Las sexoaventuras de Sergio (II)

Más entradas del diario de Sergio, que sigue haciendo de las suyas

28 de septiembre

Llevo cinco días sin follar y voy quemadísimo. Me follaría a toda la clase y las pajas no me tranquilizan.... y la ansia es demasiada. Ayer, no sé cómo, encontré tiempo libre para hacerme 5 pajas. ¿Increíble, eh? Mi novia está enferma –le pegué yo el catarro, hace dos días estaba en cama-, y entre una cosa y la otra nada de nada. En el entreno de hoy, Javier no ha venido, por lo que no ha habido nada.

Es el tercer entreno y el segundo que estoy solo. Me las apaño bastante bien. He tenido suerte, los chavales son muy buenos chicos.

En cuanto a Alejandro y Gerardo, voy intentado diferenciarlos por la cara. Tienen la manía de vestirse igual y despues del primer entreno Gerardo se cortó el pelo como su hermano... siguen igual de guapos, unos ojos grandes y marrones, pero me tocan mucho los huevos porque nunca sé cuál es cuál. Es algo que tendré que mejorar.

29 de septiembre

Hoy por fin he quedado con María. No teníamos sitio, así que hemos ido al cine y allí me la ha comido como una campeona. Hay que ver como maneja la lengua esa puta... Las tías son lo mejor. Te las follas, les dices que las quieres, les regalas algo de tanto en tanto y le das algun beso, y ya puedes volver a follártelas. Me he corrido en su boca de una forma bestial (Imaginate como estaba yo de ansioso...), y después de limpiarse, se ha cabreado conmigo por una gilipollez. ¡Me ha pedido que le comiese el coño y le he dicho que no! ¿Cómo le iba a comer el coño en un cine? Una cosa es que me coma ella la polla, pero yo no soy tan guarro como eso... Bueno, tal vez sí, pero no me va comer coños en los cines. Me he limitado a meterle los dedos y se ha olvidado de todo.

5 de octubre

La relación con María va de puta madre. Hoy, por fin, ha dejado que le petase el culo. Ha estado genial, sobre todo porque ella se lo ha pasado mejor que nunca. Después, me ha dicho que nunca había disfrutado tanto. Sé que soy un artista en la cama, pero cada vez que acabo de follar con ella me sube la moral a tope. ¡Las cosas que me dice...! Enfin.

El instituto me va bien... hoy nos han dado la nota del primer examen del curso, y estaba aprovado holgadamente. Bachillerato es difícil, pero se puede sobrevivir.

En cuanto a los niños, voy conociéndolos más a fondo a cada entreno. Sigo la planificación que hicimos Javier y yo, y sigo sin tener problemas con ellos. Los mejores son los gemelos, y me ilusiona trabajar con ellos porque absorven perfectamente lo que les enseñamos y además tienen mucha iniciativa y creatividad. Sigo sin diferenciarlos mucho, sigo guiándome por el pelo –no lo llevan peinado igual,  simplemente no pueden porque uno tiene un remolino que el otro no tiene y cosas por el estilo-, pero poco a poco voy aprendiendo. A veces los diferencio sólo por la respuesta que me dan: Alejandro es más altivo, es más propenso a aseverar respuestas más largas que Gerardo, que es más tímido. De todos modos, ambos observan con el mentón bastante alzado y son bastante arrogantes.

10 de octubre

Esta tarde he quedado con un alero del cadete del equipo del club en el que juego, Jorge. Es un diestro muy muy diestro que está muy bueno, catorce años que parecen 16. Siempre hablamos de basket y en múltiples ocasiones le he aconsejado en algún aspecto. También hablamos de tías y le chuleo de mis ligoteos, mientras él babea y sonrie, muerto de envidia sana. Es delgado y fibrado, muy blanchucho y con el pelo negro y corto. No es muy guapo pero tiene atracción, sobre todo el paquete y el culo.

Hemos ido a unas canchas a jugar un poco, y de mientras hablábamos. Cuando el tema basquet ha expirado, me ha preguntado por mi novia y le he contado que anteayer fui a dormir a su casa, ya que sus padres no estaban, y que me la follé ocho veces en toda la noche. Se ha quedado flipando y entonces le he preguntado por su novia. Hace unos días me dijo que ya se la había pelado bien pelada. Me ha respondido que ayer mismo se la folló por primera vez.

-¡Felicidades! Ahora ya no eres virgen. ¿Cómo te sientes?

-Bien, bueno, tampoco es para tanto. No dejo de ser quien soy.

Me reí y le di una palmada en el hombro.

-¿Y qué? Dame detalles.

-Pues fuimos a un parque y allí me hizo otra paja. Estaba a punto de correrme cuando la llamaron. Era su madre y le decía que se iba a comprar y que volvería en un par de horas. Tenía la casa libre, así que decidimos ir para allí. Ya en el ascensor empezó a pajarme de nuevo, en todo el camino no se me había bajado por la excitación y la expectación. Ya en su casa se arrodilló sin desnudarnos ni nada y con mi polla saliendo por la bragueta me la comió bien bien fuerte...

