Las tetas nuevas de mi hermana (3ª parte)
Un hombre vacío es un hombre con poco que perder. Justo o injusto no me importaba ya, quería una venganza, un capricho.
Avisé a Claudia de que llegaría más tarde pero que no sabía exactamente cuando, ella ya había salido de su casa cuando le llegó mi mensaje. Al final no fui, no pude arreglar la lavadora. Le puse una excusa pero no le convenció. Fui a su casa a la mañana siguiente. Simplemente me dijo que aceptaba mis disculpas pero que la dejase en paz, decía que no le agradaba una persona como yo.
Me fui triste. Ahora todo mi mundo se tornaba gris, incluso vacío. Con solo 18 años pensaba que el mundo y mi vida acababan ahí. Me fui de allí cabizbajo hacia mi casa. Mientras caminaba la tristeza se iba transformando en ira, en sed de venganza.
Llegué a mi casa sobre las 2 y media de la tarde. Justo en ese momento mi hermana salía de un coche junto a un hombre, hablaban cogidos de la mano. ¿Ese era Mike? Tampoco quería saber nada en ese momento. Nuestra madre dentro nos esperaría para comer.
-Javi! Ven aquí – me dijo mi hermana sonriente
Me acerqué.
-Mira este es Mike
Le miré. Era un hombre bien parecido. Bastante alto, más que yo. Atlético, también más que ello. Unos rasgos faciales masculinos y bonitos, al menos para ser inglés. Me tendió la mano y dijo con un marcado acento inglés y mala pronunciación: “Encantado de conocerte”
-Yo también -le dije
-¿Qué tal con la chica ayer? – me dijo mi hermana no se si maliciosamente
-Bien
Y le pregunté:
-¿Él come aquí?
-Que va, solo vino a traerme
-Vale, te espero dentro, adiós Mike- le hice un gesto a Mike que el respondió y me fui para dentro
Habían pasado varíos días en los que sorprendentemente no había estado triste ni deprimido, solo me sentía vacío pero no aparguelado sino más bien muy despierto. Tenía ganas de actuar. Y lo cierto es que estaba “actuando” bastante. Los deberes y recados de mi hermana habían subido su intensidad. Apenas tenía tiempo de salir con mis amigos alguna tarde en las cuales seguía viendo a Claudia pero nuestra relación era la de apenas dos conocidos que no tienen ninguna afinidad, ella ya no mostraba ninguna simpatía hacia a mi. Me había descartado.
En mi fría mente solo pensaba en tener mi oportunidad. Estaba obsesionado. Todo tenía que salir bien. Compré unas esposas y preservativos. Eso era suficiente.
Mi momento llegó por fin, mi madre se iba de viaje a su pueblo el fin de semana. Para su sorpresa le dije que no quería ir (siempre hasta ese momento me había ido con ella). Mi madre se fue a las 3 de la tarde justo después de comer, se despidió de nosotros y se fue. Generalmente a mi hermana le gustaba ver la tele después de comer, varías veces me había echado del salón mientras yo la veía a esa hora y el trato me obligaba a acatar sus órdenes. Así que no había mejor manera que ponerme a ver la tele para poner las cartas sobre la mesa. A decir verdad me sentía libre, no había culpa ya, me sentía como un religioso muy cabrón cuando sale de la iglesia recién confensado: listo para putear. Puse los deportes en la tele: nada interesante, la gira del Real Madrid en América.
-Javi, vete a hacer otra cosa anda
-Me apetece ver la tele hoy a mi
-Tienes que cumplir un trato - inquisitiva
-Sí, pero hay un problema
-¿El qué?
-Que no me apetece cumplirlo.
-Pero… cómo puedes tener tanto morro! – gritó indignada
-¿Y tú qué? Me tratas como a un esclavo
-Es que no me lo creo, sabes que me violaste, no? Cojo el teléfono y te meten en la cárcel, así que cállate y no me discutas, violador- me dijo con desprecio
-Me tratas mal desde siempre, pero fatal. Creo que te lo merecías, al menos un poco.
