espalda, yo hacía esfuerzos por lamerle el culo, ella se hacía la que no lo quería. Comenzó a pajarme con fuerza, agitaba su mano queriéndome arrancar la polla y de pronto sin pensarlo se sentó sobre mí cara y me dejó en medio de su culo, que a pesar de no ser una mujer nalgona, me dejó con la respiración comprometida.
Se restregaba contra mi cara, estaba divinamente malvada, se sujetaba de mi verga y se movía con ímpetu.
Como pude atine a decirle…
_ Me quieres ahogar pedazo de puta…
_ No, quiero que me des el placer que a mí me dé la gana conseguir.
Estaba demasiado rico y morboso ese rol que había tomado, ya había notado que podría lograr soltar mis manos, pero estaba disfrutando el juego tanto como ella.
Como la tenía sobre mi cara, dio algo de espacio y comencé a morder sus nalgas, eran mordidas que llegaban a ese límite donde el placer se une al dolor y te deja en la expectativa de que acabe el dolor y llegue el placer. Con mi decisión conseguí que ella se excitase más, sabía que pronto iba a volver a correrse con mi cara clavada en su culo.
Comenzó a masturbarse frenéticamente y a gemir sin parar.
_ Ahhhhhh… Siente como acabó, disfruta de tu puta que ahora sólo vas a poder hacer lo que yo quiera.
_ Si me suelto te voy a agarrar las tetas y te haré que me hagas una cubana hasta dejarte las llenas de leche.
_ No está mal tu deseo, pero primero vas a tener que convencerme de que te suelte.
_ No hace falta putica, ya mismo me voy a pajear con tus tetotas.
Termine de sacar una de mis manos de su amarre, la tire sobre la cama, la hale por las piernas hasta ponerla al borde de la cama de frente. Le di un par de cachetadas que lejos de causar dolor solo iban a marcar el cambio de rol.
_ Te voy a llenar de leche para que luego no sepas ni cómo vas a contar esta cogida que hoy te di.
Ella estaba sentada al borde de la cama, sus tetas caían y con mis manos las uní para deslizar en ellas mi verga. Ya había sentido lo intenso de enterrar mi polla en la suavidad de unas grandes tetas, las de ella eran las más ricas que había sentido. Le cogía literalmente las tetas, está a punto de acabar, pero logré mantener el ritmo un par de minutos más, ella me miraba con ojos de entrega, ya había vuelto a entender su rol.
_ Abre la boca putona que te voy a llenar de leche.
Solté sus tetas, la agarre del pelo y la hice poner de rodillas, terminé de pajearne un instante y le comencé a echar mi semen sobre su cara, ella buscó de que fuese en su boca, pero quería que se sintiese bien puta con la leche en la cara.
Con mi verga repartí la leche por su cara, se la metía en la boca y ella solo cerraba los ojos.
Era ya de madrugada, decidimos dormir, quedamos empiernados ella de espaldas a mí.
A la mañana siguiente tenía que irme pronto, debía encontrarme con mi novia y no quería que sospechara nada.
Nos dimos una última cogida más relajada, ambos acabamos una vez más, nos duchamos y nos preparamos para salir de la habitación.
Ella quedó encantada, yo reconozco que lo disfrute mucho a pesar de que definitivamente no me atraía, sentía atracción sexual pero no un gusto como tal más allá de la carne. La acompañé de vuelta a la parada del bus y esa fue la última vez que la vi.
Eran las vacaciones de diciembre y en ese tiempo casi siempre estaba con mi novia, ella se puso extremadamente intensa con querer volverme a ver, al inicio le expliqué que no podía, pero luego de ese día sentí que se había comenzado a enamorar y yo no estaba para enamorarme de nadie, sólo quería coger y ya.
Sé que no hice lo correcto, simplemente más nunca le respondí un mensaje o una llamada, por mí todo había acabado esa noche.
La gran anécdota y por lo cual quise mantener el relato apegado a la realidad es la siguiente… Esa feita que al verla sin alcohol no me gustaba, fue mi mejor polvazo al menos por los próximos 6 años, durante ese tiempo no hubo mujer alguna que lograse darme tanto placer como lo hizo ella.
La enseñanza, la química sexual va más allá del simple físico, el cómo te sientes con alguien y eso que llaman feeling es fundamental.
Gracias nuevamente a quienes llegaron al final de esta historia, es la primera vez que la cuento con lujos y detalles, me ha agradado recordar esa vivencia.
He observado que muchas personas no acostumbran a valorar los relatos y dar opiniones, siempre es grato recibir ese feedback del lector, antes de juzgar duro un escrito, piensa que muchos de los que aquí contamos nuestras vivencias no somos escritores de profesión y esto es para recrear el morbo de todos, hoy vi que alguien fue sumamente estricto con una chica de 18 años que recién escribe su primer relato, no debería ser así, más bien debería motivarse para que siga compartiendo sus historias.
El siguiente relato será una saga con una chica súper explotada de buena llena de tatuajes con que compartimos Valentina y yo, nos hicimos muy amigos, salimos juntos muchas veces y follamos otras tantas más... En esa saga voy a colocar material real de todos esos encuentros.
Un saludo cordial para todos.