Me reí de nuevo pero no lo interrumpí.

-Antes de correrme la paré y la llevé al sofá. Allí nos desnudamos, y sin condón ni nada se la metí poco a poco.

No pude contenerme.

-¡Pero tu eres gilipollas! ¿Cómo hiciste eso?

-Joder, no te pongas así, me corrí fuera.

-Eso no importa capullo. Cuando tu polla está erecta segrega líquido preseminal que también puede dejar embarazada a la tía.

-Joder, no lo sabía...

-Bueno, no importa. Continua.

-Pues poco más. Estuve hora y media dándole...

-¡Hora y media! ¡menudo crack!

-Sí –se rió-, ella flipó. Entre esto y mi polla de 19 centímetros...

Se me pusieron los ojos como platos.

-¡Me cago en la puta! Menuda tranca.

-No sé, ¿a ti cuánto te mide?

-17 centímetros, y ya es grande...

Jorge se encogió de hombros.

Entonces he notado que se fregaba el paquete, que tenía un bulto impresionante.

-Parece que el recuerdo te ha puesto caliente, ¿eh?

Jorge se ha reído nerviosamente.

-Sí... aunque, la verdad, estoy así desde que me has contado lo tuyo.

Entonces nos hemos mirado y he visto que sus ojos temblaban muy levemente. He mirado a un lado y a otro y en la cancha no he visto a nadie (era muy tarde, ya había oscurecido) y sin pensármelo le he empezado a sobar el paquete.

-¿Qué haces...?

No le he dicho nada y he esperado a su reacción física. Al principio ha dado un respingo pero ante mi sobada no se ha movido.

-Yo también me he puesto cachondo. Tranquilo, no te muevas.

Entonces he acercado mi cara a la suya y nos hemos fundido en un beso con lengua que al principio ha sido frío pero al cabo se ha vuelto muy fogoso. Entretanto, he metido mi mano dentro de su pantalón y le he sobado la polla por encima del boxer. Realmente era la polla más grande que he visto nunca, incluso mayor que la de Javier. La típica polla de los relatos eróticos. Entonces él me ha dicho:

-Aquí no...

He mirado alrededor de nuevo sin otear a nadie, y lo he arrastrado hasta un rincón del patio que era la cancha. Allí le he besado de nuevo y le he metido la mano en el boxer, mientras él me sobaba el culo. Cuando le he agarrado la polla y se la he empezado a cascar él ha puesto los ojos en blanco y ha soltado un gemido bajo, y seguidamente se ha relamido. Eso me ha puesto tan cachondo que se la he pelado más intensamente.

La paja se ha ido alargando. Con lo que Jorge duraba follando, incluso siendo su primera vez, he calculado que estaríamos más o menos la mitad, con el calentón que llevaba, el morbo de la situación y mi manoseo profesional.

Jorge iba soltando gemidos y se iba relamiendo, con los ojos cerrados, mientras yo le chupaba el cuello, algo que me encanta, o cuando no nos morreábamos.

Al cabo, le he bajado los pantalones y el boxer y me he arrodillado. He observado –más bien admirado- ese pollón de cerca, y sin pensármelo más me lo he metido todo de golpe, o lo que me cabía, en la boca.

La paja ha pasado a ser con la boca y sumamente intensa. Con los labios le apretaba bien para que me sintiera y con la lengua le presionaba y chupaba a la vez allí donde más le gustaba. Sus piernas empezaron a temblar y se las acaricié para calmarlo. Sus gemidos se hicieron más sonodos y puso sus dos manos sobre mi cabeza para acompañar mi movimiento.

-Joder, Sergio, la comes mejor que mi novia...

No ha sido la primera vez que lo oigo, pero me encanta.

Succionaba y succionaba y Jorge se retorcía del gusto. Al final, antes de lo que me esperaba, ha empezado a correrse momentos después de comenzar a bramar como un cerdo y a presionar con sus dedos sobre mi cabeza. La corrida ha sido monumental –después me ha dicho que ni cuando se folló a su novia se corrió tanto, haciéndolo también en la boca de ella-, y la leche me resbalaba a borbotones mentón abajo.

He ido a una fuente a lavarme la cara –tenerla llena de semen es una sensación muy desagradable, sobre todo en medio de la calle. Jorge se ha vuelto hacia mí y me ha hecho prometer que esto no saldría de entre nosotros dos. Le he respondido con una caricia y una sonrisa, pero no le he besado.

-¿Seguimos con el uno contra uno?

Él ha sonreido y ha dicho:

-¿Después de correrme así te crees que estoy como para un uno contra uno? Mejor me voy a casa a echarme.