-No me creo lo que dices
-¿Es mentira que me tratases mal?
-Lo normal… –dudó
-No es cierto y la forma que tienes de actuar… siempre tan provocativa. La semana pasada con lo de la lavadora, un poco más y me enseñas las bragas.
-Que le voy a hacer si eres tú el que me miras como un cerdo. Solo puedo reírme de ti. Porque ya es grave mirar así a una hermana por no decir algo peor.
-No estás tan buena como crees. Solo son tus tetas de goma, que por cierto, tienen un tacto horrible.
-Qué dices- me miraba indignada
-Las naturales son mejores.
-Cómo eres así? Qué te pasa? Vete de aquí o me voy yo.
-Adios.
-Adios. Volveré cuando vuelva mamá. Y cuando vuelva te vas a enterar.
Subió las escaleras y empezó a echar algunas cosas en una pequeña maleta. Bajó, yo estaba de pie, al pasar al lado mio la agarré de la espalda y tiré hacia abajo. Caímos los dos al suelo y aprovechando su sorpresa rápidamente le puse una esposa en una muñeca , forcejeamos y conseguí poner la otra en la barandilla de la escalera de tal forma que quedo esposada junto al lado de la escalera. Me empezó a insultar fuera de si, a amenazarme y a exigirme que la soltase.Fui tranquilamente a la cocina y le puse un esparadrapo en la boca. Ahora sí, se hizo el silencio.
-Si quieres hablar, no grites – le dije – avísame cuando estés calmada y me fui a ver la tele, desde el sofá podía verla
Al pasar apenas un minuto empezó a hacerme gestos.
Le quité el esparadrapo.
-Esto te va a salir caro, hagas lo que hagas, así que suéltame ahora y lo mismo no te denunció. Si no, lo van a saber todos, Mamá, la familia, tus amigos, Claudia…
-¿Qué crees que voy a hacer?
-No lo se. Pero me vas a hacer daño.
La miraba desde arriba pues yo estaba de pie. La visión que tenía de ella ahí era muy intensa. Estaba de rodillas con el culo apoyado en sus piernas. Por la altura a la que estaba encadenada no podía ponerse de pie. Sus ojos se veían muy grandes al mirar hacia arriba. Llevaba su melena castaño oscuro echada para atrás recogida en una larga coleta. Sus cejas eran muy bonitas, perfiladas por ella misma tal vez. Nariz recta y poco prominente. Labios carnosos, heredados de mi padre. El moreno y la hidratación de su piel eran impecables, realmente se había tomado trabajo por dar un buen aspecto, antes ya era guapa pero no provocativa. Como usualmente iba con una camiseta de tirantes, esta vez negra con muy poco escote pero que realzaba su figura. Sus nuevos pechos unido a lo mucho que se cuidaba le daban un aspecto muy atractivo, las curvas de su cuerpo eran sobresalientes-, desde sus grandes pechos se estrechaban en su cintura y se volvía a ensanchar en sus caderas producido por la gran segregación de estrógenos que sin duda había tenido durante su adolescencia para de forma natural haber conseguido un tren inferior precioso. Caderas ensachadas y un culo bastante grande aunque eso sí moldeado por su entrenamiento en el gym. Todo finalizaba en unos shorts blancos y unas convers blancas y negras.
Me miraba de abajo a arriba con una mirada que no perdían la compostura pese a la vulnerabilidad de su situación. Nos quedamos mirando así unos segundos.
-Me voy a chivar y se van a enterar de quien eres, si te he tratado mal es porque te lo mereces. Y si Claudia pasa de ti también es por algo.
Me dijo para mi sorpresa. Esa forma de acertar en mi dolory su ausencia de sensación de vulnerabilidad, de hecho parecía bastante segura, me dio demasiada rabia. Me seguía mirando.
-Ya está bien – le dije y sin más me saqué el miembro del bañador que ya estaba en un estado de erección importante ante la visión de mi hermana.
Ella está vez sí reaccionó con mucha sorpresa y gritando “No!”, incluso con la mano que tenía libre trato de darle un tortazo a mi pene. Fui a la cocina a por una cuerda y también le até el otro brazo con sus gritos y amenazas siempre de fondo. Ahora ya no tenía ninguna movilidad.
-Abre la boca – le dije imperativo y serio
-Pero como me puedes hacer esto. Estás muy mal de la cabeza. Pero muy mal!!! Te vas a enterar, liberame ahora!! ahora!! no me vas a violar otra vez, me la metes en la boca y te destrozó la polla, así que déjame o…
Ahí aproveché que tenía la boca bastante abierta y se la metí, apenas fue entrar y salir pero lo suficiente para empezar a humedecerla.
-Pero como te atreves, como!!!...como vuelvas a hacerlo….
Y otra vez la embestí, esta vez más lento y un poco más profundo, la saqué, ahora había más saliva.
-La próxima te la voy a morder. Te vas a arrepentir de po… gurlll!!!
Y otra vez se la metí, he de reconocer que ya me estaba haciendo gracia. Esta vez fueron 3 mete-sacas lentos. Saboreando lo caliente de su boca.
-Para!!! no vuelvas a hacerlo. No te lo vuelvo a decir.
-Sabes que no me vas a morder así que compórtate- le dije muy serio
Fue a replicarme y otra vez la tenía en la boca. Volví a proceder como antes, un poco más profundo. Ya estaba muy lubricada.
-Gilipollas.
-Abrela otra vez – le dije autoritario
Ella hizo lo propio. Noté un pequeño arañazo con un diente. La saqué.
-Susana, los dientes
Y volví a proceder. Esta vez ella se esforzaba mucho por evitar que los dientes diesen en mi polla mientras con suavidad le follaba la boca. No notaba tristeza en su cara aunque tampoco ni mucho menos placer, estaba impasible, pero yo seguía procediendo con lentitud sabiendo que no iba a durar mucho. Mi polla estaba llegando al climax y ella lo notó.
-No te corras en mi – me dijo
Le hice caso y me corrí a un lado, esparciendo el semen en el suelo. Pese a la cantidad de lefa soltada mi polla se mantenía aún bastante dura, estaba muy salido.
-Ahora liberame – me dijo
-Dentro de un rato, voy a descansar
-¿Qué?
Y me fui. Me fui a mi cuarto y pensé en lo que había hecho.Había vuelto a cruzar el límite y esta vez no había ya perdón posible. Cuando la liberase ella se abalanzaría sobre mi y yo no iba a pararla, lo que pasase después me lo merecía. Los condones no los quería usar ya.
A los 25 minutos volví a bajar. Iba con unas tijeras para cortar la cuerda y las llaves de las esposas. Estaba muy cachondo, toda esa situación me tenía demasiado caliente. Me acerqué a ella y saqué las tijeras. Ella me miraba con rabia desde su situación de encadenada. Mientras intentaba cortar la cuerda infructuosamente y sin ser capaz de desanudar el nudo mi hermana saltó:
-No me pongas eso en la cara
Me fijé que sin darme cuenta le estaba poniendo el paquete en la cara, tremendamente abultado.
-Cómo puedes estar así otra vez? Eres como un chimpancé en celo. Menudo cerdo. Apenas ha pasado un rato.
La verdad que me parecía increíble el carácter de mi hermana, después de todo ella seguía atacándome, daba igual lo que le hiciera.
-Venga salido degenerado, desatame ya. Coge las otras tijeras.
La miré recriminándola, no me daba la sensación de que estuviese afectada, me parecía increíble.
-¿Qué? Venga espabila.
Por un impulso incontrolable empecé a amasar sus tetas sobre su camiseta sin decir nada. Mi hermana volvío a proferir insultos y amenazas. Yo no paraba. Cogí las tijeras y corté su camiseta de tirantes para hacerme con sus tetas. Mi hermana se moría del odio. Le quité el sujetador y continué sobándola. Lo hacia con dureza y brusquedad, agarraba con mi mano derecha su pecho izqierdo y estrujaba, después hacia lo propio con el otro pecho y después ponía mis dos manos. Entonces ella soltó un gritó histérico:
-ASÍ NO!!!!!!PARA!!!- retumbó en toda la casa
Y paré. Ahora sí que la notaba afectada.
-Me estás lastimando, ¿pero qué haces animal?- me dijo con gesto de dolor en su cara que estaba a un palmo de la mia
-¿Cómo?-le pregunté
Ella me miró perpleja, tardó en responder y finalmente me dijo:
-Las tetas son muy sensibles. No se tocan así, me haces mucho daño…
-¿Cómo?-le volví a preguntar
Ella dudó.
-¿”Cómo” qué?
-¿Cómo se hace?
-Quieres saber cómo…
Asentí.
-Con delicadeza. Los pechos se tocan de forma suave, con un tacto más delicado. Se masajean, no se estrujan… teniendo especial cuidado en los pezones. Los cuales tampoco se estrujan, se acarician con los dedos, puedes hacer un masaje circular sobre ellos o con dos dedos. También puedes chuparlos, también con cuidado, jugar con la lengua o pegar pequeños mordisquitos. También puedes coger los pechos de una forma más… fuerte pero con cuidado, solo para sentirlos, sin hacer daño. Esa es la forma de proceder, ahora ya puedes soltarme.
Sin hacerle caso, empecé a masajear su pecho izquierdo con delicadeza. Lo acariciaba con la yema de los dedos por todo el pecho, buscando sentir un tacto sensible.
-Venga Javi, déjalo ya – me dijo ella impasible
Pase a su pezón, con el dedo índice empecé a hacer círculos a su alrededor y a veces de arriba abajo. Después agarré los dos pechos con firmeza pero sin hacer daño, como me dijo ella solo para sentirlos bien. Procedí con el otro pecho de la misma forma. Caricias y masajeando, pasando por el pezón con suavidad, disfrutando de lo que hacia. Acerqué mi boca a su pecho, la abrí bastante e hice una pequeña succión acercándome al pezón, el cual empecé a lamer y a hacer pequeñas succiones. Entonces noté como se empezaba a poner duro. Proseguí con el otro mientras miraba a mi hermana, su cara de indiferencia había pasado a estar con los parpados casi cerrados y su respiración parecía algo más fuerte. Seguí así casi 10 minutos más, disfrutaba al máximo lo que estaba haciendo y más con sus pezones duros. Tuve el deseo de besarle el cuello y así lo hice, el cuello también lo tenía bonito.
-Cuánto tiempo me vas a tener así?-me dijo con aire aburrido y desesperado
-Se te han puesto duros.
-Me habrá entrado frío- dijo con indiferencia
-Sí, hace mucho frio hoy- dije con ironía, era agosto en Madrid y las 5 y media de la tarde.
Seguí dándole besos por la barriga mientras empezaba a tocar la parte anterior de sus muslos. Realmente sentía pasión por ese cuerpo.
-Bueno pero déjame ya
Una vez más ignorándola le desabroché el botón del short. La coloqué sentada con las piernas abiertas y comencé a quitárselos.
-No serás capaz. Ni se te ocurra!!!- y empezó a lanzarme patadas como podía.
Traté de sostenerle las piernas pero no había forma.
-No me vas a follar. Eso sí que no. No!- y me lanzó patadas histéricamente
-Solo quiero chupar, como hice antes con tus pechos no me interesa nada más
-Y a mi qué? Ya es suficiente!! SUELTAME!!!SUELTAMEE!!! MONO EN CELO!! CERDO!!! –y empezó a contorsionarse con fuerza-YA ESTA BIEN!!!!!!!
Fui a la cocina a por esparadrapo y volvió a hacerse el silencio. Pero me era muy difícil quitarle las bragas, no paraba de lanzar y mover las piernas.
-O paras o te vuelvo a follar la boca, tú decides.
No tardó en parar pero le mantuve el esparadrapo. Le quité sus bragas blancas las cuales tiré por ahí.
Me gustó ese olor. Femenino, íntimo, húmedo… y a decir verdad ya estaba algo lubricado sin saber muy que hacer o que tocar empecé a chupar los labios menores y la vagina. Aún con mi inexperiencia sabía que el eje del placer femenino se concentra en el clítoris y a por ello fui. Trate de apretar por donde estaba y mi hermana chilló. Era mejor quitarle el espadarrapo:
-Dios, ¿qué haces?
-Cómo?- le dije casi riéndome
-Liberándome y dejando que te lleve al psiquiátrico más cercano, y tomándote la medicación que seguro necesitas. Así.
Continué con mi torpe ejecución.
-¿Te gusta mi uretra, eh?- me preguntó con sarcasmo
-Enséñame
Ya notaba a mi hermana harta y cansada.
-Te diré como es. Pero esto no lo tienes que poner en práctica conmigo sino con alguna amiga tuya. Pero desátame.
-Vale, explícamelo y te desato.
Mi hermana dudó pero estaba ya demasiado harta como para pelear.
-No empieces directamente por el… coño. Es mejor que empieces tocando los muslos, sobre todo la zona interior e ir aproximándote hacia la zona íntima, tanteando el terreno. Chupando, besando, haciendo dibujos con la punta de la lengua… es un zona sensible para muchas, y te vas aproximando al… coño progresivamente.
-¿Dónde aquí?- dije posando mis manos en la zona interna de sus muslos y empezando a masajear
-Sí, ahí…
-¿Y qué más?-le pregunté
-A continuación puedes chupar el pliegue donde las piernas juntan con el …coño y… ¿pero qué haces?
Yo ya había metido mi cabeza en sus muslos y besaba su parte interna a la vez que chupaba cerca del coño.
-Sigue
-Después puedes posar tus labios sobre su raja, sobre la de una amiga y no sobre la de tu hermana y continuas moviendo tus labios pero sin presionar. Después puedes apartar los labios y empezar a chupar los labios internos. Entonces vuelves a posar los labios y besas… suavemente, si ella está excitada seguirá tu ritmo y buscará más contacto, entonces puedes besar más fuerte. Ahora vuelve a usar tu lengua y la haces correr de arriba abajo chupando las capas de carne de su… coño… ¿qué haces? Para.
Como ella había dicho puse mis labios sobre su coño con suavidad, para acto seguido empezar con los labios internos.
-Solo sigue.
-Es importante que el hombre que haga la comida de coño atraiga a la chica. Eso es muy importante mono en celo. Pero bueno, después de lo que te he dicho puedes empezar a… follarle la vagina con la lengua. Por otro lado, humedece tus dedos… humedecerlos es muy importante y entonces buscas su clítoris. Lo chupas, si no lo ves claro es igual… chupa la parte de encima de la raja, aunque sea la piel que lo recubre a veces puede ser pequeño… o que no esté excitada. Chupa fuerte y presiona dentro de su piel. Suavemente separa los labios del coño y mete tu lengua contra el clítoris, cubierto o no. Hazlo rápidamente y…
Yo seguía moviendo mis labios por su raja, besando con mayor intensidad ahora, paré y apartando sus labios empecé a chupar su coño de arriba a abajo. Ella cerró sus piernas atrapando mi cabeza.
-Para!
-Solo déjate llevar, cuando acabes la explicación paro…-seguí a lo mio y ella tardó un minuto en pensárselo y siguió hablándome
-Con los dedos mojados también puedes estimular su clítoris acariciando en círculos, o mejor, puedes introducirle dedos, dos dedos, mientras lames el clítoris. Siempre con suavidad, somos sensiblea…si lo haces bien ella te marcará el ritmo y vas subiendo la inetnsidad. Así una mujer puede llegar al clim… ah!- se le escapó un gemido ahogado, para ese entonces yo ya estaba follandole la vagina con la lengua
No tardé en pasar a su clitorís, podía verlo asomando como una pequeña perla. Empecé a hacer lo que me dijo. Humedecí mis dedos e introduje dos en la vagina, la cual estaba caliente y lubricada. Ella no decía nada, solo notaba su respiración más fuerte pero se negaba a seguirme el ritmo. Paso algún minuto y yo seguí a lo mio. Me estaba encantando y me encantaba su coño y su cuerpo, y no dudaba en decírselo.
Me empezó a seguir el ritmo.
-Para, en serio, ah…
-Ahora ya no voy a parar.
Continué y el ritmo cada vez era más alto, su respiración más intensa aún así se negaba a regalarme algún gemido. Solo me decía que parase. Pero no lo hice. Empecé a chupar más fuerte, de pronto ella levantó su pelvis del suelo con mucho esfuerzo hacia mi, mientras gemia fuertemente.
-No puede ser…- dijo gimiendo
Debido a ese levantamiento de pelvis yo me aparté, la verdad que no me lo esperaba. Ella se dejó caer y se fue relajando.
-¿Pero por qué te apartas?
-Parecía que querías que me apartase
-Joder
-¿Has llegado?
-No!
-Pues parecía que estabas cerca
-Qué dices, me estabas haciendo daño. Ya te he dicho que si el hombre no le gusta a la chica no hay nada que hacer.
-Pero estás muy mojada.
Me miró con despreció
-¿Y?
-Que te quiero follar
Se quedó petrificada. Y otra vez comenzaron los insultos.
-Ya me conoces, sabes que lo voy a hacer.
Me saqué mi miembro que llevaba pugnando por salir desde hacia rato, completamente duro su liberación me supo a gloria. ´Me puse un preservativo y me puse de rodillas y elevándola traté de penetrarla, ella se revolvió y me dio una patada en el estómago que me dejó K.O. Entonces se rió, era la primera vez que se reía en toda la tarde.
Tardé en recomponerme.
-¿Qué haces?
-Solo es un aviso de lo que te espera cuando me sueltes. Por violador. Pero ya que no hay remedio contigo al menos que no me mates aquí…. esa cosa, tan gorda- me dijo con asco- no la puedes meter así. Metemela en la boca.
Así lo hice, ella me la empezó a mamar con mucha saliva, entrando y saliendo de su boca finalmente quedo muy lubricada.
-Ahora túmbate boca arriba donde estoy yo, ponme encima y déjame a mi.
Le hice caso, le quite las esposas dejándole la cuerda en una mano que le daba más margen de movimiento, aún con el preservativo la sensación fue maravillosa, me recorría una corriente eléctrica por el cuerpo. Ella soltó un gemido al metérsela que acompañó de un ”qué asco”. Tras eso empezó a botar encima de mí dándome la espalda. Yo estaba en la gloria. Estaba muy caliente, ella no llegaba a metérsela entera, no gemía, tan solo seguía una respiración entre-cortada sin decir nada. No tardé en correrme.
-¿Ya?-me dijo cuando me oyó gemir
Alcancé el cielo y ya empezó a gritarme para que la soltase.
Entre ella y yo y unas tijeras conseguimos aflojar la cuerda. Lo primero que hizo fue abalanzarse sobre mi. Caímos al suelo sobre mi espalda y empezó a abofetearme. Primero con la derecha y después con la mano izquierda. Fueron 9 o 10 bofetones muy fuertes con todo su odio, no me defendí. Tras eso se duchó, cogió su maleta y se fue. No se despidió de mi. Me vi en el espejo. Tenía la cara roja como un tomate, mi labio sangraba, me recorrían gotas de sudor del pelo y me pitaba un oído.
Y allí quedé, solo. Ahora no podría mirar a nadie a la cara. Sin Claudia, sin mi hermana… sin nada. Había cruzado el límite. Si el infierno existe yo acababa de coger un billete en primera clase.